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13 June 2012

LA MEDICINA PERSONALIZADA LLEGARÁ CUANDO SE DISPONGA DE FIRMA GENÉTICA DEL TUMOR Y DEL PACIENTE


Descripción: emblema RANM (05-05-10)

Desde que hace justo seis años la revista Science dedicara su portada al tratamiento personalizado contra el cáncer, no se ha dejado de hablar de sus beneficios en términos de eficacia, seguridad y eficiencia. Sin embargo, la “verdadera medicina personalizada” contra las enfermedades oncológicas aún no ha llegado. Así lo ha afirmado el profesor y Académico de Número Eduardo Díaz-Rubio en una sesión científica celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) donde dictó una conferencia sobre “La nueva oncología médica: un fármaco, un biomarcador”.

El profesor Díaz-Rubio, que es jefe del Servicio de Oncología del Hospital Clínico San Carlos, subrayó que desde que arrancó el nuevo siglo se han ido aprobando medicamentos que actúan sobre dianas moleculares para distintos tumores y que en algunos casos disponen de un biomarcador (una alteración o mutación en el tumor) que permite seleccionar a los pacientes que van a responder al tratamiento, con las ventajas que ello supone. Sin embargo,  aclaró este académico, estos nuevos fármacos que representan un avance indudable en al menos seis tumores (mama, colon, pulmón, gástrico, melanoma y estromales gastrointestinales) no pueden ser considerados como medicina personalizada.

Hablando con propiedad, “lo que tenemos hasta ahora sería más bien una medicina capaz de seleccionar a los pacientes en base a la presencia o no de una mutación encontrada en el tumor, pero sin tener en cuenta al individuo. Dicho de otro modo: tenemos un biomarcador con un papel predictivo para una determinada diana, pero que en la mayoría de las ocasiones es la ley del todo o nada: o se tiene o no se tiene la mutación”. En este sentido, continúa este experto, un paso más debe ser conocer si todas las mutaciones son iguales a la hora de provocar una mayor o menor respuesta al tratamiento. “Sabemos, por ejemplo, que las mutaciones del EGFR en cáncer de pulmón unas veces confieren resistencia y otras resistencia a los medicamentos. Ir aprendiendo esa variabilidad y seleccionando un medicamento u otro en función de eso supondrá una medicina que afine más, con un análisis del tumor más exhaustivo, pero aún así no podremos aún hablar de medicina personalizada”, insistió.

La que merezca esa nominación será sencillamente aquella que permita un tratamiento diferente para cada persona y para ello tendrá, en palabras del profesor Díaz-Rubio, que estar basada en el “análisis del genoma tumoral del paciente y además del genoma del huésped. Será preciso el uso de tecnologías capaces de conocer la individualidad de cada uno de nosotros frente a los distintos tratamientos: metabolismo, distribución, tolerancia, etc. Es la oportunidad que tenemos con el desarrollo de todas las ‘ómicas’: transcriptómica, proteinómica, epigenómica, farmacogenómica, etc. Con ellas alcanzaremos la deseada firma genética tanto del tumor como del paciente y en función de las mismas aplicar el tratamiento más adecuado”.

Aunque todo esto a fecha actual pudiera parecer un sueño, el profesor Díaz-Rubio opinó que no es, desde luego, un sueño imposible: “Puede parecer una quimera pero todo esto ya se está realizando a nivel de ensayos clínicos con nuevas moléculas, donde el tratamiento se orienta en función de ambas firmas genéticas”. Eso sí, según este experto, hacer realidad este deseo requiere nuevas formas de investigar. “Nos obligará a la creación de consorcios internacionales entre los hospitales y al desarrollo de plataformas centralizadas que analicen el genoma tumoral y del paciente. A la hora de evaluar la eficacia terapéutica, será necesario realizar biopsias en tiempo real de manera consecutiva, disponer de técnicas de imagen más refinadas (nueva generación de PET-TAC) y poder determinar las células tumorales circulantes”.

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