Mañana, 15 de marzo, con el lema “Sueño saludable,
envejecimiento saludable” se conmemora el Día Mundial del Sueño, una fecha
dedicada este año a incidir en el destacado papel que juega una buena calidad
de sueño en nuestra salud.
“El sueño
cumple un papel muy importante en nuestro metabolismo, en nuestro sistema
inmunológico, en el estado de ánimo, en la memoria, en el aprendizaje,….
Por lo que no dormir adecuadamente puede conllevar a que surjan complicaciones
endocrinas, metabólicas, psicológicas, inmunológicas, psicomotoras, además que
cada vez más se considera el mal sueño como un desencadenante o riesgo para determinados
trastornos neurológicos, como ictus, Parkinson, Alzheimer o diversas
enfermedades neuromusculares. En definitiva, no dormir adecuadamente es un
problema de salud”, señala el Dr. Carles Gaig Ventura, Coordinador del
Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de
Neurología (SEN). “Pero, sin embargo, se tiende a banalizar muchas de las
alteraciones o cambios que se pueden producir a lo largo de nuestra vida en los
patrones de sueño, catalogándolos como normales o propios de la edad en la que
se padecen, cuando la experiencia nos muestra que la gran mayoría de ellos
responden a una causa concreta que puede ser tratada con un diagnóstico
correcto”.
Según datos
de la Sociedad Española de Neurología (SEN) aproximadamente el 20-25% de la
población infantil sufre algún tipo de trastorno del sueño y entre un 20 y 48%
de la población adulta sufre, en algún momento de su vida, dificultad para
iniciar o mantener el sueño. Además, al menos un 10% de la población sufre
algún trastorno de sueño crónico y grave, lo que supondría más de 4 millones de
personas en España.
Aunque
existen más de un centenar de trastornos del sueño, el insomnio es el más
prevalente (20-30%), seguido del síndrome de las piernas inquietas (5%) y del
síndrome de apneas-hipopneas del sueño (4-5%). Otros trastornos del sueño
también bastante frecuentes son la narcolepsia, la hipersomnia idiopática, el
trastorno de conducta durante el sueño REM, parasomnias o trastornos del ritmo
circadiano.
“Cuando se
produzca una disminución paulatina o prolongada del tiempo en el que
permanecemos dormidos, si aumenta la cantidad y la duración de los despertares
nocturnos, si nuestro sueño deja de ser profundo o experimentamos somnolencia y
fatiga diurnas, es el momento de visitar a un profesional, porque lo más
probable es que estemos ante un trastorno del sueño que puede tener
tratamiento”, explica el Dr. Carles Gaig.
Sin embargo,
la SEN estima que más dos tercios de las personas que padecen problemas de
sueño no buscan ayuda profesional y, por lo tanto, carecen de diagnóstico.
Además, al menos un 5% de los pacientes se automedica, habitualmente a diario,
a pesar de que los fármacos hipnóticos tomados de forma habitual y sin control
médico pueden tener muchos efectos secundarios, algunos realmente graves.
“Aunque las
necesidades de descanso cambian a lo largo de la vida, una pobre calidad del
sueño nunca debe ser entendida como un proceso normal pues las causas que
subyacen podrían ser un factor de riesgo para otras complicaciones en la salud.
Y si no se tienen malos hábitos de sueño, cada persona debería poder cumplir
con la ‘cuota’ de sueño que necesite para sentirse reparados. Si no es así
nunca se deben tomar medicamentos para dormir sin consultar antes con un
especialista”, comenta el Dr. Carles Gaig.
Desde la SEN
se recuerda que para lograr una buena higiene de sueño es necesario llevar un
ritmo de vida regular manteniendo estables los horarios de sueño y comidas y
aprovechar los ciclos de luz para ajustar los horarios; evitar agentes externos
que puedan importunar nuestro descanso, como el ruido o los estímulos externos
(televisión, móviles,…); evitar las comidas copiosas y las bebidas
estimulantes, sobre todo antes de dormir, así como realizar deporte y llevar un
estilo de vida activo.
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