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24 September 2013

HM HOSPITALES APLICA LA INNOVADORA TÉCNICA DE LA ELECTROPORACIÓN IRREVERSIBLE PARA EL TRATAMIENTO DE TUMORES HEPÁTICOS Y PANCREÁTICOS



HM Hospitales ha vuelto a dar un paso en el abordaje innovador de tumores hepáticos y pancreáticos con la incorporación a su cartera de servicios de la electroporación irreversible, una técnica que utiliza energía no térmica para lograr la ablación de tumores, permitiendo preservar estructuras vitales dentro de la zona ablacionada. Esta técnica, que representa un notable progreso en el tratamiento del cáncer y que está disponible en un número muy reducido de hospitales en todo el mundo, se ha utilizado ya para tratar a tres pacientes en HM Universitario Sanchinarro (HMS) desde el pasado mes de julio, situándose estos casos entre los diez primeros efectuados en España en este tipo de patología, según explican los doctores Emilio Vicente y Yolanda Quijano, responsables del Servicio de Cirugía General y Digestiva de HMS; y el doctor Avertano Muro, jefe del Servicio de Radiología del mismo hospital.

Con la electroporación irreversible la energía no térmica se utiliza para crear innumerables y permanentes nanoporos en la membrana celular con el fin impedir la homeostasis, iniciando así la muerte de la célula por apoptosis. El sistema consiste en un generador automatizado al que se le pueden conectar hasta seis electrodos monopolares, junto con un electrocardiógrafo que se conecta al ritmo cardíaco del paciente para sincronizar las descargas, evitando la posibilidad de arritmias.


“Los electrodos se colocan en la zona a tratar, con una distancia entre los mismos de entre 1,5 y 2cm, para crear el campo eléctrico necesario para el tratamiento”, señala el experto, añadiendo que la energía producida no quema y permite preservar los tejidos y estructuras no celulares. Tras su colocación, se aplican rápidas series de pulsos cortos (90 mS) con un alto voltaje de corriente continua (70 Amp), oscilando la potencia total entre cada par de electrodos entre los 1.500 y los 3.000 voltios, lo que provoca la muerte celular por apoptosis en la zona ablacionada.

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