La actividad física
es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud, y contribuye a la
prolongación de la vida y a mejorar su calidad a través de beneficios
psicológicos, fisiológicos y sociales. Pero pese a las numerosas evidencias
científicas sobre los beneficiosos derivados de la actividad física, la
tendencia observada en los últimos años es el incremento del sedentarismo, a la
par que descienden las calorías ingeridas y el nivel de actividad física
realizado por la población, según ha destacado el Dr. Rafael Urrialde de
Andrés, responsable del área de Salud y Nutrición de Coca-Cola Iberia,
durante su intervención en el IV Congreso Internacional de Dependencia y
Calidad de Vida organizado por la Fundación Edad& Vida que se está
celebrando en Barcelona.
Edades
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Recomendaciones de práctica de actividad física (OMS)
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De 5 a 17 años
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-60 min/día de actividad física moderada a
vigorosa
-3 días/semana de actividad física
vigorosa
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Adultos
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-150 min/semana de actividad
física aeróbica moderada ó 75 min/semana de actividad física aeróbica
vigorosa
-2 días/semana de
actividades de fortalecimiento muscular
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Mayores de 65 años
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-150 min/semana de actividad
física aeróbica moderada ó 75 min/semana de actividad física aeróbica
vigorosa
-2 días/semana de
actividades de fortalecimiento muscular
-3 días/semana de actividades para mejorar
el equilibrio y evitar caídas (para personas con movilidad reducida)
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Además de ser esencial
para el mantenimiento y mejora de la salud, la actividad física contribuye a la
prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios
psicológicos, fisiológicos y sociales.
En concreto, las
personas que realizan ejercicio físico se perciben más saludables, con menos
estrés y presentan mejor estado anímico que aquellas que no realizan ningún
tipo de ejercicio físico. La práctica regular de cierta actividad física mejora
los niveles de ansiedad y depresión e incide beneficiosamente sobre otras
emociones, contribuyendo todo esto al bienestar psicológico de las personas.
Diversos estudios sugieren que existe una relación causal entre actividad
física y reducción de síntomas depresivos como consecuencia del aumento de la
liberación de endorfinas. Igualmente se ha observado que la actividad física
ayuda a conciliar y a mejorar la calidad del sueño.
En el plano
fisiológico, realizar actividad física mejora entre otras cosas la digestión y
la regularidad del ritmo intestinal; previene y/o retrasa el desarrollo
de hipertensión arterial y disminuye sus valores; mejora el perfil lipídico en
sangre (reduce triglicéridos y aumenta el colesterol HDL); ayuda a mantener la
estructura y función de las articulaciones; incrementa la utilización de la
grasa corporal y mejora el control de peso; mejora la regulación de la glucemia
y disminuye el riesgo de diabetes no-insulino dependiente. Desde el punto de
vista social, realizar actividad física diaria contribuye a aumentar la autonomía
y la integración social entre otros aspectos.
El estilo de vida
inactivo, característica común de las sociedades desarrolladas
Pese a todo ello, la
inactividad física es actualmente una de las principales causas de enfermedades
crónicas como el sobrepeso y la obesidad, y el 4º factor de riesgo más
importante de mortalidad.
Durante
su participación en la sesión ‘Alimentación y Nutrición’, el Dr. Urrialde
resaltó que “el incremento sustancial del sedentarismo y la inactividad física
está motivado por los cambios en los hábitos de vida de la población, tanto en
los patrones alimentarios como de actividad física, y el descenso en el gasto
energético en la vida cotidiana. Vivimos en un entorno que hace que los avances
-tan positivos en muchos sentidos-, contribuyan a que todo resulte más fácil y
que moverse sea cada vez menos necesario, y además las actividades de ocio son
cada vez más sedentarias”. Actualmente, “cuatro
de cada diez personas (41,3%) se declara sedentaria (no realiza actividad
física alguna en su tiempo libre), uno de cada tres hombres (35,9%) y casi una
de cada dos mujeres (46,6%)”, según el
primer Documento de Consenso sobre Obesidad y Sedentarismo a nivel
mundial, publicado recientemente en Nutrición Hospitalaria, y de acuerdo con los datos de la última
Encuesta Nacional de Salud.
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