Ni a la tercera fue la vencida. Los tres informes solicitados por la ministra de Sanidad –y que estas últimas semanas han dado tanto que hablar respecto a la necesidad o no de volver a la prescripción de la píldora del día después (PDD)– fueron retirados de la mesa de Mato para dejar hueco a un cuarto texto del que, a día de hoy, todavía se desconoce su contenido. No así el de los previos, declarados «no concluyentes» por la ministra.
Mientras ésta se decide, las farmacias continúan recibiendo la visita de jóvenes en busca de este medicamento de emergencia sin haber pasado antes por consulta o sin saber si podrá o no tener consecuencias para su salud.
Según datos de la consultora IMSHealth, el total de dosis de los dos medicamentos comercializados en España (Norlevo de Chiesi, y Postinor, de Bayer)–que no son abortivos, sino anticonceptivos de urgencia– antes de la libre dispensación no superaba las 30.000 en un mes mientras que, desde el mes de octubre de ese mismo año, cuando dejó de venderse con receta, casi no ha bajado de las 60.000.
Rafael García Gutiérrez, director de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp), considera que «la forma de dispensación sin receta es una barbaridad por dos razones principales. La primera es que se desincentiva el uso del preservativo. Niñas que no tienen la madurez suficiente, que piensen que es más incómodo usarlo y que la píldora es una alternativa. Y no tienen en cuenta que el preservativo no sólo evita el embarazo, sino también enfermedades de transmisión sexual. De hecho ya se está observando un aumento de ETS».
Como ocurre con el virus del papiloma humano (VPH), que, si hasta ahora se calculaba su prevalencia entre un tres por ciento y un 17 por ciento, tras los resultados del primer estudio epidemiológico a gran escala realizado en España («Cleopatre») se ha comprobado que a día de hoy las cifras ascienden a un 14,3 por ciento de las mujeres de entre 18 y 65 años.
Y el porcentaje se duplica (28,8 por ciento) en el caso de las jóvenes de entre 18 a 25 años.
Un incremento que, según los responsables del trabajo, de la Unidad de Infecciones y Cáncer del Instituto Catalán de Oncologia (ICO), se debe al inicio más precoz en las relaciones sexuales y a un mayor número de parejas sexuales a lo largo de la vida.
García Gutiérrez añade que «tengo entendido que hay chicos que las llevan en el bolsillo en lugar del preservativo». El director de Anefp añade que este medicamento tendrá sus ventajas, «pero se logra lo mismo prescribiéndola un médico y se evitan riesgos, porque éste puede advertir a la joven, mientras que el farmacéutico, si no le gusta lo que le dice, se va a otra farmacia y la consigue igual».
Por su parte, Juan Plaza Arranz, jefe del Servicio de Ginecología de la Fundación Jiménez Díaz-Capio de Madrid, asegura que «en principio el uso al que se ha destinado esta medicación es de una situación de emergencia, pero no vital, como puede ser un electroshock por un evento cardíaco, sino que permite realizar una valoración por parte del médico sobre otras dolencias o medicaciones de la paciente».
Y es que este fármaco no está exento de compliaciones. «Por ejemplo, si su hígado no funciona bien, si tiene riesgo de enfermedad hepática, si sufre alteraciones de la coagulación o del sistema circulatorio, o enfermedades metabólicas como diabetes o hipotiroidismo, la ingesta de este medicamento puede afectar a todos ellos. También puede producir alteraciones en la eficacia de otros fármacos como anticonvulsivos para la epilepsia, antiretrovirales y tratamientos contra la tuberculosis», añade Plaza Arranz.
Estrógenos y gestágenos
Por otro lado, y a más largo plazo, algunos expertos estiman que puede tener efectos cancerígenos, debido a lo que consideran un «consumo de estrógenos que se han relacionado con el cáncer de mama», dice el director de Anefp.
Efectivamente, tal y como explica el portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica, y jefe del Servicio de Oncología del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, Antonio Llombart, «cualquier sobreestímulo hormonal supone un aumento del riesgo de tumor mamario, pero también hay que decir que los tumores con origen hormonal también tienen un mejor pronóstico, así que tampoco aumentaría la mortalidad».
No obstante, la píldora del día después no contiene estrógenos. Es la píldora anticonceptiva clásica la que lleva combinados estrógenos y progestágenos. Mientras que la PDD solamente contiene estos últimos. Ezequiel Pérez Campos, portavoz de la Fundación Española de Contracepción (FEC), explica que «es una hormona sintética que produce la mujer en la segunda fase del ciclo, tras la ovulación. Impide que ésta se produzca». Aunque se administra en dosis elevadas (1.500 microgramos), se metaboliza rápido y su vida en el organismo es corta, según señalan los expertos.
Lo que sí produce es una alteración del ciclo menstrual. Esto significa, que si una chica mantiene relaciones y toma la PDD durante, digamos, tres sábados seguidos, «se carga el ciclo, porque se produce una alteración del sangrado», especifica Pérez Campos. Algo que corrobora el jefe del Servicio de Ginecología de la Fundación Jiménez Díaz-Capio. «Si la tomas un sábado vas a sangrar probablemente a los pocos días y va a durar otros tantos. Esto significa que si se toma de esa forma continuada se van a «solapar» esos sangrados».
**Publicado en "LA RAZON"
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