Eliminar la arritmia
mediante la oclusión con alcohol de la pequeña arteria que irrigaba el
territorio donde estaba localizada. Esta fue la forma de provocar de forma controlada un
pequeño infarto con el que un equipo multidisciplinar del Hospital Gregorio
Marañón de Madrid, logró salvar una situación desesperada que conducía
inevitablemente a la más que probable muerte del paciente, puesto que no
hubiera resistido hasta la llegada de un trasplante
cardíaco viable.
El caso acaba de ser publicado
por la revista Circulation, que además le dedica un editorial lleno de elogios.
Se trataba de un hombre de 67 años que padecía una arritmia ventricular que no
fue posible eliminar anteriormente ni mediante catéter intravascular, ni
mediante cirugía cardíaca abierta. El problema que lo impedía era que el foco
de la arritmia estaba localizado en el espesor de la pared y próximo a las
arterias coronarias.
Las arritmias
ventriculares, como la taquicardia y la fibrilación ventricular, son más
frecuentes en pacientes con dilatación cardíaca o enfermedad de las arterias
coronarias. Cuando se presentan son mortales en una elevada proporción de
pacientes. Actualmente, los fármacos antiarrítmicos son ineficaces para prevenir
y tratar estas arritmias.
El desfibrilador
automático implantable (DAI) es el único método para poder provocar su cese, salvando
de este modo la vida del paciente. El DAI tiene una forma parecida a un
marcapasos y permite aplicar una descarga eléctrica dentro del corazón cuando
ocurre una de estas arritmias ventriculares. El principal problema del DAI es
que no evita que estas arritmias puedan volver a presentarse.
Puede llegarse
incluso a lo que se denomina una “tormenta arrítmica”, repetidas arritmias
ventriculares que obligan a que el paciente reciba múltiples descargas del DAI.
Pero los choques son dolorosos y además cuando son muy repetidos, pueden
empeorar el funcionamiento del corazón.
En esta situación, la
única opción de tratamiento es intentar quemar el foco de la arritmia mediante
un catéter, pero la localización y eliminación de las arritmias es compleja y
en ocasiones no es posible. Cuando esto sucede, se hace necesario el
trasplante cardíaco, pero no siempre se llega a tiempo por falta de órganos,
siendo entonces irremediable la muerte del paciente.
Este era el caso del
paciente atendido por el equipo multidisciplinar de médicos del Hospital
Gregorio Marañón que dirigidos por el Prof. Francisco Fernández-Avilés, ha
encontrado una nueva estrategia de diagnóstico y tratamiento para las arritmias
ventriculares en pacientes con miocardiopatías. El trabajo que publica Circulation describe la utilización
combinada de distintas y novedosas técnicas de imagen, como la coronariografía,
la resonancia magnética y los sistemas de navegación electroanatómica, que
permitieron localizar el origen de la arritmia.
Por
su complejidad, se requirió el trabajo combinado de los Servicios de
Cardiología, Cirugía Cardíaca y Radiología del Hospital Gregorio Marañón con
experiencia en el manejo de insuficiencia cardíaca avanzada y trasplante
cardíaco, electrofisiólogos, hemodinamistas y cardiólogos especialistas en
imagen cardíaca y resonancia magnética nuclear cardíaca. El Prof. Francisco Fernández-Avilés
considera que “este es un caso que
demuestra cómo la concentración de la alta
complejidad en un número reducido de centros sanitarios con gran experiencia
multidisciplinar es muy rentable en términos de la calidad y del resultado del
abordaje de pacientes con patologías complejas. Muchas veces la organización sanitaria
fomenta la dispersión de la actividad en demasiadas unidades que realizan un
volumen de actividad muy pequeño, lo que no garantiza la calidad necesaria de
las actuaciones. Se piensa que la cercanía de los recursos favorece al
paciente. Nada más lejos de la calidad cuando se afrontan patologías graves y
complejas”.
Además de la
coordinación por parte del primer autor del artículo científico, el Dr. Felipe
Atienza, en este caso resultó fundamental la participación del grupo de la
Prof. Ledesma-Carbayo, de la Universidad Politécnica de Madrid, responsables
del diseño de las herramientas de computación necesarias para localizar el foco
de la arritmia en las imágenes de resonancia magnética, y del Dr.
Sánchez-Quintana, Catedrático de Anatomía Humana de la Universidad de Badajoz,
cuyos extensos conocimientos de la anatomía cardíaca permitieron identificar la
arteria objetivo.
“Sólo cuando
los equipos son verdaderamente expertos porque manejan volúmenes elevados de
este tipo de pacientes complejos, cuando saben caracterizar problemas
concretos, aplicar la toma de decisiones adecuadas a estos casos excepcionales
y realizar técnicas muy difíciles que requieren mucha experiencia, sólo bajo
estas condiciones de trabajo de excelencia integrada es posible abordar con
éxito un problema que hubiese derivado en la muerte del paciente” afirma
Fernández-Avilés.
La
tecnología de tratamiento de las imágenes cardíacas desarrollada y patentada
por los científicos de la Red de Investigación Cardiovacular (RIC), todavía no
está disponible para su utilización en otros centros, pero esperan que pronto
pueda comercializarse y pueda ser utilizada por los electrofisiólogos
responsables del tratamiento de estas arritmias tan complejas y con frecuencia
letales.
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