Mañana,
1 de octubre, se celebra el Día Internacional de la Gente Mayor que en España
representa ya el 17,3% de la
población. Una cifra que en 2051 se
habrá doblado hasta alcanzar el 36,5%, según el INE ya que, a partir
del 2020, empezará a alcanzar la edad de jubilación la generación del baby boom, nacida entre 1958 y
1977.
La
esperanza de vida, de 82,48 años de media, sigue aumentando y disfrutar de una
vejez con buena calidad es el objetivo de una parte importante de ciudadanos.
Calidad de vida que, además de en lo físico (con las consiguientes indicaciones
para la actividad y la alimentación), se refleja en gran medida a nivel
cognitivo e intelectual.
Para
ello, el uso del móvil u otras herramientas tecnológicas facilita en gran medida
a las personas mayores mantenerse intelectualmente activas, según expertos de la
UOC.
El
estudio para una mente activa
Según
la profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC,
Modesta Pousada, «entre los cambios
que se producen durante la vejez y que más preocupan se encuentran los que
afectan a la memoria», a pesar de que las diferencias son enormes entre unas
personas y otras. «Encontramos gente mayor con un funcionamiento cognitivo
excelente e implicados en tareas exigentes».
Para
esta experta, «hay cambios que forman parte del proceso natural de envejecer,
como la disminución en la fluidez verbal, la dificultad para atender a dos cosas
a la vez o el hecho de necesitar más tiempo para desarrollar una tarea
cognitiva».
Una
de las actividades más recomendables para mantener la actividad cognitiva es
estudiar. Según la directora del máster universitario de Educación y TIC,
Lourdes Guardia, el gran beneficio de estudiar tras la jubilación radica en
«ser autónomo en una sociedad cada
vez más tecnificada, comunicarse con agilidad, saber resolver problemas en el
contexto actual, relacionarse con el entorno y seguir teniendo confianza en un
mismo».
Las
tecnologías facilitan el aprendizaje
El
uso de tecnologías de la información y la comunicación está cada vez más
contemplado para el uso didáctico por parte de las personas mayores. «Una
evidencia de esta tendencia es, por ejemplo, en Australia hay una universidad
virtual que se dirige específicamente a personas de la tercera edad, la UA3»,
asevera Guardia quien advierte, no obstante, que la complejidad de ciertos
dispositivos puede crear miedo y consecuente rechazo.
Pero
el miedo a la tecnología no se vive igual ante un ordenador que ante un teléfono
móvil, puesto que «es mucho más fácil usar este último. La ansiedad que puede
generar el miedo a romperlo, a controlar el gasto o a saber hacer lo que quieres
es mucho menor», explica la investigadora del IN3, Mireia Sánchez-Ardèvol, que
ha elaborado un estudio para saber cómo las personas mayores se relacionan con
los teléfonos móviles en Barcelona, Los Angeles, Toronto, Montevideo y Lima.
Para
este estudio se entrevistó a 149 personas de entre 60 y 98 años entre 2010 y
2013 y, «si bien es cierto que las
tasas de adopción son menores entre la gente mayor, la mayoría usa el móvil», en
alusión a datos del INE que corroboran que un vasto porcentaje de personas
mayores de 65 años hace uso de ese dispositivo.
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