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La Sociedad Española de
Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y diversas
asociaciones de pacientes se han unido para alertar sobre los alérgenos
ocultos en el material escolar en la “vuelta al cole”. Estas
organizaciones denuncian que muchos proveedores, al serles requerida
información sobre la posible presencia de alérgenos en sus productos para uso
escolar, no proporcionan ninguna respuesta. La
Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos (AVANZAX), la Asociación de
Alergia Alimentaria de Canarias (ADAAEC), la Asociación Basada en la Lucha de
los Alérgicos Alimentarios de Valladolid (ABLAA), la Asociación Extremeña de
Alérgicos a Alimentos (AEXAAL), la Asociación de Alérgicos a Alimentos de
Guadalajara (ALERGUADA) y la Asociación Española de Personas con Alergia a
Alimentos y Látex (AEPNAA) son las asociaciones de pacientes que alertan,
junto a la SEICAP, sobre el peligro de estos alérgenos en la escuela. Ceras,
tizas, pasta para modelar y pegamentos, materiales de uso común en las aulas
por parte de los niños, contienen en su fabricación, con mucha frecuencia,
gluten, frutos secos, soja o proteína de la leche. El contacto, la inhalación
o la ingestión accidental de estos productos hace peligrar la seguridad y la
vida de los niños con enfermedades alérgicas, asma o inmunodeficiencias
primarias (IDP) en la escuela. En
particular, la SEICAP y las asociaciones de pacientes advierten que se han
identificado frutos secos en pinturas de dedos para bebés, acuarelas o
témperas, gluten en pasta para modelar, soja, legumbres y cereales en ceras y
proteína de la leche en tizas. Sin embargo, aseguran que muchos
proveedores no facilitan información sobre los alérgenos de estos útiles
escolares, llegando a responder, en algunos casos, que “el material escolar
no se come”. Medidas
de evitación Ante la
presencia de alérgenos alimentarios ocultos en el material escolar, la SEICAP
recomienda buscar alternativas para los trabajos manuales con los artículos
implicados, reemplazarlos por otros y repasar por parte del profesorado el
listado de objetos que pueden contener estos ingredientes. “No hay
que discriminar en ninguna actividad del centro al niño por su alergia; lo
que se debe hacer es disponer siempre de una alternativa. Además, es
necesario disponer de medicación de emergencia en el centro en un lugar
accesible”, afirma el doctor Juan Carlos Juliá, coordinador del Grupo de
Trabajo de Educación Sanitaria de la SEICAP. Según
cifras de la SEICAP, un 25% de la población infantil padece algún tipo de
enfermedad alérgica, lo que representa cerca de 2 millones de niños en toda
España. Esta cifra aumenta un 2% cada año y obliga a aumentar las
precauciones. “Es básico proporcionar a los niños alérgicos un entorno
escolar seguro que garantice una máxima prevención de reacciones y la falta
de información y de prevención sobre los alérgenos ocultos en el material
escolar atenta contra este principio”, explica el doctor Juliá. En este
sentido, los pediatras alergólogos reclaman la existencia de un protocolo de
actuación común frente a las alergias en el entorno escolar. Así, debería
existir una formación en alergias por parte del profesorado y del personal no
docente, para que sean capaces de identificar los síntomas de las distintas
enfermedades alérgicas y cómo actuar en caso de reacción, así como conocer
las medidas de prevención y evitación de alérgenos para prevenir situaciones
de emergencia. Además, el colegio también debería tener un protocolo de
actuación en caso de reacción. |
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