El
 próximo 13 de septiembre (sábado) tendrá lugar en el Centro
 Cultural Isabel de Farnesio, en Aranjuez, la 2ª Jornada de Formación a 
Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares, organizada por la 
Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados (AMAC), con el apoyo 
del Ayuntamiento de Aranjuez y la Dirección Asistencial
 Sur de Atención Primaria del Servicio Madrileño de Salud. Este 
encuentro se celebra con motivo del Día Mundial del Corazón (29 de 
septiembre) y tiene como principal objetivo poner de manifiesto el 
importante papel que desempeña tanto el centro de salud como
 la farmacia en el abordaje de la fibrilación auricular y en la 
prevención del ictus, aunque también se tratarán aspectos tan relevantes
 como los nuevos anticoagulantes orales (NACOs), el autocontrol del INR o
 el ePaciente y la web 2.0.
“La
 implantación del autocontrol en TAO (tratamiento con anticoagulantes 
orales), la formación de los pacientes anticoagulados y el uso de las 
nuevas TIC (Tecnologías
 de la Información y la Comunicación) y la telemedicina son nuestras 
principales demandas como asociación”, explica Juan Manuel Ortiz, 
presidente de AMAC. En este contexto, “esperamos que la Comunidad de 
Madrid siga colaborando con nosotros en el impulso de
 ambas iniciativas y se convierta así en un referente nacional”, añade. 
El experto denuncia la “gran variabilidad interautonómica” que hay en 
este ámbito y pide a las comunidades que inviertan “muchos más recursos”
 en la formación de sus pacientes anticoagulados
 con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
La
 fibrilación auricular es la anomalía cardiaca más frecuente en adultos 
de todo el mundo y una de las principales causas de ictus –estos últimos
 suelen ser especialmente
 graves-. En España, una de cada cuatro personas la desarrolla. Se 
produce cuando las señales eléctricas del corazón fallan y provocan la 
contracción rápida e irregular de las aurículas. De esta forma, los 
latidos se vuelven irregulares y no permiten el bombeo
 de toda la sangre hacia los ventrículos, acumulándose e impidiendo el 
funcionamiento eficaz del corazón. Los síntomas más frecuentes de esta 
arritmia son las palpitaciones, el mareo, el dolor de pecho y la 
dificultad respiratoria, aunque puede resultar asintomática
 en algunas ocasiones.
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