Desde hace más de un año los besos han pasado a un segundo plano debido
a la situación de pandemia en la que nos encontramos, ya que el contacto
directo es la principal vía de transmisión. Por ello, con motivo del Día
Internacional del Beso que se celebra mañana martes, profesionales de Vithas
explican cómo está afectando esta carencia a nuestras relaciones personales y
cómo podemos expresar nuestros sentimientos de otro modo.
“Se están produciendo cambios que están
generando cierto sufrimiento en nuestra vida socioafectiva y uno de ellos es el
no poder besar a nuestros familiares y amigos”, explica el Dr. José Antonio
Galiani, jefe de servicio de salud emocional y bienestar mental del Hospital
Vithas Sevilla; quien añade que “lo más importante en estos momentos es ser
conscientes de que se trata de una situación temporal y, aunque no sabemos con
exactitud cuánto durará, las muestras de afecto irán reapareciendo poco a poco
cuando todo pase sin que ello suponga un riesgo”.
Los profesionales de Vithas explican que
existen diversas formas de expresar nuestro cariño donde no están implicados
los besos. Lo importante en esta situación es que fomentemos la expresión de
nuestros sentimientos, nuestros miedos, alegrías, inquietudes, con hechos y
palabras, demostrando a las personas que queremos que estamos cerca de ellas.
Estamos aprendiendo la importancia de estar
al lado de nuestros seres más queridos de otro modo. “Muchas han sido las
ocasiones donde necesitábamos un abrazo o beso, en el que sobraban las palabras
y nos dejábamos guiar por lo que sentíamos. Este hecho ya no es compatible con
la pandemia”, afirma la Dra. Susana Núñez, psicóloga infantil del Hospital
Vithas Xanit Internacional.
Según los especialistas, “es precisamente
en la tercera edad cuando más se necesita el contacto, caricias y afecto físico
pues es el momento en el que nos podemos encontrar más asustados, deprimidos,
solos o enfermos”. Además, “sin actividad corporal no hay información sensorial
ni desarrollo cerebral, por lo que la imagen corporal, la autoestima, el
aprendizaje, la percepción y la consciencia del adulto mayor van disminuyendo”,
explica Galiani. Por ello, cuantas más experiencias corporales podamos
proporcionar a nuestros adultos mayores, mejor será su estado anímico y
fisiológico en general, añade.
Por otro lado, el no poder tocar la mano y
besar en la mejilla a nuestros mayores, “les está privando de recibir
sensaciones placenteras que les ayuden a comunicarse con nosotros, a tener un
mejor estado de ánimo y recuperarse de aquellos padecimientos que los aquejen.
Por eso, es importante llevar a cabo otro tipo de acciones con el fin de
mantener los vínculos con ellos, a pesar de la distancia, como llamadas y
videollamadas, dibujos de los más pequeños, cartas, entre otras. Se trata de
acciones que facilitan la expresión de sus emociones”.
Además, “venimos observando en consulta
cómo los niños han tenido dificultades para comprender la situación, no
entienden por qué no pueden abrazar y besar a sus abuelos”, explica la
especialista. “Los niños desde que nacen necesitan recibir afecto para un
adecuado desarrollo infantil, por ello explicarle la situación y no ocultarle
la realidad ha sido un factor muy importante para su evolución”, añade.
“Un aspecto a tener en cuenta cuando
podamos besarnos es que el beso provoca un cambio en nuestro cerebro al generar
un aumento de la hormona llamada oxitocina, la cual es responsable de que
experimentemos emociones tales como el placer, el enamoramiento y la
afectividad en general. Asimismo, el acto de besar libera endorfinas que
provocan reacciones sensoriales positivas en nuestro cerebro, pudiendo incluso
disminuir el estrés, la depresión y la tristeza”, concluye Galiani.
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