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26 October 2023

29 de octubre: Día Mundial del Ictus

  


El 25% de la población española sufrirá un ictus a lo largo de su vida

  • Cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus.
  • El año pasado, en España, más de 24.000 personas fallecieron y más de 34.000 personas desarrollaron una discapacidad por esta enfermedad.
  • A pesar de que ante cualquier síntoma de ictus se debe llamar al 112, menos del 50% de la población española reconocería los síntomas de esta enfermedad y sabría cómo actuar.
  • Si no aumenta su prevención, en menos de 15 años el número de casos de ictus aumentarán un 35%.
  • Hasta el 90% de los casos de ictus se podrían llegar a prevenir.  

Este domingo, 29 de octubre, se conmemora el Día Mundial del Ictus, con el objetivo de crear conciencia sobre esta enfermedad cerebrovascular, sus síntomas, sus factores de riesgo y cómo prevenirlos, ya que ictus es una de las principales causas de muerte y discapacidad en España.
 
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se producen en España entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo el año pasado, más de 24.000 personas fallecieron debido a un ictus y más de 34.000 personas desarrollaron una discapacidad por esta enfermedad. Esto hace que el ictus sea la primera causa de discapacidad en España – más de 360.000 personas tienen reconocida una discapacidad por haber padecido un ictus- y que, tras los fallecimientos por COVID, el ictus sea la segunda causa de muerte en mujeres en España y la tercera causa en ambos sexos.  
 
“Un ictus ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe, ya sea debido a un coágulo sanguíneo (en estos casos se denomina ictus isquémico y supone más del 80% de los casos) o a una hemorragia (ictus hemorrágico). Y en ambos casos, estamos hablando de una urgencia sanitaria que ante los primeros síntomas debe ser abordada sin dilación, ya que cuanto menos tiempo pase desde la aparición de los primeros síntomas hasta que pueda ser tratada, mayor será la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad o reducir sus secuelas”, comenta la Dra. Mª Mar Freijo, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. “A pesar de ello, aún existe un alto porcentaje de la población que desconoce cuáles son los síntomas de esta enfermedad o cómo se debe actuar ante su aparición”.
 
Según datos de la SEN, en España, solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de esta enfermedad. Además, el Código Ictus, que es el sistema de atención sanitaria que se activa al llamar a emergencias con síntomas de ictus, solo se llega a utilizar en aproximadamente el 40% de los casos que se atienden actualmente en los hospitales españoles.
 
“El Código Ictus, que se ha implantado en todas las CC.AA. para que los pacientes con un ictus lleguen lo antes posible al hospital, que a su llegada esté todo preparado para atenderles inmediatamente, y asi reducir el tiempo que transcurre desde que se detecta que una persona tiene un ictus hasta que se empiece el tratamiento, ha demostrado en los últimos su gran utilidad para salvar vidas y evitar discapacidad. Sin embargo, si los pacientes o los familiares o personas que lo acompañan no saben identificar correctamente que están sufriendo esta enfermedad o cómo deben actuar ante los primeros síntomas, difícilmente podrán beneficiarse de este sistema. Teniendo en cuenta que un ictus mata dos millones de neuronas cada minuto y que existe una ‘ventana terapéutica’ antes de que los tratamientos de los que disponemos dejen de ser efectivos, es fundamental que toda la población conozca en qué consiste en esta enfermedad y que sepa que cada minuto cuenta. Y más si tenemos en cuenta que el 25% de la población sufrirá un ictus a lo largo de su vida”, explica la Dra. Mª Mar Freijo. 
 
Por esa razón, desde la SEN se insiste en recordar que ante estos síntomas:

  • Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades.
  • Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.
  • Alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o pérdida de la visión en algún lado de nuestro campo visual.
  • Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.
  • Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.

Es fundamental llamar al 112, incluso cuando solo se experimente uno solo de ellos o los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.
 
Aumentar el conocimiento de esta enfermedad entre la población es también fundamental porque se estima que en menos de 15 años el número de casos de ictus aumentará un 35%. Detrás de este previsible incremento de los casos está el envejecimiento poblacional, ya que la gran mayoría de los casos se dan en personas mayores de 65 años. En todo caso, el ictus no es una enfermedad exclusiva de personas mayores: aproximadamente el 10-15% de todos los ictus ocurren en personas menores de 45 años e incluso, aunque raros, se pueden dar casos de ictus infantil.
 
“Aunque la edad es un factor de riesgo para sufrir un ictus, también influyen otros factores que, en muchos casos, pueden ser modificables. Estimamos que hasta el 90% de los casos de ictus se podrían llegar a evitar simplemente controlando adecuadamente los factores de riesgo modificables de esta enfermedad. Por esa razón, el Día Mundial del Ictus también surgió con el objetivo de concienciar sobre la importancia de tratar de prevenir esta enfermedad”, destaca la Dra. Mª Mar Freijo.
 
El factor de riesgo más importante para la aparición de ictus es padecer hipertensión. Pero también otros como el tabaquismo, el sedentarismo, la mala alimentación, la obesidad, el alcoholismo, el consumo de drogas, la genética, el estrés o padecer fibrilación auricular, colesterol o diabetes.  Y muchos de estos factores son modificables o controlables.
 
“A pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en el tratamiento de esta enfermedad, con la aparición de nuevos procedimientos y fármacos y la implantación cada vez mayor de Unidades de Ictus, que han conseguido mejorar sustancialmente el pronóstico de esta enfermedad, la mayor herramienta que tenemos actualmente para combatir el ictus es la prevención. Si no tomamos medidas, en los próximos 10 años, en Europa, aumentarán un 45% las muertes por ictus y un 25% el número de supervivientes de ictus con discapacidad. Teniendo en cuenta que, en el 40% de los casos, el ictus deja importante secuelas que impiden a los pacientes la realización de actividades cotidianas, lo que ya genera un coste no sanitario superior a los 6.000 millones de euros anuales en Europa, en días como hoy es importante recalcar que está en manos de todos reducir el impacto de esta enfermedad”, concluye la Dra. Mª Mar Freijo.
 

El Dr. Adolfo Mínguez, del Hospital Virgen de las Nieves, elegido presidente de la Sociedad Andaluza de Neurología

 

El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, el Dr. Adolfo Mínguez Castellanos, será el presidente de todos los neurólogos andaluces hasta 2025, según han decidido la XLV Reunión anual de la Sociedad Andaluza de Neurología celebrado este fin de semana en Marbella.

En un momento como el actual, donde las enfermedades neurológicas están más presentes que nunca, el Dr. Mínguez quiere impulsar el valor de la SAN y sus neurólogos, apoyar a la administración en la creación de planes y estrategias, impulsar la investigación en Andalucía y velar por una mejora constante de la calidad asistencial en las consultas de Neurología de esta comunidad autónoma.

Perfil profesional

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Murcia, especialista en Neurología vía MIR, experto Universitario en Epidemiología e Investigación Clínica por la Universidad de Granada y Doctor en Neurociencias por la misma universidad.


Desde 2012 es el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada e investigador responsable del grupo “Neurociencias” dentro del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada desde 2010. 


Dentro de la neurología clínica, se ha dedicado preferentemente al área de los trastornos del movimiento, habiendo contribuido desde sus inicios al desarrollo de la terapia mediante Estimulación Cerebral Profunda para enfermedades como el párkinson, el temblor y la distonía. Es responsable de una de las ochounidades de referencia acreditadas para la cirugía de los trastornos del movimiento en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (Unidades CSUR), la única de Andalucía. 

Sus líneas de investigación se han centrado principalmente en el tratamiento quirúrgico de los trastornos del movimiento, la terapia celular y la afectación precoz del sistema nervioso autónomo en la enfermedad de Parkinson. 

Es coautor de 3 libros, 23 capítulos de libro, 88 artículos en revistas científicas, más de un centenar de resúmenes publicados y ha impartido en torno a 200 conferencias en cursos y reuniones científicas. Algunos de sus trabajos han sido premiados por Instituciones y Sociedades Científicas. Ha sido revisor para prestigiosas revistas en el campo de la neurología clínica. 

En cuanto a actividades institucionales, destacar la coordinación del Proceso Asistencial Integrado “Enfermedad de Parkinson” de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (2013-2015) y la representación de esta Comunidad Autónoma en la Estrategia en Enfermedades Neurodegenerativas del Sistema Nacional de Salud (2013-2017).

 

Asociaciones de profesionales sanitarios promueven un código ético de la Inteligencia Artificial en Salud

 

 

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LA ALERGIA ALIMENTARIA ES LA 3ª CAUSA DE CONSULTA EN NIÑOS Y LA 5ª EN ADULTOS

 

  Las alergias alimentarias registran datos ascendentes en Europa. Los estudios epidemiológicos llevados a cabo por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), sitúan este tipo de sensibilización como la quinta causa de consulta en los Servicios de Alergología en adultos y la tercera en niños. Determinar cuáles son los alimentos más propensos a desencadenar una alergia se vuelve difícil al intervenir factores como la edad y el área geográfica. Así se puso de manifiesto en el XXXIV Congreso Nacional de la SEAIC, donde expertos alergólogos coincidieron que mejorar el diagnóstico, manejo y tratamiento de las alergias alimentarias debe ser el camino a seguir. La sesión “Atención de excelencia en los pacientes con alergia a los alimentos” se ha centrado en el abordaje de los casos graves de este tipo de alergia, cómo reconocerla, y cuál es la situación actual y el futuro inmediato en la inducción a la tolerancia oral con alimentos. Además, se ha presentado el proyecto de reconocimiento de las Unidades de Alergia a Alimentos de Difícil Manejo, entre otros proyectos de investigación nacionales e internacionales. 



“La alergia en alimentos se produce mayormente en los niños, concretamente durante el primer año de vida. Los estudios sitúan en torno a un 40% los menores que no consiguen superar sus alergias y lo siguen siendo durante su vida adulta”, señalan el Comité de Alergia a los Alimentos y el Comité de Alergia Infantil de la SEAIC. Esta prevalencia de la alergia alimentaria en niños, confirma que la edad es un factor determinante. De igual forma afecta el área geográfica. Es cierto que existen alérgenos comunes que desencadenan una reacción alérgica. Según los registros europeos, la leche de vaca y el huevo de gallina son los más frecuentes en los primeros dos años de vida. Posteriormente, los más comunes son los frutos secos y el cacahuete. “La diferencia geográfica se observa cuando, por ejemplo, en los países del área mediterránea observamos una tendencia a desarrollar alergia al melocotón, así como a la lenteja o la nuez”, explican desde los Comités. Concretamente en España el melocotón es uno de los tres principales alimentos que causan alergia junto con el melón, la gamba y el pescado. A pesar de la dificultad que supone poder precisar información sobre si la incidencia de alergia a algunos grupos de alimentos está aumentando, debido a la falta de datos, en España si se percibe un aumento de alergia al melocotón, los frutos secos y el cacahuete en cuanto a frecuencia. 



El factor genético y la reactividad cruzada aumentan la probabilidad de desarrollar alergia a los alimentos

En general, las enfermedades alérgicas tienen una tendencia genética, es decir, son más proclives a presentar este tipo de patologías aquellas personas con padres alérgicos. Si bien es cierto que las alergias en sí no se heredan, la predisposición a desarrollarla sí puede pasar de padres a hijos. “Que uno de los dos progenitores tenga algún tipo de alergia no significa obligatoriamente que los hijos vayan a heredar esa predisposición, aunque la probabilidad aumenta. Y esto ocurre de igual manera con la alergia a los alimentos”, matizan los expertos. Por otro lado, la reactividad cruzada es bastante común entre los pacientes alérgicos. Normalmente, las personas que sufren una reacción alérgica a una sustancia, también desarrollan sensibilidad a otra sustancia debido a sus características similares. “Quienes sufren reacción a un polen en concreto son vulnerables también a sus frutas o les pasa con un grupo completo de alimentos”, detallan el Comité de Alergia a los Alimentos y el Comité de Alergia Infantil de la SEAIC.

 

Las alergias alimentarias: más diagnosticadas, pero sin tratamiento eficaz

En la actualidad la concienciación y el diagnóstico de las alergias alimentarias es mayor que hace unos años. Los alergólogos han puesto de manifiesto en el XXXIV Congreso Nacional de la SEAIC que esta es una de las causas que justifican que hoy en día se conozcan más casos, además de que las técnicas de diagnóstico han mejorado. De hecho, la tradicional prueba oral ha demostrado una viabilidad limitada debido a los riesgos inherentes y a los recursos requeridos, aunque sigue siendo la estándar  para el diagnóstico. Las pruebas cutáneas, la determinación de IgE sérica específica y el desarrollo de nuevas técnicas moleculares reducen la necesidad de pruebas orales. “En esta línea, el diagnóstico por componentes alergénicos se propone como un método de diagnóstico más preciso, porque en lugar de utilizar extractos crudos de alérgenos, que constan de componentes alergénicos y no alergénicos, este método mide la IgE para proteínas alergénicas individuales. Pruebas como la activación de basófilos (BAT) también parecen ofrecer mayor sensibilidad y especificidad que las pruebas tradicionales. Por otro lado, la prueba de activación de mastocitos (MAT) ofrece otro enfoque prometedor y tiene la ventaja sobre el BAT de que utiliza plasma almacenado en lugar de sangre entera fresca” explican desde la SEAIC. A pesar de los avances continuos y el desarrollo de nuevas técnicas moleculares, sigue siendo difícil identificar una prueba de diagnóstico definitiva que elimine la necesidad de la técnica de exposición oral. 

 

Ante la ausencia de un tratamiento eficaz, evitar el alimento y proporcionar la medicación de emergencia adecuada (autoinyector de adrenalina) solía ser el único enfoque para el abordar la alergia a los alimentos. Sin embargo, la inmunoterapia con alimentos se ha convertido en la primera modalidad de tratamiento activo establecida, que ahora está reconocida por directrices nacionales e internacionales. “Este tipo de alergia está en continua investigación y desarrollo. Desde hace unos años contamos con la opción de la inmunoterapia oral para conseguir la desensibilización. Sin embargo, las actuales líneas de investigación van más allá. Se quiere ofrecer una medicina de precisión y personalizada al paciente”, exponen desde los Comités. 

20 October 2023

El aumento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria: Causas del aumento de prevalencia e incidencia

 




Los Trastornos de La Conducta Alimentaria o TCA se han convertido en la tercera enfermedad crónica entre adolescentes en España. La sociedad de médicos generales y de familia alertó ya en 2018 del auge de este tipo de trastornos en nuestra sociedad.

Este problema no solo es característico en nuestro país, sino que a nivel global también se está convirtiendo en un problema de salud muy extendido. La asociación de TCA de Aragón se hace eco de un estudio internacional liderado por la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en la que han participado otras universidades de España, Ecuador, Brasil, Perú, Reino Unido y EEUU que expone que 1 de cada 5 jóvenes en el mundo padece trastornos de la conducta alimentaria.

Los TCA son trastornos mentales directamente relacionados con una conducta alterada respecto a los hábitos alimentarios con importante repercusión en la salud orgánica. Estas conductas pueden manifestarse en hábitos que abarcan desde una descontrolada ingesta a no tomar ningún tipo de alimento al día. Sin embargo, a pesar de estas conductas alimentarias alteradas, los TCA son en realidad formas de expresar un malestar psicológico profundo en jóvenes o adultos cuando las demandas sociales, familiares o propias exceden a su capacidad sobre un terreno genética y neurobiológicamente determinado

Según la Sociedad española de médicos generales y de familia, los TCA se han incrementado de forma significativa en adolescentes. Mientras en los varones entre 12 y 21 años el porcentaje de trastornos de la conducta alimentaria es de 0,3%, en mujeres de la misma edad la cifra oscila entre un 4,1% y un 6,4%. La revista científica “The Lancet” publicó un artículo titulado “Trastornos de la Conducta Alimentaria “(“eating disorders”) en 2020 exponiendo el aumento desde 1970. Una progresión que apuntaba como una de las causas principales a los cambios en el entorno alimentario. También instaba a que los servicios médicos más generales preguntaran periódicamente por los hábitos alimentarios en busca de un diagnóstico precoz para su prevención.

Posteriormente, la pandemia por Covid 19 aumentó de forma significativa la prevalencia y la gravedad de los casos de Anorexia y de Bulimia nerviosas. A este aumento contribuyó la incertidumbre asociada a la pandemia y a la inestabilidad económica, la banalización de algunas conductas anómalas en torno a la alimentación, una mayor exposición a las redes sociales, el aislamiento y la falta de relación con los pares, así como la conflictividad y las pérdidas sufridas en el ámbito familiar.

Ya estudios anteriores habían alertado sobre el auge de las redes sociales como otro de los factores del incremento de los TCA y todo parecería indicar que, en un futuro cercano, se incrementarían aún más estas cifras, debido a la presión que ejercen estos medios en niños y adolescentes tanto a nivel intelectual como a nivel estético.

 

Trastornos más frecuentes:

Los trastornos más frecuentes son la Anorexia, la Bulimia Nerviosa y el Trastorno por Atracón.

Con frecuencia los síntomas de TCA varían a lo largo del tiempo y muchas personas, que inicialmente, presentan cuadros más restrictivos, pueden acabar desarrollando cuadros de Bulimia Nerviosa o Trastorno por atracón o a la inversa. Suelen estar asociados a otras complicaciones médicas y psicológicas. Por ello el diagnóstico precoz y la intervención temprana son clave para que la intervención resulte exitosa.

La Anorexia Nerviosa Restrictiva

La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario caracterizado por una obsesión y un afán desmedido por adelgazar, el paciente tiene una percepción distorsionada de la imagen corporal, un miedo intenso a volverse obeso que le lleva a una restricción del consumo de alimentos, lo que conlleva un peso corporal considerablemente bajo.

 

La Bulimia Nerviosa

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario detectable por la existencia de episodios repetidos de ingesta de grandes cantidades de alimentos en periodos cortos de tiempo (atracones), seguidos de intentos de compensar el exceso de alimentos ingeridos (por ejemplo, mediante purgas, ayuno o ejercicio físico).

 

El trastorno por Atracón:

Se caracteriza por consumir cantidades inusualmente grandes de alimentos en un tiempo determinado, sensación de que la conducta alimentaria está fuera de control. No existen conductas compensatorias o de purga como en el caso de la Bulimia Nerviosa. Habitualmente estas personas comen de forma emocional de forma atropellada a solas o a escondidas.

Además, con frecuencia, se sienten, avergonzados o deprimidos tras estas conductas.

 

LA FIGURA DEL PSIQUIATRA Y EL PSICOLOGO EN LOS TCA

El tratamiento de estos trastornos es complejo y requieren de psiquiatras y psicólogos especializados en TCA, así como de un abordaje multidisciplinar con endocrinos y ginecólogos en muchas ocasiones. La Dra. Marina Díaz Marsá, una de las fundadoras de la clínica SOMMOS trastornos de la conducta alimentaria en Madrid , situada en la calle Montalbán, es una especialista reconocida en estos trastornos tanto a nivel clínico como en investigación, dedicándose al tratamiento de la Anorexia Nerviosa, de la Bulimia Nerviosa y de los Trastornos por Atracón desde hace más de 25 años.

La Dra. Díaz Marsá es Profesora titular y jefa de la Unidad de Trastornos de la conducta alimentaria del Clínico San Carlos de Madrid.

Actualmente también imparte el Máster sobre TCA en la Universidad Complutense.

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