Según estudios recientes, solo un 3,4% de
las familias con niños que sufren dermatitis atópica asegura tener una calidad
de vida normal. Por ello, el tratamiento de esta dolencia debe
centrarse prioritariamente en el alivio rápido del picor en pacientes
pediátricos con prurito crónico, dado que la mejoría de la calidad de vida es
una necesidad clínica no resuelta de estos pacientes y sus familiares.
Esta es la principal conclusión a la que se llega en una publicación de la Pediatric Allergy and
Immunology (PAI), presentada durante el XII Congreso Mundial de
Dermatología Pediátrica (WCPD, World
Congress of Pediatric Dermatology) en Madrid. El artículo resume las
recomendaciones del grupo internacional multidisciplinar de expertos CALM-IT (Course
of Advanced Learning for the Management of Itch – Curso de Aprendizaje Avanzado
para el Control del Prurito).
Dichas recomendaciones se basaron en el
Informe de Consenso Internacional PRACTALL y han sido adaptadas
a niños y lactantes con dermatitis atópica y urticaria crónica espontánea (UCE). CALM-IT apoya el uso
rutinario del tratamiento cutáneo básico y el uso escalonado de medicamentos tópicos,
conforme a la gravedad y centrado en el rápido control del picor. Los agentes
antiinflamatorios deben ser apropiados para lactantes y niños (es decir, corticosteroides
tópicos con un índice terapéutico optimizado) y han de tener propiedades de
probada eficacia antipruriginosa, tal como se ha demostrado en el corticosteroide
tópico, metilprednisolona aceponato.
“El prurito crónico tiene un impacto profundo en la calidad de vida de los
pacientes y de sus familiares. Además, el estrés psicológico y los síntomas
forman un círculo vicioso en la dermatitis atópica”, afirma la Dra. Ulrike
Blume-Peytavi, Profesora del Departamento de Dermatología y Alergia de la Charité-Universitätsmedizin
de Berlín, Alemania, y miembro fundador del Grupo de Trabajo CALM-IT. “Por
ello, es necesario ser más conscientes del beneficio que el control rápido del
picor reporta a los pacientes pediátricos con prurito crónico, sobre todo,
gracias al uso de los tratamientos farmacológicos existentes, indicados en esta
población”.
La dermatitis atópica se observa principalmente durante la infancia,
iniciándose en el 85−95% de los casos antes de los 5 años de edad3,4.
El prurito, uno de los síntomas clave, desencadena una respuesta de rascado e
inicia un ciclo de “picor-rascado” que, a su vez, intensifica el prurito,
exacerbando la gravedad de la enfermedad causando más complicaciones. Además,
existen desafíos especiales intrínsecos al tratamiento pediátrico del prurito:
la naturaleza subjetiva de la valoración del picor, el impacto en la calidad de
vida, el sueño, el comportamiento y el crecimiento, el impacto en toda la
familia, el cumplimiento del tratamiento, así como los riesgos de la marcha atópica
en los pacientes con dermatitis atópica.
Los corticosteroides tópicos siguen siendo el pilar principal del
tratamiento de la dermatitis atópica; sin embargo, en niños y lactantes, el
tratamiento tópico puede dar lugar a un aumento de la absorción de cualquier
ingrediente activo aplicado en la piel, debido a un aumento de la relación de
superficie - volumen de piel. Además, los niños presentan un metabolismo farmacológico
más lento que el de los adultos, lo que ha dado lugar a que, tras el
tratamiento con hidrocortisona convencional, el nivel de cortisol sérico en
niños sea significativamente superior al registrado en pacientes más mayores.
Las formulaciones más recientes de corticosteroides tópicos -los fármacos de
referencia en el tratamiento de la dermatitis atópica- han dado lugar a
productos de cuarta generación con un índice terapéutico optimizado, es decir,
con un equilibrio más favorable entre potencia y acontecimientos adversos.
No comments:
Post a Comment