Uno de cada tres pacientes que acude a la consulta del médico de familia por un problema de insomnio sufre un trastorno de salud mental, en la mayor parte de los casos depresión. Así se desprende de un estudio (*1) realizado a 420 pacientes que han pasado por un centro de salud de Cataluña y cuyos resultados se presentan en el marco del 30º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) que estos días se celebra en la Feria de Valencia.
En opinión de la doctora María Jesús Cerecedo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de semFYC, "se trata de una cifra alarmante que requiere la atención de todos los profesionales implicados en el tratamiento de los trastornos del sueño. Aunque es cierto que suele ser habitual que en los cuadros depresivos nos encontremos con insomnio, no todas las personas que padecen insomnio van a tener necesariamente una depresión. El insomnio es uno de los problemas más frecuentes en nuestra consulta y aunque puede afectar a cualquier persona es más frecuente en mujeres, ancianos y personas que viven solas (separados, divorciados o viudos) ".
Se estima que en nuestro país el insomnio afecta a un 40% de los adultos, un 10% lo sufre de manera crónica, y su prevalencia aumenta con la edad, llegando a un 45% entre los 65 y 79 años. Está demostrado que las situaciones estresantes, como el cambio de turnos en el trabajo, el consumo de medicamentos y sustancias excitantes, y el tabaco pueden ser la causa o contribuir a que aparezca este trastorno. De hecho, el momento actual que vivimos de desesperanza e incertidumbre económica está pasando factura a los españoles a la hora de conciliar el sueño. "En las consultas de Atención Primaria hemos observado un aumento de los pacientes que acuden con ansiedad y que nos cuentan que tienen problemas para dormir. Lo que está directamente relacionado con los problemas económicos y laborales que ha desencadenado la crisis que actualmente vivimos", asegura la doctora Cerecedo.
-Más frecuente en mujeres
El estudio ha sido realizado en el centro de salud de Camps Blancs en San Boi de Llobregat, Barcelona, en 420 pacientes, a los que se les realizó el test de Epwort, el más utilizado en las consultas de Atención Primaria. El 78% de los pacientes padecían insomnio, de los que el 52% eran mujeres. El objetivo era determinar la prevalencia de este problema y el consumo de ansiolíticos.
De estos datos se desprende que un 31% de los pacientes con insomnio consume benzodiacepinas. Para la doctora Cerecedo, "tomar estos medicamentos no es malo, siempre que se haga bajo prescripción médica. Los hipnóticos o tranquilizantes han de utilizarse durante periodos cortos, desde unos pocos días hasta dos semanas, con una duración máxima de cuatro, o en momentos puntuales. Sin embargo, hay que dejar claro que el tratamiento farmacológico sólo está indicado cuando otras medidas no son suficientes. Es decir, el primer paso del tratamiento es recomendar una serie de pautas para una correcta higiene del sueño, como por ejemplo, acostarse y levantarse siempre a la misma hora, no ingerir cenas demasiado copiosas, mantener la habitación ventilada y limitar el consumo de bebidas estimulantes al caer la tarde".
En este sentido, y según este estudio, hasta un 79% de los pacientes con insomnio toman habitualmente bebidas estimulantes. "Aunque parezca mentira, en muchos casos los pacientes desconocen que algunos hábitos diarios son perjudiciales para conciliar el sueño", asegura esta experta.
Sólo el 38% de los pacientes declaró dormir la siesta y, según la doctora Cerecedo, "es recomendable echarse unos 20 minutos después de comer, ya que esta pequeña desconexión nos pueda ayudar a estar más activos durante la tarde, pero nunca se recomienda que sea más de una hora. Esto suele ocurrir en las personas mayores, que en ocasiones duermen siestas de varias horas, por lo que al llegar la noche permanecen insomnes".
La falta de un descanso de calidad puede provocar efectos negativos para la salud como son entre otros el deterioro en la capacidad de atención, en la memoria y en el estado de ánimo e incluso llegar a causar accidentes laborales, domésticos y de tráfico y a reducir de manera significativa el rendimiento laboral. "Las consecuencias de no dormir pueden tener consecuencias en cualquier ámbito de la vida, tanto personal como laboral y en la salud, ya que el sistema inmunitario se ve afectado cuando no existe un descanso adecuado", concluye esta experta.
***************************************************************************************************1* Insomnio, el gran olvidado de la Atención Primaria. Autores: Figueras Almoril X, Carrizosa Bach M, Álvarez Castro M. Abs Camps Blancs. Sant Boi de Llobregat. Cataluña.
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19 June 2010
08 September 2009
Los médicos dan consejos para neutralizar el efecto de la crisis económica en la salud
Los profesionales sanitarios vienen comprobando desde hace tiempo que la crisis económica repercute en la salud mental de la población. Jóvenes frustrados que envían una y otra vez su currículum sin respuesta satisfactoria, trabajadores que de un día para otro se convierten en prejubilados sin haberlo solicitado… La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) defiende la potenciación de ciertas habilidades en el paciente que le ayuden a afrontar con éxito los problemas asociados a la actual situación del mercado laboral haciendo uso de sus propios recursos. "Desde nuestro ámbito en la Atención Primaria, nos corresponde realizar una escucha activa intentando detectar los impactos individuales y en el entorno familiar y social, ayudando a recomponer la autoestima y la motivación", asegura el doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC, sociedad científica que representa a cerca de 20.000 médicos de familia.
Según el doctor Aguilera, la crisis económica puede ser una fuente de acontecimientos vitales estresantes que afectan de manera desigual a la población. Por eso explica que la salud mental se puede resentir cuando surge un escenario donde cada vez hay "más acontecimientos que van desde el deterioro de las condiciones de trabajo a aumentos de la conflictividad laboral o la pérdida del puesto trabajo hasta la repercusión de las dificultades económicas en el entorno familiar e incluso el riesgo del aumento de conflictos sociales provocados por un elevado nivel de irritabilidad".
Para la doctora María Jesús Cerecedo, coordinadora del Grupo de Salud Mental de la semFYC, es importante tener en cuenta que la crisis es una situación estresante que el paciente no ha generado y frente a la cual se siente impotente por no poder influir sobre ella. En ese sentido, esta experta alerta del papel que juegan los medios de comunicación. "La transmisión de la información a la población resulta clave, tanto por la posibilidad de generar reacciones de miedo excesivo y pánico como por bloquear las reacciones adaptativas y no influir adecuadamente en el desarrollo de comportamientos que sí puedan repercutir en superar la ansiedad y el malestar. La prensa es clave en la comunicación de riesgo y en la formación de la opinión pública sobre estas cuestiones, no sólo por la información que trasmiten, sino también por los aspectos sobre los que la focalizan y el sentido de urgencia que les dan".
-Ayuda en la consulta
El Grupo de Salud Mental de semFYC considera esencial que los médicos de familia centren su atención hacia los recursos que los pacientes traen a la consulta. "Son muchas las situaciones en las que las personas consiguen soluciones adecuadas y eficaces para resolver aquello que les preocupa, y lo que sucede es que no se dan cuenta de que tienen en sus manos recursos que han de poner en práctica", asegura la doctora Cerecedo.
Las medidas que los médicos de familia proponen para hacer frente situaciones adversas son las siguientes:
-Delimitar el problema; no se ha de olvidar que se trata de una situación pasajera y como otras crisis su duración es limitada. Es temporal y reversible.
-Definir la intensidad del problema y los factores asociados al mismo; aceptar la realidad tal como es y diferenciar aquellos factores independientes, que no dependen de nosotros mismos y que, por tanto, no podemos modificar de aquellos otros sobre los que se puede actuar.
-Obtener la información precisa para plantear alternativas. Clarificar los diferentes elementos sobre los que tenemos capacidad de actuación; valorar si es posible bajar nuestro nivel de consumo, aumentar y mejorar nuestra preparación laboral, madurar una idea de desarrollo personal aparcada desde hace años, etc.
-Identificar propuestas o soluciones alternativas viables, y posponer proyectos muy difíciles de sacar adelante en el momento actual.
-Planificar soluciones: Establecer un plan de acción y seguirlo, hacer que las cosas cambien. Priorizando y seleccionando las soluciones elegidas. Poniendo en marcha las acciones correspondientes.
-Reevaluación positiva: Decidir aprender de la experiencia, evaluando y aprendiendo de los resultados. Ante situaciones similares anteriores, hemos sabido resolverlas y por tanto disponemos de recursos para salir exitosamente del conflicto.
-Búsqueda de Apoyo Social: pedir ayuda a amigos y conocidos, apoyarse en lo positivo de la relación familiar.
No volcar las expectativas positivas de nuestro proyecto vital exclusivamente en nuestro periodo vacacional. También las actividades gratificantes pueden estar en actividades accesibles y baratas realizadas en pequeños tiempos de ocio que hemos de distribuir a lo largo de todo el año y pueden ayudar a normalizar o a sobrellevar los tiempos difíciles; es el momento de ese partido de fútbol con nuestros hijos o de un paseo con tu pareja o de esa actividad hobby que siempre se pospone por falta de tiempo para hacerla y disfrutarla.
Por último y no menos importante los hábitos de vida saludables como mantener horarios regulares de sueño/vigilia; realizar ejercicio físico moderado; seguir una alimentación equilibrada y variada basada en la dieta mediterránea y no automedicarse son medidas que ayudarán a que nos sintamos mejor física y psíquicamente.
Según el doctor Aguilera, la crisis económica puede ser una fuente de acontecimientos vitales estresantes que afectan de manera desigual a la población. Por eso explica que la salud mental se puede resentir cuando surge un escenario donde cada vez hay "más acontecimientos que van desde el deterioro de las condiciones de trabajo a aumentos de la conflictividad laboral o la pérdida del puesto trabajo hasta la repercusión de las dificultades económicas en el entorno familiar e incluso el riesgo del aumento de conflictos sociales provocados por un elevado nivel de irritabilidad".
Para la doctora María Jesús Cerecedo, coordinadora del Grupo de Salud Mental de la semFYC, es importante tener en cuenta que la crisis es una situación estresante que el paciente no ha generado y frente a la cual se siente impotente por no poder influir sobre ella. En ese sentido, esta experta alerta del papel que juegan los medios de comunicación. "La transmisión de la información a la población resulta clave, tanto por la posibilidad de generar reacciones de miedo excesivo y pánico como por bloquear las reacciones adaptativas y no influir adecuadamente en el desarrollo de comportamientos que sí puedan repercutir en superar la ansiedad y el malestar. La prensa es clave en la comunicación de riesgo y en la formación de la opinión pública sobre estas cuestiones, no sólo por la información que trasmiten, sino también por los aspectos sobre los que la focalizan y el sentido de urgencia que les dan".
-Ayuda en la consulta
El Grupo de Salud Mental de semFYC considera esencial que los médicos de familia centren su atención hacia los recursos que los pacientes traen a la consulta. "Son muchas las situaciones en las que las personas consiguen soluciones adecuadas y eficaces para resolver aquello que les preocupa, y lo que sucede es que no se dan cuenta de que tienen en sus manos recursos que han de poner en práctica", asegura la doctora Cerecedo.
Las medidas que los médicos de familia proponen para hacer frente situaciones adversas son las siguientes:
-Delimitar el problema; no se ha de olvidar que se trata de una situación pasajera y como otras crisis su duración es limitada. Es temporal y reversible.
-Definir la intensidad del problema y los factores asociados al mismo; aceptar la realidad tal como es y diferenciar aquellos factores independientes, que no dependen de nosotros mismos y que, por tanto, no podemos modificar de aquellos otros sobre los que se puede actuar.
-Obtener la información precisa para plantear alternativas. Clarificar los diferentes elementos sobre los que tenemos capacidad de actuación; valorar si es posible bajar nuestro nivel de consumo, aumentar y mejorar nuestra preparación laboral, madurar una idea de desarrollo personal aparcada desde hace años, etc.
-Identificar propuestas o soluciones alternativas viables, y posponer proyectos muy difíciles de sacar adelante en el momento actual.
-Planificar soluciones: Establecer un plan de acción y seguirlo, hacer que las cosas cambien. Priorizando y seleccionando las soluciones elegidas. Poniendo en marcha las acciones correspondientes.
-Reevaluación positiva: Decidir aprender de la experiencia, evaluando y aprendiendo de los resultados. Ante situaciones similares anteriores, hemos sabido resolverlas y por tanto disponemos de recursos para salir exitosamente del conflicto.
-Búsqueda de Apoyo Social: pedir ayuda a amigos y conocidos, apoyarse en lo positivo de la relación familiar.
No volcar las expectativas positivas de nuestro proyecto vital exclusivamente en nuestro periodo vacacional. También las actividades gratificantes pueden estar en actividades accesibles y baratas realizadas en pequeños tiempos de ocio que hemos de distribuir a lo largo de todo el año y pueden ayudar a normalizar o a sobrellevar los tiempos difíciles; es el momento de ese partido de fútbol con nuestros hijos o de un paseo con tu pareja o de esa actividad hobby que siempre se pospone por falta de tiempo para hacerla y disfrutarla.
Por último y no menos importante los hábitos de vida saludables como mantener horarios regulares de sueño/vigilia; realizar ejercicio físico moderado; seguir una alimentación equilibrada y variada basada en la dieta mediterránea y no automedicarse son medidas que ayudarán a que nos sintamos mejor física y psíquicamente.
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