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07 March 2019

Los anestesiólogos españoles se forman en técnicas punteras para el tratamiento del dolor


La Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) celebra una jornada en Neuroestimulación y Terapia Intratecal en el Tratamiento del Dolor el próximo 8 de marzo, en Madrid. La jornada se ha diseñado con el objetivo de animar a los médicos jóvenes a iniciarse en este tipo de tratamientos y concienciar a la población sobre la existencia de estas terapias que no siempre están disponibles para todos los pacientes.

Las técnicas de neuroestimulación y la terapia intratecal son técnicas de neuromodulación, son procedimientos para combatir el dolor. Según ha explicado el Dr. Hermann Ribera, secretario de la Sección de Dolor Agudo y Crónico de la SEDAR, son capaces de frenar o modificar las estructuras del sistema nervioso central o periférico para que la percepción dolorosa del paciente disminuya de forma consistente y prolongada en el tiempo.

Están indicadas cada vez en más situaciones clínicas, principalmente en personas que han pasado por una cirugía de espalda fallida, para pacientes con dolor neuropático, dolor de tipo vascular, dolor oncológico y espasticidad.

Cuando los pacientes se seleccionan de forma adecuada los beneficios en términos de calidad de vida a largo plazo son elevados, y de forma colateral los beneficios económicos para la sociedad son altos pues existe un ahorro en otras terapias y pruebas diagnósticas.

La terapia intratecal, consiste en implantar un catéter en el espacio intratecal o intradural (cercano a la médula espinal) y su conexión a una bomba subcutánea con un reservorio para la infusión continua de un medicamento analgésico, ha explicado el Dr. Ribera. Hasta hace poco, el medicamento de elección para dicho tratamiento ha sido la morfina, sin embargo “en las guías clínicas internacionales se está introduciendo otro fármaco de primera línea, el ziconotide”.

“Tanto en España como en el resto del mundo (sobre todo en países con un elevado desarrollo económico) están aumentando el número de implantes debido a su elevada eficacia y al favorable balance entre el coste y el beneficio, hecho cada vez más evidente en la literatura científica”, ha indicado el Dr. Ribera.

El Dr. Antonio Montes, vicepresidente de la Sección de Dolor Agudo y Crónico de la SEDAR, ha añadido que esta es una terapia de gran eficacia en el tratamiento del dolor de alta complejidad, a la que aún no tienen acceso, de forma igualitaria, todos los ciudadanos de España. “Existen grandes diferencias no solo entre comunidades, sino en una misma ciudad. Este es uno de los aspectos que han de mejorarse a nivel global”.

Se ha mostrado de acuerdo con esta apreciación el Dr. David Abejón, jefe de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario Quirón. A su modo de ver, este tipo de tratamiento está claramente infrautilizado, “si lo comparamos con países de nuestro entorno como Bélgica, UK o Alemania”.

Además, a entender de este especialista las disparidades entre Comunidades Autónomas o entre acceso a estas técnicas dentro de una misma comunidad pueden llegar a ser alarmantes: “Es importante que todos los pacientes tengan acceso a este tipo de tratamiento”, ha declarado.

A este respecto, el Dr. Montes ha señalado que durante la jornada se comunicará la realización de una encuesta a nivel nacional para cuantificar esas diferencias.

Este experto recuerda que existen patologías en el ámbito del dolor para las cuales no existe una terapia con una evidencia científica más alta que la neuromodulación. Esas patologías incluyen los síndrome postlaminectomía, o bien los pacientes con Síndrome de dolor regional complejo. En la infusión en pacientes con espasticidad no existe un tratamiento mejor que la infusión intratecal de baclofeno.

El empleo de estas técnicas requiere una formación muy especializada con una elevada curva de aprendizaje. El médico anestesiólogo es el especialista más indicado -aunque no exclusivo- para llevarlas a cabo, debido a las habilidades técnicas inherentes a su especialidad. En cualquier caso, apunta el Dr. Ribera, el médico que implanta estos sistemas precisa de una formación específica en sus diferentes modalidades, indicaciones, conocimiento de las diferentes técnicas y de sus complicaciones.

El Dr. Montes ha lamentado que no exista una clara concienciación desde las organizaciones sanitarias de la eficiencia de este tipo de tratamientos ya que, según ha recordado el Dr. Ribera, la selección cuidadosa del paciente y de las indicaciones hace posible que la relación coste-beneficio del tratamiento sea favorable.



01 July 2010

El 40% de los pacientes que se operan son tratados con anticoagulantes o antiagregantes para prevenir las trombosis

“El 40% de los pacientes que se operan hoy en día están siendo tratados con anticoagulantes o antiagregantes para prevenir el elevado índice de trombosis”, afirmó el Dr. Juan Vicente Llau, Jefe de Sección de Anestesiología y Reanimación del Hospital Clínico Universitario de Valencia, profesor de Fisiología Humana de la Universidad Católica “San Vicente Mártir” de Valencia y Vicepresidente de la Sección de Hemostasia y Medicina Transfusional de la SEDAR, en la presentación del Primer Gran Tratado de Medicina Transfusional Perioperatoria. Esta obra ha sido editada por el Grupo Elsevier España y avalada científicamente por la Sociedad Española de Anestesiología (SEDAR).
La primera parte del Tratado versa sobre la actualización de los recientes avances que existen en hemostasia, con las implicaciones que la coagulación de la sangre tiene en el desarrollo de trombosis durante el periodo perioperatorio. El Dr. Llau que ha dirigido esta obra desarrollada por más de 100 autores, en su mayoría anestesiólogos, de 43 hospitales de toda la geografía española explicó que “las nuevas tendencias en tratamiento de la hemorragia aguda, el manejo de los fármacos antiagregantes y anticoagulantes, la actualización de los protocolos de manejo de los mismos con las implicaciones que tienen en la realización de las técnicas anestésicas y la actualización de los nuevos anticoagulantes, son una parte importante dentro de esta sección”.
El vicepresidente de la SEDAR señaló que “se trata de una Guía que consideramos esencial para los anestesiólogos y para todos los que deseen conocer a fondo las cuestiones más novedosas en torno a la coagulación y la hemorragia, las transfusiones, las trombosis y sus tratamientos, especialmente en el periodo perioperatorio”. Asimismo comentó que su consulta será “muy útil para aprender a mejorar el cuidado de los miles de personas que se intervienen quirúrgicamente a diario en nuestros hospitales. Pero también, sin duda, para comprobar una vez más el alto grado de preparación y actualización de los médicos anestesiólogos, que cuidan de todos ellos, desde la consulta que realizan antes de la cirugía, durante la operación y después, hasta que se recuperan de la administración de los agentes anestésicos”.
En los 51 capítulos del Tratado que ocupa unas 700 páginas, se tratan aspectos tan vigentes como los nuevos fármacos anticoagulantes, la eficacia de los métodos de ahorro de sangre, las tendencias actuales en el manejo de la fluidoterapia, los protocolos de control de la hemorragia masiva en los pacientes politraumatizados o los aspectos ético-legales de la Medicina transfusional.
Esta obra también realiza un repaso exhaustivo y actual sobre los métodos de ahorro de sangre, el empleo de fármacos para disminuir el sangrado, las implicaciones que tiene la transfusión sanguínea durante la cirugía y la anestesia, y cómo se debe actuar para evitar las transfusiones innecesarias. “Si se aplican métodos de ahorro de sangre a todos los pacientes que se operan se podría ahorrar un 30% de la sangre que se consume en los hospitales”, aseguró el Dr. Llau.
Asimismo se desarrolla el tratamiento transfusional en situaciones específicas en las que suele haber un sangrado importante, como la cirugía cardiaca, la oncológica o la cirugía ortopédica, o las situaciones en las que el sangrado puede determinar una mala evolución del paciente, como la neurocirugía. “Entre el 60 y el 80% de los pacientes que se intervienen de cirugía cardiaca necesitan ser transfundidos”, afirmó el Dr. Llau quien añadió que en el caso de algunos pacientes politraumatizados pueden llegar a necesitar hasta 15 ó 20 bolsas de sangre para salvar sus vidas.
También se desarrolla un aspecto polémico, como es el manejo de la pérdida de sangre en los Testigos de Jehová así como los aspectos éticos-legales de la Medicina Transfusional. A este respecto, el Dr. Llau señaló que “estos pacientes deben ser respetados en sus creencias y es necesario tenerlos en cuenta en las estrategias de ahorro de sangre”.
Finamente, el libro lleva a cabo una actualización sobre una cuestión de creciente importancia como es la reposición intravenosa de fluidos durante la cirugía, es decir, cómo, en qué cantidad y con qué tipo de líquidos se debe tratar a cada uno de los pacientes que son intervenidos quirúrgicamente. “Todos los pacientes que se operan necesitan llevar un gotero puesto. El tipo de líquido que es el gotero puede llegar a mejorar la intervención quirúrgica”, dijo el Dr. Llau.
Junto al Dr. Llau, son coeditores del libro la Dra. Misericordia Basora, médico adjunto del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Clínic de Barcelona, el Dr. Aurelio Gómez-Luque médico adjunto del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital “Virgen de la Victoria” de Málaga y Profesor Titular de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, y la Dra. Victoria Moral, Jefe de Servicio del Hospital Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. Este libro sanitario ha sido impulsado también por el Presidente de la SEDAR, el Dr. Fernando Gilsanz, Jefe de Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital de “La Paz” de Madrid.

08 June 2010

Los hospitales españoles podrían ahorrar hasta un 30% de unidades de sangre en el preoperatorio de pacientes

La necesidad de ahorrar sangre debe ser un objetivo prioritario en todo hospital moderno. Por este motivo, una actualización de los métodos de ahorro de sangre es una cuestión absolutamente de calidad en el tratamiento de los pacientes. Los pacientes tienen el derecho de ser intervenidos quirúrgicamente con la aplicación de los métodos de sangres disponibles e indicados en cada circunstancia. Ésta ha sido una de las cuestiones que se ha abordado en la III Reunión nacional de la Sección de Hemostasia, Medicina Transfusional y Fluidoterapia Perioperatoria de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR)
El Dr. Juan Vicente Llau, Vicepresidente de la Sección de Hemostasia y Medicina Transfusional de la Sociedad Española de Anestesiología y Jefe de Sección de Anestesiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia afirma que “con una preparación óptima del paciente y el uso de los métodos de ahorro de sangre más adecuados se podría evitar la administración de hasta un 20 ó 30% de las unidades de sangre que se emplean habitualmente en el perioperatorio”. El Dr. Llau considera que el uso de la sangre se podría mejorar “tratando de disminuir el sangrado de las intervenciones y preparando mejor al paciente, sobre todo con un diagnóstico adecuado y un tratamiento específico de la anemia antes de la intervención quirúrgica”. El objetivo en este terreno es el tratamiento de la anemia preoperatoria y la disminución del sangrado perioperatorio para conseguir un ahorro en la administración de sangre.
La cirugía cardiaca es una de las cirugías con mayor riesgo de sangrado y transfusión. En este sentido se ha pronunciado también la Dra. Pilar Paniagua, médico adjunto de Anestesiología del Hospital Cruz y San Pablo de Barcelona que afirmó que “se transfunde mucho en cirugía cardiaca y vascular mayor por lo que se hace necesario buscar medidas para transfundir menos. Hay que conocer los factores que aumentan el riesgo para corregirlos, evitarlos o extremar medidas de ahorro de sangre. Pero también hacen falta más estudios para validar la capacidad de predicción de sangrado de los monitores de diagnóstico de la coagulopatía y poder establecer algoritmos de tratamiento basados en diagnosticos rápidos y fiables de las causas de sangrado”.
La Dra. Paniagua indicó que el 20% de los pacientes que se operan de cirugía cardiaca tienen una hemorragia significativa y hasta un 4% requieren reexploración quirúrgica. Asimismo apuntó que en menos del 50% de los reintervenidos, la causa es quirúrgica siendo la coagulopatía microvascular la principal causa de sangrado. Entre las soluciones que aportó Paniagua para reducir los riesgos de sangrado y transfusión, mencionó los fármacos antifibrinolíticos, la corrección de la anemia perioperatoria, optimizar el tratamiento anticoagulante previo a la cirugía y diseñar algoritmos de manejo de sangrado que sirvan de guía de práctica clínica.
Los nuevos anticoagulantes centraron buena parte de esta reunión. Hay muchos pacientes que reciben tratamiento con un fármaco anticoagulante, sobre todo con acenocumarol (el conocido SINTROM) o con un fármaco antiagregante (aspirina o clopidogrel) porcentaje que se incrementa mucho entre la población mayor de 65 años. “Alrededor de uno de cada diez pacientes toma de forma crónica alguno de estos fármacos. En los últimos años se están desarrollando nuevos tratamientos anticoagulantes que vayan a sustituir al SINTROM. Estos nuevos anticoagulantes se presentan como más efectivos y más seguros y las investigaciones que se están llevando a cabo en este terreno van a ser actualizado en este reunión”, dijo el Dr. Llau quien añadió que “hemos visto los aspectos más novedosos del empleo de estos nuevos anticoagulantes en la profilaxis de la enfermedad tromboembólica venosa como en su empleo en un futuro muy inmediato en los pacientes con patologías como determinados tipos de arritmias, los que son portadores de una válvula cardiaca mecánica o aquellos que han sufrido una trombosis cerebral”.
Otro aspecto sobre el que han incidido estos especialistas han sido los casos en los que un 5% de la población que acude a un hospital rechazan la transfusión de hemoderivados lo que supone un reto importante para el anestesiólogo. “Se trata siempre de una cuestión controlvertida y en la que entran en juego aspectos éticos y de derecho de los pacientes junto a otros de confianza en el médico y de deber de defensa de la vida. Aunque no se dispone de datos concretos, podemos afirmar que actualmente alrededor de 5% de pacientes rechazan la transfusión de hemoderivados por diversos motivos”, señala el Dr. Llau.
“Es conveniente saber que incluso algunos pacientes Testigos de Jehová no aceptan determinadas técnicas de autotransfusión, como son la predonacion autologa, la recuperacion intra y postoperatoria, según el tipo de recuperadores del que se trate. Como consecuencia de ello resulta a veces muy difícil lograr nuestro objetivo que es optimizar la hemodinamia intra y postoperatoria de estos pacientes”, explicó la Dra. Cintia Stump, residente del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria (Las Palmas).
La fluidoterapia, la administración de los “goteros” durante el peridodo preoperatorio ha sido otra de las temáticas a tratar entre estos especialistas. La actualización de los líquidos necesarios en el periodo perioperatorio, su administración, las alternativas según las intervenciones quirúrgicas, los riesgos y los grupos de pacientes, han figurado en el orden de prioridades a debatir por los anestesistas. Enviado por blog3 el Mar, 08/06/2010 - 07:56.-->-->
La necesidad de ahorrar sangre debe ser un objetivo prioritario en todo hospital moderno. Por este motivo, una actualización de los métodos de ahorro de sangre es una cuestión absolutamente de calidad en el tratamiento de los pacientes. Ésta ha sido una de las cuestiones que se ha abordado en la III Reunión nacional de la Sección de Hemostasia, Medicina Transfusional y Fluidoterapia Perioperatoria de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR)

07 June 2010

Una de cada cuatro embolias pulmonares se produce durante la convalecencia


Esta es una de las principales conclusiones alcanzadas en la III Reunión de la Sección de Hemostasia, Medicina Transfusional y Fluidoterapia Perioperatoria de la SEDAR (Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación) que se celebra en Madrid
En concreto, el Dr. Manuel Monreal, Jefe de Sección de Medicina Interna en el hospital universitario Germans Trias i Pujol de Badalona afirma que “una de cada cuatro embolias pulmonares aparece en pacientes médicos y la mitad de las muertes por embolia pulmonar aparece también en éstos. Por este motivo, es tan importante reconocer a los pacientes encamados con más riesgo de contraer la enfermedad, y luchar contra ella con los fármacos más eficaces y seguros de los que podemos disponer”. El término de paciente médico se refiere a la persona que debe permanecer en cama durante “más de tres días”.
“Sabemos que el encamamiento supone un riesgo de contraer una trombosis venosa y una embolia en el pulmón” si bien matizó que “en nuestra experiencia con más de 30.000 pacientes con trombosis venosa y/o embolia pulmonar hemos aprendido que no todas las embolias tienen la misma gravedad”, dijo el Dr. Monreal quien ha especificado que “la que aparece en pacientes médicos es mucho más grave, porque produce la muerte mucho más a menudo ya que la propia enfermedad que obliga al encamamiento sitúa al paciente en una situación de fragilidad, que le impide luchar contra la embolia y superarla”.
La embolia en el pulmón es la consecuencia del desprendimiento de un trombo (o coágulo) formado en las venas de las piernas, que va a parar a las arterias del pulmón, y allí provoca insuficiencia respiratoria, insuficiencia cardiaca y, en ocasiones, la muerte.
El Dr. Monreal señaló que la embolia pulmonar es una enfermedad frecuente, grave y prevenible: “Es frecuente porque uno de cada 100 pacientes ingresados en hospitales españoles se van de alta con el diagnóstico de embolia pulmonar y/o trombosis venosa profunda, y grave porque produce la muerte en un 6 por ciento de los casos (un poco menos que el infarto de miocardio)”. Asimismo destacó que “es prevenible porque en situaciones de riesgo podemos tratarles con anticoagulantes y disminuir así el riesgo”.
La situaciones de riesgo más frecuentes son las operaciones quirúrgicas (especialmente las de cadera o rodilla), el embarazo, los viajes largos en avión y las inmovilizaciones prolongadas (ya sea una inmovilización por una férula o yeso, o bien un encamamiento superior a 3 días).
El Dr. Manuel Monreal realizó estas declaraciones durante su exposición en la Mesa de trabajo “Qué aportan los nuevos anticoagulantes orales”.

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