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30 May 2019

La atención temprana a niños con tartamudez permite superar o reducir esta disfluencia y los frecuentes problemas de socialización que provoca

La tartamudez es una alteración del ritmo del habla caracterizado por frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras, que aparece especialmente en la infancia, a partir de los 18 meses de edad. Un 5 % de los niños de entre 2 y 5 años presenta disfluencias en algún momento, de las cuales el 80 % remite espontáneamente, mientras que el otro 20 % continúa, pudiendo prolongarse y agravarse durante la vida adulta. En la actualidad, las personas con tartamudez representan el 1 % de la población mundial, muchas de las cuales ven condicionada su vida por la dificultad para afrontar situaciones en diferentes ámbitos como el escolar, el profesional y el social.
No existe un único patrón, hay tantas formas de tartamudear como personas con este tipo de trastorno del habla, y además no se presenta de forma constante. Investigaciones recientes en las áreas de la genética, neuroimagen y coordinación motora están demostrando que la tartamudez está causada por un problema de integración de los circuitos neurológicos, y no es originada por componentes externos ni psicológicos. Así mismo, existe una serie de factores de riesgo que predisponen en mayor medida la aparición y desarrollo de la disfluencia como son la historia familiar, la edad del niño en el inicio de la tartamudez, la duración del cuadro, los tipos y velocidad del habla y el género.
A pesar de este escenario, no todos los pediatras derivan al especialista a los niños que, en consulta, presentan algún tipo de alteración en el habla, según la propia Fundación Española de la Tartamudez. Esto dificulta que muchos pequeños puedan beneficiarse de un diagnóstico y atención precoces por parte de logopedas, neuropediatras, etc.
Conscientes de la necesidad de establecer un marco de actuación referente en ofrecer solución clínica a los niños con este tipo de disfluencias, la Fundación Vithas Nisa y la Fundación Española de la Tartamudez han firmado un convenio que pone en marcha un ambicioso proyecto de investigación y conocimiento para la obtención en el ámbito asistencial de un diagnóstico temprano de la tartamudez y su posterior tratamiento. El acuerdo establece además la información y difusión de las actuaciones y conclusiones obtenidas como forma de alertar a la sociedad en general y a los especialistas en pediatría en particular de la importancia de tales trastornos.
Con este acuerdo, ambas fundaciones pretenden establecer la identificación y creación de grupos multidisciplinares de profesionales formados por pediatras, logopedas y neruropediatras que promuevan la elaboración y desarrollo de un Protocolo de Detección Precoz en 10 hospitales del Grupo Vithas ubicados en Málaga, Valencia y Castellón en una primera fase, y Madrid, Sevilla, Vigo y Alicante en la segunda.
Ambas entidades colaborarán para formar y sensibilizar a los especialistas sobre la relevancia de la detección precoz de la tartamudez, mediante la realización de actividades docentes y de cursos y sesiones clínicas monográficas. El correcto desarrollo de una política de detección precoz de la tartamudez en consulta resulta ampliamente exitoso si se realiza entre los 2 y los 6 años de edad.
La primera jornada que se enmarca dentro de este acuerdo tendrá lugar este sábado en el Hospital Vithas Xanit Internacional, donde especialistas en psicología y logopedia abordarán la importancia de la detección y tratamiento precoces de la tartamudez en los niños.
La investigación se prolongará entre 3 y 4 años
La Fundación Española de la Tartamudez recalca que el mejor momento para la intervención siempre será cuanto antes, ya que resulta mucho más eficaz el tratamiento cuando aún no han aparecido conductas secundarias como muletillas, fuerza, evitación, circunloquios o ansiedad. Estas representan además la manifestación del sufrimiento por parte del niño, algo que se debe evitar a toda costa.
El convenio entre las fundaciones de la Tartamudez y Vithas Nisa recoge por ello la puesta en marcha de un método de información y seguimiento a los profesionales colaboradores, en el que no solo se informe de la evolución del paciente durante el tratamiento de la tartamudez, sino que además pueda servir de base de estudio para un proyecto de investigación que permita evaluar en un plazo de 3 a 4 años la importancia de abordar con suficiente antelación la tartamudez, pudiendo lograr su eliminación total o parcial.
Tras la firma del acuerdo, el Consejero Director General del Grupo Vithas y Presidente de la Fundación Vithas Nisa, José Luis Pardo, ha subrayado que “la Fundación Vithas Nisa cumple con este convenio dos de sus objetivos esenciales: fomentar la investigación con traslación clínica; y colaborar con otras entidades que impulsen proyectos que mejoren la calidad de vida de las personas, como es el caso de la Fundación Española de la Tartamudez”.
“Gracias a las numerosas acciones que ponemos en marcha con este convenio –añade José Luis Pardo-, miles de niños con tartamudez se beneficiarán de una atención temprana y profesional, lo que les permitirá superar o mejorar notablemente las limitaciones de este trastorno de la comunicación y, por tanto, alcanzar su pleno desarrollo social y personal. Estoy convencido de que los excelentes pediatras de los hospitales Vithas se involucrarán en este estudio de largo recorrido con la excelencia y compromiso que les caracteriza”.
Por su parte, Adolfo Sánchez García, Presidente de la Fundación Española de la Tartamudez, ha puesto de manifiesto “la necesidad de reivindicar una nueva concepción y tratamiento de la tartamudez. A través de acciones como ésta, reclamamos tanto a los profesionales, como a los futuros profesionales, la necesidad de una nueva forma de relacionarse con la tartamudez, desde el conocimiento, la especialización y las evidencias clínicas”.

28 May 2019

Vithas Xanit acoge una jornada sobre tartamudez en edad pediátrica y adulta

El Hospital Vithas Xanit Internacional de Benalmádena acogerá este sábado, 1 de junio, una jornada sobre tartamudez en edad pediátrica y adulta organizada por la Fundación Española de la Tartamudez en colaboración con la Fundación Vithas Nisa. El evento, dirigido a profesionales implicados en el tratamiento y diagnóstico de esta patología así como a familiares y padres de pacientes con tartamudez, contará con la participación de las logopedas Raquel Escobar y Manoli Torres, y la psicóloga Carmen Barceló.
Se trata de una jornada divulgativa e informativa donde se hará un recorrido partiendo de la edad pediátrica, desde las primeras disfluencias del niño, para poder llevar a cabo un diagnóstico precoz y una correcta intervención temprana, hasta la edad adulta.
Durante la mañana tendrán lugar tres ponencias. Raquel Escobar hablará de la situación actual de la tartamudez, repasando no sólo la patología sino también las últimas investigaciones al respecto o los comportamientos primarios y secundarios que se desarrollan en estos niños. Posteriormente, Carmen Barceló explicará el manejo emocional para familias y profesionales y Manoli Torres se centrará en como pueden ayudar al niño en el colegio. Por la tarde tendrán lugar dos talleres para profesionales y un taller para familias.
“Entre un 1 y un 2% de la población andaluza tartamudea, y un 5% de la población infantil tiene disfluencias, sin embargo la tartamudez sigue planteando interrogantes. En esta jornada se analizará la importancia que tiene la detección precoz para tratar a tiempo el trastorno y evitar que se complique”, explica Yolanda Sala, vicepresidenta de la Fundación Española de la Tartamudez.
Adolfo Sánchez García, presidente de la Fundación Española de la Tartamudez, pone de manifiesto “la necesidad de reivindicar una nueva concepción y tratamiento de la tartamudez. A través de acciones como ésta, reclamamos tanto a los profesionales, como a los futuros profesionales, la necesidad de una nueva forma de relacionarse con la tartamudez, desde el conocimiento, la especialización y las evidencias clínicas”.
Mar Álvarez, directora de la Fundación Vithas Nisa, asegura que “la infancia es un segmento de la población con el que estamos especialmente sensibilizados, por ello resulta esencial concienciar a todas aquellas personas y profesionales del ámbito asistencial que conforman el entorno del niño de la importancia de la detección precoz de las disfluencias infantiles, para evitar que se desarrollen patrones de tartamudez”.

21 October 2016

Mañana se celebra el Día Internacional de la Tartamudez

La Logopedia es una de las profesiones sanitarias que ayuda a las personas con tartamudez a mejorar su dificultad al comunicarse

Mañana se celebra el Día Internacional de la Tartamudez, un trastorno de la comunicación que puede mejorar con tratamiento logopédico

- Los expertos recomiendan llevar al niño a un logopeda especializado en Tartamudez al primer signo de disfluencias para una detección temprana de la dificultad

- Insisten en que la persona que sufre de Tartamudez no necesitan que terminemos sus frases, sino tiempo para expresar lo que quieren.

La tartamudez es un trastorno del ritmo del habla que afecta al 2% de los adultos y al 5% de los niños y es más numerosa en hombres que en mujeres. Se trata de un trastorno sin remisión total en la población adulta, pero que, sin embargo, puede trabajarse con técnicas para que su efecto sea menor. En España hay 
aproximadamente 800.000 personas con tartamudez.

Se trata de un trastorno muy complejo, hasta el punto en que recientes estudios han confirmado que tiene una base neurológica y un componente genético desterrándose, por tanto, la creencia popularizada de que tenía 
un origen de tipo psicológico y/o provocado por factores externos.

Según explica la logopeda especializada en tartamudez y delegada de Málaga del Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía, Adela Corrales, “la comunicación es la base de las relaciones humanas, pero para una persona que tartamudea, algo tan cotidiano como pedir un café, comprar un billete de tren, o conversar como un amigo puede ser una situación adversa. Su día a día es una lucha.”

Tanto es así, continúa, que las personas que la padecen “sufren muchísimo, pueden llegar a tener baja autoestima y desarrollar miedos, fobias y frustraciones que pueden conducirles al aislamiento social y 
laboral”.
Comienza, de modo característico, entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar. Es habitual que los niños pequeños, entre 2 y 5 años, no 
tengan una fluidez total en el habla hasta que aprenden a organizar las palabras y las frases. Sin embargo, hay que ser conscientes de que las disfluencias del niño pueden ser atípicas, por lo que es imprescindible 
diferenciarlas de las más corrientes para tratarlas lo antes posible.

La detección temprana o precoz de la tartamudez es vital para el futuro del niño, por lo que es muy importante realizar una consulta preventiva con un terapeuta del lenguaje especializado en tartamudez y no esperar, 
ya que cuanto más cerca del inicio del síntoma se intervenga, mejor será el resultado.

Así, Corrales insiste en que “ante la aparición de las disfluencias es de vital importancia acudir a un profesional, en este caso, un logopeda especializado en tartamudez, para recibir asesoramiento: el comportamiento de los progenitores será clave para el desarrollo del niño en relación a sus sentimientos a la hora de expresarse, así como para realizar un diagnóstico precoz y diferencial”.

En cualquier caso, según indicó la logopeda, el objetivo de la terapia es en niños y adolescentes facilitar que “las disfluencias remitan por completo y/o se reduzcan al mínimo, así como reducir el impacto de las mismas en su vida”, y en adultos, “no es que la persona con tartamudez logre hablar con una fluidez total, sino dotarle de estrategias de habla que faciliten su enfrentamiento a situaciones vitales y les permitan superar barreras”.

Tiempo y respeto

La logopeda Adela Corrales insiste en que las personas con tartamudez necesitan que las respetemos y les demos el tiempo que necesitan para acabar de decir lo que quieren decir. “No debemos terminar sus frases. 
Saben bien lo que quieren decir, no lo están pensando, ni están nerviosos, es sólo que tardan un poco más en decirlo”.

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