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Israel es un
          país con historia, cultura, religión, arqueología, arquitectura,
          deportes y gastronomía. Un cóctel de atractivos turísticos
          cautivadores que están repartidos por todo su territorio. Aunque
          actualmente Tel Aviv y Jerusalén son los centros neurálgicos del
          turismo israelí, el país mediterráneo está repleto de lugares
          interesantes por descubrir para el visitante y que están fuera del
          radio de sus dos principales ciudades:
 La reserva de
          iris en Netanya, un espectáculo que acapara todos los sentidos
 
 A 32 kilómetros al norte de Tel Aviv se encuentra Netanya, una ciudad
          de la costa que también atesora un enclave de naturaleza
          privilegiado. Se trata de la “Iris Reserve” uno de los únicos dos
          espacios de Israel que preservan la flor autóctona Iris atropurpurea.
 
 Esta especie en concreto se caracteriza por tener unos pétalos que
          oscilan entre varias tonalidades de morado y granate. La planta
          florece durante el primer trimestre del año, convirtiéndose en todo
          un colorido espectáculo para la vista y el resto de los sentidos que
          realza el potencial estético de esta ciudad.
 
 Safed, cuarta
          ciudad santa
 
 El municipio de Safed es junto a Jerusalén, Nazaret y Tiberias una
          ciudad santa de Israel. Conocida como Tzfat en lengua hebrea, destaca
          por su historia religiosa: fue allí donde la escuela de pensamiento
          de judaísmo jasídico alcanzó una popularidad significativa.
 
 Safed tiene un aspecto pintoresco, llena de rincones para guardar en
          la retina. Los visitantes lo tienen fácil para perderse en más de una
          decena de lugares históricos como el cementerio de la ciudad, las
          “Grandes Escaleras” o la plaza de los Defensores. Además, en una
          curiosa fusión entre la historia y la modernidad, Safed también
          ofrece al visitante la opción de descubrirla haciendo shopping.
 
 Safed o Tzfat cuenta, además, con la curiosidad de ser la ciudad más
          alta de Israel sobre el nivel del mar.
 
 Darom Adom o la magia de ver florecer el
          desierto
 
 La árida región del Negev, que ocupa el 60% del territorio de Israel,
          es uno de los grandes atractivos del país gracias al turismo activo.
          Pero, además, cuenta con otras sorpresas para los visitantes y
          también para los nativos, como es el caso del Darom Adom.
 
 Cada año en el norte del desierto, que es la demarcación verde de la
          zona, tiene lugar el florecimiento de la anémona, una flor de pétalos
          rojos que llena el Néguev de color y naturaleza. El acontecimiento es
          tan especial que se ha organizado el festival Darom Adom durante la época
          de la floración, cuya próxima edición será en febrero de 2020.
 
 En este evento se pueden encontrar mercados de agricultores,
          participar en carreras en bicicleta o disfrutar de representaciones
          artísticas con unas vistas magníficas al inusual acontecimiento de
          ver florecer el desierto.
 
 Tel Megido, la
          joya arqueológica del valle Jerzeel
 
 En la Baja Galilea, concretamente en el valle Jerzeel, se encuentra
          el Parque Nacional de Tel Megido, declarado Patrimonio de la
          Humanidad. A 20 kilómetros de Nazaret, esta zona es una joya para los
          viajeros religiosos y para los amantes de la historia y la
          arqueología.
 
 Con un pasado milenario, el parque presenta 26 capas de asentamientos
          – hasta ahora se han identificado las cuatro primeras – y se han
          registrado restos arqueológicos como una fortaleza egipcia, restos de
          la Puerta de Salomón (siglo X a.C.), un tesoro Canaán o un sistema
          hidráulico de la Edad de Hierro.
 
 Un paseo por la
          historia en los baños Hamam al- Basha de Acre
 
 Cercana a la bahía de Haifa, la ciudad de Acre (Akko en hebreo)
          conserva una construcción de tres siglos de historia, los baños
          turcos Hamam al-Basha, una visita imprescindible en esta pequeña urbe
          del norte. La edificación es uno de los símbolos de la transformación
          de Acre, que pasó de ser una ciudad ‘marinera’ a ser una ciudad
          abierta al comercio. La visita recorre las tres partes:
 
El patio de los
               baños, que era la zona que se usaba como vestuario.Las salas
               intermedias, donde principalmente se realizaban los tratamientos
               cosméticos, masajes, celebraciones y las preparaciones para
               partos.La sala caliente, en
               el epicentro del edificio, que incorporaba el baño de agua
               caliente, la sala de vapor y la sauna. 
Belleza entre montañas de agua salada, en Rosh Hanikra
 En la zona de la costa de Galilea se encuentra Rosh Hanikra, una
          playa que se fusiona con la montaña con unas grutas y formaciones de
          roca espectaculares. De hecho, las cuevas son uno de los más de 60 Parques Nacionales de Israel. El
          parque permite descubrirlo en teleférico, a pie o en bicicleta.
          También cuenta con una sala audiovisual que se adentra en su pasado y
          en la flora y la fauna que habitan en el lugar.
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