Hace cuatro años, el Ministerio de Sanidad suscribía un acuerdo con las principales firmas textiles con vistas a tratar de unificar la talla de las ropas que llegan al consumidor. El marco de fondo sobre el que se establecía la propuesta residía en la lucha contra los trastornos que se podían derivar de estas conductas.
Más de mil cuatrocientos días después, una encuesta realizada por la Fundación Imagen y Autoestima devuelve al problema al punto original. Así, según dicho trabajo, el 87% de los españoles admite que su talla varía en función del modelo de ropa que se prueba, mientras que dos de cada cinco afirman no encontrar su talla al ir de compras.
Asimismo, el último Barómetro sobre el grado de unificación de las tallas y el impacto sobre la salud de las personas, realizado conjuntamente por la Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia y por la Fundación Imagen y Autoestima, revela que el 44% de los encuestados se plantea iniciar una dieta cuando comprueba que no usa la talla de ropa que creía. Cabe añadir, además, que el 80% de quienes facilitan esta respuesta son mujeres.
Bajo esta perspectiva, el Instituto de Obesidad quiere recalcar las graves consecuencias  que lleva acarreada, en muchos casos, la falta de unificación en la talla. Haciendo caso al resultado de las muestras planteadas, se observa como la modificación de la talla impulsa, en numerosas ocasiones, al comienzo de un régimen alimenticio equivocado que, en no pocos casos y dado su escaso componente nutricional adecuado, deriva en graves trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia.
Conviene recordar que los pacientes que padecen este tipo de trastornos resultan mucho más vulnerables a las pequeñas modificaciones, como puede ser un cambio en la talla a la hora de adquirir una prenda.
Además, las dietas que se suelen emprender en estas condiciones destacan por sus deficiencias vitamínicas y nutricionales. Estos tratamientos promueven una exagerada restricción de la energía ingerida, que conlleva deficiencias en vitaminas, minerales y macronutrientes, provocando cambios metabólicos y una monotonía alimentaria que los convierte en gravemente perjudiciales.
Ante ellas, el organismo reacciona compensando la falta de energía con un incremento de la destrucción de las proteínas corporales, lo que provoca tanto una pérdida de masa muscular como una formación de sustancias peligrosas para el organismo si la dieta se prolonga en el tiempo. Todo ello sin analizar otra larga serie de efectos secundarios como las alteraciones gastrointestinales, el malestar general, los mareos, la intolerancia al frío, la sequedad de la piel, la fragilidad de las uñas, la pérdida de pelo, las contracturas musculares, el insomnio, la ansiedad, la irritabilidad o la depresión.
Por todo ello, el Instituto de Obesidad aboga por un adecuado cumplimiento de los acuerdos alcanzados entre el Ministerio de Sanidad y las principales firmas textiles, que derivaría en una óptima aproximación a las tallas de ropa para el ciudadano, limitando las posibilidades de iniciar regímenes perjudiciales que puedan derivar en trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia.
Diario digital con noticias de actualidad relacionadas con el mundo de la salud. Novedades, encuestas, estudios, informes, entrevistas. Con un sencillo lenguaje dirigido a todo el mundo. Y algunos consejos turísticos para pasarlo bien
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13 October 2010
19 August 2010
El Instituto de Obesidad alerta de las consecuencias derivadas del consumo de chucherías y bollería industrial entre los menores

El cambio en los hábitos de ocupación del tiempo libre, un mayor uso de las nuevas tecnologías, o la pérdida de valores en lo que a cultura alimenticia se refiere, vienen provocando durante los últimos años un aumento de la obesidad y el sobrepeso infantiles. Así, hoy en día, uno de cada tres niños se encuentra por encima de su peso ideal en nuestro país, cifra a la que también contribuye, de forma importante, el elevado consumo de chucherías y bollería industrial.
En este sentido, el Instituto de Obesidad quiere hacer público su rechazo al consumo indiscriminado de este tipo de productos, apoyando la medida proyectada por el Ministerio de Sanidad para el próximo curso de prohibir la venta en los colegios de bollería, chucherías, aperitivos y refrescos. De hecho, algunos estudios sitúan en unos 4 kilos al año el incremento de peso que pueden llegar a provocar estos productos dado su alto contenido en grasas y azúcares.
Así, cabe recordar aquí que tanto las chucherías como la bollería industrial o los refrescos son productos hipercalóricos que provocan, si se consumen en cantidades desproporcionadas, un exceso de glucosa en sangre que se transforma en grasa. Sobre esta base, convertir consumos esporádicos en hábitos diarios llevará aparejado, inexorablemente, un aumento de peso.
Además, las golosinas tienen un valor nutritivo casi nulo, hallándose constituidas, básicamente, por azúcares simples de rápida asimilación, aditivos y colorantes artificiales. Según un estudio de la Sociedad Andaluza de Pediatría, casi la mitad de los niños españoles toma golosinas al menos una vez por semana, y uno de cada tres consume a lo largo del día dulces o chucherías.
Estos y otros factores contribuyen, sin duda, al incremento de menores con sobrepeso, que ha pasado del 5% a más del 30%. Asimismo, en estos momentos un 10% de menores son obesos, mientras que los últimos informes arrojan un incremento de peso por encima de los cinco kilos en los niños de hoy con respecto a los de hace tres décadas.
Por todo ello, desde el Instituto de Obesidad se recomienda no sólo una mayor vigilancia en las ingestas de este tipo de alimentos, sino también una estrategia global que incluya la atención de los hábitos de vida de los menores, poco saludables hoy en día.
Una buena alimentación pasaría, en primer lugar, por un desayuno completo y equilibrado, complementado a lo largo del día por una dieta que incorpore productos frescos de origen vegetal –caso de frutas y verduras-, pescados, productos lácteos, cereales y agua. Todo ello sin olvidar un ejercicio físico que se adecúe a las necesidades del menor y alcance una reducción del sedentarismo infantil arraigado en nuestra sociedad.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 500 intervenciones de cirugía bariátrica.
En este sentido, el Instituto de Obesidad quiere hacer público su rechazo al consumo indiscriminado de este tipo de productos, apoyando la medida proyectada por el Ministerio de Sanidad para el próximo curso de prohibir la venta en los colegios de bollería, chucherías, aperitivos y refrescos. De hecho, algunos estudios sitúan en unos 4 kilos al año el incremento de peso que pueden llegar a provocar estos productos dado su alto contenido en grasas y azúcares.
Así, cabe recordar aquí que tanto las chucherías como la bollería industrial o los refrescos son productos hipercalóricos que provocan, si se consumen en cantidades desproporcionadas, un exceso de glucosa en sangre que se transforma en grasa. Sobre esta base, convertir consumos esporádicos en hábitos diarios llevará aparejado, inexorablemente, un aumento de peso.
Además, las golosinas tienen un valor nutritivo casi nulo, hallándose constituidas, básicamente, por azúcares simples de rápida asimilación, aditivos y colorantes artificiales. Según un estudio de la Sociedad Andaluza de Pediatría, casi la mitad de los niños españoles toma golosinas al menos una vez por semana, y uno de cada tres consume a lo largo del día dulces o chucherías.
Estos y otros factores contribuyen, sin duda, al incremento de menores con sobrepeso, que ha pasado del 5% a más del 30%. Asimismo, en estos momentos un 10% de menores son obesos, mientras que los últimos informes arrojan un incremento de peso por encima de los cinco kilos en los niños de hoy con respecto a los de hace tres décadas.
Por todo ello, desde el Instituto de Obesidad se recomienda no sólo una mayor vigilancia en las ingestas de este tipo de alimentos, sino también una estrategia global que incluya la atención de los hábitos de vida de los menores, poco saludables hoy en día.
Una buena alimentación pasaría, en primer lugar, por un desayuno completo y equilibrado, complementado a lo largo del día por una dieta que incorpore productos frescos de origen vegetal –caso de frutas y verduras-, pescados, productos lácteos, cereales y agua. Todo ello sin olvidar un ejercicio físico que se adecúe a las necesidades del menor y alcance una reducción del sedentarismo infantil arraigado en nuestra sociedad.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 500 intervenciones de cirugía bariátrica.
14 July 2010
El Instituto de Obesidad insta a los padres a vigilar los hábitos alimenticios y la ocupación del tiempo libre de sus hijos ante la llegada del verano

La obesidad se ha convertido durante los últimos años en un tema cada vez más preocupante que requiere de análisis profundos. Los hábitos alimenticios, las nuevas formas de consumo 
o el aprovechamiento del tiempo libre en la nueva sociedad sitúan el conflicto en un plano cada vez más destacado. En esta línea, y ante los crecientes datos relativos a obesidad infantil, desde el Instituto de Obesidad se quiere animar a los padres a vigilar tanto la dieta como el aprovechamiento del tiempo libre de sus hijos durante la época estival. 
Así, los últimos estudios confieren al problema del sobrepeso infantil un lugar prioritario, situando las cifras en uno de cada tres menores con sobrepeso. Estos datos, asimismo, incrementan también las patologías asociadas al problema, elevando el número de menores, entre tres y seis años, que tienen la tensión o el colesterol por encima de la media, padecen diabetes o acumulan exceso de grasa en el hígado. 
En este sentido, conviene destacar que durante las dos últimas décadas España ha multiplicado por cinco sus cifras en lo que a niños con sobrepeso se refiere, pasando del 5% a más del 30%. Además, un 10% de menores son obesos mientras que los últimos estudios arrojan un incremento de peso por encima de los cinco kilos en los niños de hoy con respecto a los de hace treinta años. Todas estas cifras son consecuencia de unos hábitos de vida poco saludables, con un mal aprovechamiento del tiempo libre y una alimentación deficitaria, rica en grasa y escasa en frutas y verduras. Por ello, desde el Instituto de Obesidad se quiere animar a los padres a prestar especial atención al comportamiento de sus hijos en estas materias, previniendo, de este modo, la obesidad desde los primeros años de vida. 
La llegada del verano puede resultar un buen momento para prestar especial atención al desayuno, comida que, según datos manejados por el Ministerio de Sanidad, no realiza habitualmente un 6,2% de la población infantil y juvenil de nuestro país; a lo que ha de sumarse el hecho de que, según el mismo estudio, casi un 60% de los niños dedica al desayuno menos de 10 minutos en época escolar. Además, la Encuesta Nacional de Salud detecta también que sólo un 7,5% de los niños toman un desayuno equilibrado compuesto por leche, fruta o zumo e hidratos de carbono. Por el contrario, el 19,3% de esta población infantil y juvenil sólo toma un vaso de leche y el 56% sólo lo acompaña de algún hidrato de carbono. Para agravar más el problema se puede tomar en consideración el tiempo que los menores invierten delante del televisor o del ordenador, que durante el curso se eleva a tres horas diarias y durante el verano crece de forma exponencial. 
Por todo ello, desde el Instituto de Obesidad se quiere incidir en la necesidad de educar en unos hábitos alimenticios correctos, muy especialmente con la llegada de la época estival que, gracias al incremento del tiempo libre en el menor, puede permitir una mayor aplicación de los padres en la tarea. Para ello, se recomienda una alimentación variada y equilibrada, en la que los cereales, patatas, fruta o verdura serían la base adecuada para moderar el consumo de grasas y azúcar. Y sin olvidar, por supuesto, el ejercicio físico como base del desarrollo en determinadas edades. 
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 500 intervenciones de cirugía bariátrica. 
16 June 2010
El Instituto de Obesidad alerta de los importantes riesgos que supone para la salud la práctica de las denominadas dietas milagro

El aumento de las denominadas dietas milagro crece exponencialmente con la llegada del verano, incrementando, si cabe, los porcentajes arrojados por los estudios de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que establecen que uno de cada cuatro españoles quiere perder peso. Además, distintos análisis sitúan en torno al 20% el número de mujeres que dicen haberse sometido en alguna ocasión a dietas sin ningún control médico, rebajándose el porcentaje, en los hombres, a un 15% aproximadamente.
Sin embargo, la elección de dietas que prometen una rápida disminución del peso sin apenas esfuerzo no resulta, sin duda, la mejor forma de lograrlo, moviéndose dichos regímenes, en la mayor parte de los casos, por intereses económicos más que por la búsqueda de una alimentación sana y equilibrada.
En este sentido, desde el Instituto de Obesidad se quiere alertar a la población de las graves consecuencias que tienen las dietas milagro para la salud, sobre todo en lo que a deficiencias vitamínicas y a alteraciones del metabolismo se refiere. Como regla general, estos tratamientos promueven una exagerada restricción de la energía ingerida, que conlleva deficiencias en vitaminas y minerales, cambios metabólicos y una monotonía alimentaria que los convierte en gravemente perjudiciales.
En una situación así, muy cercana al ayuno permanente, el organismo reacciona compensando la falta de energía con un incremento de la destrucción de las proteínas corporales, lo que provoca tanto una pérdida de masa muscular como una formación de sustancias peligrosas para el organismo si la dieta se prolonga en el tiempo. Todo ello sin analizar otra larga serie de efectos secundarios como las alteraciones gastrointestinales, el malestar general, los mareos, la intolerancia al frío, la sequedad de la piel, la fragilidad de las uñas, la pérdida de pelo, las contracturas musculares, el insomnio, la ansiedad, la irritabilidad o la depresión.
Asimismo, la utilización de estas dietas conlleva, tras su finalización, una rápida recuperación del peso perdido bajo el denominado efecto rebote o yo-yo. Este se produce porque las situaciones de ayuno prolongado ponen en marcha potentes mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso. Dichos mecanismos conducen a una acelerada recuperación del peso en cuanto se vuelve a comer de forma habitual, debiéndose, en su mayoría, a la formación al incremento de tejido graso.
De modo general, las dietas milagro se pueden clasificar en tres grupos: las dietas hipocalóricas desequilibradas, que provocan un efecto rebote que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular; las dietas disociadas, que no limitan la ingestión de alimentos energéticos, sino que pretenden impedir su aprovechamiento como fuentes de energía con la disociación; y las dietas excluyentes, que se basan en eliminar de la dieta algún macronutriente esencial.
Sin embargo, la elección de dietas que prometen una rápida disminución del peso sin apenas esfuerzo no resulta, sin duda, la mejor forma de lograrlo, moviéndose dichos regímenes, en la mayor parte de los casos, por intereses económicos más que por la búsqueda de una alimentación sana y equilibrada.
En este sentido, desde el Instituto de Obesidad se quiere alertar a la población de las graves consecuencias que tienen las dietas milagro para la salud, sobre todo en lo que a deficiencias vitamínicas y a alteraciones del metabolismo se refiere. Como regla general, estos tratamientos promueven una exagerada restricción de la energía ingerida, que conlleva deficiencias en vitaminas y minerales, cambios metabólicos y una monotonía alimentaria que los convierte en gravemente perjudiciales.
En una situación así, muy cercana al ayuno permanente, el organismo reacciona compensando la falta de energía con un incremento de la destrucción de las proteínas corporales, lo que provoca tanto una pérdida de masa muscular como una formación de sustancias peligrosas para el organismo si la dieta se prolonga en el tiempo. Todo ello sin analizar otra larga serie de efectos secundarios como las alteraciones gastrointestinales, el malestar general, los mareos, la intolerancia al frío, la sequedad de la piel, la fragilidad de las uñas, la pérdida de pelo, las contracturas musculares, el insomnio, la ansiedad, la irritabilidad o la depresión.
Asimismo, la utilización de estas dietas conlleva, tras su finalización, una rápida recuperación del peso perdido bajo el denominado efecto rebote o yo-yo. Este se produce porque las situaciones de ayuno prolongado ponen en marcha potentes mecanismos nerviosos y hormonales que se oponen a la pérdida de peso. Dichos mecanismos conducen a una acelerada recuperación del peso en cuanto se vuelve a comer de forma habitual, debiéndose, en su mayoría, a la formación al incremento de tejido graso.
De modo general, las dietas milagro se pueden clasificar en tres grupos: las dietas hipocalóricas desequilibradas, que provocan un efecto rebote que se traduce en un aumento de masa grasa y pérdida de masa muscular; las dietas disociadas, que no limitan la ingestión de alimentos energéticos, sino que pretenden impedir su aprovechamiento como fuentes de energía con la disociación; y las dietas excluyentes, que se basan en eliminar de la dieta algún macronutriente esencial.
Frente a este tipo de opciones, desde el Instituto de Obesidad se aconseja un tratamiento médico del problema, ateniéndose a indicaciones exclusivamente profesionales a la hora de realizar algún tipo de dietas. Así, la correcta aplicación de una dieta proteinada permitirá alcanzar un aporte exclusivo de proteínas en forma de diferentes preparados así como restringir casi totalmente los azúcares y las grasas de la dieta, de esta manera se consigue una óptima pérdida de peso a expensas de la masa grasa del organismo. Una correcta alimentación, acompañada del oportuno ejercicio físico, proporcionará al paciente numerosas ventajas, que van desde una pérdida adecuada de peso hasta la protección de la masa muscular y tonicidad de la piel pasando por la ausencia de hambre o la sensación de bienestar.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Actualmente es profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad Alfonso X el Sabio. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 250 intervenciones de cirugía bariátrica.
08 June 2010
El Instituto de Obesidad alerta de los falsos mitos que acompañan a numerosos regímenes de adelgazamiento

La llegada del verano eleva la aceptación de las dietas milagro, que prometen una rápida pérdida de peso sin consecuencias. La alimentación se ha ubicado como uno de los principales temas de interés para la mayoría de los ciudadanos en las sociedades modernas. Su importancia en el correcto desarrollo de la salud del individuo, así como sus visibles consecuencias en el campo de la estética justifican esta preferencia.
No obstante, a veces se confunden conceptos y objetivos, tratando de reducir peso aceleradamente mediante una nutrición desequilibrada. Estos hechos proliferan, sobre todo, con la llegada del verano, que eleva exponencialmente la aceptación de las denominadas dietas milagro entre la población.
Así, diferentes estudios arrojan distintas cifras, todas ellas preocupantes dado los falsos efectos y resultados que producen. Por ejemplo, el Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) eleva a 4 de cada 5 el número de personas que, hoy en día, apuesta por este tipo de alimentación durante estas fechas, fijando en el mes de mayo la franja temporal con mayor número de consultas sobre productos milagro para adelgazar.
Otros estudios –como el de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), que señala que el 31% de los españoles con sobrepeso ha seguido alguna vez una dieta milagro– rebajan estas cifras, aunque sus resultados no dejan de ser preocupantes si se considera que el aumento indiscriminado de las dietas milagro entre la
población se produce, paradójicamente, en el período en el que más se han incrementado los porcentajes de obesidad y sobrepeso en nuestro país.
En este sentido, cabría recordar que en España se ha rebasado ya la frontera del 60% en lo que a sobrepeso se refiere, sin olvidar que, en menos de dos décadas, se han triplicado las cifras de niños con sobrepeso, pasando del 5% al 16%.
Bajo esta perspectiva, desde el Instituto de Obesidad se quiere recordar que muchos de estos mitos alimentarios englobados en las dietas milagro no se basan en conocimientos científicos, mientras que otros muchos están propiciados por intereses comerciales y económicos, como recuerda el COFM en su estudio al señalar que en España se gastan unos 2.000 millones de euros al año en dietas y productos milagro, unos 60 euros por español, sin consecuencias estéticas perdurables y con graves riesgos para la salud.
Por todo ello, el Instituto de Obesidad pone a disposición de sus pacientes un completo equipo de especialistas que le ayudan a elegir y revisar la mejor dieta posible atendiendo a su
metabolismo y a sus circunstancias. Y es que los programas de pérdida de peso deben reducir la ingesta energética, sobre todo a partir de azúcares simples y grasas saturadas, y deben basarse en una dieta equilibrada, que prevenga contra la deficiencia de vitaminas y minerales. Todo ello acompañado de un adecuado ejercicio físico y de una apuesta decidida por hábitos más saludables.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Actualmente es profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad Alfonso X el Sabio. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 250 intervenciones de cirugía bariátrica.
No obstante, a veces se confunden conceptos y objetivos, tratando de reducir peso aceleradamente mediante una nutrición desequilibrada. Estos hechos proliferan, sobre todo, con la llegada del verano, que eleva exponencialmente la aceptación de las denominadas dietas milagro entre la población.
Así, diferentes estudios arrojan distintas cifras, todas ellas preocupantes dado los falsos efectos y resultados que producen. Por ejemplo, el Centro de Información del Medicamento del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM) eleva a 4 de cada 5 el número de personas que, hoy en día, apuesta por este tipo de alimentación durante estas fechas, fijando en el mes de mayo la franja temporal con mayor número de consultas sobre productos milagro para adelgazar.
Otros estudios –como el de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD), que señala que el 31% de los españoles con sobrepeso ha seguido alguna vez una dieta milagro– rebajan estas cifras, aunque sus resultados no dejan de ser preocupantes si se considera que el aumento indiscriminado de las dietas milagro entre la
población se produce, paradójicamente, en el período en el que más se han incrementado los porcentajes de obesidad y sobrepeso en nuestro país.
En este sentido, cabría recordar que en España se ha rebasado ya la frontera del 60% en lo que a sobrepeso se refiere, sin olvidar que, en menos de dos décadas, se han triplicado las cifras de niños con sobrepeso, pasando del 5% al 16%.
Bajo esta perspectiva, desde el Instituto de Obesidad se quiere recordar que muchos de estos mitos alimentarios englobados en las dietas milagro no se basan en conocimientos científicos, mientras que otros muchos están propiciados por intereses comerciales y económicos, como recuerda el COFM en su estudio al señalar que en España se gastan unos 2.000 millones de euros al año en dietas y productos milagro, unos 60 euros por español, sin consecuencias estéticas perdurables y con graves riesgos para la salud.
Por todo ello, el Instituto de Obesidad pone a disposición de sus pacientes un completo equipo de especialistas que le ayudan a elegir y revisar la mejor dieta posible atendiendo a su
metabolismo y a sus circunstancias. Y es que los programas de pérdida de peso deben reducir la ingesta energética, sobre todo a partir de azúcares simples y grasas saturadas, y deben basarse en una dieta equilibrada, que prevenga contra la deficiencia de vitaminas y minerales. Todo ello acompañado de un adecuado ejercicio físico y de una apuesta decidida por hábitos más saludables.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Actualmente es profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad Alfonso X el Sabio. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 250 intervenciones de cirugía bariátrica.
10 August 2009
El Instituto de Obesidad apuesta por una dieta proteinada para perder peso
La proliferación de dietas con la llegada del verano hace imprescindible discernir entre aquellas llamadas “milagro” y las que realmente contribuyen a una pérdida de peso equilibrada y moderada. En este sentido, desde el Instituto de Obesidad se quiere resaltar la importancia que puede tener la correcta aplicación de una dieta proteinada durante estas fechas. Ésta permite alcanzar un aporte exclusivo de proteínas en forma de diferentes preparados así como restringir casi totalmente los azúcares y las grasas que obligan al organismo a utilizar y quemar sus depósitos de energía.
Especialmente indicada para situaciones de sobrepeso y obesidad, así como para la corrección de trastornos metabólicos, de hiperinsulinismo, y para adelgazamiento rápido, la dieta proteinada se desarrollará a través de tres fases diferenciadas. Siempre bajo la supervisión de un especialista, en la primera (fase activa total o mitigada) se determinarán tanto el número de kilos a perder (80% en este período inicial) como la fecha adecuada para su inicio. En la práctica se atenderá a dos niveles distintos: la fase activa total caracterizada por la aportación de verduras autorizadas y sobres de proteínas fáciles de preparar; y la fase activa mitigada, correspondiente a 1 ó 2 comidas definidas por la sustitución de de 1 ó 2 sobres por su equivalencia en carnes, pescados, mariscos o huevos.
Ya en una segunda fase, llamada de transición, el paciente podrá proceder a la diversificación alimentaria, consumiéndose nuevos alimentos (fruta, pan, almidones…) mientras se continúa con la pérdida de peso. El objetivo básico de este período es la adquisición de correctos hábitos alimenticios que sirvan de base para el futuro.
Por último, y dentro de la tercera fase (de estabilización), se buscará lograr un correcto equilibrio alimentario que garantice la estabilización a largo plazo del peso y las costumbres alcanzadas. Para conseguir el objetivo se recomienda continuar con las visitas regulares al médico encargado del seguimiento personal del paciente.
Un correcto cumplimiento de todas estas fases, acompañado del oportuno ejercicio físico que ha de realizarse en cada momento, permitirán al paciente aprovechar las numerosas ventajas que presenta la dieta proteinada. Éstas van desde una pérdida rápida de peso hasta la protección de la tonicidad de la piel pasando por la ausencia de hambre o la sensación de bienestar. Como contrapartida, no obstante, cabe citar la sensación de peligro o la posibilidad del efecto rebote en caso de una mala aplicación de la dieta.
Por todo ello, desde el Instituto de Obesidad se ofrece la opción de informar y asesorar, a través de una dieta equilibrada e individualizada seguida por un especialista, a todas aquellas personas que pretendan bajar peso de una forma coherente y saludable mediante la aplicación de este método.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 500 intervenciones de cirugía bariátrica.
Especialmente indicada para situaciones de sobrepeso y obesidad, así como para la corrección de trastornos metabólicos, de hiperinsulinismo, y para adelgazamiento rápido, la dieta proteinada se desarrollará a través de tres fases diferenciadas. Siempre bajo la supervisión de un especialista, en la primera (fase activa total o mitigada) se determinarán tanto el número de kilos a perder (80% en este período inicial) como la fecha adecuada para su inicio. En la práctica se atenderá a dos niveles distintos: la fase activa total caracterizada por la aportación de verduras autorizadas y sobres de proteínas fáciles de preparar; y la fase activa mitigada, correspondiente a 1 ó 2 comidas definidas por la sustitución de de 1 ó 2 sobres por su equivalencia en carnes, pescados, mariscos o huevos.
Ya en una segunda fase, llamada de transición, el paciente podrá proceder a la diversificación alimentaria, consumiéndose nuevos alimentos (fruta, pan, almidones…) mientras se continúa con la pérdida de peso. El objetivo básico de este período es la adquisición de correctos hábitos alimenticios que sirvan de base para el futuro.
Por último, y dentro de la tercera fase (de estabilización), se buscará lograr un correcto equilibrio alimentario que garantice la estabilización a largo plazo del peso y las costumbres alcanzadas. Para conseguir el objetivo se recomienda continuar con las visitas regulares al médico encargado del seguimiento personal del paciente.
Un correcto cumplimiento de todas estas fases, acompañado del oportuno ejercicio físico que ha de realizarse en cada momento, permitirán al paciente aprovechar las numerosas ventajas que presenta la dieta proteinada. Éstas van desde una pérdida rápida de peso hasta la protección de la tonicidad de la piel pasando por la ausencia de hambre o la sensación de bienestar. Como contrapartida, no obstante, cabe citar la sensación de peligro o la posibilidad del efecto rebote en caso de una mala aplicación de la dieta.
Por todo ello, desde el Instituto de Obesidad se ofrece la opción de informar y asesorar, a través de una dieta equilibrada e individualizada seguida por un especialista, a todas aquellas personas que pretendan bajar peso de una forma coherente y saludable mediante la aplicación de este método.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad, es Licenciado en Medicina y Cirugía, especialista en Cirugía General Digestiva y Trasplante de Órganos, médico adjunto de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid. Galardonado con el Premio Extraordinario de Licenciatura por la Universidad Complutense de Madrid, realizó su formación post graduada en Israel, Suecia, Canadá y los Estados Unidos. Asimismo, es uno de los pioneros en la utilización de Balones Intragástricos para tratamiento de la obesidad en España, implantando más de 1.000 en los últimos cinco años, con muy buenos resultados. Además, ha realizado más de 500 intervenciones de cirugía bariátrica.
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