Un estudio publicado en el International Journal of Cancer, y coordinado por investigadores del CREAL, centro aliado de ISGlobal, sugiere una asociación entre el riesgo de cáncer colorrectal y la ingesta de nitrato en el agua. El nitrato es un compuesto químico que está presente de forma natural en el medio ambiente. Sin embargo, el uso intensivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura hace aumentar los niveles de nitrato en el agua y en los suelos cultivados. Además, en la conservación de carnes y pescados se emplea nitrato cuya ingesta conduce a la formación de compuestos N-nitrosos, de los que ya existía evidencia que son carcinógenos en animales. El objetivo de este estudio fue evaluar el riesgo de cáncer colorrectal asociado con la exposición a nitrato procedente del agua de consumo y de la alimentación. Los investigadores llevaron a cabo un estudio de casos y controles (personas con las mismas características pero sin cáncer) en España e Italia entre 2008 y 2013. Se entrevistó a la población de estudio sobre su historial de residencia, el tipo de agua consumida desde los 18 años y sus hábitos alimenticios. La ingesta de nitrato en agua a largo plazo se estimó a partir de los niveles en agua, vinculados al historial residencial de los participantes y a sus hábitos de consumo de agua. La ingesta de nitrato en dieta se estimó a partir de cuestionarios de frecuencia alimentaria y a las bases de datos de composición de alimentos publicadas. Se analizaron 1.869 casos y 3.530 controles. La ingestión de nitrato en agua osciló entre 3,4 y 19,7 mg/día. Las asociaciones fueron mayores en los hombres respecto a las mujeres y entre los sujetos con alta ingesta de carne roja. Además, según explica Cristina Villanueva, directora del programa de contaminación del agua en el CREAL y coordinadora del estudio, “el nitrato procedente de alimentos de origen animal se asoció con cáncer rectal, pero no con cáncer de colon”. La ingesta de nitratos y el riesgo de desarrollar cáncer de mama Otro estudio publicado en Environmental Health Perspectives y llevado a cabo por el mismo grupo evaluó la ingesta de nitrato como factor de riesgo en el desarrollo de cáncer de mama. Para el análisis estadístico se incluyeron un total de 1.245 casos de cáncer de mama hospitalarios y 1.520 controles de ocho regiones españolas entre 2008 y 2013. En la investigación, también dirigida por Cristina Villanueva, se ha hallado que la ingestión de nitrato en el agua se asoció con cáncer de mama sólo en mujeres postmenopáusicas con alto consumo de carne roja. “Sin embargo, no hemos encontrado ninguna asociación entre el nitrato procedente de la dieta y el cáncer de mama, independientemente de que fuera de origen animal o vegetal, o del estado menopáusico”, concluye Villanueva.
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05 April 2016
Un estudio relaciona la ingesta de nitrato en el agua con el riesgo de cáncer colorrectal
09 March 2016
Los espacios verdes son importantes para el estado de salud autopercibido
Barcelona es una ciudad densamente poblada con relativamente pocos espacios verdes. Estos se asocian con una mejor salud, pero hasta ahora se sabía muy poco sobre los mecanismos subyacentes de esta asociación. Un estudio, publicado recientemente en la revista Environment International y dirigido por el CREAL, centro aliado de ISGlobal, tuvo como objetivo evaluar la asociación entre la exposición al verdor y la percepción subjetiva de salud general y evaluar el papel del estado de salud mental, el apoyo social y la actividad física como mediadores de esta asociación. Este estudio transversal se basó en una muestra poblacional de 3.461 adultos residentes en Barcelona. Los investigadores usaron la Encuesta de Salud de Barcelona del año 2011, elaborada por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). Los investigadores encontraron que el verdor residencial circundante y la proximidad residencial subjetiva a los espacios verdes se asociaron con una mejor percepción de salud en general. "Hemos encontrado indicaciones de la mediación de estas asociaciones por el estado de salud mental, por el apoyo social percibido, y, en menor medida, por la actividad física", explicó Dadvand Payam, investigador del CREAL y primer autor del estudio. Estos mediadores podrían explicar hasta la mitad de la asociación entre el verdor circundante y una mejora de la salud. "El estudio muestra que los espacios verdes son importantes para la salud de las personas. Por lo tanto, Barcelona y otras ciudades similares deberían conseguir más espacios verdes, no sólo grandes espacios verdes como parques, sino también árboles en las calles y los espacios abiertos", comentó Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio. Los investigadores observaron indicios de que la salud mental y el apoyo social percibido pueden ser más relevantes para los hombres y las personas menores de 65 años. "Hemos visto que la asociación observada entre la exposición al verdor y la percepción subjetiva de salud general, mediada en parte por el estado de salud mental, un apoyo social más intenso y la actividad física, puede variar en función de la edad y el sexo", concluyó Carme Borrell, investigadora de la ASPB e investigadora participante en este estudio. Alianza ISGLOBAL-CREAL Con el objetivo de consolidar un centro de investigación en salud global más fuerte y competitivo a nivel internacional, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), centros CERCA, trabajan de la mano en la Alianza ISGlobal. Esta colaboración está evolucionando rápidamente hacia una fusión de ambos centros en un ISGlobal de mayor tamaño y más consolidado.
01 February 2016
La exposición a largo plazo al ozono aumenta las muertes por enfermedades respiratorias y cardiovasculares
Los adultos con una exposición a largo plazo a concentraciones de ozono (O3) tienen un mayor riesgo de morir por enfermedades respiratorias y cardiovasculares, según un estudio en el que ha participado el CREAL, centro aliado ISGlobal, y que se ha publicado recientemente en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine. A partir de los datos de un gran estudio estadounidense iniciado en 1982, los investigadores descubrieron que por cada 10 partes adicionales por mil millones (ppb) en la exposición a largo plazo al ozono se aumentaba el riesgo de morir por enfermedad pulmonar en un 12 %, por enfermedades cardiovasculares en un 3 % y un 2 % por todas las causas. Los investigadores encontraron que el mayor riesgo de muerte era mayor para la diabetes (16 %), seguido de arritmias, insuficiencia cardiaca y paro cardíaco (15 %) y por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (14 %). “Cerca de 130 millones de personas viven en áreas que exceden la norma nacional ambiental de calidad del aire”, explica Michael Jerrett, investigador de la Universidad de California (UCLA) y coautor del estudio. “Mientras que la contaminación por ozono ha disminuido en los EE.UU., las reducciones no son tan grandes como la disminución de otros contaminantes. En otras partes del mundo, el ozono es un problema cada vez mayor”. Los autores analizaron datos de casi 670.000 registros del Estudio de Prevención del Cáncer de la Sociedad Americana del Cáncer (CPS-II). Este estudio, iniciado en 1982, reclutó a participantes de los 50 estados de los EE.UU., con una edad promedio de 55 años. Los investigadores equipararon la causa de la muerte de más de 22 años de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos con los datos de calidad del aire de los Centros para el Control de Enfermedades. Durante ese tiempo, murieron más de 237.000 participantes. Los investigadores tuvieron en cuenta las partículas finas de contaminación (PM2.5), una causa establecida de mortalidad prematura, y el dióxido de nitrógeno (NO2) procedente de la contaminación atmosférica, que se ha relacionado con la mortalidad prematura. Se ajustaron diversos factores conductuales y demográficos, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el peso corporal, la exposición ocupacional, la dieta, la pobreza y la raza, entre otros. Los investigadores se sorprendieron por un hallazgo: las PM2.5 de fuente cercana, en gran parte atribuibles al tráfico, estaban más fuertemente asociadas con muertes por enfermedad cardiovascular que las PM2.5 regionales, atribuibles a la quema de combustibles fósiles y la formación secundaria de las partículas en la atmósfera. Por cada aumento de 10 ppb en PM2.5 de origen cercano, la tasa de mortalidad se elevó un 41 por ciento, en comparación con el 7 por ciento para las PM2.5 de origen regional. Michelle C. Turner, autora principal del estudio e investigadora en el Centro McLaughlin para la Evaluación de Riesgos en Salud Poblacional, en Ottawa, y el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental, centro aliado ISGlobal, en Barcelona, dijo que “los resultados dan una imagen más clara sobre los efectos dañinos de la contaminación del aire”. En un estudio anterior con un menor número de participantes, un seguimiento más corto y modelos de exposición menos detallados se encontró que el ozono se asoció con un menor aumento (un 4 %) en las muertes respiratorias. En este estudio más amplio, los investigadores también fueron capaces de centrarse en las causas específicas de mortalidad. "La carga de la mortalidad cardiovascular y respiratoria del ozono puede ser mucho mayor de lo que previamente se había reconocido", concluye la investigadora.
20 October 2015
Identificados nuevos marcadores de riesgo de eczema
Investigadores han identificado nuevos marcadores genéticos asociados con el riesgo de dermatitis atópica, mediante estudios de asociación genéticos. Para identificar estos nuevos marcadores de susceptibilidad para esta enfermedad compleja y común de la piel se realizó un meta-análisis de más de 15 millones de variantes genéticas en 21.399 casos y 95.464 controles de las poblaciones de ascendencia europea, africana, japonesa y latina, seguido de replicaciones en 32.059 casos y 228.628 controles de 18 estudios. La dermatitis atópica o eczema es una enfermedad inflamatoria común de la piel que afecta a un 15-30% de los niños y 5-10% de los adultos. Su patogénesis implica anormalidades en la barrera cutánea e inflamación cutánea celular provocada por las células T. Esta enfermedad tiene contribuciones genéticas considerables, con estimaciones de heredabilidad de hasta un 90% en los europeos. Los factores de riesgo más fuertes conocidos son mutaciones nulas del gen FLG (filagrina), que provoca deficiencias de la barrera epidérmica. Previamente, estudios de asociación de genoma completo habían identificado 20 marcadores genéticos (diez en población europea, ocho en población japonesa y dos en poblaciones chinas), principalmente implicados en la desregulación del sistema inmune. Los investigadores de este estudio, publicado en Nature Genetics, han identificado diez nuevos marcadores de riesgo, con lo que el número total conocido de marcadores de riesgo para la dermatitis atópica sube a 30. En particular, los nuevos marcadores incluyen genes candidatos con papeles en la regulación de las defensas innatas del huésped y en la función de las células T, lo que subraya la importante contribución de mecanismos (auto)inmunes a la patogénesis de la dermatitis atópica. "Hemos identificado diez nuevos marcadores fuertemente asociados con la dermatitis atópica en la población europea, seis de ellos con una elevada trascendencia en el análisis de efectos aleatorios de todo el genoma en todos los estudios de todos los grupos de ascendencia, con lo que el número total de marcadores de susceptibilidad de dermatitis atópica sube a 30 (24 en los europeos), con evidencias de señales secundarias en cuatro de estos marcadores”, explica Jordi Sunyer, investigador del CREAL, centro aliado ISGlobal, participante en el estudio. Y continúa “todos los marcadores de susceptibilidad recientemente identificados están relacionados con la regulación (auto)inmune, en particular, con la señalización inmune innata y la activación y la especificación de células T, que parece tener una superposición genética sustancial con otras enfermedades inflamatorias y autoinmunes. Estos resultados apoyan nuevos enfoques terapéuticos dirigidos a la modulación inmune". “Se ha evidenciado por primera vez que las variantes genéticas asociadas fuertemente con otras enfermedades autoinmunes eran más propensos a asociarse nominalmente con la dermatitis atópica”, concluyó Lavinia Paternoster, investigadora del Medical Research Council de la Universidad de Briston, y primera autora, junto con Marie Standl, investigadora del Instituto de Epidemiología de Múnich. Entre otros, en este estudio han participado Jordi Sunyer, Juan Ramón González, Mariona Bustamante y Natàlia Vilor-Tejedor, investigadores del CREAL, la UPF y el CIBERESP (CIBER en Epidemiología y Salud Pública). Además, Bustamante es investigadora del Centro de Regulación Genómica (CRG).
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