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01 March 2016

LOS GALLEGOS SON LOS ESPAÑOLES QUE GOZAN DE MEJOR SALUD AUDITIVA SEGUN OI2

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Audición el próximo 3 de marzoOi2, especialistas en el cuidado de la audición, ha elaborado un estudio para conocer en qué zonas de España se goza de una mejor salud auditiva. Según datos de la investigación, sólo un 32% de los españoles ha sufrido problemas de audición en algún momento de su vida, de los cuales un 21% no ha acudido nunca a un especialista, el 9% sí lo ha hecho pero no le da uso al audífono, mientras que el otro 2% además da uso al audífono para mejorar su audición y calidad de vida. El 68% restante de españoles, en cambio, nunca ha padecido un problema auditivo.

De entre las zonas de España, los gallegos son los que sufren menos problemas de audición (25%), por debajo de los vascos (28%) y canarios (29%). Por contra, Murcia es la zona de España con más contratiempos auditivos (52%), seguida de Extremadura (37%) y Castilla-La Mancha (36%).

Familiares con malos hábitos en salud auditiva
Los españoles no sólo nos preocupamos por nuestra salud auditiva, sino también la de los familiares. En este sentido, el 58% reconoce que tiene a algún familiar con problemas de audición, el 17% de los cuales nunca ha acudido a un especialista, el 18% sí que ha asistido al médico pero en realidad no le da uso al audífono, y el 23% ha acudido al especialista y además usa un audífono para mejorar su audición y calidad de vida. Por otro lado, el 42% de los españoles asevera que no tiene constancia de ningún familiar con problemas de audición.

El dolor de oídos, un problema que persiste
Según el estudio llevado a cabo por Oi2, hasta un 79% de los españoles reconoce que sufre o ha sufrido dolor de oídos. Entre ellos, un 51% admite que sólo le ocurre de forma ocasional, mientras que el resto le sucede especialmente al pasar por un túnel en tren o avión (14%), cuando está expuesto a ruido constante (9%) o en verano (5%). Por el contrario, el 21% de los encuestados asegura que nunca ha padecido dolor de oídos.

En este sentido, el 37% de los españoles encuestados afirma que ha padecido alguna enfermedad relacionada con el oído, de los cuales un 23% admite que ha tenido otitis, un 10% que ha acudido a un especialista a tiempo y le ha ayudado a combatir el problema sin consecuencias, mientras que el 4% restante ha acudido sin darle demasiada importancia, conllevándole problemas posteriores de pérdida de audición. Así, el 33% nunca ha padecido una enfermedad auditiva y el otro 30% sólo ha sentido dolores leves de forma ocasional.

Si echamos la mirada a las Comunidades Autónomas, los extremeños son los españoles que más experimentan dolencias en los oídos (83%), por delante de gallegos (82%) y andaluces (80%). En cambio, los vascos son los que menos padecen este tipo de molestias (74%), seguido de los valencianos (75%) y madrileños (76%).

Los canarios, los menos precavidos
Los expertos recomiendan revisarse periódicamente el oído para prevenir problemas en materia de salud auditiva. Sin embargo, aún queda un camino por recorrer, especialmente en Canarias, dondesólo el 17% de los encuestados admite que acude de forma regular a revisar su audición, el peor registro de entre los españoles, hasta siete puntos por debajo de la media española (24%).

Por zonas del territorio español, le siguen Galicia (18%), Castilla-La Mancha (21%) y Madrid (23%). Asimismo, los extremeños son los que más han visitado a un especialista de forma periódica (42%), por encima de vascos (36%) y valencianos (30%).

A nivel nacional, el 24% de los españoles suele visitar a un especialista de audición en la periodicidad recomendada para su edad y estado de salud. Todo lo contrario que el 76% restante, de los cuales un 39% sólo ha acudido en el caso de sentir alguna molestia relacionada con el oído o de sufrir alguna enfermedad puntual y un 37% nunca lo ha hecho.

Los españoles estamos inmersos en un panorama preocupante en materia de salud auditiva, pero cada vez más nos estamos poniendo manos a la obra para tomar consciencia de ello. Aun así, los expertos de Oi2 proponen seguir los consejos para proteger nuestra audición y acudir al especialista de forma periódica para realizar una revisión auditiva.

Los otorrinos alertan de los peligros de la exposición diaria a ruidos intensos

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) alerta de los peligros que supone la exposición diaria a ruidos de alta intensidad porque pueden provocar una pérdida progresiva de la audición. La SEORL-CCC se suma a la celebración del Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición que se celebra este jueves, con el lema Sin ruido, sin riesgo. El objetivo es concienciar sobre el impacto de la escucha diaria y continua de sonidos intensos como los procedentes del tráfico urbano y aéreo, maquinaria pesada, auriculares o lugares de ocio. Además, ha elaborado un decálogo de cuidados para prevenir la pérdida auditiva  o hipoacusia en el que recomiendan, entre otros, acudir a la consulta del especialista en caso de molestias. Por otro lado, los otorrinos ofrecerán consultas gratuitas hasta el 5 de marzo. Para recibir información sobre las mismas se deberá contactar con la SEORL CCC (915 759 393).

Se estima que un tercio de la población mundial y el 75% de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad, según datos de la SEORL. “Hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo pasemos expuestos a un ruido por encima de los umbrales aceptables, más probabilidades tendremos de que nuestra capacidad de audición vaya en descenso”, asegura el doctora Mª José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC. Esta especialista  incide en que “el daño se acumula poco a poco en la cóclea lo que deriva en un déficit auditivo progresivo, que puede pasar desapercibido en las personas más jóvenes”. También puede ser una pérdida auditiva de rápida instauración, causada por un ruido de corta duración pero de alta intensidad.  

Las principales fuentes de ruido que se escuchan a diario proceden del tráfico urbano, electrodomésticos, maquinaría, dispositivos móviles, juguetes, centros comerciales, y también discotecas, salas de conciertos o reproductores de música. “El límite de ruido aceptable por el oído humano según la Organización Mundial de la Salud es de 65 dB, el equivalente al de una aspiradora; y pasa a ser doloroso a partir de los 125 dB, por ejemplo, el producido por un taladro”, subraya esta especialista. Sobrepasarían los 65 dB los ruidos procedentes de los vehículos,  el claxon de un coche, el del camión de la basura, el  interior de una oficina con más de 15 personas, o los petardos, entre otros, y un avión despegando llegaría a 140 db, por encima del umbral del dolor.

La exposición continuada a la contaminación acústica puede provocar también acúfenos, “pitidos o zumbidos sin origen aparente”, afirma la doctora Lavilla. Pero también pueden aparecer otros síntomas como el vértigo, hiperacusia  y algiacusia (mayor sensibilidad a los sonidos ambientales que pueden llegar a ser molestos e insoportables), fatiga auditiva, disminución de la discriminación auditiva, cefalea, insomnio, irritabilidad y disminución de la atención y memoria.  Las personas con más riesgo de sufrir este tipo de trastornos son los adolescentes, y los empleados de ciertos entornos laborales. Un estudio estadounidense publicado en enero en la revistaAmerican Journal of Industrial Medicine confirma que la prevalencia de dificultades para oír y de acúfenos (también llamados tinnitus)  es mayor en los trabajadores expuestos al ruido. “Para ellos es recomendable el uso de protectores”, expresa la doctora Lavilla.

Factores de riesgo de la hipoacusia
360 millones de personas sufren pérdida auditiva discapacitante en todo el mundo y la mitad de los casos se podrían evitar con prevención, según datos de la OMS. Entre sus causas se encuentran: factores genéticos, complicaciones en el embarazo y parto, enfermedades infecciosas, infecciones crónicas en el oído, el uso de determinados medicamentos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.  Se aconseja  proteger la audición  frente al ruido y “acudir al otorrinolaringólogo en caso de pérdida auditiva, por incipiente que sea, y también   en caso de inflamación, dolor o secreción del oído,  frecuentes durante los resfriados, para prevenir complicaciones que puedan afectar a la capacidad de oir”, explica la doctora Lavilla.

En los niños, debido a la anatomía del cráneo a esta edad, las infecciones del oído (otitis) son muy frecuentes y son una causa común de hipoacusia infantil. De hecho, según una investigación italiana publicada en febrero en Expert Review of Anti-inefective Therapy entre el 30 y el 40 % de los niños en edad preescolar tiene episodios recurrentes de otitis media con efusión y entre un 5 y un 10% de forma crónica. El informe añade que esta patología se asocia con la pérdida auditiva.

Consejos de prevención
La Comisión de Audiología de la SEORL-CCC, sensibilizada en este Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición,  y con el objetivo de concienciar a la población, ha elaborado el siguiente Decálogo de Cuidados del Oído:

1.                  Usar protectores auditivos en caso de exposición continua al ruido: existen ciertos entornos laborales que exponen a los trabajadores a intensidades muy altas de ruido durante un tiempo prolongado por lo que es fundamental incidir en el uso de protectores.

2.                  Cuidados ante el ruido: se recomienda evitar los ruidos impulsivos (petardos, disparo…), alejarse de las fuentes de ruido, disminuir el ruido que generamos y reducir el tiempo de exposición a sonidos de alta intensidad. Oír música a más de 110 decibelios puede provocar pérdida auditiva precoz. Si se tienen en cuenta los criterios establecidos por la directiva europea, lo permitido en función del tiempo y volumen sería: escuchar un reproductor musical a 95 dB durante 15 minutos al día y los sonidos de una discoteca a 104 dB durante dos minutos por noche.  Se deberá limitar el tiempo de exposición a reproductores de música personales (incluidos los teléfonos móviles) a 40 horas semanales si el nivel de presión es de 80 db y a 5 horas semanales en caso de 89 db.

3.                  Acudir al especialista: los otorrinolaringólogos recomiendan consultar en caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción de oído, ya que pueden derivar en problemas de la audición. Por otra parte, es recomendable consultar en cuanto se note pérdida auditiva, aunque mínima. Algunos signos pueden ser la dificultad de seguir una conversación o la necesidad de subir el volumen de la televisión. Éstos pueden ser tratados y, en algunos casos, se puede prevenir su progresión.

4.                  Revisiones periódicas: Es recomendable acudir  a revisión  de manera periódica, al menos una vez al año, si existen factores de riesgo (antecentes familiares, exposición a ambiente ruidoso…) y a partir de los 50 años, para realizar una prueba de audición.

5.                  No introducir objetos o sustancias extrañas: se deben utilizar sólo productos indicados para el oído y siempre bajo consejo médico por lo que hay que evitar el uso de aceites, soluciones salinas, gotas, agua oxigenada, bastoncillos u otros objetos, ya que éstos últimos, pueden empujar la cera hacia adentro y dañar el tímpano.  

6.                  Recomendaciones para limpieza de oido: los expertos aconsejan  limpiar solo la parte más externa del oído con una toalla o gasa. Nunca introducir objetos extraños ni los dedos para su limpieza ni rascado. Si se necesita una limpieza frecuente se aconseja que sea realizada por un especialista.

7.                  No automedicarse: es importante saber que el uso indiscriminado de medicamentos tanto de uso tópico como por vía oral  puede ser perjudicial para los oídos, como es el caso de los antibióticos, ya que pueden generar resistencias.

8.                  Recomendaciones durante el baño: el agua de baños públicos, ya sea de mar, pantanos o piscinas, puede estar contaminada, es por ello que es importante para prevenir infecciones cumplir unas  normas de higiene y limpieza  básicas antes y durante el baño (ducha y el uso de aseos).  Será el especialista, valorando cada caso de forma individual, el que recomiende el uso o el no uso de tapones durante el baño.

9.                  Evitar los golpes: hay que prestar especial cuidado a los deportes de contacto que pueden provocar traumatismos en la zona del oído y ocasionar problemas. En caso de golpe o traumatismo directo en la zona del oído se recomienda consultar al especialista.

10.              Tratar de manera adecuada las otitis en los niños.  En caso de sospecha de pérdida auditiva en un niño por parte de padres y profesores se recomienda acudir al especialista, ya que aun en ausencia de dolor, fiebre o secreción, puede existir una otitis recurrente, que de no ser bien tratada puede cronificarse  y derivar en hipoacusia.

04 June 2012

¡Ponle un suspenso al ruido!



En época de exámenes los estudiantes deben cuidar su entorno para lograr una mayor concentración y capacidad de aprendizaje. GAES señala que no sólo los altos niveles de ruido, como el tráfico, pueden provocar problemas para estudiar. No controlar el ruido en el hogar o en algunas salas de estudio puede traer más de un suspenso.
Junio es un mes clave para los estudiantes, es fecha de exámenes y muchos se juegan el curso. Durante estas semanas necesitan rendir al máximo y centrar toda su energía en el estudio. La concentración debe ser máxima y, sin embargo muchos no consiguen hacerlo, por culpa del ruido que les rodea en casa, en salas de estudio o bibliotecas.
GAES, especialista en salud auditiva, advierte de que el ruido de fondo de los hogares y de algunas bibliotecas es la principal causa de los problemas de  concentración.  No son necesarios unos fuertes niveles de ruido, procedentes del tráfico o de la calle, para que los estudiantes no consigan centrar su atención en los libros. Este ruido de fondo llega a suponer un gran problema para concentrarse. Algunos recurren a escuchar música antes que soportarlo y otros prefieren estudiar por la noche cuando todo está más calmado.
¿Y por qué el ruido puede afectar tanto a la concentración?
GAES señala  que este ruido de fondo con el que convivimos a diario provoca estrés, un problema ligado a los niveles de ciertas hormonas que afectan a la corteza pre-frontal, la zona del cerebro que ayuda a regular actividades como la planificación y el razonamiento. Por ejemplo, el estrés está relacionado con la liberación de cortisol, que puede alterar las funciones que se regulan en esta zona del cerebro.
El estrés también provoca una reducción de la dopamina, una hormona y neurotransmisor que influye en determinadas funciones cerebrales y del sistema nervioso como la cognición, la motivación, la atención y el aprendizaje. Por tanto, si estamos en un entorno ruidoso o que pueda ser estresante, se produce un déficit de esta sustancia y nuestras capacidades cognitivas se pueden ver disminuidas.
En época de exámenes nuestra mente debe estar a pleno rendimiento. Para ayudar a los estudiantes, GAES ofrece algunos consejos para mejorar la concentración y superar con éxito los exámenes:
1.     Habituarse a estudiar en el dormitorio. Muchos jóvenes estudian en el salón, incluso en la cocina, lugares de mucho movimiento en los hogares y en los que se pueden despistar con facilidad, además suelen estar rodeados de más ruido.
2.     Desacostumbrarse a estudiar con música. La mejor concentración se consigue con el silencio.
3.     Algunas bibliotecas no tienen precisamente la cualidad de ser silenciosas. Encontrar una en la que se respete el silencio y conseguir un lugar apartado de las zonas de tránsito, seguro que optimiza el tiempo de estudio.
4.     Durante algunas horas hay más movimiento y ruido. Si sabemos cuáles son esos momentos nos podemos administrar para ocuparlos en tareas que requieran menos concentración y reservar las horas de más calma al estudio en profundidad.
5.     Es importante que, pese al agobio de los exámenes, se encuentren momentos de calma para despejar la mente. Pasear o hacer deporte en una zona tranquila, apartada del bullicio de la ciudad, es una buena manera de reducir el estrés y  cargarnos de energía para continuar con el estudio.
6.     Y si no logramos encontrar el silencio deseado, los tapones para los oídos pueden ser un gran aliado para concentrarnos.

“Viviendo el sonido” es una comunidad virtual, impulsada por GAES, que pretende ser un espacio para dar respuesta y servicio a millones de usuarios de Internet, que utilizan cada vez más blogs y foros para encontrar respuestas profesionales sobre salud. GAES, como empresa líder en corrección auditiva desde hace más de 60 años, pretende que esta comunidad se convierta en el punto de referencia sobre salud auditiva en la red. Y para resolver cualquier pregunta pone a disposición de los usuarios a un otorrinolaringólogo, el  Dr. Juan Royo, que atiende las consultas en tiempo real.

25 April 2012

Conclusiones del Informe "Ruido y Salud": Un 20% de la población española está sometida a un nivel de ruido que puede afectar a su salud‏


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Se calcula que un 20% de la población española, más de 9 millones de personas, conviven con niveles de ruido que sobrepasan los niveles considerados adecuados para la salud humana. Y casi 20 millones podrían estar sometidos a índices menores, pero que también pueden causar molestias en nuestra salud si estamos expuestos durante largos períodos de tiempo. Estos son algunos de los datos que recoge el estudio “Ruido y Salud” elaborado por el “Observatorio Salud y Medio Ambiente DKV Seguros-GAES” con la colaboración de la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES). Se trata de  la recopilación más completa realizada hasta la fecha sobre cuál es el grado de exposición a la contaminación acústica de la población y cómo afecta a la salud de las personas.
El coordinador del estudio “Ruido y Salud” Jesús de Osa en compañía del presidente de ECODES,Víctor Viñuales, ha presentado hoy en Madrid los datos recogidos que muestran como la contaminación acústica se ha convertido en uno de los principales problemas medio ambientales de nuestro país. El estudio señala la relación directa que puede tener con la aparición o el aumento de determinados problemas de salud. Estar rodeados de ruido excesivo puede provocar desde problemas de audición, un incremento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, insomnio, problemas psicológicos o un desarrollo cognitivo más lento en niños.
Tanto es así, que los científicos alertan que el ruido puede acortar nuestra vida. “La Comisión Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que por culpa del ruido cada año los europeos pierden 1,6 millones de años de vida saludable, un cálculo que se realiza combinando los años potenciales de vida perdidos por muertes prematuras y los años equivalentes de vida saludable no disfrutados por tener un estado de salud deteriorado” apunta Jesús de Osa, autor del estudio.

El ruido del tráfico, los transportes (como aviones o trenes), así como las formas de ocio ruidosas (conciertos o discotecas) son las principales causa de ruido en nuestro país. De hecho, España es el segundo país más ruidoso del mundo, después de Japón, y el que tiene un mayor índice de población expuesta a altos niveles de ruido, con más de 9 millones de ciudadanos que soportan niveles no recomendados para la salud.
El ruido es una realidad que nos afecta de diferente forma dependiendo del grado en que estemos expuestos o de su intensidad, y que puede alterar nuestro bienestar en diferentes facetas de nuestra vida, en casa, en el trabajo, en la escuela, en la calle o en nuestro tiempo de ocio. Una problemática con una importante dimensión social que nos implica a todos, ya que somos  a la vez víctimas y generadores del ruido.  Así que los especialistas nos recomiendan apuntarnos a “una dieta contra el ruido” para eliminarlo de nuestras vidas. “Simplemente modificando algunos de nuestros hábitos, como limitar el volumen de los reproductores de música, evitar lugares ruidosos, no molestar a los vecinos con ruidos innecesarios, utilizar más el transporte público o conducir de forma más eficiente y sin tocar el claxon de forma innecesaria, contribuiremos a reducir los niveles de ruido y a disminuir los efectos negativos que tiene sobre nuestra salud” aconseja Víctor Viñuales.
El ruido nos hace perder audición

Está comprobado que la exposición continuada a altos niveles de ruido tiene una relación directa con la pérdida de audición. Hasta ahora la principal causa de trastornos auditivos provocados por el ruido ha sido la exposición continuada en el entorno laboral durante 8 horas diarias a niveles que podían superar los 80dB sin utilizar las protecciones adecuadas para proteger los oídos.
Sin embargo, en los últimos años los especialistas alertan de la aparición de casos cuyo origen son otros factores, principalmente hábitos como por ejemplo el uso  de reproductores de música con auriculares a volúmenes excesivamente elevados, o la exposición a altos índices de ruido en bares, discotecas o conciertos. Estos factores además de provocar un aumento de los casos, han hecho que la pérdida auditiva aparezca a edades más tempranas, ya que suelen ser hábitos más frecuentes entre personas jóvenes.

Así según diversos estudios entre un 5 y un 10% de las personas que suelen escuchar música con auriculares pueden adelantar la aparición de problemas auditivos 20 años, manifestándose los trastornos típicos de personas de 60 años ya a los 40 años. Para prevenir la aparición precoz de la pérdida auditiva los especialistas recomiendan hacer uso de este tipo de aparatos con algunas limitaciones, como no utilizarlos más de 1 hora al día y no superar el 60% de su volumen.

El ruido nos pone cardíacos

Quién quiera cuidar su corazón debe protegerse del ruido. Existen evidencias científicas que apuntan una relación directa entre la exposición frecuente al ruido, por ejemplo del tráfico, y un mayor riesgo de padecer  enfermedades cardiovasculares como hipertensión, angina de pecho o infarto de miocardio.

Uno de los datos extraídos del estudio, refleja que en zonas ruidosas por cada decibelio que supera el umbral de los 65dB, aumentan los ingresos hospitalarios un 5,3%, especialmente por causas cardiovasculares. Y es que a partir de estos niveles de ruidos nuestro organismo responde activando las respuestas hormonales nerviosas y provocando un aumento de la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, la vasoconstricción y la sangre se vuelve más espesa. También provoca cambios en el sistema endocrino y nervioso que afectan al sistema circulatorio y constituyen factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Recientes estudios también  señalan la posible influencia del ruido con los infartos cerebrales. Los datos señalan que por cada 10dB que se incrementa el nivel de ruido por encima de los límites recomendados las posibilidades de sufrir un ictus crecen un 14% en mayores de 65 años.

El ruido nos quita el sueño            
Durante la noche, la OMS marca unos niveles de ruido inferiores, sobre los 30dB, para garantizar el silencio tan necesario para el descanso.  Pero en muchas ocasiones estos niveles se sobrepasan por el tráfico en las ciudades, los locales de ocio nocturno o  la cercanía a un aeropuerto, por ejemplo.
Si el ruido no nos deja dormir, las consecuencias para nuestra salud son evidentes. Se alteran los ciclos y la profundidad del sueño, y por tanto nuestro descanso disminuye provocando fatiga, estado de ánimo depresivo, rendimos menos y baja nuestro estado de alerta. Además, el ruido mientras dormimos altera nuestro pulso, la respiración y aumenta el movimiento corporal.
El ruido nos altera
                                  
La contaminación acústica en nuestro entorno es un factor ambiental que nos molesta y perjudica nuestro bienestar. Afecta a nuestra capacidad de atención, nos genera estrés, nerviosismo o irritabilidad.
Vivir rodeados de ruido también puede provocar trastornos del aprendizaje, de la memoria, disminuye la motivación, e incrementa la irritabilidad y la agresividad. En el trabajo y la escuela está comprobado que estar rodeados de ruido afecta a nuestro rendimiento,  aumenta los errores y accidentes, perturba fuertemente la atención lectora y la resolución de problemas. Crear entornos sonoros saludables y silenciosos mejorará nuestro rendimiento para aprender más y rendir mejor.

A la hora de relacionarnos con los demás, el ruido también nos afecta ya que interfiere en la comunicación oral y dificulta la comprensión, provocando que tengamos que elevar nuestro tono de voz y así, generar más ruido.

Los niños, más vulnerables ante el ruido

Los niños son más vulnerables que los adultos a padecer los efectos del ruido. Se calcula que cada año se pierden en Europa 45.000 años de vida saludable por el deterioro cognitivo producido por ruido ambiental en niños.

Aquellos niños que viven en hogares ruidosos suelen presentar un menor desarrollo cognitivo, del lenguaje y presentan peor comprensión lectora.  También pueden sufrir déficits de atención  y memoria, disminuye su motivación y pueden aparecer efectos negativos en su autoestima o generar ansiedad.
Pero  es que el ruido nos afecta ya antes de nacer. Un entorno ruidoso puede alterar la salud del feto e incluso del recién nacido, provocando pérdida auditiva o retraso en el crecimiento, si la madre ha estado expuesta a ruido crónico durante el embarazo.
¿Cómo podemos evitar el ruido?
La contaminación acústica es un problema que podemos mejorar entre todos si cada uno de nosotros aportamos nuestro granito de arena y contribuimos a reducir el ruido que nos rodea. Si cambiamos simplemente algunos hábitos, nuestra salud en general lo agradecerá y podremos gozar de un entorno más silencioso.
Algunas medidas son tan sencillas como no elevar en exceso el volumen cuando usemos reproductores de música, cuando veamos la televisión o escuchemos la radio. Evitar las actividades de ocio con un alto nivel de ruido como conciertos o discotecas, o si debemos ir, utilizar  siempre protecciones adecuadas y no colocarse cerca de los altavoces. Es importante  respetar las horas de descanso e intentar conducir de forma eficiente, sin acelerones bruscos, ni frenazos y evitando tocar el claxon. Caminar, ir en bici o utilizar el transporte público contribuirá a disminuir el tráfico y reducir así el ruido en las ciudades.
Las administraciones también deben tomar conciencia y promover medidas adecuadas para crear entornos sonoros más saludables que contribuyan a eliminar el ruido en las ciudades. Realizar una planificación urbana que disminuya los efectos de las fuentes de ruido, como por ejemplo del tráfico, sobre los núcleos habitados. En las zonas más sensibles como áreas residenciales, hospitales o escuelas; realizar una adecuada gestión viaria; instalar barreras acústicas en las zonas de viviendas cercanas a grandes vías o, incrementar los controles acústicos, son algunas de las medidas que las administraciones pueden adoptar para contribuir a disminuir la contaminación acústica.
La lucha contra los altos niveles de ruido empieza por nosotros mismos, las administraciones y la sociedad en general. “El reto actual es, además de reducir la contaminación acústica,  crear entornos sonoros que sean promotores de salud, capaces de proporcionarnos bienestar y descanso” aconseja Jesús de Osa, quién apunta que para conseguir este objetivo es necesario conservar los espacios sonoros positivos que ya existen e ir creando otros nuevos en las planificaciones urbanas.

04 April 2012

La radiografía de los decibelios en Barcelona



Cuando se le pregunta a alguien cómo es el paisaje sonoro de su barrio, la respuesta tarda unos segundos. La ciudad entra por los ojos y sus sonidos o ruidos pasan a ser tan rutinarios que se olvidan. Hace tres años, Barcelona publicó un Mapa del soroll. Los ciudadanos pueden saber, a través de la web del ayuntamiento, los decibelios que hay en tal o cual calle. Los datos pertenecen a unas mediciones que se tomaron en el 2007. Cristina Castells, directora de Energía y Calidad Ambiental, atiende una llamada. La cronista está en la calle de Balmes. Imposible dialogar.

Imagen del tráfico intenso que suele haber cada día en la calle de Balmes con Travessera de Gràcia, el lunes. JOAN PUIG

Hay que refugiarse en algún patio interior o en un portal. Castells explica que en estos momentos se están recopilando datos para crear un nuevo mapa sonoro. Por ahora, dice, las principales fuentes de ruidos son el tráfico en Sarrià-Sant Gervasi, y el ocio nocturno, en Gràcia y en Ciutat Vella.

Según el mapa del 2007, los decibelios suben considerablemente en Sarrià-Sant Gervasi hasta superar, de 19 a 23 horas, los máximos permitidos por la normativa en ciertos tramos de la avenida de la Diagonal, la ronda de General Mitre y la calle de Balmes. Más datos: de día el barcelonés soporta una media de 60 a 65 decibelios. Dentro del umbral. De noche, los datos empeoran: la media de la ciudad es de 55 a 60 decibelios, y un 0,57% de la población está expuesta a entre 70 y 75 decibelios. En el mapa de los ruidos, gana en silencio el barrio de Horta-Guinardó y los parques urbanos, especialmente el de Montjuïc. «Es una ciudad mediterránea, compacta», dice Castells.
El mejor guía para describir el paisaje sonoro de una ciudad es siempre un extranjero porque ha tenido que incorporar los nuevos ruidos a su nuevo día a día. Michele es italiano y ha migrado por cuatro barrios diferentes de Barcelona en los últimos tres años.
La cita con él fue ayer a las 15.30 horas en la calle de Balmes. Esta vía es, según el Mapa del soroll, una de las más ruidosas de la ciudad. Ayer, además, llovió y el agua hace que Barcelona siempre suba su nivel de malhumor sonoro. La cronista llega primero que el entrevistado. Carles Moragues, un vecino, aclara que, desde que han ampliado las aceras y han plantado árboles, en Balmes «la sensación es de menos ruidos. Ahora se puede pasear y hasta hablar en la calle». Michele llega en moto. Se detiene entre Provença y Balmes, frente a unas obras.
¿A qué suena Barcelona? «Ahora a maravilloso silencio». Sus palabras contrastan con el runrún de los coches y con el pitido de una grúa que acaba de iniciar la marcha atrás.
Caminando por los paisajes sonoros en los que ha vivido este hombre desde que está en Barcelona, se entiende que esta ciudad es un gran altavoz con muchos microsistemas sonoros. Primera parada, Sant Carles, en la Barceloneta, donde vive ahora. Silencio. Solo se escucha una sirena de barco en el mar y el graznido de una gaviota. Segunda etapa, la calle de Gravina. Es minúscula, pero suma los ruidos de la frontera que es: los coches del Eixample y el zumbido del hacinamiento del Raval.
En el Born, cerca de Santa Maria del Mar, se escucha un guirigay babélico. «Lo peor es de noche, con los camiones de la basura». La última parada es la calle de Bailèn: suenan las campanas de una iglesia y hay unos chicos jugando a la pelota.
En el 2020, Barcelona tiene que ser menos ruidosa. Lo pactaron los alcaldes en un macroacuerdo que se firmó en el 2002.

**Publicado en "EL PERIODICO DE CATALUNYA"

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