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20 October 2015

Riesgos de cáncer asociados a la exposición prolongada a la radiación de bajo nivel

Un estudio publicado hoy en el British Medical Journal (BMJ) indica las estimaciones más precisas de los riesgos de cáncer asociados con la exposición prolongada a la radiación ionizante de bajo nivel entre los trabajadores de la industria nuclear. Los resultados sugieren un aumento lineal de la tasa relativa de cáncer al aumentar la exposición a la radiación y fortalece la base científica de las normas vigentes de protección radiológica.

La radiación ionizante es una causa conocida de cáncer, pero la información sobre el riesgo de la radiación ha llegado principalmente de estudios de las personas expuestas a dosis altas y puntuales de radiaciones ionizantes, como los japoneses supervivientes a la bomba atómica.

La investigación sobre las asociaciones entre la exposición a la radiación de dosis moderadas o bajas y el riesgo de cáncer comenzó en la década de 1950, pero las estimaciones eran inciertas. Por ello, un equipo internacional de investigadores, en el que participó Elisabeth Cardis, responsable del programa de radiación del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), centro aliado ISGlobal, se propuso investigar si la exposición prolongada de radiación ionizante a dosis bajas se asociaba con un mayor riesgo de cáncer.

El estudio incluyó a 308.297 trabajadores de la industria nuclear de Francia, Reino Unido y los Estados Unidos de América. Los trabajadores, la mayoría de los cuales eran hombres, fueron controlados por exposición a la radiación externa, y fueron seguidos durante una media de 27 años.

Por otra parte, se calcularon las estimaciones de riesgo para la mortalidad por cáncer, excluyendo la leucemia. Se tuvieron en cuenta factores como la edad, la duración del empleo y el nivel socioeconómico.
Los investigadores hallaron que la tasa estimada de mortalidad por cáncer con exclusión de la leucemia aumentaba en un 48% por gray (Gy), que es la dosis absorbida de radiaciones ionizantes. Se observaron asociaciones similares en cada país.

Sobre estas estimaciones, los investigadores sugieren que 209 de las 19.064 muertes observadas por cáncer además de la leucemia fueron muertes asociadas con el exceso de exposición a la radiación externa.

“El riesgo por unidad de dosis fue similar a las estimaciones derivadas de los estudios de los japoneses sobrevivientes a las bombas atómicas, que contradice la creencia de los investigadores de que las exposiciones a tasas de dosis altas son más peligrosas que las exposiciones a tasas de dosis bajas”, explica Cardis. Y añade, “se trata de un estudio observacional en el que no se puede descartar el sesgo. Por ejemplo, no puede descartarse la posibilidad de que el tabaquismo y la exposición al amianto en el trabajo puede haber influido en los resultados”.

“Este estudio proporciona evidencia de un aumento lineal de la tasa relativa superior a la mortalidad por cáncer con el aumento de la exposición a la radiación ionizante a las bajas tasas de dosis que normalmente tienen lugar en las industrias nucleares de Francia, Reino Unido y EE.UU.", destaca David Richardson, profesor asociado del Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, investigador principal del estudio.

Los hallazgos también pueden ayudar a fortalecer las bases de las normas de protección radiológica. Este estudio se suma a un creciente conjunto de evidencia que sugiere asociaciones entre la exposición a la radiación de dosis moderada o baja y el riesgo de cáncer.

14 June 2012

Radiation exposure from medical imaging has increased even at HMOs


This is Rebecca Smith-Bindman, M.D.
Concern about overexposure to radiation due to excessive use of medical imaging has come to the fore in recent years. Now, a study led by researchers at the University of California, San Francisco (UCSF) and Group Health Research Institute, shows that medical imaging is increasing even in health maintenance organization systems (HMOs), which don't have a financial incentive to conduct them. Published this week in the Journal of the American Medical Association (JAMA), the study is the first to look at how radiation exposure has grown within large integrated health care systems. Earlier studies have shown an increase in the public's exposure to radiation because of medical imaging at "fee-for-service" hospitals and clinics, which make more money the more scans they do.
Some experts had speculated that radiation exposures would be different in the closed, integrated health care system world, where the same financial incentives do not exist. All the clinical operations fall under the same umbrella as the insurance and payment operations in these systems, and if anything, more medical scans would seem to be financially discouraged.
"You would have imagined that the rate of increase would be lower," said Rebecca Smith-Bindman, MD, a professor of radiology and biomedical imaging at UCSF. "Our results showed very similar growth in imaging within these integrated settings as has been shown outside of these settings."
According to Smith-Bindman, UCSF has focused a great deal of attention to ensure its patients receive the lowest doses possible for medical diagnosis, including implementing new software that reduces dose, acquiring new lower-dose equipment, and reducing the use of certain high-dose procedures. These efforts have achieved significant dose reductions in the last few years, she said. For example, CT doses have gone down 30 percent to 40 percent over the last two years.
Smith-Bindman and colleagues across the University of California medical centers are also organizing a very large meeting in February 2013 to help educate the public, referring physicians and technologists, physicists and radiologists across the country on strategies for assessing and then lowering the radiation doses to which patients are exposed.
The latest study showed a dramatic increase in imaging rates and a doubling in the proportion of patients who incurred high and very high radiation exposures from 1996 to 2010, paralleling the rise in the fee-for-service world. The number of ultrasoundexaminations doubled, the number of CTs tripled, and the number of MRIs quadrupled. The analysis also showed enormous variation from system to system, with some types of imaging being done 5 to 10 times more often in one system compared to the others.
This is significant, Smith-Bindman said, because on the national level, a lot of hope for countering the rise in imaging rates and radiation exposure has been pegged to removing financial incentives by changing the fee structure of radiologicalexams and capping reimbursements, as Medicare has already done.
The new study suggests it may not be so simple. The same drivers of imaging are important in all health care systems.

13 June 2012

Según un estudio demasiada radiación por culpa de las pruebas de imagen


Radiografías, escáneres, tests de medicina nuclear... Quizás le resulte familiar, y probablemente haya recurrido a alguna de estas pruebas para detectar algún problema de salud suyo o de algún familiar. Pues no es el único. Según un estudio, realizado en Estados Unidos, en los últimos 15 años se ha duplicado la proporción de personas que han sido sometidas a un procedimiento diagnóstico de este tipo y también, de la mano, ha aumentado la tasa de radiación recibida por estas técnicas, algo que los especialistas ven con especial preocupación.
Hace unos años, existían pocas pruebas de imagen a las que recurrir para detectar o descartar una enfermedad. Era, en muchas ocasiones, el buen 'ojo' del médico el que diagnosticaba la mayoría de los problemas. Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, han sido muchas las técnicas que se han desarrollado y que han venido a ser una herramienta frecuente en las urgencias hospitalarias e incluso en el día a día de algunas especialidades médicas. Así, la tomografía axial computerizada (o TAC), mucho más conocida como escáner, la resonancia magnética o la tomografía por emisión de positrones (PET) han pasado a formar parte de nuestras vidas y de nuestras demandas.
Pero algunas de estas pruebas de imagen no están exentas de riesgo. El TAC o los exámenes de medicina nuclear liberan una alta dosis de radiación, mucho mayor que las tradicionales radiografías. A lo largo de estos años se ha visto que la exposición a esa radiación puede asociarse al desarrollo de cáncer. Se estima que un 2% de los futuros cánceres serán resultado del empleo de estas pruebas de imagen, si se siguen utilizando como hasta ahora. De hecho, un reciente estudio, concluía que el TAC triplica el riesgo de cáncer en niños.
Para comprobar cuánto ha aumentado el uso de estas pruebas en los últimos años, un grupo de investigadores de diferentes centros de Estados Unidos, incluida las Universidades de California o Washington, han analizado los datos sanitarios de millones de pacientes de diferentes estados y de seis sistemas de salud distintos. Se trataba, además de ver la cantidad de procedimientos diagnósticos realizados, si su número variaba en función de si el paciente tenía un seguro privado o uno público.

Conclusiones

Como primera conclusión, los investigadores comprobaron que el aumento en el número de este tipo de pruebas había sidoindependiente del sistema sanitario y del seguro médico. En 15 años, se habían realizado un total de 30,9 millones de pruebas de imagen, lo que suponía 1,18 test por persona y año, de las que el 35% pertenecían a técnicas avanzadas, como el TAC, la resonancia o la medicina nuclear. De hecho, el estudio mostró que, entre 1996 y 2010, el número de escáneres aumentó un 7,8% por año, la resonancia un 10% y la ecografía un 3,9%. En otras técnicas, como el PET, su empleo se retrasó pero, a partir de 2004, supuso cada año un incremento del 57%.
Y aunque no todas estas técnicas suponen una exposición a radiaciones, por ejemplo los ultrasonidos (o ecografía) o las resonancias no emiten radiación ionizante, el nivel de radiación recibida, en los pacientes evaluados, se duplicó en los últimos años, sobre todo por el empleo del escáner. Además, también se comprobó que habíaaumentado el número de personas que habían recibido una radiación anual alta(entre 20 y 50 miliSieverts) o muy alta (superior a 50 miliSieverts), pasando de un 1,2% a un 2,5%, en el primer caso, y de un 0,6% a un 1,4%, en el segundo. En Europa las autoridades sanitarias permiten una exposición anual máxima de 20 miliSieverts, mientras que en EEUU ese nivel permitido aumenta a 50.
"No es sólo que estamos haciendo pruebas de imagen más avanzadas, sino que también estamos haciendo tests que emiten las mayores dosis de radiación, y las más variables", explica Rebecca Smith-Bindman, profesora de Radiología e Imagen Biomédica de la Universidad de California. "Estoy preocupada porque los médicos han disminuido su umbral para realizar estas pruebas y ahora las piden incluso aunque piensen que no son necesarias". Probablemente, tal y como señala el estudio, ese mayor uso se deba, entre otras cosas, a la práctica de una medicina defensiva que recurre a las pruebas médicas para evitar que el paciente demande al especialista cuando algo falla.
Los autores de este estudio, cuyos datos publica la revista 'Journal of the American Medical Association (JAMA)', señala que los médicos deberían sopesar los beneficios de realizar alguna de estas pruebas con sus potenciales riesgos. Pero también, advierten, los pacientes son responsables de vigilar las dosis que reciben y no empeñarse en demandar unas pruebas cuando no son necesarias.
**Publicado en "EL MUNDO"

07 June 2012

El TAC triplica el riesgo de cáncer en niños por las radiaciones


Veinte años de trabajo, más de 178.000 niños y la estrecha colaboración entre Reino Unido y EEUU. Sólo así ha sido posible despejar una duda que aún rondaba alrededor de los escáneres. La mayor investigación hasta la fecha con tomografía axial computarizada (TAC) concluye que las radiaciones que emite esta prueba de imagen están asociadas a mayor riesgo de leucemia y tumores cerebrales entre los más pequeños.
Hace 10 años que se sugirió por primera vez que el uso del TAC en pediatría podía estar asociado a un aumento del riesgo de cáncer. Sin embargo, muchos siguieron aún dudando porque aquellos resultados estaban basados en estimaciones a partir de los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki (en Japón).
Para despejar aquellas dudas, los institutos nacionales de salud del Reino Unido y EEUU (NHS Y NIH, respectivamente) se han unido en un ambicioso proyecto que ahora publica la revista 'The Lancet' y que concluye que las radiaciones ionizantes que emite esta prueba de imagen sí aumentan el riesgo de estos cánceres en los niños.

Niños más radiosensibles

Conviene recordar que un TAC emite entre 10 y 1.000 veces más radiación que una radiografía tradicional (según la parte del cuerpo radiada); algo especialmente peligroso en el caso de los niños, cuyo organismo es más radiosensible que el de un adulto. En el estudio se analizaron exclusivamente TAC cerebrales, que son los que emiten más radiación al cerebro y a la médula ósea.
Para sus conclusiones, el equipo dirigido por Amy Berrington de González analizó a 178.000 niños tratados en el departamento de radiología del 70% de los hospitales británicos entre 1985 y 2002. Y sus conclusiones señalan que hacerse dos o tres TAC en la cabeza antes de los 15 años multiplica por tres el riesgo de desarrollar un tumor cerebral. En cuanto a la leucemia, ese triple riesgo se 'alcanzó' con entre cinco y 10 TAC acumulados. Hay que tener en cuenta que la dosis de radiación que absorbe el organismo depende del órgano del cuerpo que la reciba.
En otras palabras, por cada 10.000 personas sometidas a un TAC (10 mSv) antes de los 20 años habría un caso adicional de leucemia; y un tumor cerebral por cada 30.000 pruebas de imagen. "El riesgo de desarrollar uno de estos tumores en la población general es pequeño", señala a ELMUNDO.es Carles Muñoz, director de Física Médica y Protección Radiológica del Instituto Catalán de Oncología, "pero el triple de riesgo es algo significativo y a tener en cuenta".
Berrington de González reconoce la importancia del TAC como herramienta diagnóstica, más aún en los últimos años en los que la tecnología arroja dosis de radiación muy reducidas. Aún así, concluye que este trabajo debería ser suficiente para recordar a los médicos que limiten el uso de escáneres en niños a los casos estrictamente necesarios y sólo después de valorar sus beneficios. "A menudo se sobreutiliza el TAC, por ejemplo, en las fracturas de cabeza, cuando sería suficiente con una placa", señala el doctor Muñoz desde Girona.
En este sentido, Andrew Einstein, de la Universidad de Columbia en Nueva York (EEUU), recuerda que entre el 20% y el 50% de estos TAC se realizan sin plena justificación ("porque existe otra prueba alternativa o no sería necesario hacerlo en absoluto"). Por lo que coincide con su colega en que se valore cada caso particular antes de meter al niño al escáner ("características del paciente, pruebas alternativas, información sobre otros TAC previos..."). En este sentido, el doctor Muñoz, aclara que el abuso del TAC no es sólo responsabilidad de los pediatras, sino que muchas veces son los propios padres quienes "presionan" para que se use esta prueba, "muchos de ellos por desconocimiento de los efectos que puede tener en el organismo".
**Publicado en "EL MUNDO"

16 May 2012

Irradiar sólo la zona del tumor mamario es igual de efectivo que la radiación de toda la mama


La utilización de una dosis de radiación concentrada en pocos días únicamente sobre la zona tumoral de la mama resulta igual de efectivo que irradiar el pecho completo en las primeras fases del cáncer, según ha determinado un ensayo randomizado realizado en Hungría y coordinado por el director del Centro de Radioterapia del Instituto Nacional de Oncología de Budapest, el Dr. Csaba Polgár.
Las conclusiones de este informe se han presentado en el marco del Congreso Mundial de Braquiterapia (WCB), que se celebra paralelamente a la 31 edición del Congreso de la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología Estro en la misma sede del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB).
El ensayo de Budapest ha sido el primero randomizado que ha comparado la eficacia y los efectos secundarios de la irradiación tradicional de toda la mama con la IPAM por braquiterapia, que inserta varios catéteres de plástico en el lecho del tumor después de la cirugía conservadora de mama para introducir posteriormente la fuente de radiación y administrar una dosis altamente concentrada en la zona exacta del tumor extirpado.
En consecuencia, la utilización de la IPAM permitiría evitar la irradiación de la mayor parte del tejido mamario y proporcionaría un resultado estético muy superior.
El investigador húngaro ha afirmado que con este estudio "queda comprobado que se pueden mejorar los resultados estéticos, reducir los efectos secundarios y conseguir una mayor satisfacción de la paciente con una técnica menos invasiva y más rentable".
En la actualidad, menos del 10 por ciento de las pacientes que se encuentran en las primeras fases del cáncer de mama reciben IPAM en Europa y en algunos países, este tratamiento sigue considerando experimental, a pesar de que en Estados Unidos ya se ha aceptado en la práctica general para el tratamiento de pacientes de bajo riesgo.
*AGEBCIAS

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