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09 May 2011

La CE concede 5,9 millones de euros a Opsona Therapeutics para el desarrollo de OPN-305

Opsona Therapeutics, una compañía de desarrollo de fármacos centrada en nuevos enfoques terapéuticos para tratar enfermedad autoinmunes e inflamatorias, ha anunciado que recibirá 5,9 millones de euros, una de las mayores subvenciones concedidas por el European Union FP7 Health Program, para liderar un consorcio de investigación europeo y grupos clínicos (MABSOT*) en el avance de ensayos clínicos para su candidato de fármaco principal OPN-305 en el transplante de órganos sólidos.
El enfoque específico del ensayo estará en la función retardada del injerto (DGF, por su sigla en inglés), una grave complicación del período postoperatorio inmediato al transplante renal. Un ensayo de fase 1 en voluntarios sanos comenzará este verano. Tras la finalización de éxito del ensayo de fase 1 este año, el consorcio planea realizar un ensayo de fase 2 controlado por placebo, aleatorio, prospectivo en la prevención de DGF que se iniciará en 2012.

Calciferol: el nutriente de la salud ósea



Un total de 206 huesos protegen los órganos, resisten golpes, caídas y hasta nuestro propio peso. Sin embargo, a medida que envejecemos el esqueleto se vuelve más frágil. Malos hábitos alimentarios unidos al consumo de tabaco, así como la falta de ejercicio físico y los cambios hormonales propios de la menopausia, pueden contribuir a mermar la salud ósea. La alimentación y, en concreto, mantener unos niveles adecuados de vitamina D o calciferol se postulan como la mejor medicina para mantener los huesos en plena forma. Según el doctor Manuel Díaz Curiel, jefe de Servicio de Medicina Interna de la Fundación Jiménez Díaz en Madrid y presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas Óseas (Fhoemo), «la mejor fuente para obtener vitamina D se halla en la síntesis cutánea gracias a los rayos solares». No obstante, «se ha observado que las personas que viven en zonas con poco sol presentan una carencia de dicha vitamina.



Incluso, en países mediterráneos donde hay muchas horas de luz, debido al estilo de vida que propicia que la gente pase muchas horas en el trabajo, cada vez se dan más casos de falta de vitamina D. Por ello, resulta importante adquirirla a través de la dieta diaria», advierte la doctora Rosa Porqueras, coordinadora del Grupo de Madurez Saludable de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). La vitamina D al ser liposoluble, es decir, que está asociada a las grasas de los alimentos se halla, según Pilar Cervera, dietista-nutricionista y presidenta honoraria de la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDD), «en la leche materna, grasas de la leche de vaca, pescados azules especialmente el hígado, la yema de huevo, setas, algunos granos, así como las margarinas y otras grasas enriquecidas». La cantidad diaria recomendada de esta vitamina en nuestro país se sitúa, según Elena Garea, experta en Nutrición, «en cinco microgramos diarios, aunque existen grupos de población que tienen más necesidad como, por ejemplo, las personas mayores de 60 años que requieren entre 15 y 151 microgramos al día y las embarazadas y mujeres en periodos de lactancia con cinco y diez microgramos diarios».






-ABSORCIÓN



Así, continúa la experta, «dos vasos de leche enriquecida aportarían el 30 por ciento de la cantidad diaria recomendada, pero resulta necesario incluir una dieta equilibrada con otros alimentos fuente de esta vitamina para completar el cien por cien». Si no existen unos niveles adecuados de vitamina D se produce una absorción insuficiente de calcio, lo que se traduce en un descenso de la densidad mineral ósea y favorece la aparición de fracturas. Esta situación cobra un protagonismo relevante durante la menopausia. Por ello, Porqueras sostiene que durante esta etapa habría que tomar, por lo menos, «un vaso de leche, dos yogures y unos 40 gramos de queso semi curado u 80 gramos de queso fresco. Resulta preferible optar por las variedades desnatadas, ya que a partir de la menopausia hay una tendencia a acumular colesterol en el organismo». Pero si la persona no toma o, simplemente, no le gusta la leche, «puede optar por otros productos como el aceite de hígado de bacalao, el atún enlatado, las sardinas con sus espinas muy ricas en calcio y las ostras», recomienda Porqueras.



En cuanto a la relación que existe entre la vitamina D y el colesterol, Cervera aclara que «la relación es puramente química, ya que el colesterol es una sustancia grasa y la vitamina D es liposoluble, es decir, que los lípidos condicionan su transporte y eficacia». Si pese a todo lo anterior los niveles de dicha vitamina continúan bajos, Díaz Curiel recomienda optar por los suplementos ya que, «un 66 por ciento de la población con osteoporosis postmenopáusica presenta un déficit de vitamina D». Esta misma opinión la comparte Porqueras quien añade que «después de valorar la dieta, en pacientes que van perdiendo masa ósea se recomienda un suplemento de calcio y vitamina D». En cualquier caso, Cervera sostiene que «si se sigue una alimentación variada que contenga suficientes alimentos grasos, junto con una pequeña exposición al sol de forma regular, resulta suficiente para cubrir las necesidades de vitamina D».






**Publicado en "LA RAZON"

Sexual orientation affects cancer survivorship

Gay men have a higher prevalence of cancer compared with heterosexual men, and lesbian and bisexual female cancer survivors report lower levels of health than heterosexual female cancer survivors. Those are the conclusions of a new study published early online in Cancer, a peer-reviewed journal of the American Cancer Society. The study's findings shed light on the types of programs and services that are needed to assist lesbian, gay, and bisexual cancer survivors. Cancer surveillance studies don't ask questions about sexual orientation, which means there is scarce information about how many cancer survivors identify as lesbian, gay, or bisexual. Hoping to fill this information gap, Ulrike Boehmer, PhD, of the Boston University School of Public Health and her colleagues examined the prevalence of cancer survival by sexual orientation in California. They also investigated how the health of cancer survivors differs depending on sexual orientation.
The study included data from the California Health Interview survey from 2001, 2003, and 2005. This survey is the largest state health survey conducted in the United States. A total of 7,252 women and 3,690 men reported a cancer diagnosis as adults. The researchers found no significant differences in cancer prevalence by sexual orientation among women, but lesbian and bisexual female cancer survivors were 2.0 and 2.3 times more likely to report fair or poor health compared with heterosexual female cancer survivors. Among men, gay men were 1.9 times as likely to report a cancer diagnosis than heterosexual men. Male cancer survivors' self-reported health did not significantly differ by sexual orientation.
"This information can be used for the development of services for the lesbian, gay, and bisexual population," said Dr. Boehmer. "Because more gay men report as cancer survivors, we need foremost programs for gay men that focus on primary cancer prevention and early cancer detection. Because more lesbian and bisexual women than heterosexual women with cancer report that they are in poor health, we need foremost programs and services that improve the well-being of lesbian and bisexual cancer survivors," said Dr. Boehmer.
Dr. Boehmer noted that the results raise questions that should be addressed by future studies. For example, do more gay men report a history of cancer because more are receiving cancer diagnoses, or are more surviving a diagnosis compared with heterosexual men? Similarly, are lesbian and bisexual women just as likely as heterosexual women to receive a cancer diagnosis, or does the similarity of cancer survivorship speak to differences in the survival of lesbian and bisexual women?

**Source: Wiley-Blackwell

Vitamina D: el 50% de los españoles no llega al «suficiente»



Es la vitamina antirraquítica por excelencia. La cuarta del abecedario, encargada de regular el fósforo y el calcio de los huesos, tiene un importante rol inmunosupresor y los estudios cada vez le ponen más medallas en su efecto contra los tumores: mama, colon, ovario, próstata... Pero todo lo que tiene de necesaria, lo tiene de escasa, ya que en la actualidad, la mitad de la población general tiene concentraciones insuficientes en la sangre. La carencia se debe, tal y como explica a este semanario William B. Grant, del centro de Nutrición y Salud Sunrac de San Francisco, Estados Unidos, «a que pasamos gran parte del tiempo en interiores, utilizamos filtros solares altos y evitamos el sol del día».



Grant añade que «a no ser que la sombra de alguien sea más corta que la altura, (es decir que recibe mucho sol porque éste incide directamente sobre él) uno no puede fabricar vitamina D, ya que la capa de ozono absorbe demasiados rayos UVB, y el resto de la atmósfera los dispersa». Un problema grave si se tiene en cuenta que «el 90 por ciento, de esta vitamina proviene de la radiación solar y sólo un 10 por ciento de la dieta», explicó Alberto Muñoz, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en un reciente congreso internacional celebrado en la Fundación Ramón Areces de Madrid.



Su fama se debe, según Grant, a que «existen 100 tipos de enfermedades en las que desempeña un papel importante para reducir la incidencia, severidad y el peligro de muerte, incluyendo 15 o 20 tipos de cáncer, patologías cardiovasculares, enfermedades infecciosas, óseas, dolencias autoinmunes (esclerosis múltiple), y resultados de embarazo adversos». En cuanto a los tumores, Donald L. Trump, presidente del Roswell Park Cancer Institute (Estados Unidos). Matiza que «el 70 por ciento de los pacientes de nuestro hospital presenta en el momento del diagnóstico una deficiencia de esa vitamina, lo que favorece la agresividad de su desarrollo». Por ello, las investigaciones actuales se dirigen ahora «a analizar su relación en la progresión de la dolencia, así como en la posibilidad de usarla en la curación».






-Colesterol



Al margen de estas enfermedades, uno de los eslabones que no se han tenido muy en cuenta es el del colesterol (cuya presencia en la piel permite fabricar la vitamina D3). David Grimes, médico e investigador del Hospital Royal Blackburn en Lancashire (Inglaterra) explica a este semanario que «la relación e ntre ambos no está muy clara y no se comprende en su totalidad. Pero lo importante es que el colesterol no es realmente peligroso y esa hipótesis de “dieta-colesterol-corazón” de los años 50 ha sido irrelevante y una distracción en las publicaciones importantes». Para Grimes, el colesterol, al igual que la vitamina D, «es un mecanismo de defensa del organismo contra las bacterias. Cuando éstas atacan, el colesterol responde. La gente con bajos niveles de colesterol tienen, por tanto, más riesgo de infección». Además, advierte de que «no hay que obsesionarse. No es necesario medir el colesterol. Pero hay una industria de anticolesterol enorme y lucrativa detrás».






- Anticeguera



Detrás de esta protagonista también iba el grupo de investigadores de la Universidad de Buffalo en Nueva York, cuando descubrieron hace unas semanas que las dosis altas en sangre reducen el riesgo de degeneración macular (DMAE) en mujeres menores de 75 años. En el trabajo, publicado en la revista «Archives of Ophthalmology» examinaron datos de 1.313 mujeres. Las que consumían la mayor cantidad de la vitamina tenían un 59 por ciento menos de probabilidades de desarrollar esta dolencia. ¿Pero cómo lograr un nivel óptimo? Los expertos inciden en la creciente necesidad de suplementar la deficiencia con la dieta o medicamentos. Así, Grant concluye que «los suplementos son la forma más eficiente de obtenerla dado nuestro estilo de vida actual». No obstante, Franco Sánchez, jefe del servicio de Endocrinología del Hospital Carlos III de Madrid, considera que los preparados farmacológicos que se venden en España no tienen niveles suficientes o van combinados con calcio al estar dirigidos a la población menopáusica.






-Cosa de niños



De la crisis vitamínica no se libran ni los jóvenes. En concreto los que tienen unos kilos de más. Hace unas semanas se publicaba en el «Journal of Adolescent Health» un nuevo estudio que pone de manifiesto estas carencias en los niños obesos. El trabajo lo han elaborado investigadores del Hospital Hasbro Children’s de Providence (Estados Unidos) y en él ponen de manifiesto que el estado de la vitamina D se asocia a la fuerza muscular, por lo que una deficiencia puede interferir con la capacidad de los adolescentes obesos a aumentar la actividad física. A esto se suma que el aumento de la prevalencia de este trastorno metabólico puede derivar en el riesgo de diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares, así como a un mayor riesgo de cáncer. Zeev Harel, pediatra y principal investigador del estudio, observó junto a su equipo la prevalencia de niveles bajos de vitamina D en 68 adolescentes obesos. Así, vieron las bajas concentraciones en las chicas (72 por ciento deficiente y el 28 por ciento insuficiente) y en el 91 por ciento de los varones (69 por ciento deficiente e insuficiente 22 por ciento). 43 pacientes tuvieron que repetir la prueba después de someterse a tratamiento.






**Publicado en "LA RAZON"

Prevalence of autism in South Korea estimated at 1 in 38 children

Autism spectrum disorders (ASD) in South Korea affect an estimated 2.64% of the population of school-age children, equivalent to 1 in 38 children, according to the first comprehensive study of autism prevalence using a total population sample. The study—conducted by Young-Shin Kim, M.D., of the Yale Child Study Center and her colleagues in the U.S., Korea and Canada—identifies children not yet diagnosed and has the potential to increase autism spectrum disorder prevalence estimates worldwide. ASDs are complex neurobiological disorders that inhibit a person’s ability to communicate and develop social relationships, and are often accompanied by behavioral challenges.
Published online today in the American Journal of Psychiatry, the study reports on about 55,000 children ages 7 to 12 years in a South Korean community, including those enrolled in special education services and a disability registry, as well as children enrolled in general education schools. All children were systematically assessed using multiple clinical evaluations. This method unmasked cases that could have gone unnoticed. More than two-thirds of the ASD cases in the study were found in the mainstream school population, unrecognized and untreated.
The research team, including cultural anthropologist Roy Richard Grinker of George Washington University, took steps to mitigate potential cultural biases that could impact diagnostic practices and prevalence estimates. They also considered that more Korean children with ASD may be found in mainstream educational settings based on the design of the highly structured Korean educational system, which often includes 12-hour-long school days. Therefore Korean children with ASD may function at various levels in the Korean general population while not receiving special education services.
“While this study does not suggest that Koreans have more autism than any other population in the world, it does suggest that autism may be more common than previously thought,” said Grinker.
According to Kim, the study’s corresponding author, experts disagree about the causes and significance of reported increases in ASD, partly because of variations in diagnostic criteria and incomplete epidemiologic studies that have limited the establishment of actual population-based rates. “We were able to find more children with ASD and describe the full spectrum of ASD clinical characteristics,” said Kim, assistant professor in the Yale Child Study Center. “Recent research reveals that part of the increase in reported ASD prevalence appears attributable to factors such as increased public awareness and broadening of diagnostic criteria. This study suggests that better case finding may actually account for an even larger increase.”
Kim said that while the current project did not investigate potential risk factors in this particular population, the study does set the stage for ongoing work to examine genetic and environmental factors contributing to the risk of ASD.
She also noted that the study is further evidence that autism transcends cultural, geographic, and ethnic boundaries and is a major global public health concern, not limited to the Western world.
“We know that the best outcomes for children with ASD come from the earliest possible diagnosis and intervention,” said Kim, whose co-investigator, Yun-Joo Koh of the Korea Institute for Children’s Social Development, reported that in response to the study findings, Goyang City, host of the Korea study, has courageously begun to provide comprehensive assessment and intervention services for all first graders entering their school system. “We hope that others will follow Goyang City’s example so that any population-based identification of children with ASD is accompanied by intervention services for those children and their families.”

**Source: Yale University

La cafeína y el sexo aumentan las posibilidades de que se rompa un aneurisma



Ocho actitudes cotidianas pueden poner en peligro la vida. Suena brusco, pero es real, aunque poco frecuente. Aproximadamente entre un 2% y un 3% de la población sufre un aneurisma cerebral a lo largo de su vida -debilitamiento de la pared de un vaso sanguíneo que hace que se abombe-. Pocas veces éste se rompe, pero cuando lo hace provoca un derrame cerebral que puede llegar a ser mortal. Investigadores de los Países Bajos han observado que el consumo de café, el ejercicio físico intenso, sonarse, tener relaciones sexuales, hacer fuerza al ir al baño, tomar refrescos de cola, sobresaltarse y enfadarse son factores que, por este orden, aumentan el riesgo de que se produzca la hemorragia cerebral.
"Todos estos comportamientos aumentan la presión sanguínea temporalmente y facilitan que el vaso inflamado por un aneurisma se rompa. Así de sencillo", explica Monique Vlak, neuróloga en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda) y coordinadora del estudio, que se publica en la revista 'Stroke'. Para detectar estos ocho factores 'peligrosos', el equipo preguntó durante tres años a 250 pacientes con aneurisma que sufrieron una hemorragia cerebral por sus hábitos y actitudes previos al derrame.
Observaron que lo más perjudicial era tomar café, pues quienes lo hacían tenían casi el doble de riesgo de que el vaso sanguíneo se rompiera durante la hora después de haber tomado la bebida que aquellos que no consumían café. Después, lo más peligroso para estos pacientes es hacer ejercicio intenso, sonarse fuertemente y tener sexo.
Muchos aneurismas pasan desapercibidos, porque no dan síntomas -salvo vómitos o visión borrosa en pocos casos-. Con las nuevas técnicas de neuroimagen se empiezan a detectar mejor, pero aún no están muy claras las causas por las que se producen. Hasta el momento se sabía que el hecho de ser mujer y la hipertensión eran factores de riesgo, a los que ahora se suma estos ocho.
"Para las personas con un aneurisma que es demasiado pequeño para poder tratarlo o que está localizado en una zona de difícil acceso para intervenir, es mejor prevenir que curar. Evitar comportamientos de riesgo puede ser su seguro de vida", explica a ELMUNDO.es Ale Algra, del Departamento de Neurología del Centro Médico de Utrecht y otro de los autores del trabajo. "Si suprimen el café pueden reducir en un 10% el riesgo de ruptura del vaso sanguíneo o en un 4% si toman laxantes", indica.
Estas hemorragias causan la muerte a la tercera parte de los pacientes que las sufren y dejan a otro 20% en una situación de dependencia total.






**Publicado en "EL MUNDO"

Varios trabajos exploran el vínculo entre ciertos trastornos y el mes de nacimiento

Dice la astrología que los tauro son cabezotas y pacientes. De los sagitario destaca su gusto por viajar y de los géminis recalca que son buenos comunicadores y sociables. Y así va desgranando una a una las características propias de los 12 signos del zodiaco. Una parte de la investigación médica está tratando de hacer algo similar con las enfermedades. Una especie de carta astral de la medicina que indica quiénes tienen más riesgo de sufrir determinados trastornos, dependiendo del mes en el que hayan nacido. Según el último estudio en esta línea, los del signo tauro, además de ser testarudos, también tienen más posibilidades de padecer anorexia nerviosa.
Expertos en genética de la Universidad de Oxford (Reino Unido) compararon a 1.293 pacientes anoréxicos nacidos entre 1.959 y 1.980 con más de dos millones de habitantes sanos que vinieron al mundo en las mismas fechas. Sus resultados, que publica 'The British Journal of Psychiatry', reflejan que aquellos que cumplen años entre marzo y junio tienen un 15% más riesgo de sufrir esta enfermedad. Por el contrario, si nacen en septiembre u octubre tienen un 20% menos posibilidades de padecerla.
"La investigación sólo prueba la relación entre el mes de nacimiento y el trastorno alimentario. Hay que realizar más estudios para averiguar cuál es el motivo", indican los autores, que apuntan a "los cambios de luz, de temperatura y a las variaciones de la dieta de la madre" como posibles causas. No obstante, reconocen que "la anorexia es un problema muy complejo, en el que influyen muchos aspectos y variables".
Según explica a ELMUNDO.es el doctor Fernando Fernández Aranda, del Hospital de Bellvitge de Barcelona e investigador del CiberOBN, "el problema de estos estudios, además de que necesitan una muestra muy amplia para que sean representativos, es que no tienen en cuenta otros factores que pueden jugar un papel clave".
Para este experto se trata de investigaciones "interesantes, porque aportan datos sobre la predisposición a la enfermedad, pero clínicamente no tienen relevancia".
El equipo de Oxford tampoco se muestra muy sorprendido por los resultados, ya que trabajos previos han relacionado el mes de nacimiento con una mayor posibilidad de padecer, entre otras cosas, tumores cerebrales �los nacidos en invierno�, enfermedad valvular cardiaca �más común entre diciembre y marzo�, esclerosis lateral amiotrófica �entre los meses de abril y julio� o esquizofrenia y trastorno bipolar �en primavera�. También se ha investigado la relación entre el momento del año en el que se nace con el Alzheimer, pero en este caso los estudios han arrojado resultados dispares y no se ha llegado a una conclusión unánime.
Sin embargo, "las razones que explican este mayor riesgo son más especulativas que científicas", concluye el doctor Fernández Aranda.

**Publicado en "EL MUNDO"

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