Mañana, 29 de octubre, es el Día Mundial del
Ictus, una fecha destinada en todo el mundo para tratar de aumentar el
conocimiento social sobre la gravedad de esta enfermedad cerebrovascular y su
impacto sociosanitario, así como concienciar sobre la importancia de su
prevención y el acceso urgente al tratamiento.
El ictus es
la segunda causa de muerte en todo el mundo y la primera causa de discapacidad.
Este año, 14,5 millones de personas sufrirán ictus y, como resultado, 5,5
millones de personas morirán. Según datos de la Sociedad Española de Neurología
(SEN) unas 110.000 personas sufren un ictus en España cada año, de los cuales
al menos un 15% fallecerán y, entre los supervivientes, en torno a un 30% se
quedará en situación de dependencia funcional. En España el ictus es además la
primera causa de mortalidad en las mujeres.
“Cualquier
persona puede sufrir un ictus, desde bebés hasta ancianos. Se estima que, en
todo el mundo, un 25% de la población está en riesgo de sufrir uno a lo largo
de su vida. En todo caso, se trata de una enfermedad en la que la edad es uno
de los principales factores de riesgo y, debido al progresivo envejecimiento de
la población española, se estima que en los próximos 20 años aumente cerca de
un 40% el número de casos. Actualmente, en España cada año mueren en
torno a 27.000 personas por esta enfermedad”, señala la Dra. Mar Castellanos,
Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la
Sociedad Española de Neurología. “No obstante, la edad no es el único factor
de riesgo. Más del 80% de los ictus se podrían evitar con medidas como dejar de
fumar, limitar el consumo del alcohol, realizar ejercicio de forma regular,
seguir una dieta mediterránea, evitar el sobrepeso y el estrés crónico y
controlando adecuadamente la tensión arterial, el azúcar y el colesterol”.
Según datos de la SEN, el 27% de los ictus atendidos en los hospitales
españoles corresponden a personas de menos de 65 años y el 8% a pacientes con
menos de 50.
Se estima
que en España, dos de cada tres personas que sobreviven a un ictus
presentan algún tipo de secuela, en
muchos casos discapacitantes. Además de la pérdida de fuerza,
son muy comunes otras como la depresión (en el 64% de los casos) y los problemas
de memoria (incluida la demencia, ya que el ictus es la segunda causa más
frecuente de demencia tras la enfermedad de Alzheimer), la afasia (problemas en
el habla, la comprensión, la lectura y la escritura que afecta a un tercio de
los supervivientes de un ictus) y la espasticidad (rigidez y tirantez de los
músculos que interfiere seriamente en la capacidad para realizar actividades
diarias). Más un 62% de los supervivientes a un ictus en España tienen
problemas de movilidad y casi un 60% tienen problemas para realizar sus
actividades cotidianas. En todo el mundo, alrededor de 80 millones de personas
sufren algún tipo de discapacidad por haber padecido un ictus. Además, los
pacientes que han sobrevivido a esta enfermedad realizan visitas a
urgencias o requieren hospitalización con
más frecuencia que personas con otras
enfermedades crónicas, con cáncer o con secuelas de accidentes.
“Estamos
pues ante una enfermedad con unos índices altísimos en mortalidad y
discapacidad. Pero el mensaje positivo es que además de que se puede prevenir,
como ya hemos dicho anteriormente, hay formas de reducir significativamente su
impacto. Reconocer los síntomas de un ictus, acudir cuanto antes a Urgencias,
las terapias reperfusoras y el manejo de los pacientes en Unidades de Ictus,
son aspectos que pueden mejorar sustancialmente el pronóstico”, destaca la
Dra. Mar Castellanos.
Y es que
cualquier síntoma de ictus es una urgencia médica. El ictus es una enfermedad
tiempo-dependiente, es decir, cuanto más temprana sea su detección, el
acceso a las pruebas y al tratamiento, mayor será la probabilidad de sobrevivir
a esta enfermedad y mayor también la de superarlo sin secuelas importantes. En
este sentido, la activación del Código Ictus en todas las CC.AA. y la
implementación –aún desigual- de Unidades de Ictus por todo el territorio
estatal han permitido mejorar de una forma muy sustancial los tiempos entre que
se detectan los primeros síntomas y se inicia el tratamiento, así como el
pronóstico de los pacientes.
“Pero para
ello es indispensable que la población sepa reconocer cuáles son los síntomas
de un ictus y que sepa que ante los primeros síntomas debe llamarse
inmediatamente a los servicios de emergencias sanitarias. Algo que aún estamos
lejos de conseguir”, comenta la Dra. Mar Castellanos. Y es que uno de
los últimos estudios que se han realizado al respecto entre la población
española señalaba que solo un 10% de la población sabría definir correctamente
qué es un ictus y solo un 50% de la población sabría reconocer los síntomas de
esta enfermedad. “Está claro de que el hecho de que a esta enfermedad se la
conozca por tantos nombres (accidente cerebrovascular, infarto cerebral,
derrame cerebral, apoplejía,…) no ha ayudado en esta labor. Por esa razón, se
está intentando que cada vez sea más común la utilización de un único término,
en este caso ‘ictus’, para designar la interrupción de la circulación
sanguínea al cerebro, bien por un trombo o bien por un derrame. Por otra parte,
también son muchos los que tienden a pensar en esta enfermedad como una
enfermedad cardiaca, cuando en realidad es una enfermedad cerebral. Como
lógicamente los síntomas de una enfermedad del corazón no son los mismos que
los de una enfermedad en el cerebro, esto tampoco ayuda a reconocer los
síntomas correctamente”.
Desde la SEN
quieren recordar que los síntomas del ictus generalmente se producen de forma
brusca e inesperada y, aunque su tipología depende del área del cerebro que se
vea afectada, los principales son:
-
Alteración brusca en el lenguaje, con dificultades para hablar o entender.
-
Pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo. Generalmente
afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las
extremidades.
-
Alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble
o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual.
-
Pérdida brusca de la coordinación o el equilibrio.
-
Dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales.
“Aunque la
gran mayoría de los pacientes que sufren un ictus suelen presentar una
combinación de varios de estos síntomas, el experimentar solo uno de ellos, ya
es motivo de urgencia. Así pues recalcar que ante la aparición de cualquier
síntomas sugestivo de ictus debe llamarse inmediatamente a los servicios de
emergencias médicas”, concluye la Dra. Mar Castellanos.
Acto del Día
del Ictus
Con motivo
del Día Mundial del Ictus, el Grupo de Estudio de Enfermedades
Cerebrovasculares de la SEN y la Fundación Freno al Ictus celebrarán el día 29
de octubre en el Congreso de los Diputados, de 10 a 12 horas, una jornada
divulgativa bajo el lema "Encuentro Científico, Social e Institucional
sobre ictus".
El objetivo
de esta jornada será analizar desde diferentes perspectivas el impacto de la
enfermedad en España y se organiza junto con el apoyo institucional del
Congreso de España, el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y el
Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC).