Con la llegada del verano y el
incremento de las actividades que se llevan a cabo en el exterior, aumenta el
número de horas de exposición solar. Además, no sólo la piel sufre de esta
sobrexposición sino también los ojos. De hecho, la radiación solar puede
alcanzar los ojos de forma menos evidente aunque también nociva para la salud
visual. En este sentido, el ‘Proyecto Soludable’ ha preparado una guía en la
que se recogen, por una parte, las distintas formas en que pueden afectar las
radiaciones ultravioleta (UV) a los ojos y, por otro, las principales
recomendaciones para protegerlos. Ésta ha sido elaborada en el seno de este
proyecto gracias a la implicación en el equipo humano de profesionales
multidisciplinares, entre ellos, la directora del área de Oftalmología del
Hospital Costa del Sol, Mercedes Lorenzo (que también forma parte del comité
director de este programa) y del responsable de unidad de esta área, Saturnino
Gismero (miembro del comité técnico asesor).
La córnea
absorbe la mayor parte de los rayos UVB y, en los adultos, los rayos
ultravioleta no penetran más allá del nivel del cristalino. No obstante, la
radiación UV genera estrés oxidativo en los tejidos oculares y es una causa
conocida de queratitis. De la misma forma, favorece el desarrollo de cataratas
y existen otras patologías de superficie ocular como la pterigión que tiene una
estrecha relación con la exposición solar. Por su parte, el cristalino es la
estructura ocular con mayor capacidad para filtrar la radiación UV. Es por ello
que, cuando se opacifica se convierte en catarata que, al ser operada y
sustituida por una lente intraocular artificial deja al ojo desprotegido frente
a esta radiación. Para evitarlo, muchas de estas lentes que se implementan
durante la cirugía incorporan en la actualidad un filtro anti-UV.
La gran
mayoría de la exposición solar que reciben los ojos, les llega durante las
actividades al aire libre. El sol se refleja especialmente en la nieve. Hasta
el 80% de la radiación UV puede alcanzar los ojos incluso mirando al suelo. Por
eso, los esquiadores saben que, si no utilizan una correcta protección solar
para los ojos, pueden acabar el día con dolorosos síntomas de queratitis. En la
playa ocurre lo mismo aunque, ciertamente, en bastante menor medida. La espuma
y la arena se comportan de forma similar a la nieve, por lo que refleja también
los rayos UV. Además, en otros tipos de suelo en los que puede ser menos
evidente como la hierba, la tierra o el hormigón, ocurre lo mismo.
La
protección solar para los ojos es necesaria todo el año, no solo en verano. Es
verdad que durante los meses estivales se disfruta de muchas más horas de sol
por lo que es especialmente necesaria. Sin embargo, es importante tener en
cuenta que durante el otoño, el invierno y la primavera, el sol se encuentra
mucho más cerca, lo que hace a los ojos más vulnerables. También es importante
tener en cuenta el uso de la protección solar para los ojos cuando se realicen
excursiones por la montaña. A mayor altitud mayor exposición solar, y por ello,
mayor riesgo. Otro aspecto interesante de conocer es que los rayos UV
atraviesan las nubes. Por lo cual, tampoco se ha de bajar la guardia aunque
esté nublado.
La guía
recoge también información sobre la importancia de proteger los ojos de estas
radiaciones de los más pequeños. La actividad al aire libre es beneficiosa en
la infancia, incluso, reduce la progresión de la miopía. Sin embargo, durante
estos años los ojos tienen menor capacidad de protegerse de una forma natural.
Además, el daño solar en los ojos se recibe antes de los 18 años y la pupila es
mucho más grande a estas edades.
Por todo
ello, es muy importante en cuenta estas recomendaciones, tanto para niños como
para adultos: reducir las horas de exposición y evitar las de mayor radiación
UV, utilizar sombrero de ala ancha (es un perfecto aliado para proteger tus
ojos de la luz directa del sol, sin embargo, por sí solo será insuficiente, ya
que no evita la radiación que se refleja en el suelo y otras superficies);
resguardarse en la sombra; y, sobre todo, la herramienta más eficaz, utilizar
gafas de sol que bloquean hasta el 90% de la radiación UV. Los expertos, además
recuerdan la importancia de no olvidarse de proteger la piel de los párpados
(crema solar, gafas de sol y sombreros de ala ancha).
Para la
directora del Proyecto Soludable y del área de Dermatología del Hospital Costa
del Sol, Magdalena de Troya, esta guía supone “una lectura imprescindible para
todos aquellos que quieran disfrutar de una vida activa al aire libre sin
riesgo sufrir las consecuencias de una exposición excesiva a las radiaciones
ultravioletas en sus ojos”.
En opinión de Mercedes Lorenzo, "el cuidado de nuestros
ojos nos garantiza una visión de calidad durante la mayor parte de nuestra
vida. Aplicando estos sencillos consejos en nuestros hábitos de cada día
conseguiremos reducir el envejecimiento prematuro de nuestros ojos.”
Recomendaciones para elegir gafas de sol
para protección solar ocular adecuada
Para una
buena protección solar de los ojos, es muy importante la calidad de los
cristales de las gafas de sol (la calidad no implica necesariamente que sean
caros. A menudo el precio se relaciona más con el diseño o la marca). Además,
el filtro solar no tiene relación con el color del cristal, ni con el hecho de
que sea más oscuro. De hecho, una combinación ciertamente peligrosa es que un
cristal de mala calidad sea además muy oscuro. La oscuridad facilita que la
pupila sea de mayor tamaño. Esto, unido a una mala calidad del cristal,
posibilita que la radiación UV penetre en el ojo incluso en mayor cantidad que
si no se llevara gafas de sol. En este sentido, es importante tener en cuenta
que las gafas estén homologadas. La normativa de la Comunidad Europea (CE) las
clasifica según el nivel de protección entre 0 y 4. Los niveles 2 y 3 pueden
ser adecuados para un uso habitual. La categoría 4 se aconseja para deportes de
nieve o acuáticos, pero no están recomendadas para conducir. He aquí un listado
que asegura que las gafas son aptas para una correcta protección solar y cuyos
ítems han de estar incluidos en el etiquetado: UV: significa que tiene
protección ultravioleta; sello CE: cumple la normativa europea de
fotoprotección visual; número de filtro en función del grado de filtración de
la luz visible. Va desde el 20% del filtro 0 hasta el 92-98% del filtro 4. De
igual forma, es importante elegir siempre la montura más grande y envolvente
puesto que es la que más protege.
En cuanto al
color, se debe tener en cuenta que el marrón mejora el contraste lo que resulta
útil en la miopía. Se recomienda para deportes de invierno, tenis, etc. El
color gris no altera la visión de los colores, por lo tanto, es bueno para
conducir. El verde apenas altera la visión de los colores y se le puede dar
cualquier uso. El amarillo mejora el contraste y es útil para conducir de noche.
El naranja es un buen filtro para la luz azul, pero no se recomienda para la
luz solar. Puede ayudar en conducción nocturna o con niebla.
En cuanto a
los cristales polarizados, éstos pueden mejorar en gran medida el
deslumbramiento en situaciones de alta luminosidad. Sin embargo, la
polarización no representa en sí misma un filtro UV. Por ello, es importante
consultar siempre el etiquetado o consultar con el óptico para que los
cristales tengan un filtro UV del 100% o UV400. De esta forma se asegura de que
se bloquee el 99% de la radiación UVA y el 95% de la UVB.
Para las
personas que usan lentes de contacto es importante elegir las que tienen filtro
UV. Existen dos tipos de filtros UV aplicados a las mismas, de clase I y clase
II. Los más completos son los de clase I. Sin embargo, aunque ayudan a proteger
los ojos, no evitan la necesidad de utilizar otras medidas como las gafas de
sol y los sombreros. Tampoco protegen los párpados. Por lo cual, es muy
recomendable no olvidarse de ellos cuando se aplique crema solar en la cara y
que ésta sea adecuada para este tipo de piel.
Sobre el ‘Proyecto Soludable’
‘Soludable’ es un
proyecto con una trayectoria de más de 10 años que evoluciona desde la campaña
‘Disfruta del Sol sin dejarte la piel’ para convertirse ahora en una estrategia
sin precedentes en Europa y una iniciativa pionera en Andalucía transversal y multidisciplinar,
que se desarrolla desde el ámbito sanitario hasta el deportivo, educativo,
turístico, laboral y gastronómico y promover la adquisición de hábitos de vida
saludables, relacionados con la fotoexposición, partiendo de los cuidados de la
piel, con enormes beneficios para la salud en general. Se enmarca dentro del
Plan Integral Oncológico de Andalucía, con el objetivo de difundir información
sobre el cáncer de piel y diseñar planes eficaces que redunden en una menor
tasa de incidencia de este tipo de cáncer en la comunidad autónoma.
Hace alusión a un conjunto de
atributos positivos relativos del sol, con los efectos positivos para la salud,
relacionados también con entorno físico y normativo que identificará a
instituciones, organizadores y/o empresas que promuevan activamente la
fotoprotección y siendo un modelo integral, fotointeligente y ecosostenible.