Cada cierto tiempo, aparece la noticia de que la llegada de la píldora para el hombre es inminente. Se espera que varios productos destinados a la anticoncepción masculina lleguen al mercado tarde o temprano. Hay ensayos en marcha con parches, pastillas e inyecciones pero, de momento, no hay ningún resultado concluyente. Tras décadas de investigaciones, el peso de evitar un embarazo aún recae principalmente sobre las mujeres. Las opciones disponibles para ellos siguen siendo las mismas de antaño: el condón y la vasectomía.
Eso significa que desde el siglo XIX no se ha descubierto nada nuevo en el campo de la contracepción masculina. Sólo se han mejorado las opciones existentes. Esta sequía innovadora parece tener más de un culpable. El escaso interés de las farmacéuticas en invertir en estas investigaciones junto con la percepción de que los hombres no usarían de forma generalizada estos productos han sido los principales frenos.
"Schering y Organon, dos farmacéuticas europeas, tuvieron un gran interés por encontrar un anticonceptivo masculino pero ambas empresas se fusionaron con otras y después de eso pararon estas líneas de investigación", relata a Eureka Diana Blithe, directora del Programa para el Desarrollo de un Anticonceptivo Masculino de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos.
El esfuerzo privado perdió intensidad pero fue sustituido por el creciente interés de países como China o la India –preocupados por el control de su población– o la Organización Mundial de la Salud, que ha promovido varios ensayos (el último publicado recientemente) aunque sin demasiado éxito.
"En el pasado, los legisladores no creían que existiera una demanda significativa de anticonceptivos masculinos", explica a Eureka Elaine Lissner, directora del Proyecto de Información sobre la Anticoncepción Masculina, una organización sin ánimo de lucro de EEUU que trabaja para conseguir el ansiado producto. "Ahora han entendido que sí existe y han financiado algunos estudios, así que ya tenemos varios métodos prometedores en investigación", añade.
A pesar del cambio de mentalidad, el futuro parece no llegar nunca. El impulso que tomó este campo de estudio a principios del XXI, cuando múltiples ensayos se pusieron en marcha, no ha dado frutos 10 años después. "Todos los resultados son buenos, parece que van bien, pero no hay nada concluyente", reconoce Alberto Pacheco, director del Laboratorio de Andrología del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) de Madrid.
"El problema siempre es el mismo: cuando se da con un candidato eficaz, tiene muchos efectos secundarios", añade Eduard Ruiz-Castañe, director del Servicio de Andrología de la Fundació Puigvert (Barcelona).
-Varias opciones pero nada disponible
El último en sumarse a la lista de pretendientes es una molécula que inhibe la acción de la vitamina A en los testículos, impidiendo así la formación del esperma. El compuesto, que fue rechazado en un principio por la farmacéutica Bristol-Myers Squibb por considerarlo "una toxina", ha mostrado buenos resultados en ratones, como indica un trabajo publicado en 'Endocrinology'. Si llegará o no al mercado es aún una incógnita. Como subraya Pacheco, "el 95% de los potenciales fármacos se queda en esta fase".
En el caso de los anticonceptivos masculinos, esto es especialmente cierto. Y es que luchar contra un óvulo no es lo mismo que hacerlo contra los millones de espermatozoides que contiene un eyaculado.
Las dos vías principales de investigación, aunque por cuestiones diferentes, no han progresado demasiado. Los métodos hormonales (basados en la combinación de progesterona y testosterona) son los que están más avanzados ya que sus componentes están comercializados, aunque para otros fines. "Los productos existen en el mercado pero nadie ha querido hacer los ensayos clínicos para demostrar que son seguros y eficaces", argumenta Blithe.
Esta reticencia puede deberse a que presentan un problema difícil de superar: afectan a otras funciones del varón. "A corto plazo puede provocar problemas similares a los de la píldora de la mujer (acné, aumento de peso, alteraciones del comportamiento...) y a largo plazo no sabemos qué puede ocurrir", indica Agustín Fraile, urólogo del Hospital Ramón y Cajal (Madrid).
Y hay más. "La testosterona interfiere en la erección, la libido y otras facetas del hombre", indica Carlos Hernández, jefe de Urología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. "Encontrar una fórmula que sólo influya en la fertilidad es muy complicado y por eso no se ha progresado", añade.
Tal vez la respuesta llegue pronto gracias a un ensayo clínico patrocinado por los NIH. En él, "participan 100 hombres y está casi terminado, aunque no tendremos resultados hasta dentro de unos meses", asegura Blithe. Los autores han probado un gel de progesterona y testosterona con tres dosis distintas "para ver si se puede frenar la producción de esperma manteniendo el resto de capacidades".
Por otro lado, están los métodos no hormonales que, a grandes rasgos, "previenen la producción de esperma o inhiben su función", explica Blithe. "Ahora mismo hay varios fármacos en investigación y estamos tratando de averiguar su mecanismo de acción y de mejorar su especificidad para que sólo funcionen a nivel testicular y no en el resto del cuerpo", añade. Pero, a pesar de que muchos expertos los consideran los más prometedores, ninguno ha ido mucho más allá del laboratorio.
**publicado en "EL MUNDO"
Diario digital con noticias de actualidad relacionadas con el mundo de la salud. Novedades, encuestas, estudios, informes, entrevistas. Con un sencillo lenguaje dirigido a todo el mundo. Y algunos consejos turísticos para pasarlo bien
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13 June 2011
12 June 2011
Zidane y Platini contra la Leucodistrofia

El que fuera futbolista de la Juventus y Real Madrid entre otros clubes, Zinedine Zidane y el actual presidente de al UEFA, el francés Michel Platini, han dejado los moldes de sus manos en la sede de la ELA (Asociación Europea contra la Leucodistrofia). Ambos son padrinos de este organismo, con sede en la ciudad francesa de Laxou, que lucha contra esta enfermedad.
¿Qué es la Escala LLANTO?
Un grupo de especialistas del Hospital Universitario La Paz( Madrid ) ha dado forma a la "Escala LLANTO"( acrónimo de llanto, actitud, normorrespiración, tono postural y observación facial).
Se trata de una especie de instrumento para medir el dolor en la edad preescolar cuando los niños aún no pueden hablar. Con este sistema los técnicos pueden saber si tienen dolor agudo tras una operación, de qué intensidad es el sufrimiento y comprobar si el tratamiento utilizado resulta eficaz.
Se trata de una especie de instrumento para medir el dolor en la edad preescolar cuando los niños aún no pueden hablar. Con este sistema los técnicos pueden saber si tienen dolor agudo tras una operación, de qué intensidad es el sufrimiento y comprobar si el tratamiento utilizado resulta eficaz.
Pesticidas agrícolas e inteligencia
Según varios estudios realizado en Nueva York y en áreas rurales de California( EEUU) los pesticidas agrícolas pueden reducir la inteligencia. Estas pruebas han revelado que los plaguicidas organofosforados utilizados en agricultura pueden llegar a tener efectos nocivos serios en el desarrollo intelectual de los niños.
Quitlines help smokers quit regardless of recruitment method
Proactive telephone counseling helps smokers quit regardless of how they are recruited to a telephone quitline, according to a study published online June 10th in the Journal of the National Cancer Institute. Smokers who use telephone counseling quitlines may do so in response to active recruitment methods, such as physician referral or direct mail or phone calls, or passive methods, such as posters or television ads. Whether quitlines are equally effective for actively recruited smokers and passively recruited smokers has been a key question.
In this study, Flora Tzelepis, Ph.D., of the University of Newcastle in New South Wales, Australia, and colleagues analyzed 24 previous studies of proactive telephone counseling to see whether the method of recruitment made a difference in quit rates. They looked at both point prevalence abstinence—the number of smokers who had not smoked for at least a day or a week before the interview—and at prolonged or continuous abstinence over a period of months.
The researchers found that proactive counseling helped increase long-term smoking cessation regardless of how the smokers were recruited. Quitlines had a statistically significantly positive effect on prolonged and continuous abstinence after 6-9 months and after 12-18 months. Their effect on point prevalence abstinence was also statistically significant at 6-9 months, but not at the longer-term followup.
"In general," the authors write, "our findings have strengthened the support for proactive telephone counseling for smoking cessation. " They note, however, that few active-recruitment trials are available to evaluate the impact of the recruitment channel on prolonged/continuous abstinence, particularly in the midterm, and that additional data are urgently needed.
In an accompanying editorial, Damon Vidrine, Dr.P.H., and Jennifer Irvin Vidrine, Ph.D., of the University of Texas M. D. Anderson Cancer Center in Houston note that smokers in this study who responded to advertisements and other passive recruitment efforts were more willing to set a quit date in the next month compared to actively-recruited smokers. This suggests they were more highly motivated to quit.
Therefore, the editorialists write, the fact that active recruitment methods resulted in quit rates almost as high as passive recruitment has "enormous implications for the public health impact of quitline-delivered cessation treatment." They conclude that an important direction for future research will be to develop and extend active recruitment approaches.
*Source: Journal of the National Cancer Institute
In this study, Flora Tzelepis, Ph.D., of the University of Newcastle in New South Wales, Australia, and colleagues analyzed 24 previous studies of proactive telephone counseling to see whether the method of recruitment made a difference in quit rates. They looked at both point prevalence abstinence—the number of smokers who had not smoked for at least a day or a week before the interview—and at prolonged or continuous abstinence over a period of months.
The researchers found that proactive counseling helped increase long-term smoking cessation regardless of how the smokers were recruited. Quitlines had a statistically significantly positive effect on prolonged and continuous abstinence after 6-9 months and after 12-18 months. Their effect on point prevalence abstinence was also statistically significant at 6-9 months, but not at the longer-term followup.
"In general," the authors write, "our findings have strengthened the support for proactive telephone counseling for smoking cessation. " They note, however, that few active-recruitment trials are available to evaluate the impact of the recruitment channel on prolonged/continuous abstinence, particularly in the midterm, and that additional data are urgently needed.
In an accompanying editorial, Damon Vidrine, Dr.P.H., and Jennifer Irvin Vidrine, Ph.D., of the University of Texas M. D. Anderson Cancer Center in Houston note that smokers in this study who responded to advertisements and other passive recruitment efforts were more willing to set a quit date in the next month compared to actively-recruited smokers. This suggests they were more highly motivated to quit.
Therefore, the editorialists write, the fact that active recruitment methods resulted in quit rates almost as high as passive recruitment has "enormous implications for the public health impact of quitline-delivered cessation treatment." They conclude that an important direction for future research will be to develop and extend active recruitment approaches.
*Source: Journal of the National Cancer Institute
Epilepsia dibujada en primera persona

En el universo del cómic -o la novela gráfica (etiqueta recurrente cuando se trata de una obra de social y seria, como esta)- hay referencias obligadas cuando uno toca ciertos temas convertidos en iconos. Si es un cómic sobre el Holocausto, la referencia inevitable será 'Maus'. Si trata sobre la epilepsia, será 'Epiléptico. La ascensión del gran mal', de David. B. Una enfermedad que también aborda, pero esta vez en primera persona, la joven autora francesa Élodie Durand en 'El paréntesis', con el que se llevó este año el Premio revelación Angoulême 2011, el principal salón 'comiquero' de Europa.
Una de las páginas. Pulse en el recuadro superior, a la derecha, para ampliar.
La enfermedad cambió su vida cuando tenía poco más de 20 años: le hizo perder la memoria. Más allá de la previsible narración de la odisea personal que se le presupone al libro, los puntos fuertes son las confesiones de extrañeza ante los recuerdos que se le escapaban o la inclusión de dibujos escalofriantes realizados durante las fases más duras de la enfermedad (figuras humanas, más o menos garabateadas, y metafóricos, como cuando se pinta entre rejas). "Esos dibujos fueron como una pulsión, una urgencia. Los realicé en pocos segundos. En aquel momento, había decidido que serían solo para mí y que no se los enseñaría a nadie. Quería que con esos esbozos el lector entrase en la cabeza del personaje, como si fuesen restos de un presente en mi relato", recuerda la autora.
Admiradora de la obra de David B (sobre la progresión de la epilepsia en su hermano, desde niño), señala que su obra trata la enfermedad desde un punto de vista muy diferente y afirma que la epilepsia no es, en su opinión, el tema central de libro. "Es una de las consecuencias de la enfermedad del personaje, que tiene un tumor localizado en el área del lenguaje y la memoria. En esa fase, no se puede distinguir a ciencia cierta qué concierne a la epilepsia (un efecto secundario) y qué al tumor, pero eso da igual. De lo que habla este álbum es de la memoria, de una memoria que se deteriora y se desmorona y, especialmente, de la reconquista de esa memoria. El cerebro es algo mágico", apunta.
De ahí que el libro refleje un periodo de paréntesis vital para la autora, que se se pinta en un encuentro casual con una antigua compañera de la universidad que la acorrala con la inocente pregunta: "¿Qué has hecho en todo este tiempo?". El contorno del personaje se desdibuja entonces, se apaga, se vuelve sombra. "¿Debería haber cambiado?", se pregunta Durand en las viñetas, a través de un personaje que revive su historia con la epilepsia pero al que no ha querido llamar como ella.
Una de las páginas. Pulse en el recuadro superior, a la derecha, para ampliar.
La enfermedad cambió su vida cuando tenía poco más de 20 años: le hizo perder la memoria. Más allá de la previsible narración de la odisea personal que se le presupone al libro, los puntos fuertes son las confesiones de extrañeza ante los recuerdos que se le escapaban o la inclusión de dibujos escalofriantes realizados durante las fases más duras de la enfermedad (figuras humanas, más o menos garabateadas, y metafóricos, como cuando se pinta entre rejas). "Esos dibujos fueron como una pulsión, una urgencia. Los realicé en pocos segundos. En aquel momento, había decidido que serían solo para mí y que no se los enseñaría a nadie. Quería que con esos esbozos el lector entrase en la cabeza del personaje, como si fuesen restos de un presente en mi relato", recuerda la autora.
Admiradora de la obra de David B (sobre la progresión de la epilepsia en su hermano, desde niño), señala que su obra trata la enfermedad desde un punto de vista muy diferente y afirma que la epilepsia no es, en su opinión, el tema central de libro. "Es una de las consecuencias de la enfermedad del personaje, que tiene un tumor localizado en el área del lenguaje y la memoria. En esa fase, no se puede distinguir a ciencia cierta qué concierne a la epilepsia (un efecto secundario) y qué al tumor, pero eso da igual. De lo que habla este álbum es de la memoria, de una memoria que se deteriora y se desmorona y, especialmente, de la reconquista de esa memoria. El cerebro es algo mágico", apunta.
De ahí que el libro refleje un periodo de paréntesis vital para la autora, que se se pinta en un encuentro casual con una antigua compañera de la universidad que la acorrala con la inocente pregunta: "¿Qué has hecho en todo este tiempo?". El contorno del personaje se desdibuja entonces, se apaga, se vuelve sombra. "¿Debería haber cambiado?", se pregunta Durand en las viñetas, a través de un personaje que revive su historia con la epilepsia pero al que no ha querido llamar como ella.
-'No quería hacer un relato lacrimógeno'
"Más que una autobiografía, es un testimonio, sobre todo porque me resultaba mucho más fácil decir 'Yo, Judith' que 'Yo, Élodie'. Judith no es más que mi segundo nombre pero con eso ya estoy dando pistas sobre 'El paréntesis'", señala la autora, de visita en España con motivo de la Feria del Libro de Madrid.
La novela gráfica se ha erigido en un interesante medio para abordar este tipo de experiencias personales tan duras. "El cómic te ofrece todas las posibilidades y una gran riqueza narrativa. Me gusta mucho la libertad que dan las imágenes y el texto. Es mi forma de expresión. Tuve muy buenos profesores en la Escuela Superior de Artes Decorativas de Estrasburgo. Allí la formación estaba volcada hacia la narración, hacia la relación entre texto e imagen".
En el cómic, llega a decir que las huellas de su pasado se han convertido en parte de su presente. "No quería hacer un relato lacrimógeno, así que puede que esa fuese la gran dificultad de escribirlo: saber dónde pararse. ¿Cómo relatar lo indecible? Me propuse contarlo todo de la manera más simple posible: solo hechos y emociones a través de las imágenes, evitando dar mi opinión. Cuando tenía la impresión de que la cosa se volvía un poco pesada, podía jugar con el humor en el dibujo, la caricatura de los personajes, juegos de palabras...", comenta. De hecho, la lectura deja un regusto de positividad, pese a la dureza de lo narrado y dibujado: una joven que durante una parte de su vida pierde su autonomía, sus recuerdos e incluso olvida lo aprendido.
"Más que una autobiografía, es un testimonio, sobre todo porque me resultaba mucho más fácil decir 'Yo, Judith' que 'Yo, Élodie'. Judith no es más que mi segundo nombre pero con eso ya estoy dando pistas sobre 'El paréntesis'", señala la autora, de visita en España con motivo de la Feria del Libro de Madrid.
La novela gráfica se ha erigido en un interesante medio para abordar este tipo de experiencias personales tan duras. "El cómic te ofrece todas las posibilidades y una gran riqueza narrativa. Me gusta mucho la libertad que dan las imágenes y el texto. Es mi forma de expresión. Tuve muy buenos profesores en la Escuela Superior de Artes Decorativas de Estrasburgo. Allí la formación estaba volcada hacia la narración, hacia la relación entre texto e imagen".
En el cómic, llega a decir que las huellas de su pasado se han convertido en parte de su presente. "No quería hacer un relato lacrimógeno, así que puede que esa fuese la gran dificultad de escribirlo: saber dónde pararse. ¿Cómo relatar lo indecible? Me propuse contarlo todo de la manera más simple posible: solo hechos y emociones a través de las imágenes, evitando dar mi opinión. Cuando tenía la impresión de que la cosa se volvía un poco pesada, podía jugar con el humor en el dibujo, la caricatura de los personajes, juegos de palabras...", comenta. De hecho, la lectura deja un regusto de positividad, pese a la dureza de lo narrado y dibujado: una joven que durante una parte de su vida pierde su autonomía, sus recuerdos e incluso olvida lo aprendido.
**Publicado en "EL MUNDO"
Internal bleeding higher with popular heart device than earlier model
The incidence of internal bleeding was higher in the most commonly implanted heart device than in an earlier model, according to two studies at Henry Ford Hospital in Detroit. The HeartMate II, a left ventricular assist device (LVAD) is a continuous-flow mechanical pump connected to the patient's heart that takes over the pumping of the weakened heart's left ventricle.
"Although there were more instances of bleeding in the skull and gastrointestinal track with the HeartMate II, as opposed to the earlier model, there was no increase in mortality," says lead author Jeffrey A. Morgan, M.D., associate director of Mechanical Circulatory Support in the Edith and Benson Ford Heart &Vascular Institute at Henry Ford.
Dr. Morgan will present the studies on June 11 at the annual conference of the American Society of Artificial Internal Organs in Washington, D.C.
From March 2006 through May 2010, 64 patients with chronic heart failure underwent implantation of a HeartMate II LVAD as a bridge to transplant or a permanent therapy for those ineligible for transplants.
The incidence of gastrointestinal bleeding or adverse neurological events (ANE) was evaluated to determine their impact on survival and identify predictors of occurrence.
The overall incidence of gastrointestinal bleeding was nearly 22 percent, and the incidence of major ANEs was eight percent. Patients with an ANE were significantly older, with a higher incidence of chronic renal insufficiency. They also had higher International Normalized Ratios (INRs), a lab test that measures the time it takes for blood to clot, and compares it to an average, at the time of the event. The higher the INR, the longer it takes blood to clot.
No complications due to blood clots occurred in those with gastrointestinal bleeding, but for patients with an ANE, there were four intracranial hemorrhages and one thromboembolic stroke.
There was no significant difference in gender, race, cause of heart failure, diabetes, or body mass index (BMI) between patients who had post-operative bleeding and those who did not.
Study co-author Robert J. Brewer, M.D., surgical director of the Mechanical Circulatory Support Program at Henry Ford, believes that as data accumulates on the relatively low incidence of thromboembolic events with the HeartMate II for patients on low-dose or no anticoagulation, it may be prudent to lower the goal INR, with the intent of lowering bleeding complications.
The HeartMate II is smaller, with fewer moving parts, than the previous model, the HeartMate I XVE, and requires less invasive surgery. Its size makes it available to a larger number of advanced-stage heart failure patients, and it has been predicted to greatly increase patients' quality of life. The device can cover the full output of a healthy heart. Studies have shown that continuous-flow pumps last much longer than pulsing pumps before they must be replaced.
Usage of LVADs has increased in the United States, where heart failure affects five million people, but there are less than 3,000 donor organs available annually worldwide. Last year, nearly 2500 patients were implanted with the device in the United States, which is used chiefly for those waiting for a heart transplant due to the chronic donor shortage. In other cases, it is used for long-term support in patients who are not candidates for a heart transplant.
*Source: Henry Ford Health System
"Although there were more instances of bleeding in the skull and gastrointestinal track with the HeartMate II, as opposed to the earlier model, there was no increase in mortality," says lead author Jeffrey A. Morgan, M.D., associate director of Mechanical Circulatory Support in the Edith and Benson Ford Heart &Vascular Institute at Henry Ford.
Dr. Morgan will present the studies on June 11 at the annual conference of the American Society of Artificial Internal Organs in Washington, D.C.
From March 2006 through May 2010, 64 patients with chronic heart failure underwent implantation of a HeartMate II LVAD as a bridge to transplant or a permanent therapy for those ineligible for transplants.
The incidence of gastrointestinal bleeding or adverse neurological events (ANE) was evaluated to determine their impact on survival and identify predictors of occurrence.
The overall incidence of gastrointestinal bleeding was nearly 22 percent, and the incidence of major ANEs was eight percent. Patients with an ANE were significantly older, with a higher incidence of chronic renal insufficiency. They also had higher International Normalized Ratios (INRs), a lab test that measures the time it takes for blood to clot, and compares it to an average, at the time of the event. The higher the INR, the longer it takes blood to clot.
No complications due to blood clots occurred in those with gastrointestinal bleeding, but for patients with an ANE, there were four intracranial hemorrhages and one thromboembolic stroke.
There was no significant difference in gender, race, cause of heart failure, diabetes, or body mass index (BMI) between patients who had post-operative bleeding and those who did not.
Study co-author Robert J. Brewer, M.D., surgical director of the Mechanical Circulatory Support Program at Henry Ford, believes that as data accumulates on the relatively low incidence of thromboembolic events with the HeartMate II for patients on low-dose or no anticoagulation, it may be prudent to lower the goal INR, with the intent of lowering bleeding complications.
The HeartMate II is smaller, with fewer moving parts, than the previous model, the HeartMate I XVE, and requires less invasive surgery. Its size makes it available to a larger number of advanced-stage heart failure patients, and it has been predicted to greatly increase patients' quality of life. The device can cover the full output of a healthy heart. Studies have shown that continuous-flow pumps last much longer than pulsing pumps before they must be replaced.
Usage of LVADs has increased in the United States, where heart failure affects five million people, but there are less than 3,000 donor organs available annually worldwide. Last year, nearly 2500 patients were implanted with the device in the United States, which is used chiefly for those waiting for a heart transplant due to the chronic donor shortage. In other cases, it is used for long-term support in patients who are not candidates for a heart transplant.
*Source: Henry Ford Health System
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