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13 September 2011

La electrosensiblidad afecta, según estudios independientes, a una de cada mil personas

No es todavía, o al menos según establece la Organización Mundial de Salud, una enfermedad con carácter oficial. La ausencia de estudios impide conocer datos relativos al nivel de incidencia y los efectos sobre la salud de eso que algunos ya conocen y denominan «electrosensibilidad» y que, según estiman los expertos, va camino de convertirse en uno de los grandes males de la llamada «sociedad de la información».
Se sabe más bien poco sobre esta dolencia que aunque parece depender del desarrollo tecnológico lleva varios años sumando afectados. Conocida también por el sobrenombre de «alergia al wifi» -aunque su impacto sobre la salud no depende exclusivamente de redes inalámbricas-, lo que sí se sabe es que se trata de una enfermedad generada por la exposición continuada a campos electromagnéticos y que puede dar lugar a síntomas como la pérdida de la memoria a corto plazo, vómitos, dolores de cabeza, mareos o irritación, que se intensifican cuando el afectado permanece próximo a aparatos eléctricos. Estudios realizados por científicos independientes indican que, a día de hoy, la electrosensibilidad podría afectar a una de cada mil personas, y el Consejo Europeo ya ha advertido sobre los efectos nocivos de este tipo de ondas. [Resolución del Consejo Europeo]
Al margen de nombres que la definan lo cierto es que esta enfermedad invisible, en la que se siente el dolor pero no se ve qué lo provoca, ha comenzado a dar pequeños pasos en su lucha por el reconocimiento. Solo hace algunos meses que Minerva Palomar, electrosensible desde hace 15 años, consiguió que un juez le concediera la incapacidad permanente debido a este problema. Cierto es que hizo falta un extenuante paseíllo por abogados y tribunales para conseguirlo, pero también ha puesto la primera piedra en el camino de una incontable lista de afectados.

--Un medidor de ondas
Resulta cuando menos curioso que un «alérgico al wifi» se vea obligado a recurrir a Internet como método para conocer las causas de su problema. La desesperación ante un trastorno cuyos síntomas se camuflan con los de enfermedades comunes han forzado a los afectados a tirar la toalla ante una cura que intuyen compleja y a centrarse en la búsqueda de sistemas de prevención. Hay, sin embargo, quienes comparan el mal causado por las radiaciones de aparatos como el router wifi o el teléfono inalámbrico con el generado por sustancias como el tabaco o el amianto. Y no les resulta un paralelismo alarmante.

-La generación que viene
Ha empezado, en palabras de enfermos y expertos, la era de una «generación de electrosensibles». «En etapas anteriores no ha habido un contacto tan fuerte con las nuevas tecnologías como ahora. Los niños ya juegan con móviles y tienen wifi en el colegio», alerta José Miguel Rodríguez, director de la empresa de estudios geoambientales Geosanix.
En términos reales, la alergia al wifi es solo una pequeña porción de la tarta de ondas que generan malestar a personas electrosensibles. Yolanda Barbazán es una de las muchas afectadas por la enfermedad invisible que ha querido relatar a ABC cómo el wifi, entre el resto de radiaciones que rodean su vida, ha cambiado para siempre su rutina. «En la oficina me molesta mucho el router, pero no puedo hacer nada porque, según la empresa "es lo que tiene el progreso".
«Cuando mis compañeros descargan datos me duele mucho la cabeza»Cuando mis compañeros descargan datos me duele mucho la cabeza», explica. Similar es el caso de María Jesús, a quien la radiación desprendida por aparatos eléctricos de cualquier clase le afecta de tal manera que no recuerda un día en que haya estado ajena al dolor: «Mi día a día tiene picos, lo paso mal a mediodía cuando los vecinos ponen la televisión para ver el telediario; también por la tarde, cuando la gente enciende los ordenadores y pone el wifi».
Los efectos de las ondas en quien padece electrosensibilidad se multiplican a medida que permanece expuesto a ellas. «Aunque te empiece afectando el wifi cuando llevas mucho tiempo recibiendo radiaciones te acabará afectando todo: el cableado eléctrico, el teléfono...Llegas a un estado en que tu cuerpo se vuelve extremadamente sensible y notas las ondas que desprende cualquier cosa que lleve un enchufe», cuenta Yolanda, que empezó a encontrarse mal por una antena instalada frente a su casa y ahora siente incluso el inalámbrico del vecino.

-Sin medicamentos ni asistencia
Los síntomas generados por la electrosensibilidad son el primer capítulo de la lucha que los afectados libran cada día. Que la enfermedad no se haya reconocido aún por la OMS supone, entre otras consecuencias, la inexistencia de protocolos sanitarios al respecto y una «ignorancia médica» que les lleva a pasar meses e incluso años en un desesperado peregrinaje por consultas y hospitales.
Hay casos, como el de Yolanda, en que los médicos acaban asumiendo que «algo habrán influido esas ondas». En otros, los más comunes, los facultativos se limitan a prescribir paliativos que «no sirven para nada», y en los peores ejemplos se acaba por asociar la electrosensibilidad a un estado de depresión.
«Cuando te convences de que la medicina no resuelve nada, buscas otra solución»Esto se debe, para Alberto Cela, también electrosensible, a que las ondas reducen la producción de serotonina en el cerebro, un antidepresivo natural que si deja de generarse «genera tristeza, cansancio y depresión». Tras 12 años de enfermedad Alberto decidió investigar por su cuenta para reducir los síntomas empleando sus propios medios. No solo lo consiguió, sino que además de haber minimizado sus dolencias ha hecho de su enfermedad su medio de vida, dedicándose a mejorar la habitabilidad de viviendas e intentar liberarlas de radiaciones. «Cuando te convences de que la medicina convencional no sirve de nada buscas otras soluciones, como proteger tu casa con materiales especializados, modificar algunas costumbrees o desprenderte de varios aparatos». Él utiliza solo el teléfono fijo y casi no enciende el ordenador.
Joaquim Fernández Solá es el único médico que diagnostica la enfermedad en España. Lo hace en el Hospital Clínic de Barcelona, al que acuden pacientes cansados del tour por especialistas y de unos síntomas generados quién sabe por qué. «La tendencia en medicina cuando hay una nueva enfermedad es no aceptarla y pensar que es cosa del paciente, que se la ha inventado». Solá no ve «estrictamente» necesario que la OMS decida que la electrosensibilidad es una enfermedad para tratarla como tal: «Tendemos a pensar que es culpa de la OMS, pero la realidad es que ni los médicos, ni el Gobierno, ni muchísimo menos la Industria tienen interés en investigar este problema».

-David contra Goliat
A día de hoy, enfermos y especialistas coinciden en que si en algo puede avanzarse es en la creación de mecanismos de prevención. A María Jesús, como a otros muchos, solo le ha quedado la opción de proteger su cuerpo como una tortuga, con un caparazón de malla metálica que bloquea «más o menos» los efectos de las ondas.
«Los enfermos están librando una guerra parcialmente perdida», considera Francisco Canals, director de la Agencia para la Picaresca en Internet. «Se lograrán cosas importantes como que la enfermedad sea reconocida, de ahí surgirán protocolos médicos y los pacientes optarán a bajas laborales y a un tratamiento más efectivo, pero nada más allá de eso. Es una guerra imposible en la que hay mucho miedo en diversos frentes».
La sentencia que ha otorgado la incapacidad laboral permanente a Minerva Palomar ha sido para muchos un clavo ardiendo al que agarrarse tras años de permanente lucha. Otros afectados, como Alberto, prefieren mantenerse escépticos ante el logro: «No es lo ideal alegrarse porque un juez te dé la razón en los tribunales, estamos pidiendo que un médico nos diagnostique, como a un enfermo cualquiera y nada más».

**Publicado en "ABC"

Association found between long-term use of nonaspirin anti-inflammatory drugs and renal cell cancer

Long-term use of nonaspirin anti-inflammatory drugs (NSAIDs) is associated with an increased risk of renal cell cancer (RCC), according to a report in the September issue of Archives of Internal Medicine, one of the JAMA/Archives journals. According to background information in the article, in the United States, kidney cancer is the seventh leading type of cancer among men and the ninth leading type of cancer among women. The most common type of kidney cancer, renal cell cancer, accounts for 85 percent of all cases. Analgesics (pain-relieving medications) are among the most commonly used groups of drugs in the United States, and some appear to have protective effects against cancer. "However," the authors write, "some epidemiologic data, mainly from case-control studies, suggest an association between analgesic use and an increased risk of RCC."
Eunyoung Cho, Sc.D., from Harvard Medical School and Brigham and Women's Hospital, Boston, and colleagues examined the relationship between analgesic use and RCC risk. They used data from the Nurses' Health Study and the Health Professionals Follow-up Study, both prospective cohort studies. Beginning in 1990 in the Nurses' Health Study and 1986 in the Health Professionals Follow-up Study, and every two years thereafter, use of aspirin, other NSAIDs and acetaminophen was determined. Follow-up was 16 years and 20 years, respectively. The researchers evaluated the baseline and duration of use of analgesics. They also assessed other risk factors for RCC, such as body weight, smoking, recreational physical activity and history of hypertension.
Among the 77,525 women and 49,403 men included in the study, the researchers documented 333 RCC cases. No association was found between aspirin and acetaminophen use and RCC risk. An association was found between regular use of nonaspirin NSAIDs and an increased risk of RCC, with a 51 percent increase in the relative risk. The researchers noticed a dose-response relationship between duration of nonaspirin NSAID use and RCC risk; there was a 19 percent decrease in relative risk for use less than four years, a 36 percent increase in relative risk for use of analgesics for four years to less than 10 years and nearly three times the relative risk for use for 10 or more years.
"In these large prospective studies of women and men, we found that use of nonaspirin NSAIDs was associated with an elevated risk of RCC, especially among those who took them for a long duration," write the authors, who add that aspirin and acetaminophen were not associated with RCC risk. "Risks and benefits should be considered in deciding whether to use analgesics; if our findings are confirmed, an increased risk of RCC should also be considered."

**Source: JAMA and Archives Journals

Según un estudio, la melatonina incrementa la producción de insulina

La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica que aparece por deficiencias en la cantidad de insulina, lo que, a su vez, provoca un exceso de glucosa en la sangre. Los afectados por este trastorno tienen que controlar de por vida estos niveles, inyectarse insulina y cuidar su dieta.
Ahora, científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostado que la melatonina, una hormona que segrega de forma natural el cuerpo humano, ayuda a controlar la diabetes ya que incrementa la secreción de insulina, reduce la hiperglucemia y la hemoglobina glicada, disminuye los ácidos grasos libres y mejora la ratio leptina/adiponectina.
La oscuridad de la noche favorece la secreción de esta hormona, razón por la que los investigadores creen que dormir completamente a oscuras puede ayudar a controlar la diabetes asociada a la obesidad y los factores de riesgo asociados a la misma. Los mismos efectos se han demostrado con la ingesta de alimentos que la contienen, como la leche, cerezas y aceitunas o algunas especias como la mostaza, cúrcuma, cardamomo, hinojo o cilantro.
La melatonina se produce en el cerebro de todos los seres vivos en cantidades variables a lo largo del día, pero es inhibida por la luz y estimulada por la oscuridad. Alcanza su pico en la mitad de la noche, y gradualmente desciende, por lo que dormir a oscuras podría ayudar a controlar el sobrepeso, la diabetes, y a prevenir las enfermedades cardiovasculares asociadas, según la investigación de la UGR.

-Experimento con ratas Zucker
Para llegar a esta conclusión, los científicos de la UGR, en colaboración con el Servicio de Análisis Clínicos del Hospital San Cecilio de Granada y el Servicio de Endocrinología del Hospital Carlos III de Madrid, realizaron su experimento en ratas Zucker jóvenes obesas diabéticas, un modelo experimental que simula el desarrollo de la diabetes humana.
Los beneficios derivados de la administración de la melatonina se produjeron en ratas jóvenes, antes de desarrollar complicaciones metabólicas y vasculares, por lo que los científicos creen que la melatonina podría ayudar a mejorar las enfermedades cardiovasculares asociadas a la obesidad y la dislipidemia.
Los autores del estudio, cuyos resultados acaban de publicarse en revista «Journal of Pineal Research», destacan que, si estos hallazgos se confirman en humanos, la administración de melatonina y la ingesta de alimentos que la contienen podrían ser una herramienta para combatir la diabetes asociada a la obesidad y sus complicaciones vasculares.

**Agencias

Study evaluates intranasal insulin therapy for adults with mild cognitive impairment or Alzheimer’s

Intranasal insulin therapy appears to provide some benefit for cognitive function in patients with amnestic mild cognitive impairment and Alzheimer disease, according to a report published Online First by Archives of Neurology, one of the JAMA/Archives journals. According to background information in the article, insulin plays a role in a number of functions of the central nervous system. "The importance of insulin in normal brain function is underscored by evidence that insulin dysregulation contributes to the pathophysiology of Alzheimer disease (AD), a disorder characterized in its earliest stages by synaptic loss and memory impairment," the authors write. "Insulin levels and insulin activity in the central nervous system are reduced in AD."
Suzanne Craft, Ph.D., of the Veterans Affairs Puget Sound Health Care System and the University of Washington School of Medicine, Seattle, and colleagues conducted a randomized controlled trial to evaluate the effects of intranasal insulin therapy on cognition, function, cerebral glucose metabolism and cerebrospinal fluid biomarkers in adults with amnestic mild cognitive impairment (aMCI) or AD.
Study participants were randomized into one of three treatment groups, with 36 participants receiving 20 IU (international unit) of insulin daily, 38 receiving 40 IU of insulin daily, and 30 participants receiving placebo daily for four months. All treatments were administered using a nasal drug delivery device. The authors evaluated the effects of treatment on delayed story recall (how well participants could recall a story told to them immediately after, and after a short time lapse) and the Dementia Severity Rating Scale (DSRS) scores of participants.
Compared with participants in the placebo-controlled group, those receiving 20 IU of insulin daily showed improved delayed story recall, however no improvement was observed for participants receiving 40 IU of insulin. Also, compared with the placebo group, DSRS scores were preserved for both insulin treatment groups. Both insulin doses also appeared to preserve general cognition for younger participants as assessed by the Alzheimer Disease's Assessment Scale-cognitive subscale (ADAS-cog) score as well as functional abilities in adults with AD as assessed by scores on the Alzheimer's Disease Cooperative Study-activities of daily living (ADCS-ADL) scale. Conversely, participants with aMCI showed no change regardless of treatment assignment and participants in the placebo-controlled group showed a slight decline overall in function.
"In conclusion, the results of our pilot trial demonstrate that the administration of intranasal insulin stabilized or improved cognition, function and cerebral glucose metabolism for adults with aMCI or AD," the authors write. "Taken together, these results provide an impetus for future clinical trials of intranasal insulin therapy and for further mechanistic studies of insulin's role in the pathogenesis of AD."

**Source: JAMA and Archives Journals

Investigadores de la Clínica Mayo crean unos felinos genéticamente modificados que resisten el SIDA



Investigadores de la Clínica Mayo en Minnesota (EE.UU.) han conseguido modificar genéticamente gatos comunes para que sean inmunes al virus que causa el sida felino, muy parecido al que sufren los humanos. Los animales recibieron un gen que impide el desarrollo de la enfermedad en los monos macaco Rhesus y, para poder seguir su desarrollo, también se les insertó otro gen de medusa que hace que los gatos brillen con un espectacular color verde. El estudio, que aparece publicado en la edición online de la revista Nature Methods, puede ayudar en el futuro a investigar nuevas terapias contra el VIH y otras enfermedades.
El virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) causa un síndrome similar al sida en los gatos como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) lo hace en las personas: por el agotamiento del cuerpo contra la infección de células T. Las versiones felinas y humanas de las proteínas clave que potencialmente defenderían a los mamíferos contra la invasión de virus - denominados factores de restricción - no resultan eficaces, y los individuos afectados enferman gravemente.
El equipo de Mayo de médicos, virólogos, veterinarios e investigadores de terapias génicas, junto a sus colaboradores en Japón, trató de imitar la forma en la que la evolución da lugar, normalmente durante muy largos períodos de tiempo, a versiones de proteínas protectoras contra el sida. Para conseguirlo, los científicos diseñaron una forma de insertar proteínas de los monos que sí resultan eficaces y que se ha demostrado protegen al animal, en el genoma del gato.



-Crías también protegidas
La técnica se denomina transgénesis lentiviral dirigida a los gametos. Esencialmente, se basa en la inserción de genes en ovocitos felinos antes de la fecundación. Para tener éxito con ella, por primera vez en un carnívoro, el equipo insertó un gen de factor de restricción de macaco Rhesus, gen conocido por bloquear la infección celular por FIV, así como un gen de medusa con fines de seguimiento. Este último hace que los gatos brillen. El factor de restricción de los macacos, TRIMCyp, bloquea el ataque del sida felino. El método para insertar genes en el genoma del felino es muy eficiente, por lo que prácticamente todas las crías de gato heredan los genes. Los gatos con los genes de protección están creciendo y han parido gatitos cuyas células producen las proteínas. Esto demuestra que los genes insertados se mantienen activos en las generaciones sucesivas y supone toda una esperanza.
«Esta investigación biomédica puede beneficiar la salud humana y felina», dice Eric Poeschla, biólogo molecular y director del estudio. «Los resultados pueden ayudar a los gatos tanto como a las personas». El doctor Poeschla trata a pacientes con VIH e investiga cómo el virus se replica. El sida ha matado a más de 30 millones de personas, aunque menos conocido es el dato de que millones de gatos también sufren y mueren a causa del sida felino cada año.
Dado que el proyecto involucra la introducción de genes que puedan proteger contra los virus de las especies, el conocimiento y la tecnología que esta técnica producirá con el tiempo podría ayudar a la conservación de especies de felinos silvestres, de las cuales 36 están en peligro de extinción.



**Publicado en "ABC"

Tykerb sufre un revés al compararse con Herceptin

GlaxoSmithKline ha decidido revisar el formato de su ensayo de fase III de lapatinib para cáncer de mama HER2-positivo en etapa temprana, tras conocer que el uso del fármaco era poco probable que fuera tan eficaz como el tratamiento con el fármaco de comparación.
Una reconsideración provisional del estudio ALTTO demostró que Tykerb/Tyverb (lapatinib) como monoterapia es poco probable que pueda demostrar no ser inferior al tratamiento con Herceptin de Roche (trastuzumab) en la ampliación de supervivencia en los pacientes con esta enfermedad.
Este anuncio es un duro golpe para GSK a la hora de ampliar las indicaciones de Tykerb en las primeras etapas de la enfermedad, ya que hubiera sido un factor importante a la hora de acelerar las ventas del fármaco.
El medicamento de GSK ya está aprobado en la mayoría de países de todo el mundo como tratamiento para cáncer avanzado, metastásico HER2-positivo en cáncer de mama, y aportó £111 millones en los seis primeros meses de 2011, incrementando sus ventas en un 3%, aunque con un descenso de las ventas del 17% en los EE.UU.
ALTTO se puso en marcha en 2007 y completó el reclutamiento de pacientes a principios de este año. Fue diseñado para apoyar el uso de Tykerb en el tratamiento adyuvante, es decir, en su uso justo después del tratamiento primario del cáncer de mama y cirugía.

**Publicado en "PM FARMA"

Tykerb sufre un revés al compararse con Herceptin

GlaxoSmithKline ha decidido revisar el formato de su ensayo de fase III de lapatinib para cáncer de mama HER2-positivo en etapa temprana, tras conocer que el uso del fármaco era poco probable que fuera tan eficaz como el tratamiento con el fármaco de comparación.

Una reconsideración provisional del estudio ALTTO demostró que Tykerb/Tyverb (lapatinib) como monoterapia es poco probable que pueda demostrar no ser inferior al tratamiento con Herceptin de Roche (trastuzumab) en la ampliación de supervivencia en los pacientes con esta enfermedad.

Este anuncio es un duro golpe para GSK a la hora de ampliar las indicaciones de Tykerb en las primeras etapas de la enfermedad, ya que hubiera sido un factor importante a la hora de acelerar las ventas del fármaco.

El medicamento de GSK ya está aprobado en la mayoría de países de todo el mundo como tratamiento para cáncer avanzado, metastásico HER2-positivo en cáncer de mama, y aportó £111 millones en los seis primeros meses de 2011, incrementando sus ventas en un 3%, aunque con un descenso de las ventas del 17% en los EE.UU.

ALTTO se puso en marcha en 2007 y completó el reclutamiento de pacientes a principios de este año. Fue diseñado para apoyar el uso de Tykerb en el tratamiento adyuvante, es decir, en su uso justo después del tratamiento primario del cáncer de mama y cirugía.

**Publicado en "PM FARMA"

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