Con la llegada del otoño toca sacar el pañuelo, y los padres empiezan a visualizar largas noches en Urgencias con sus hijos en brazos. Y es que, como cada año, la distribución estacional de los virus y la vuelta al cole son el caldo de cultivo ideal para el contagio. Pero ¿por qué tenemos la sensación de que actualmente hay más bronquitis o ataques de asma que nunca entre los más pequeños? Los expertos aseguran que buena parte de la respuesta la tiene la contaminación atmosférica producida por el tráfico. Y no es solo una impresión de los padres: en niños menores de 15 años, la prevalencia de asma se ha duplicado en los últimos 20 años. Entre los 6 y los 7 años, la franja de edad que más ha aumentado, en 1993 era del 6,3%; en 2002, del 11%, y cerca del 14 % en estudios más recientes. Otros estudios con niños de 10 y 11 años muestran una prevalencia de rinitis y rinoconjuntivitis del 39% y 25%, respectivamente. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) sostiene que el 30% de las enfermedades infantiles están asociadas al medio ambiente.
En Irlanda, tras la ley antitabaco, bajaron un 18% los casos de asma
"Estudios españoles han mostrado que la concentración media anual de dióxido de sulfuro ambiental se correlacionó con una mayor prevalencia de asma grave de reciente comienzo; la de monóxido de carbono se asoció con una mayor prevalencia de rinitis, rinoconjuntivitis y eczema atópico, y la de dióxido de nitrógeno, con la prevalencia de tos nocturna", asegura Eusebi Chiner, jefe de servicio de neumología del hospital universitario San Juan de Alicante y secretario general de la SEPAR. Hasta la adolescencia es la fase más vulnerable.
-Del centro de Madrid al campo
Josep Maria Antó, director del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, hace hincapié en que "en los niños con enfermedades respiratorias, la contaminación aumenta el número de ataques de asma y la susceptibilidad a las infecciones víricas". Por este motivo, un niño que vive en el centro de Madrid tiene más riesgo de desarrollar una alergia al polen que otro que vive en el campo.
El lugar de residencia sí importa, porque diversos trabajos demuestran claramente que vivir a menos de 100 metros de una gran vía de tráfico comporta un 50% más de riesgo de padecer efectos adversos sobre la salud respiratoria. Hay medidas útiles como instalar un doble vidrio, usar mascarilla en algunos casos, y sobre todo, evitar la exposición de los niños al humo del tabaco en los hogares. "Existe un efecto dosis-respuesta entre tabaquismo pasivo por parte de los padres y presencia de enfermedades respiratorias en la población infantil", insiste Chiner.
Ambos expertos aluden al caso escocés: en 2010, un estudio valoró las consecuencias de la legislación antitabaco que, cuatro años antes, había erradicado el humo de cualquier espacio público, incluidas calles y terrazas de bares. El trabajo mostró que en niños menores de 15 años, los ingresos por asma, que venían aumentando en un 5,2% anual, se redujeron una media del 18,2% anual en relación al periodo anterior. Según datos del estudio Infancia y medio ambiente (INMA), entre un 35% y un 45% de los niños españoles conviven hoy con fumadores.
**Publicado en "EL PAIS"
Diario digital con noticias de actualidad relacionadas con el mundo de la salud. Novedades, encuestas, estudios, informes, entrevistas. Con un sencillo lenguaje dirigido a todo el mundo. Y algunos consejos turísticos para pasarlo bien
Traductor
12 October 2011
Eating your greens can change the effect of your genes on heart disease, say researchers
A long-held mantra suggests that you can't change your family, the genes they pass on, or the effect of these genes. Now, an international team of scientists, led by researchers at McMaster and McGill universities, is attacking that belief. The researchers discovered the gene that is the strongest marker for heart disease can actually be modified by generous amounts of fruit and raw vegetables. The results of their study are published in the current issue of the journal PLoS Medicine.
"We know that 9p21 genetic variants increase the risk of heart disease for those that carry it," said Dr. Jamie Engert, joint principal investigator of the study, who is a researcher in cardiovascular diseases at the Research Institute of the McGill University Health Centre (RI-MUHC) and associate member in the Department of Human Genetics at McGill University. "But it was a surprise to find that a healthy diet could significantly weaken its effect."
The research, which represents one of the largest gene-diet interaction studies ever conducted on cardiovascular disease, involved the analysis of more than 27,000 individuals from five ethnicities -- European, South Asian, Chinese, Latin American and Arab -- and the affect that their diets had on the effect of the 9p21 gene. The results suggest that individuals with the high risk genotype who consumed a prudent diet, composed mainly of raw vegetables, fruits and berries, had a similar risk of heart attack to those with the low risk genotype.
"We observed that the effect of a high-risk genotype can be mitigated by consuming a diet high in fruits and vegetables," said Sonia Anand, joint principal investigator of the study, and a researcher at the Population Health Research Institute and a professor of medicine and epidemiology at the Michael G. DeGroote School of Medicine at McMaster University. "Our results support the public health recommendation to consume more than five servings of fruits or vegetables as a way to promote good health."
"Our research suggests there may be an important interplay between genes and diet in cardiovascular disease," says the study's lead author Dr. Ron Do, who conducted this research as part of his PhD at McGill and is now based at the Center for Human Genetics Research at the Massachusetts General Hospital, Boston, Massachusetts. "Future research is necessary to understand the mechanism of this interaction, which will shed light on the underlying metabolic processes that the 9p21 gene is involved in."
**Source: McMaster University
"We know that 9p21 genetic variants increase the risk of heart disease for those that carry it," said Dr. Jamie Engert, joint principal investigator of the study, who is a researcher in cardiovascular diseases at the Research Institute of the McGill University Health Centre (RI-MUHC) and associate member in the Department of Human Genetics at McGill University. "But it was a surprise to find that a healthy diet could significantly weaken its effect."
The research, which represents one of the largest gene-diet interaction studies ever conducted on cardiovascular disease, involved the analysis of more than 27,000 individuals from five ethnicities -- European, South Asian, Chinese, Latin American and Arab -- and the affect that their diets had on the effect of the 9p21 gene. The results suggest that individuals with the high risk genotype who consumed a prudent diet, composed mainly of raw vegetables, fruits and berries, had a similar risk of heart attack to those with the low risk genotype.
"We observed that the effect of a high-risk genotype can be mitigated by consuming a diet high in fruits and vegetables," said Sonia Anand, joint principal investigator of the study, and a researcher at the Population Health Research Institute and a professor of medicine and epidemiology at the Michael G. DeGroote School of Medicine at McMaster University. "Our results support the public health recommendation to consume more than five servings of fruits or vegetables as a way to promote good health."
"Our research suggests there may be an important interplay between genes and diet in cardiovascular disease," says the study's lead author Dr. Ron Do, who conducted this research as part of his PhD at McGill and is now based at the Center for Human Genetics Research at the Massachusetts General Hospital, Boston, Massachusetts. "Future research is necessary to understand the mechanism of this interaction, which will shed light on the underlying metabolic processes that the 9p21 gene is involved in."
**Source: McMaster University
Sanidad aprueba la financiación de 5 fármscos de alto coste
Tras los últimos «tijeretazos» y en plena política de control del gasto farmacéutico, el Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación pública de cinco nuevos medicamentos de elevado coste. Solo dos de los fármacos autorizados tendrán un impacto añadido en las arcas autonómicas de más de 40 millones de euros anuales. Todos los medicamentos autorizados ofrecen una innovación y un cambio en la calidad de vida de pacientes con enfermedades de gravedad como son la esclerosis múltiple, la prevención del ictus, el lupus o la hepatitis C.
«Las mejoras que se alcanzan con estos medicamentos son tan evidentes que no creo que ninguna comunidad autónoma se oponga a su financiación pública. Es una lástima que no tengamos más tratamientos de este tipo para poder autorizarlos», aseguró el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos.
El número dos Sanidad asegura que la autorización de estos medicamentos «es un ejemplo de que Sanidad no renuncia a la innovación. No es una concesión a los laboratorios tras la medidas de control del gasto. Tomamos medidas de ahorro, como la prescripción por principio activo, para gastar en otras prioridades».
-Curar la hepatitis C
En concreto, el «boceprevir», el nuevo medicamento autorizado para tratar la infección por hepatitis C, logra una tasa de curación del 66% de los pacientes frente al 38% que hoy se consigue con los tratamientos tradicionales. Es uno de los últimos frutos de la investigación que puede cambiar el rumbo de la epidemia. No solo aumenta la tasa de curación sino que reduce el tiempo de tratamiento de los pacientes y el riesgo de complicaciones asociadas como la cirrosis, el trasplante de hígado y la aparición de tumores.
La mala noticia es su precio, unos 3.000 euros al año por paciente y unos 20 millones de coste total anual si se tiene en cuenta el número de enfermos a los que puede beneficiar. El nuevo tratamiento autorizado contra la esclerosis múltiple («fingolimod»), pensado para los casos que no remiten con las opciones actuales, tendrá un impacto anual similar en las cuentas autonómicas.
Otro de los medicamentos autorizados más esperados es el «ticagrelor», la alternativa al famoso «sintrom» que toman los enfermos cardiovasculares para la prevención del ictus y evitar la formación de coágulos o trombos. Su ventaja respecto al «sintrom» es que acaba con los análisis mensuales de control, lo que supondrá mayor comodidad para los pacientes y una mayor descongestión de los centros de salud.
La financiación pública de los nuevos tratamientos no será libre y en algunos casos estará sujeto a visado.
**Publicado en "ABC"
«Las mejoras que se alcanzan con estos medicamentos son tan evidentes que no creo que ninguna comunidad autónoma se oponga a su financiación pública. Es una lástima que no tengamos más tratamientos de este tipo para poder autorizarlos», aseguró el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos.
El número dos Sanidad asegura que la autorización de estos medicamentos «es un ejemplo de que Sanidad no renuncia a la innovación. No es una concesión a los laboratorios tras la medidas de control del gasto. Tomamos medidas de ahorro, como la prescripción por principio activo, para gastar en otras prioridades».
-Curar la hepatitis C
En concreto, el «boceprevir», el nuevo medicamento autorizado para tratar la infección por hepatitis C, logra una tasa de curación del 66% de los pacientes frente al 38% que hoy se consigue con los tratamientos tradicionales. Es uno de los últimos frutos de la investigación que puede cambiar el rumbo de la epidemia. No solo aumenta la tasa de curación sino que reduce el tiempo de tratamiento de los pacientes y el riesgo de complicaciones asociadas como la cirrosis, el trasplante de hígado y la aparición de tumores.
La mala noticia es su precio, unos 3.000 euros al año por paciente y unos 20 millones de coste total anual si se tiene en cuenta el número de enfermos a los que puede beneficiar. El nuevo tratamiento autorizado contra la esclerosis múltiple («fingolimod»), pensado para los casos que no remiten con las opciones actuales, tendrá un impacto anual similar en las cuentas autonómicas.
Otro de los medicamentos autorizados más esperados es el «ticagrelor», la alternativa al famoso «sintrom» que toman los enfermos cardiovasculares para la prevención del ictus y evitar la formación de coágulos o trombos. Su ventaja respecto al «sintrom» es que acaba con los análisis mensuales de control, lo que supondrá mayor comodidad para los pacientes y una mayor descongestión de los centros de salud.
La financiación pública de los nuevos tratamientos no será libre y en algunos casos estará sujeto a visado.
**Publicado en "ABC"
BRCA2 genetic mutation associated with improved survival and chemotherapy response in ovarian cancer
Among women with a certain type of high-grade ovarian cancer, having BRCA2 genetic mutations, but not BRCA1, was associated with improved overall survival and improved response to chemotherapy, compared to women with BRCA wild-type (genetic type used as a reference to compare genetic mutations), according to a study in the October 12 issue of JAMA. "Increased surveillance of BRCA1/2 germ line mutation carriers is a generally accepted strategy for detecting early ovarian cancer. Women with BRCA1 mutations have a 39 percent to 54 percent cumulative lifetime risk of developing ovarian cancer and women with BRCA2 mutations have an 11 percent to 23 percent risk," according to background information in the article. Conflicting data exist regarding the outcome of BRCA-deficient patients after ovarian cancer develops. Some researchers have found that ovarian cancer patients with BRCA1/2 germ line mutations have a more favorable clinical course, whereas others have shown the opposite. Also, most studies that have investigated the clinical features of BRCA1/2 mutation carriers lack detailed chemotherapy information.
Da Yang, Ph.D., of the University of Texas MD Anderson Cancer Center, Houston, and colleagues evaluated the association between BRCA1/2 deficiencies in ovarian cancer and patient overall survival (OS) and progression-free survival (PFS) rates and chemotherapy response. The observational study included multidimensional genomics and clinical data on 316 high-grade serous (type of ovarian tumor) ovarian cancer cases that were made public between 2009 and 2010 via The Cancer Genome Atlas project. Patients with both types of mutations did not differ significantly from each other with respect to tumor stage, grade, or histologic type, but patients with BRCA1 mutations were younger at diagnosis (35 cases, average age, 56 years) than were those with wild-type BRCA (219 cases, average age, 62 years) or BRCA2 mutation (27 cases, average age, 61 years).
The researchers found that the 5-year survival rate of' BRCA2 mutation carriers was 61 percent, which was significantly higher than that of wild-type BRCA cases (25 percent). BRCA2 mutation carriers had significantly longer PFS durations than did wild-type BRCA carriers; no difference was found for BRCA1 mutation carriers. A direct comparison between BRCA1 and BRCA2 mutation carriers indicated significant difference in PFS: 44 percent of BRCA2-mutated cases remained progression free 3 years after surgical resection compared with only 22 percent of BRCA1-mutated cases.
"Moreover, BRCA2 mutations were associated with a significantly higher primary chemotherapy sensitivity rate (100 percent for BRCA2-mutated vs. 82 percent and 80 percent for BRCA wild-type and BRCA1-mutated cases, respectively) and longer platinum-free [a metal that is a component of some anticancer drugs used in chemotherapy] duration (median [midpoint] platinum-free duration, 18.0 months for BRCA2-mutated vs. 11.7 and 12.5 months for BRCA wild-type and BRCA1-mutated cases, respectively)," the authors write.
"… the discovery that BRCA1 and BRCA2 deficiencies are associated with differential effects on patient survival and chemotherapy response in ovarian cancer may have important implications for clinical prediction and trial design and sheds new light on the function of these 2 genes," the researchers write.
Editorial: Defining Variations in Survival of BRCA1 and BRCA2 Mutation Carriers
**Source: JAMA and Archives Journals
Da Yang, Ph.D., of the University of Texas MD Anderson Cancer Center, Houston, and colleagues evaluated the association between BRCA1/2 deficiencies in ovarian cancer and patient overall survival (OS) and progression-free survival (PFS) rates and chemotherapy response. The observational study included multidimensional genomics and clinical data on 316 high-grade serous (type of ovarian tumor) ovarian cancer cases that were made public between 2009 and 2010 via The Cancer Genome Atlas project. Patients with both types of mutations did not differ significantly from each other with respect to tumor stage, grade, or histologic type, but patients with BRCA1 mutations were younger at diagnosis (35 cases, average age, 56 years) than were those with wild-type BRCA (219 cases, average age, 62 years) or BRCA2 mutation (27 cases, average age, 61 years).
The researchers found that the 5-year survival rate of' BRCA2 mutation carriers was 61 percent, which was significantly higher than that of wild-type BRCA cases (25 percent). BRCA2 mutation carriers had significantly longer PFS durations than did wild-type BRCA carriers; no difference was found for BRCA1 mutation carriers. A direct comparison between BRCA1 and BRCA2 mutation carriers indicated significant difference in PFS: 44 percent of BRCA2-mutated cases remained progression free 3 years after surgical resection compared with only 22 percent of BRCA1-mutated cases.
"Moreover, BRCA2 mutations were associated with a significantly higher primary chemotherapy sensitivity rate (100 percent for BRCA2-mutated vs. 82 percent and 80 percent for BRCA wild-type and BRCA1-mutated cases, respectively) and longer platinum-free [a metal that is a component of some anticancer drugs used in chemotherapy] duration (median [midpoint] platinum-free duration, 18.0 months for BRCA2-mutated vs. 11.7 and 12.5 months for BRCA wild-type and BRCA1-mutated cases, respectively)," the authors write.
"… the discovery that BRCA1 and BRCA2 deficiencies are associated with differential effects on patient survival and chemotherapy response in ovarian cancer may have important implications for clinical prediction and trial design and sheds new light on the function of these 2 genes," the researchers write.
Editorial: Defining Variations in Survival of BRCA1 and BRCA2 Mutation Carriers
**Source: JAMA and Archives Journals
En 10 años IBM quiere crear un "cerebro humano artificial"
No hace mucho IBM nos deslumbró con Watson, un superordenador que logró ganar el concurso televisivo Jeopardy! respondiendo preguntas de interés general mejor que los concursantes humanos. Pero la empresa planea construir -en colaboración con DARPA- un ordenador aún más potente, capaz de emular el funcionamiento de un cerebro humano. Se han asignado fondos por 100 millones de dólares y se estima que con un consumo de “sólo” 85kW podrá simular simultáneamente 100.000 millones de neuronas. Debería estar listo en 2022. Mientras tanto, esperan presentar en algún momento del año próximo a Sequoia, que será el superordenador más potente del mundo gracias a sus 20 petaflops de potencia.
Hace tiempo que IBM dedica enormes cantidades de dinero y recursos humanos para investigar lo que llaman “computación cognitiva”. En realidad, se trata de una idea que seguramente rondó la cabeza de cada investigador ligado a la informática desde la época de los ordenadores MARK: diseñar y construir un ordenador que sea capaz de aprender por las suyas, optimizando sus procesos a lo largo del tiempo. El último avance logrado por la empresa en este campo fue Watson, el superordenador que fue capaz de ganar el concurso televisivo Jeopardy! respondiendo correctamente a preguntas formuladas en lenguaje natural sin conocerlas previamente. En otras palabras, la máquina fue capaz de analizar cada pregunta y proporcionar una respuesta después de evaluar el contenido de su base de conocimiento.
Pero desde hace un par de meses, los ingenieros de IBM cuentan con un nuevo “chip cognitivo”, desarrollado junto a DARPA, que consta de 256 nodos neuronales. El chip, construido con tecnología de 45 nanómetros, es capaz de procesar información no estructurada y de reaccionar en función del contexto en el que se encuentra, más o menos lo mismo que hace el cerebro humano. Dharmendra Modha, investigador de IBM, explica que “estos chips poseen dos núcleos. El primero de ellos enlaza con 262.144 módulos de memoria, mientras que el segundo núcleo contiene 65.536 sinapsis dedicadas al aprendizaje”.
-«Como una persona»
Con esta herramienta a mano, y con el flujo de dinero que garantiza DARPA más el disponible en las propias arcas de IBM, la empresa se ha fijado como objetivo construir un superordenador que sea capaz de “emular” el funcionamiento de un cerebro humano. Se trata de un proyecto mucho más ambicioso que Watson, y según ha trascendido sería capaz de simular 100.000 millones de neuronas. Idealmente debería tener un consumo energético no mayor al de Watson (que requiere de 85kW para funcionar) y si todo avanza según la hoja de ruta de la empresa debería estar listo en 2022.
Los expertos de IBM aseguran que un grupo tan grande de neuronas artificiales debería ser capaz de evaluar datos y actuar en base a ellos “de la misma manera que lo hace una persona”. Obviamente, este remedo electrónico de la mente humana no será tan eficiente como la vida en cuanto al consumo de energía: nuestro cerebro es capaz de hacer su magia con solo 20 vatios, mientras que los ingenieros de la Big Blue declaran sentirse felices si logran hacer algo que consuma “solamente” 4.200 veces más. Pero aún así, de conseguirlo sería un logro impresionante.
Mientras que diseñan este ordenador la empresa prepara Sequoia, que será el superordenador más potente del mundo gracias a sus 20 petaflops de potencia. Ha trascendido que estará listo en algún momento del año próximo y -según John Kelly, el vicepresidente de IBM- será al menos dos veces más potente que el K supercomputer japones. Será instalado en el Lawrence Livermore National Laboratory y utilizado para realizar simulaciones relacionadas con el clima.
**Publicado en "NEOTEO"
Hace tiempo que IBM dedica enormes cantidades de dinero y recursos humanos para investigar lo que llaman “computación cognitiva”. En realidad, se trata de una idea que seguramente rondó la cabeza de cada investigador ligado a la informática desde la época de los ordenadores MARK: diseñar y construir un ordenador que sea capaz de aprender por las suyas, optimizando sus procesos a lo largo del tiempo. El último avance logrado por la empresa en este campo fue Watson, el superordenador que fue capaz de ganar el concurso televisivo Jeopardy! respondiendo correctamente a preguntas formuladas en lenguaje natural sin conocerlas previamente. En otras palabras, la máquina fue capaz de analizar cada pregunta y proporcionar una respuesta después de evaluar el contenido de su base de conocimiento.
Pero desde hace un par de meses, los ingenieros de IBM cuentan con un nuevo “chip cognitivo”, desarrollado junto a DARPA, que consta de 256 nodos neuronales. El chip, construido con tecnología de 45 nanómetros, es capaz de procesar información no estructurada y de reaccionar en función del contexto en el que se encuentra, más o menos lo mismo que hace el cerebro humano. Dharmendra Modha, investigador de IBM, explica que “estos chips poseen dos núcleos. El primero de ellos enlaza con 262.144 módulos de memoria, mientras que el segundo núcleo contiene 65.536 sinapsis dedicadas al aprendizaje”.
-«Como una persona»
Con esta herramienta a mano, y con el flujo de dinero que garantiza DARPA más el disponible en las propias arcas de IBM, la empresa se ha fijado como objetivo construir un superordenador que sea capaz de “emular” el funcionamiento de un cerebro humano. Se trata de un proyecto mucho más ambicioso que Watson, y según ha trascendido sería capaz de simular 100.000 millones de neuronas. Idealmente debería tener un consumo energético no mayor al de Watson (que requiere de 85kW para funcionar) y si todo avanza según la hoja de ruta de la empresa debería estar listo en 2022.
Los expertos de IBM aseguran que un grupo tan grande de neuronas artificiales debería ser capaz de evaluar datos y actuar en base a ellos “de la misma manera que lo hace una persona”. Obviamente, este remedo electrónico de la mente humana no será tan eficiente como la vida en cuanto al consumo de energía: nuestro cerebro es capaz de hacer su magia con solo 20 vatios, mientras que los ingenieros de la Big Blue declaran sentirse felices si logran hacer algo que consuma “solamente” 4.200 veces más. Pero aún así, de conseguirlo sería un logro impresionante.
Mientras que diseñan este ordenador la empresa prepara Sequoia, que será el superordenador más potente del mundo gracias a sus 20 petaflops de potencia. Ha trascendido que estará listo en algún momento del año próximo y -según John Kelly, el vicepresidente de IBM- será al menos dos veces más potente que el K supercomputer japones. Será instalado en el Lawrence Livermore National Laboratory y utilizado para realizar simulaciones relacionadas con el clima.
**Publicado en "NEOTEO"
Use of vitamin E associated with increased risk of prostate cancer
In a trial that included about 35,000 men, those who were randomized to receive daily supplementation with vitamin E had a significantly increased risk of prostate cancer, according to a study in the October 12 issue of JAMA. "Lifetime risk of prostate cancer in the United States is currently estimated to be 16 percent. Although most cases are found at an early, curable stage, treatment is costly and urinary, sexual, and bowel-related adverse effects are common," according to background information in the article. There has been considerable preclinical and epidemiological evidence that selenium and vitamin E may reduce prostate cancer risk. "The initial report [published December 2008] of the Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial (SELECT) found no reduction in risk of prostate cancer with either selenium or vitamin E supplements but a statistically nonsignificant increase in prostate cancer risk with vitamin E. Longer follow-up and more prostate cancer events provide further insight into the relationship of vitamin E and prostate cancer."
Eric A. Klein, M.D., of the Cleveland Clinic, and colleagues examined the long-term effect of vitamin E and selenium on risk of prostate cancer in relatively healthy men. SELECT included a total of 35,533 men from 427 study sites in the United States, Canada, and Puerto Rico who were randomized between August 2001 and June 2004. Eligibility criteria included a prostate-specific antigen (PSA) measure below a certain level, a digital rectal examination not suspicious for prostate cancer, and age 50 years or older for black men and 55 years or older for other men. The primary analysis included 34,887 men who were randomly assigned to 1 of 4 treatment groups: 8,752 to receive selenium (200 micrograms/day); 8,737, vitamin E (400 IU/day); 8,702, both agents; and 8,696, placebo, with a planned follow-up of a minimum of 7 years and maximum of 12 years. Analysis reflect the final data collected by the study sites on their participants through July 5, 2011.
Since the initial report, a total of 521 additional prostate cancers have been diagnosed: 113 in the placebo group, 147 in the vitamin E group, 143 in the selenium group, and 118 in the combination group. The researchers found that the rate of prostate cancer detection was greater in all treatment groups when compared with placebo but was statistically significant only in the vitamin E alone group (a 17 percent increased rate of prostate cancer detection). Compared with the placebo group, in which 529 men developed prostate cancer, 620 men in the vitamin E group developed prostate cancer, as did 575 in the selenium group and 555 in the selenium plus vitamin E group. The difference in rates of prostate cancer between vitamin E and placebo became apparent during the participants' third year in the trial. The elevated risk estimate for vitamin E was consistent across both low- and high-grade disease.
"In this article, we report an observation of important public health concern that has emerged with continued follow-up of SELECT participants," the authors write. "Given that more than 50 percent of individuals 60 years or older are taking supplements containing vitamin E and that 23 percent of them are taking at least 400 IU/d despite a recommended daily dietary allowance of only 22.4 IU for adult men, the implications of our observations are substantial."
The researchers note that the fact that the increased risk of prostate cancer in the vitamin E group of this trial was only apparent after extended follow-up suggests that health effects from these agents may continue even after the intervention is stopped, emphasizing the need for long-term follow-up. They add that the findings of this and other studies illustrate the importance of large-scale, population-based, randomized trials in accurately assessing the benefits and harms of micronutrients as dietary supplements.
"The observed 17 percent increase in prostate cancer incidence demonstrates the potential for seemingly innocuous yet biologically active substances such as vitamins to cause harm. The lack of benefit from dietary supplementation with vitamin E or other agents with respect to preventing common health conditions and cancers or improving overall survival, and their potential harm, underscore the need for consumers to be skeptical of health claims for unregulated over-the-counter products in the absence of strong evidence of benefit demonstrated in clinical trials."
**Source: JAMA and Archives Journals
Eric A. Klein, M.D., of the Cleveland Clinic, and colleagues examined the long-term effect of vitamin E and selenium on risk of prostate cancer in relatively healthy men. SELECT included a total of 35,533 men from 427 study sites in the United States, Canada, and Puerto Rico who were randomized between August 2001 and June 2004. Eligibility criteria included a prostate-specific antigen (PSA) measure below a certain level, a digital rectal examination not suspicious for prostate cancer, and age 50 years or older for black men and 55 years or older for other men. The primary analysis included 34,887 men who were randomly assigned to 1 of 4 treatment groups: 8,752 to receive selenium (200 micrograms/day); 8,737, vitamin E (400 IU/day); 8,702, both agents; and 8,696, placebo, with a planned follow-up of a minimum of 7 years and maximum of 12 years. Analysis reflect the final data collected by the study sites on their participants through July 5, 2011.
Since the initial report, a total of 521 additional prostate cancers have been diagnosed: 113 in the placebo group, 147 in the vitamin E group, 143 in the selenium group, and 118 in the combination group. The researchers found that the rate of prostate cancer detection was greater in all treatment groups when compared with placebo but was statistically significant only in the vitamin E alone group (a 17 percent increased rate of prostate cancer detection). Compared with the placebo group, in which 529 men developed prostate cancer, 620 men in the vitamin E group developed prostate cancer, as did 575 in the selenium group and 555 in the selenium plus vitamin E group. The difference in rates of prostate cancer between vitamin E and placebo became apparent during the participants' third year in the trial. The elevated risk estimate for vitamin E was consistent across both low- and high-grade disease.
"In this article, we report an observation of important public health concern that has emerged with continued follow-up of SELECT participants," the authors write. "Given that more than 50 percent of individuals 60 years or older are taking supplements containing vitamin E and that 23 percent of them are taking at least 400 IU/d despite a recommended daily dietary allowance of only 22.4 IU for adult men, the implications of our observations are substantial."
The researchers note that the fact that the increased risk of prostate cancer in the vitamin E group of this trial was only apparent after extended follow-up suggests that health effects from these agents may continue even after the intervention is stopped, emphasizing the need for long-term follow-up. They add that the findings of this and other studies illustrate the importance of large-scale, population-based, randomized trials in accurately assessing the benefits and harms of micronutrients as dietary supplements.
"The observed 17 percent increase in prostate cancer incidence demonstrates the potential for seemingly innocuous yet biologically active substances such as vitamins to cause harm. The lack of benefit from dietary supplementation with vitamin E or other agents with respect to preventing common health conditions and cancers or improving overall survival, and their potential harm, underscore the need for consumers to be skeptical of health claims for unregulated over-the-counter products in the absence of strong evidence of benefit demonstrated in clinical trials."
**Source: JAMA and Archives Journals
El Código de la OMC, sus valores y el horizonte de la deontología médica, en el nuevo nº de la "Revista OMC"
En el último número de la Revista OMC se dedica una especial atención al nuevo “Código de Deontología Médica. Guía de Ética Médica”, aprobado por la Organización Médica Colegial el pasado mes de julio. En sus primeras páginas, el presidente Rodríguez Sendín remarca que “El nuevo Código lleva implícito un gran nivel de autoexigencia para el médico, un compromiso basado en el respeto, humanismo y comportamiento responsable y ético ante la realidad social cambiante que vivimos”.
El máximo responsable de la OMC también alude a los recortes sanitarios que se están llevando a cabo en distintas CC.AA. Así, recuerda que el propio Código “obliga a los médicos a rebelarse contra esos recortes si éstos atentan contra la calidad de la asistencia a los pacientes". "Los médicos -añade- no nos negamos a participar en los recortes que correspondan pero de manera proporcionada y si lo hacen todos los agentes sociales”.
A lo largo de sus páginas, la Revista OMC ofrece, además, amplios reportajes sobre las actividades más destacadas de esta institución en los últimos meses. Los primeros pasos dados hacia la creación del Observatorio de la Prescripción, la puesta en marcha de un sistema de acreditación de páginas web, o la presentación de una guía de práctica médica en planificación anticipada de la asistencia médica, son sólo unos ejemplos. Por otra parte, se informa de la renovación de cargos en la Comisión Central de Deontología Médica de la OMC, y de la reelección de su presidente, el doctor Marcos Gómez Sancho.
En línea con el especial dedicado al nuevo Código de Deontología, se publica una extensa entrevista con el profesor Gonzalo Herranz, quien ha dedicado gran parte de su vida a la docencia de la ética médica. El también ex presidente de la Comisión Central de Deontología explica a lo largo de estas páginas la importancia real de la deontología para un médico, la evolución que han experimentado los Códigos de Deontología en España, y su valoración sobre las principales novedades que aporta el último de que disponemos, entre otros aspectos.
También el debate que la “Revista OMC” organiza periódicamente giró en torno al nuevo Código y al horizonte de la deontología médica. Un horizonte, tal como se explica, que plantea como principal reto hacer que la Deontología penetre no sólo en la profesión sino también en la sociedad.
Certamen Iberoamericano de las Artes
En este número se informa, por otra parte, del fallo de los premios correspondientes al III Certamen Iberoamericano de las Artes que organiza la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias (FPHOMC).
Asimismo, se avanza información sobre un Estudio sobre las necesidades actuales de protección social de los médicos colegiados y sus familias en España, cuya finalidad es conocer en profundidad las necesidades actuales de protección social de este colectivo para configurar, a partir de ahí, un sistema de protección social sostenible y que responda a dichas necesidades.
Finalmente, en el apartado formativo cabe destacar la inminiente puesta en marcha por parte de la Organización Médica Colegial y su Fundación para la Formación junto al Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset y su Fundación Ortega-Marañón, a partir del próximo mes de noviembre, del "Título de Experto en Ética Médica", dirigido a todos los médicos y profesionales interesados en adquirir formación académica en ética médica con especial orientación a la participación en comisiones de ética y deontología de los Colegios de Médicos.
**Publicado en "MEDICOS Y PACIENTES"
El máximo responsable de la OMC también alude a los recortes sanitarios que se están llevando a cabo en distintas CC.AA. Así, recuerda que el propio Código “obliga a los médicos a rebelarse contra esos recortes si éstos atentan contra la calidad de la asistencia a los pacientes". "Los médicos -añade- no nos negamos a participar en los recortes que correspondan pero de manera proporcionada y si lo hacen todos los agentes sociales”.
A lo largo de sus páginas, la Revista OMC ofrece, además, amplios reportajes sobre las actividades más destacadas de esta institución en los últimos meses. Los primeros pasos dados hacia la creación del Observatorio de la Prescripción, la puesta en marcha de un sistema de acreditación de páginas web, o la presentación de una guía de práctica médica en planificación anticipada de la asistencia médica, son sólo unos ejemplos. Por otra parte, se informa de la renovación de cargos en la Comisión Central de Deontología Médica de la OMC, y de la reelección de su presidente, el doctor Marcos Gómez Sancho.
En línea con el especial dedicado al nuevo Código de Deontología, se publica una extensa entrevista con el profesor Gonzalo Herranz, quien ha dedicado gran parte de su vida a la docencia de la ética médica. El también ex presidente de la Comisión Central de Deontología explica a lo largo de estas páginas la importancia real de la deontología para un médico, la evolución que han experimentado los Códigos de Deontología en España, y su valoración sobre las principales novedades que aporta el último de que disponemos, entre otros aspectos.
También el debate que la “Revista OMC” organiza periódicamente giró en torno al nuevo Código y al horizonte de la deontología médica. Un horizonte, tal como se explica, que plantea como principal reto hacer que la Deontología penetre no sólo en la profesión sino también en la sociedad.
Certamen Iberoamericano de las Artes
En este número se informa, por otra parte, del fallo de los premios correspondientes al III Certamen Iberoamericano de las Artes que organiza la Fundación Patronato de Huérfanos y Protección Social de Médicos Príncipe de Asturias (FPHOMC).
Asimismo, se avanza información sobre un Estudio sobre las necesidades actuales de protección social de los médicos colegiados y sus familias en España, cuya finalidad es conocer en profundidad las necesidades actuales de protección social de este colectivo para configurar, a partir de ahí, un sistema de protección social sostenible y que responda a dichas necesidades.
Finalmente, en el apartado formativo cabe destacar la inminiente puesta en marcha por parte de la Organización Médica Colegial y su Fundación para la Formación junto al Instituto Universitario de Investigación José Ortega y Gasset y su Fundación Ortega-Marañón, a partir del próximo mes de noviembre, del "Título de Experto en Ética Médica", dirigido a todos los médicos y profesionales interesados en adquirir formación académica en ética médica con especial orientación a la participación en comisiones de ética y deontología de los Colegios de Médicos.
**Publicado en "MEDICOS Y PACIENTES"
Subscribe to:
Comments (Atom)
CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies
Copyright © Noticia de Salud