For some, the pain is so great that they can't even bear to have clothes touch their skin. For others, it means that every step is a deliberate and agonizing choice. Whether the pain is caused by arthritic joints, an injury to a nerve or a disease like fibromyalgia, research now suggests there are new solutions for those who suffer from chronic pain. A team of researchers led by McGill neuroscientist Terence Coderre, who is also affiliated with the Research Institute of the McGill University Health Centre, has found the key to understanding how memories of pain are stored in the brain. More importantly, the researchers are also able to suggest how these memories can be erased, making it possible to ease chronic pain.
It has long been known that the central nervous system "remembers" painful experiences, that they leave a memory trace of pain. And when there is new sensory input, the pain memory trace in the brain magnifies the feeling so that even a gentle touch can be excruciating.
"Perhaps the best example of a pain memory trace is found with phantom limb pain," suggests Coderre. "Patients may have a limb amputated because of gangrene, and because the limb was painful before it was amputated, even though the limb is gone, the patients continue to feel they are suffering from pain in the absent limb. That's because the brain remembers the pain. In fact, there's evidence that any pain that lasts more than a few minutes will leave a trace in the nervous system." It's this memory of pain, which exists at the neuronal level, that is critical to the development of chronic pain. But until now, it was not known how these pain memories were stored at the level of the neurons.
Recent work has shown that the protein kinase PKMzeta plays a crucial role in building and maintaining memory by strengthening the connections between neurons. Now Coderre and his colleagues have discovered that PKMzeta is also the key to understanding how the memory of pain is stored in the neurons. They were able to show that after painful stimulation, the level of PKMzeta increases persistently in the central nervous system (CNS).
Even more importantly, the researchers found that by blocking the activity of PKMzeta at the neuronal level, they could reverse the hypersensitivity to pain that neurons developed after irritating the skin by applying capsaicin -- the active ingredient in hot peppers. Moreover, erasing this pain memory trace was found to reduce both persistent pain and heightened sensitivity to touch.
Coderre and his colleagues believe that building on this study to devise ways to target PKMzeta in pain pathways could have a significant effect for patients with chronic pain. "Many pain medications target pain at the peripheral level, by reducing inflammation, or by activating analgesia systems in the brain to reduce the feeling of pain," says Coderre. "This is the first time that we can foresee medications that will target an established pain memory trace as a way of reducing pain hypersensitivity. We believe it's an avenue that may offer new hope to those suffering from chronic pain."
**Source: McGill University
Diario digital con noticias de actualidad relacionadas con el mundo de la salud. Novedades, encuestas, estudios, informes, entrevistas. Con un sencillo lenguaje dirigido a todo el mundo. Y algunos consejos turísticos para pasarlo bien
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15 February 2012
Mediaset inicia una campaña solidaria para fomentar la donación de órganos en España

Los siete canales del grupo audiovisual Mediaset España emitirán hasta marzo una campaña para fomentar la donación de órganos bajo el paraguas de su proyecto de publicidad social 12 meses, 12 causas, que este año cumple 12 años. Eres perfecto para otros es el lema con el que se pretende concienciar a los telespectadores sobre la importancia de ser donante. La compañía ha contado con la colaboración y el asesoramiento de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) para elaborar esta campaña, para la que se han rodado tres anuncios y se ha creado una página web (http://www.eresperfectoparaotros.com/).
En la presentación hoy del proyecto han estado las caras conocidas de Telecinco y Cuatro que participan en los tres anuncios que la compañía ha elaborado para difundir la causa: Jorge Javier Vázquez, Pedro Piqueras, Ana Rosa Quintana, Jesús Vázquez, Pilar Rubio, Emma García, Marta Fernández, Tania Llasera y Samanta Villar. En los spots se puede ver a los presentadores con carteles en las manos en los que se dibujan diferentes partes del cuerpo.
Pero la cadena quiere ir más allá de los anuncios y permea toda su programación con la causa. Así, Informativos Telecinco y Noticias Cuatro emitirán distintos reportajes sobre la necesidad de incrementar las donaciones de médula ósea o la cadena de trabajo que se pone en marcha cuando se autoriza un trasplante. También espacios como el Programa de Ana Rosa, La noria o Conexión Samanta (en Cuatro) incluirán informaciones, entrevistas y reportajes sobre la donación de órganos.
En la presentación hoy del proyecto han estado las caras conocidas de Telecinco y Cuatro que participan en los tres anuncios que la compañía ha elaborado para difundir la causa: Jorge Javier Vázquez, Pedro Piqueras, Ana Rosa Quintana, Jesús Vázquez, Pilar Rubio, Emma García, Marta Fernández, Tania Llasera y Samanta Villar. En los spots se puede ver a los presentadores con carteles en las manos en los que se dibujan diferentes partes del cuerpo.
Pero la cadena quiere ir más allá de los anuncios y permea toda su programación con la causa. Así, Informativos Telecinco y Noticias Cuatro emitirán distintos reportajes sobre la necesidad de incrementar las donaciones de médula ósea o la cadena de trabajo que se pone en marcha cuando se autoriza un trasplante. También espacios como el Programa de Ana Rosa, La noria o Conexión Samanta (en Cuatro) incluirán informaciones, entrevistas y reportajes sobre la donación de órganos.
-La campaña busca reducir las negaciones de los familiares cuando tienen que decidir si donar
El presidente de la ONT, Rafael Matesanz, ha subrayado durante el acto que lo que interesa “es que la gente exprese su voluntad de donar” a sus familiares y amigos con el fin de reducir las negativas de estos cuando son los responsables de decidir. Este es uno de los aspectos en los que se centra la campaña. Para ello Mediaset y la ONT han creado una página web desde la que los internautas podrán solicitar la tarjeta de donante expedida por la ONT, así como compartir por correo electrónico o en las redes sociales Facebook y Twitter su intención de ser donantes.
España es líder mundial en donaciones de órganos desde hace más de 20 años. En 2011 se batió un nuevo récord con más de 4.200 trasplantes. Pese a que el año pasado la tasa de negativa de las familias a donar bajó al 15,3% -en 2010 había sido de 19%-, Matesanz ha expresado su deseo de que “los resultados de esta campaña se puedan medir en años ganados a la muerte, en personas salvadas”, porque, como ha recordado, aunque España sea un país muy generoso “no supone un consuelo para el enfermo que está esperando el órgano que necesita con angustia”.
Mediaset cambia este año su estrategia para impulsar campañas sociales, según ha explicado el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile. “Si antes el objetivo era hacer reflexionar, ahora lo que se pretende es que se haga algo". En este sentido, ha dicho que donar partes del propio cuerpo es de las cosas más “útiles y altruistas” que se pueden hacer. También cambia el formato de este proyecto de publicidad solidaria que hasta ahora abordaba 12 causas anualmente. Este año se emitirán menos campañas pero se prolongarán más en el tiempo. Además de la que ahora empieza, en 2012 se difundirán otras dos causas relacionadas con la preservación del medio ambiente y la vida sana. En el canal infantil del grupo, Boing, se programarán anuncios solidarios adaptados a los niños para concienciar sobre la importancia del reciclaje, intentar eliminar el bullying escolar o incitar al deporte.
El proyecto de publicidad social 12 meses, 12 causas, que lleva 12 años en marcha, ha impulsado más de 100 causas que le han valido a Mediaset 45 premios. En términos económicos la emisión de estos anuncios hubiera costado unos 14 millones de euros, según las estimaciones del grupo. “Ahora la sociedad española vive tiempos muy difíciles, razón más que suficiente para que Mediaset España crezca en su compromiso social”, ha asegurado Alejandro Etxeberría, presidente del grupo.
El presidente de la ONT, Rafael Matesanz, ha subrayado durante el acto que lo que interesa “es que la gente exprese su voluntad de donar” a sus familiares y amigos con el fin de reducir las negativas de estos cuando son los responsables de decidir. Este es uno de los aspectos en los que se centra la campaña. Para ello Mediaset y la ONT han creado una página web desde la que los internautas podrán solicitar la tarjeta de donante expedida por la ONT, así como compartir por correo electrónico o en las redes sociales Facebook y Twitter su intención de ser donantes.
España es líder mundial en donaciones de órganos desde hace más de 20 años. En 2011 se batió un nuevo récord con más de 4.200 trasplantes. Pese a que el año pasado la tasa de negativa de las familias a donar bajó al 15,3% -en 2010 había sido de 19%-, Matesanz ha expresado su deseo de que “los resultados de esta campaña se puedan medir en años ganados a la muerte, en personas salvadas”, porque, como ha recordado, aunque España sea un país muy generoso “no supone un consuelo para el enfermo que está esperando el órgano que necesita con angustia”.
Mediaset cambia este año su estrategia para impulsar campañas sociales, según ha explicado el consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile. “Si antes el objetivo era hacer reflexionar, ahora lo que se pretende es que se haga algo". En este sentido, ha dicho que donar partes del propio cuerpo es de las cosas más “útiles y altruistas” que se pueden hacer. También cambia el formato de este proyecto de publicidad solidaria que hasta ahora abordaba 12 causas anualmente. Este año se emitirán menos campañas pero se prolongarán más en el tiempo. Además de la que ahora empieza, en 2012 se difundirán otras dos causas relacionadas con la preservación del medio ambiente y la vida sana. En el canal infantil del grupo, Boing, se programarán anuncios solidarios adaptados a los niños para concienciar sobre la importancia del reciclaje, intentar eliminar el bullying escolar o incitar al deporte.
El proyecto de publicidad social 12 meses, 12 causas, que lleva 12 años en marcha, ha impulsado más de 100 causas que le han valido a Mediaset 45 premios. En términos económicos la emisión de estos anuncios hubiera costado unos 14 millones de euros, según las estimaciones del grupo. “Ahora la sociedad española vive tiempos muy difíciles, razón más que suficiente para que Mediaset España crezca en su compromiso social”, ha asegurado Alejandro Etxeberría, presidente del grupo.
Short-term exposure to most major air pollutants associated with increased risk of heart attack
Short-term exposure (for up to 7 days) to all major air pollutants, with the exception of ozone, is significantly associated with an increased risk of heart attack, according to a review and meta-analysis of previous studies appearing in the February 15 issue of JAMA. The potentially harmful effect of episodes of high air pollution on health has been suspected for more than 50 years. "In industrialized countries, cardiovascular disease is the leading cause of mortality and is associated with significant morbidity. These countries have high pollution levels. Since the 1990s, many epidemiological studies have demonstrated associations between air pollution levels and human health in terms of hospital admissions and overall mortality, including respiratory or cardiovascular mortality. However, the association between air pollution and near-term risk of myocardial infarction [MI; heart attack] remains controversial. Some studies have shown an association, while other studies have found either no association or association only for selected pollutants," according to background information in the article.
Hazrije Mustafic, M.D., M.P.H., of the University Paris Descartes, INSERM Unit 970, Paris, and colleagues conducted a systematic review and meta-analysis to examine the association between short-term exposure to air pollutants and the risk of heart attack, and to quantify these associations. The major air pollutants included in the analysis were ozone, carbon monoxide, nitrogen dioxide, sulfur dioxide, and particulate matter (PM) with an aerodynamic diameter of 10 μm (micrometers; PM10) or less and those 2.5 micrometers (PM2.5) or less.
The researchers conducted a search of the medical literature and identified 34 studies that met criteria for inclusion in the analysis, which indicated associations of statistical significance between all analyzed air pollutants and heart attack risk, with the exception of ozone. The subgroup analysis, based on study quality, yielded results comparable with those from the overall analysis.
The authors suggest a number of possible mechanisms for the associations found. "The first potential mechanism is inflammation. Studies have shown that levels of inflammatory markers such as C-reactive protein are higher as a result of exposure to air pollution. The second potential mechanism is abnormal regulation of the cardiac autonomic system. Several observational studies have linked high levels of air pollution with increased heart rate and decreased heart rate variability. The third possible mechanism is an increase in blood viscosity as a result of air pollution. This association can promote thrombus [blood clot] formation, accelerate the progression of atherosclerosis, and weaken the stability of atherosclerotic plaques."
The researchers acknowledge that the magnitude of association found in this study is relatively small compared with those of classic heart attack risk factors, such as smoking, hypertension, or diabetes. "Nevertheless, the population attributable fractions of each pollutant is not negligible because the majority of the population, including young and disabled patients, is exposed to air pollution, particularly in urban settings, and thus an improvement in air quality could have a significant effect on public health."
"In conclusion, our meta-analysis is the first to our knowledge to evaluate the quality and magnitude of associations between short-term exposure to major air pollutants and the risk of MI," the authors write. "Further research is needed to determine whether effective interventions that improve air quality are associated with a decreased incidence of MI."
*Source: JAMA and Archives Journals
Hazrije Mustafic, M.D., M.P.H., of the University Paris Descartes, INSERM Unit 970, Paris, and colleagues conducted a systematic review and meta-analysis to examine the association between short-term exposure to air pollutants and the risk of heart attack, and to quantify these associations. The major air pollutants included in the analysis were ozone, carbon monoxide, nitrogen dioxide, sulfur dioxide, and particulate matter (PM) with an aerodynamic diameter of 10 μm (micrometers; PM10) or less and those 2.5 micrometers (PM2.5) or less.
The researchers conducted a search of the medical literature and identified 34 studies that met criteria for inclusion in the analysis, which indicated associations of statistical significance between all analyzed air pollutants and heart attack risk, with the exception of ozone. The subgroup analysis, based on study quality, yielded results comparable with those from the overall analysis.
The authors suggest a number of possible mechanisms for the associations found. "The first potential mechanism is inflammation. Studies have shown that levels of inflammatory markers such as C-reactive protein are higher as a result of exposure to air pollution. The second potential mechanism is abnormal regulation of the cardiac autonomic system. Several observational studies have linked high levels of air pollution with increased heart rate and decreased heart rate variability. The third possible mechanism is an increase in blood viscosity as a result of air pollution. This association can promote thrombus [blood clot] formation, accelerate the progression of atherosclerosis, and weaken the stability of atherosclerotic plaques."
The researchers acknowledge that the magnitude of association found in this study is relatively small compared with those of classic heart attack risk factors, such as smoking, hypertension, or diabetes. "Nevertheless, the population attributable fractions of each pollutant is not negligible because the majority of the population, including young and disabled patients, is exposed to air pollution, particularly in urban settings, and thus an improvement in air quality could have a significant effect on public health."
"In conclusion, our meta-analysis is the first to our knowledge to evaluate the quality and magnitude of associations between short-term exposure to major air pollutants and the risk of MI," the authors write. "Further research is needed to determine whether effective interventions that improve air quality are associated with a decreased incidence of MI."
*Source: JAMA and Archives Journals
New class of potential drugs inhibits inflammation in brain
Scientists at Emory University School of Medicine have identified a new group of compounds that may protect brain cells from inflammation linked to seizures and neurodegenerative diseases. The compounds block signals from EP2, one of the four receptors for prostaglandin E2, which is a hormone involved in processes such as fever, childbirth, digestion and blood pressure regulation. Chemicals that could selectively block EP2 were not previously available. In animals, the EP2 blockers could markedly reduce the injury to the brain induced after a prolonged seizure, the researchers showed.
The results were published online this week in the Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition.
"EP2 is involved in many disease processes where inflammation is showing up in the nervous system, such as epilepsy, stroke and neurodegenerative diseases," says senior author Ray Dingledine, PhD, chairman of Emory's Department of Pharmacology. "Anywhere that inflammation is playing a role via EP2, this class of compounds could be useful. Outside the brain, EP2 blockers could find uses in other diseases with a prominent inflammatory component such as cancer and inflammatory bowel disease."
Prostaglandins are the targets for non-steroid anti-inflammatory drugs (NSAIDs) such as aspirin and ibuprofen. NSAIDSs inhibit enzymes known as cyclooxygenases, the starting point for generating prostaglandins in the body. Previous research indicates that drugs that inhibit cyclooxygenases can have harmful side effects. For example, sustained use of aspirin can weaken the stomach lining, coming from prostaglandins' role in the stomach. Even drugs designed to inhibit only cyclooxygenases involved in pain and inflammation, such as Vioxx, have displayed cardiovascular side effects.
Dingledine's team's strategy was to bypass cyclooxygenase enzymes and go downstream, focusing on one set of molecules that relay signals from prostaglandins. Working with Yuhong Du in the Emory Chemical Biology Discovery Center, postdoctoral fellows Jianxiong Jiang, Thota Ganesh and colleagues sorted through a library of 262,000 compounds to find those that could block signals from the EP2 prostaglandin receptor but not related receptors. One of the compounds could prevent damage to neurons in mice after "status epilepticus," a prolonged drug-induced seizure used to model the neurodegeneration linked to epilepsy. The team found that a family of related compounds had similar protective effects.
Dingledine says that the compounds could become valuable tools for exploring new ways to treat neurological diseases. However, given the many physiological processes prostaglandins regulate, more tests are needed, he says. Prostaglandin E2 is itself a drug used to induce labor in pregnant women, and female mice engineered to lack the EP2 receptor are infertile, so the compounds would need to be tested for effects on reproductive organs, for example.
*Source: Emory University
The results were published online this week in the Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition.
"EP2 is involved in many disease processes where inflammation is showing up in the nervous system, such as epilepsy, stroke and neurodegenerative diseases," says senior author Ray Dingledine, PhD, chairman of Emory's Department of Pharmacology. "Anywhere that inflammation is playing a role via EP2, this class of compounds could be useful. Outside the brain, EP2 blockers could find uses in other diseases with a prominent inflammatory component such as cancer and inflammatory bowel disease."
Prostaglandins are the targets for non-steroid anti-inflammatory drugs (NSAIDs) such as aspirin and ibuprofen. NSAIDSs inhibit enzymes known as cyclooxygenases, the starting point for generating prostaglandins in the body. Previous research indicates that drugs that inhibit cyclooxygenases can have harmful side effects. For example, sustained use of aspirin can weaken the stomach lining, coming from prostaglandins' role in the stomach. Even drugs designed to inhibit only cyclooxygenases involved in pain and inflammation, such as Vioxx, have displayed cardiovascular side effects.
Dingledine's team's strategy was to bypass cyclooxygenase enzymes and go downstream, focusing on one set of molecules that relay signals from prostaglandins. Working with Yuhong Du in the Emory Chemical Biology Discovery Center, postdoctoral fellows Jianxiong Jiang, Thota Ganesh and colleagues sorted through a library of 262,000 compounds to find those that could block signals from the EP2 prostaglandin receptor but not related receptors. One of the compounds could prevent damage to neurons in mice after "status epilepticus," a prolonged drug-induced seizure used to model the neurodegeneration linked to epilepsy. The team found that a family of related compounds had similar protective effects.
Dingledine says that the compounds could become valuable tools for exploring new ways to treat neurological diseases. However, given the many physiological processes prostaglandins regulate, more tests are needed, he says. Prostaglandin E2 is itself a drug used to induce labor in pregnant women, and female mice engineered to lack the EP2 receptor are infertile, so the compounds would need to be tested for effects on reproductive organs, for example.
*Source: Emory University
La inyección de células madre tiene un beneficio sobre el corazón infartado

Datos de unos 1.700 pacientes, 33 estudios y otros tantos centros médicos, se pone todo en una coctelera y ¿qué se obtiene? Un gran batiburrillo de ideas, alguna conclusión leve y la certeza de que todavía hay mucho por evaluar antes de poder implantar una terapia celular para tratar a las personas que han sufrido un infarto de miocardio. Son, a grandes rasgos, las conclusiones de una revisión que ha analizado las últimas investigaciones que se han realizado en todo el mundo con células madre de la médula ósea como tratamiento en esta enfermedad.
El infarto de miocardio es una de las principales causas de mortalidad en todos los países desarrollados. Esta enfermedad genera muchos ingresos cada año y un coste sanitario importante ya que un gran número de pacientes tiene una calidad de vida limitada al no recuperar totalmente la funcionalidad de su corazón. Al producirse el infarto, una zona del músculo cardiaco se queda sin oxígeno y muere. Cuanto antes se administre un tratamiento, bien un fármaco para disolver el trombo que ha generado el problema o bien un cateterismo para colocar una muelle que abra la arteria (angioplastia), mejor será la recuperación del órgano. Sin embargo, no todos los pacientes responden bien a estos tratamientos.
En los últimos años, con el desarrollo de las técnicas para aislar y cultivar células, se han venido realizando numerosos estudios para probar la seguridad y eficacia de la terapia con células madre en estos pacientes. El primer objetivo se ha confirmado, es decir, se ha constatado que esta terapia es segura. Sin embargo, falta demostrar el segundo: que aplicar estas células días después del infarto consigue mejorar el funcionamiento del corazón y la supervivencia de los pacientes. De ahí, que en todo el mundo existan numerosos grupos de investigación que han realizado ensayos clínicos para conocer este segundo objetivo.
¿Y qué han averiguado? ¿Cuál es su conclusión? Pues eso es lo que ha pretendido conocer los autores de la revisión de la 'Cochrane Library', una publicación que se dedica a revisar las evidencias científicas sobre los tratamientos médicos. Tras analizar los datos de 33 ensayos clínicos realizados con células madre procedentes de la médula ósea su conclusión es que esta terapia "puede producir una moderada mejora de la función cardiaca, que se prolonga durante cinco años. Sin embargo, no hay suficiente información para poder concluir que exista una mejoría en la tasa de supervivencia".
El infarto de miocardio es una de las principales causas de mortalidad en todos los países desarrollados. Esta enfermedad genera muchos ingresos cada año y un coste sanitario importante ya que un gran número de pacientes tiene una calidad de vida limitada al no recuperar totalmente la funcionalidad de su corazón. Al producirse el infarto, una zona del músculo cardiaco se queda sin oxígeno y muere. Cuanto antes se administre un tratamiento, bien un fármaco para disolver el trombo que ha generado el problema o bien un cateterismo para colocar una muelle que abra la arteria (angioplastia), mejor será la recuperación del órgano. Sin embargo, no todos los pacientes responden bien a estos tratamientos.
En los últimos años, con el desarrollo de las técnicas para aislar y cultivar células, se han venido realizando numerosos estudios para probar la seguridad y eficacia de la terapia con células madre en estos pacientes. El primer objetivo se ha confirmado, es decir, se ha constatado que esta terapia es segura. Sin embargo, falta demostrar el segundo: que aplicar estas células días después del infarto consigue mejorar el funcionamiento del corazón y la supervivencia de los pacientes. De ahí, que en todo el mundo existan numerosos grupos de investigación que han realizado ensayos clínicos para conocer este segundo objetivo.
¿Y qué han averiguado? ¿Cuál es su conclusión? Pues eso es lo que ha pretendido conocer los autores de la revisión de la 'Cochrane Library', una publicación que se dedica a revisar las evidencias científicas sobre los tratamientos médicos. Tras analizar los datos de 33 ensayos clínicos realizados con células madre procedentes de la médula ósea su conclusión es que esta terapia "puede producir una moderada mejora de la función cardiaca, que se prolonga durante cinco años. Sin embargo, no hay suficiente información para poder concluir que exista una mejoría en la tasa de supervivencia".
-Un batiburrillo de métodos
El principal motivo de esta incertidumbre es el pequeño número de pacientes con el que se realizan estos estudios y la diversidad en la metodología empleada. Por ejemplo, no existe un criterio sobre cuánto tiempo tiene que pasar desde que se extraen las células de la médula hasta que se implantan de nuevo. Tampoco sobre las características del paciente a tratar. Ni siquiera sobre el método con el que se debe medir la fracción de eyección cardiaca, un indicador de cómo funciona el corazón.
Otro punto de discrepancia es cuál es la mejor fuente de células madres. En esta revisión se analizaron sólo los estudios que empleaban células procedente de la médula ósea, sin embargo, no todos los ensayos utilizan esta fuente. Por ejemplo, un artículo publicado en el último número de The Lancet estudió el efecto de esta terapia de células madre obtenidas a partir de una biopsia del corazón del propio paciente.
"No sé si se llegará a saber cuál es la mejor fuente celular. Hay una heterogeneidad que hace imposible comparar estas células", señala Felipe Prosper, director del Area de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra. Este especialista insiste en que cualquier tipo de terapia celular debe demostrar su eficacia "en estudios grandes y con objetivos más duros, es decir, saber si aumentan la supervivencia del paciente y saber realmente cómo funcionan".
El principal motivo de esta incertidumbre es el pequeño número de pacientes con el que se realizan estos estudios y la diversidad en la metodología empleada. Por ejemplo, no existe un criterio sobre cuánto tiempo tiene que pasar desde que se extraen las células de la médula hasta que se implantan de nuevo. Tampoco sobre las características del paciente a tratar. Ni siquiera sobre el método con el que se debe medir la fracción de eyección cardiaca, un indicador de cómo funciona el corazón.
Otro punto de discrepancia es cuál es la mejor fuente de células madres. En esta revisión se analizaron sólo los estudios que empleaban células procedente de la médula ósea, sin embargo, no todos los ensayos utilizan esta fuente. Por ejemplo, un artículo publicado en el último número de The Lancet estudió el efecto de esta terapia de células madre obtenidas a partir de una biopsia del corazón del propio paciente.
"No sé si se llegará a saber cuál es la mejor fuente celular. Hay una heterogeneidad que hace imposible comparar estas células", señala Felipe Prosper, director del Area de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra. Este especialista insiste en que cualquier tipo de terapia celular debe demostrar su eficacia "en estudios grandes y con objetivos más duros, es decir, saber si aumentan la supervivencia del paciente y saber realmente cómo funcionan".
-Un gran estudio
En este sentido, tal y como apunta la revisión, se va a iniciar un gran estudio europeo con financiación pública que asciende a seis millones de euros en el que participarán 21 grupos de 10 países de la UE, incluido España. "Se trata de evaluar los efectos de la terapia con células madre de la médula ósea sobre la supervivencia de 3.000 pacientes. Estamos con las últimas reuniones para definir los últimos retoques del protocolo, por ejemplo, decidir qué centros pueden preparar las células para enviarlas al resto de los hospitales", explica Francisco Fernández Avilés, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, que será el coordinador nacional de este proyecto. "Hasta que no se compruebe su impacto sobre la supervivencia no se puede recomendar esta, o cualquier otra, terapia para su empleo estandarizado", afirma.
Quizás con este gran estudio pueda resolverse una de las incógnitas en torno a las células madre y la reparación del corazón tras un infarto, aunque hay todavía mucho más por resolver. Un paso en esta línea es otra investigación española coordinada por Manuel Jiménez Navarro, del Área del Corazón del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, quien ha medido por primera vez la relación entre el área cardiaca dañada por el infarto y la cantidad de células madre que circulan por la sangre, algo que el cuerpo humano hace de forma automática.
"Ahora sabemos, gracias a la medición que hemos hecho con una citometría de flujo, que los pacientes que han sufrido un infarto tienen un mayor número de células madre circulantes en sangre que los pacientes libres de esta enfermedad. Gracias a este trabajo consideramos que a estos pacientes hay que implantarles un mayor número de células y que se debería hacer entre el quinto y séptimo día tras el infarto", explica este cardiólogo.
De conocerse algún día, qué tipo y qué cantidad de células hay que inyectar a estos pacientes, de qué manera y en qué momento, se podrá unificar un tratamiento para mejorar la calidad de vida y supervivencia de estas personas. La siguiente pregunta que puede surgir es, ¿a qué precio? "Si esta terapia demostrara una mejora en la supervivencia, el coste sería intrascendente. Sólo hay que pensar que podría disminuir el número de ingresos, la necesidad de implantar desfibriladores y de realizar trasplantes... Tiene que ponerse en perspectiva sobre el posible beneficio", concluye Felipe Prosper.
En este sentido, tal y como apunta la revisión, se va a iniciar un gran estudio europeo con financiación pública que asciende a seis millones de euros en el que participarán 21 grupos de 10 países de la UE, incluido España. "Se trata de evaluar los efectos de la terapia con células madre de la médula ósea sobre la supervivencia de 3.000 pacientes. Estamos con las últimas reuniones para definir los últimos retoques del protocolo, por ejemplo, decidir qué centros pueden preparar las células para enviarlas al resto de los hospitales", explica Francisco Fernández Avilés, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, que será el coordinador nacional de este proyecto. "Hasta que no se compruebe su impacto sobre la supervivencia no se puede recomendar esta, o cualquier otra, terapia para su empleo estandarizado", afirma.
Quizás con este gran estudio pueda resolverse una de las incógnitas en torno a las células madre y la reparación del corazón tras un infarto, aunque hay todavía mucho más por resolver. Un paso en esta línea es otra investigación española coordinada por Manuel Jiménez Navarro, del Área del Corazón del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, quien ha medido por primera vez la relación entre el área cardiaca dañada por el infarto y la cantidad de células madre que circulan por la sangre, algo que el cuerpo humano hace de forma automática.
"Ahora sabemos, gracias a la medición que hemos hecho con una citometría de flujo, que los pacientes que han sufrido un infarto tienen un mayor número de células madre circulantes en sangre que los pacientes libres de esta enfermedad. Gracias a este trabajo consideramos que a estos pacientes hay que implantarles un mayor número de células y que se debería hacer entre el quinto y séptimo día tras el infarto", explica este cardiólogo.
De conocerse algún día, qué tipo y qué cantidad de células hay que inyectar a estos pacientes, de qué manera y en qué momento, se podrá unificar un tratamiento para mejorar la calidad de vida y supervivencia de estas personas. La siguiente pregunta que puede surgir es, ¿a qué precio? "Si esta terapia demostrara una mejora en la supervivencia, el coste sería intrascendente. Sólo hay que pensar que podría disminuir el número de ingresos, la necesidad de implantar desfibriladores y de realizar trasplantes... Tiene que ponerse en perspectiva sobre el posible beneficio", concluye Felipe Prosper.
**Publicado en "EL MUNDO"
Building bone from cartilage
A person has a tumor removed from her femur. A soldier is struck by an improved explosive device and loses a portion of his tibia. A child undergoes chemotherapy for osteosarcoma but part of the bone dies as a result. Every year, millions of Americans sustain fractures that don't heal or lose bone that isn't successfully grafted. But a study presented at the Orthopaedic Research Society (ORS) 2012 Annual Meeting in San Francisco offers new hope for those who sustain these traumas.
Orthopaedic researchers with the University of California, San Francisco (UCSF), Orthopaedic Trauma Institute, have found a very promising, novel way to regenerate bone. "Cartilage graft induces bone that actually integrates with the host bone and vascularizes it," said Ralph S. Marcucio, PhD, Associate Professor, UCSF School of Medicine.
Cartilage graft is very different than the current methods used for bone grafting -- autograft bone (a person's own bone) or allograft materials (donor bone). For various reasons, these two grafting techniques can result in poor graft integration and osteonecrosis.
"With millions of bone grafting procedures performed every year in just the United States, developing improved technologies could directly enhance patient care and clinical outcomes," Dr. Marcucio said.
Chelsea S. Bahney, PhD, Postdoctoral Scholar, UCSF School of Medicine, concedes their approach is less orthodox. "It is not the pathway that most people think about, but it made a lot more sense to follow the normal developmental mechanism."
"This cartilage is naturally bioactive. It makes factors that help induce vascularization and bone formation," added Dr. Bahney. "When people use a bone graft, it is often dead bone which requires something exogenous to be added to it or some property of the matrix in the graft."
Through a process called endochondral ossification, cartilage grafts produce new tissue that is very similar to the person's own bone. Without additional properties to it, the researchers found the cartilage graft integrated well and was fully vascularized.
"We're just taking a very similar cartilage that can induce bone formation, putting it into a bone defect and letting it just do its thing," Dr. Marcucio said.
In the study, the researchers chose a non-stabilized tibial fracture callus as a source of a cartilage graft. "Healing of the transplanted cartilage grafts supported our hypothesis by producing a well-vascularized bone that integrated well with the host," Dr. Bahney said.
"A cartilage graft could offer a promising alternative approach for stimulating bone regeneration," Dr. Marcucio said. "Future work will focus on developing a translatable technology suitable for repairing bone through a cartilage intermediate at a clinical level."
**Source: Orthopaedic Research Society (ORS)
Orthopaedic researchers with the University of California, San Francisco (UCSF), Orthopaedic Trauma Institute, have found a very promising, novel way to regenerate bone. "Cartilage graft induces bone that actually integrates with the host bone and vascularizes it," said Ralph S. Marcucio, PhD, Associate Professor, UCSF School of Medicine.
Cartilage graft is very different than the current methods used for bone grafting -- autograft bone (a person's own bone) or allograft materials (donor bone). For various reasons, these two grafting techniques can result in poor graft integration and osteonecrosis.
"With millions of bone grafting procedures performed every year in just the United States, developing improved technologies could directly enhance patient care and clinical outcomes," Dr. Marcucio said.
Chelsea S. Bahney, PhD, Postdoctoral Scholar, UCSF School of Medicine, concedes their approach is less orthodox. "It is not the pathway that most people think about, but it made a lot more sense to follow the normal developmental mechanism."
"This cartilage is naturally bioactive. It makes factors that help induce vascularization and bone formation," added Dr. Bahney. "When people use a bone graft, it is often dead bone which requires something exogenous to be added to it or some property of the matrix in the graft."
Through a process called endochondral ossification, cartilage grafts produce new tissue that is very similar to the person's own bone. Without additional properties to it, the researchers found the cartilage graft integrated well and was fully vascularized.
"We're just taking a very similar cartilage that can induce bone formation, putting it into a bone defect and letting it just do its thing," Dr. Marcucio said.
In the study, the researchers chose a non-stabilized tibial fracture callus as a source of a cartilage graft. "Healing of the transplanted cartilage grafts supported our hypothesis by producing a well-vascularized bone that integrated well with the host," Dr. Bahney said.
"A cartilage graft could offer a promising alternative approach for stimulating bone regeneration," Dr. Marcucio said. "Future work will focus on developing a translatable technology suitable for repairing bone through a cartilage intermediate at a clinical level."
**Source: Orthopaedic Research Society (ORS)
Una revisión de estudios recién publicada pone en duda la eficacia real de los baños fríos contra las agujetas
Para aliviar el dolor y recuperar más rápido el tono muscular después de hacer ejercicio. Los baños de agua fría cada vez se usan más como aliado en el deporte y lo utilizan incluso atletas de élite. Ahora, la 'Biblioteca Cochrane' publica una revisión de estudios en la que pone en duda la eficacia real de esta estrategia y hace hincapié en la falta de datos que hay acerca de los efectos secundarios que pudiera ocasionar.
Como explican los autores de este trabajo, de Reino Unido, Nueva Zelanda y EEUU, se trata de una práctica muy utilizada para prevenir y tratar lo que se conoce como dolor muscular de efecto retardado, es decir, las agujetas. Ya se sabe que aparecen cuando los músculos realizan un esfuerzo físico superior al que están acostumbrados. Es entonces cuando "se produce una especie de pequeños desgarramientos que son los que provocan, normalmente un día o dos después del ejercicio, rigidez muscular y dolor ante cualquier movimiento, por mínimo que sea".
La teoría es que la inmersión en agua fría o hielo, conocida como crioterapia, es capaz de reducir la inflamación del músculo y, por lo tanto, los efectos que conlleva. Para comprobarlo, los autores de este trabajo han analizado 17 estudios que cumplían con "unos criterios mínimos de calidad", con un total de 366 participantes. En algunos ensayos se les pedía que se dieran una ducha de agua fría después de hacer deporte (ciclismo, atletismo, etc.) y en otros sólo sumergían la parte del cuerpo implicada en el sobreesfuerzo físico. La mayoría pasó 24 minutos en el agua, que estaba a una temperatura que oscilaba entre los 10 y los 15 grados.
Los estudios que comparaban esta terapia con el descanso o ninguna intervención demostraban una significativa redución del dolor. Sin embargo, añaden los investigadores, "debemos ser prudentes en las conclusiones, sobre todo teniendo en cuenta que a los participantes no se les podía ocultar el tratamiento que recibían y sabían cuáles eran los posibles beneficios". Es decir, los resultados favorables pueden deberse a "un efecto placebo", advierte el principal autor de la revisión, Chris Bleakley, del departamento de Ciencias de Rehabilitación y Salud de la Universidad de Ulster (Irlanda del Norte).
Además, pocos trabajos observaban las ventajas de la crioterapia respecto a los baños de contraste, en agua templada (por encima de los 15 grados), masajes, estiramientos, vendajes de colores, etc. Dado que no hay suficiente evidencia, continúa Bleakley, no se puede descartar que pudiera haber "mejores resultados a la hora de reducir el dolor con otras terapias como la inmersión en agua caliente". Con los datos disponibles hasta el momento, "aún no podemos extraer conclusiones certeras sobre ninguna de las terapias".
Y lo más importante. Aparte de los "sesgos y la baja calidad de los estudios desarrollados" sobre la terapia de frío para el dolor muscular, hay que destacar que "ninguno incluye información sobre los efectos secundarios o daños que cualquiera de las estrategias pudiera producir".
-No recomendable para la población general
¿Significa esto que no se debería poner en práctica esta estrategia? Según los expertos del artículo, "tenemos que estar seguros de que no va a causar daños y para ello conviene realizar más estudios".
Por su parte, Alberto Capa, médico especialista en Rehabilitación del Hospital La Paz de Madrid, "puede que tenga algún efecto sobre un grupo determinado de atletas (deportistas de alto nivel), pero no se lo aconsejería a la población general. Podría entrañar riesgos para algunas personas con enfermedades reumatológicas, gente con insuficiencia arterial, problemas cardiacos, etc. Puede originar una subida de tensión que podría tener un efecto inesperado". Además, no se sabe cómo aplicarlo, "después de qué ejercicio es más recomendable, en qué dosis, con qué frecuencia, qué temperatura exacta...
-Realmente, lo mejor que se puede hacer es "mantener reposo".
Al fin y al cabo, las agujetas "son normales y naturales y en tres o cuatro días desaparecen", asegura el especialista español. Y añade: "El dolor muscular posterior a hacer ejercicio más intenso o fuera de lo común es la más leve de las consecuencias. Es un aviso de que algo hemos hecho mal o en exceso. El siguiente paso puede ser la rotura del músculo, que puede ser de muchos tipos y grados. De ahí que lo más razonable sea mantener reposo".
**Publicado en "EL MUNDO"
Como explican los autores de este trabajo, de Reino Unido, Nueva Zelanda y EEUU, se trata de una práctica muy utilizada para prevenir y tratar lo que se conoce como dolor muscular de efecto retardado, es decir, las agujetas. Ya se sabe que aparecen cuando los músculos realizan un esfuerzo físico superior al que están acostumbrados. Es entonces cuando "se produce una especie de pequeños desgarramientos que son los que provocan, normalmente un día o dos después del ejercicio, rigidez muscular y dolor ante cualquier movimiento, por mínimo que sea".
La teoría es que la inmersión en agua fría o hielo, conocida como crioterapia, es capaz de reducir la inflamación del músculo y, por lo tanto, los efectos que conlleva. Para comprobarlo, los autores de este trabajo han analizado 17 estudios que cumplían con "unos criterios mínimos de calidad", con un total de 366 participantes. En algunos ensayos se les pedía que se dieran una ducha de agua fría después de hacer deporte (ciclismo, atletismo, etc.) y en otros sólo sumergían la parte del cuerpo implicada en el sobreesfuerzo físico. La mayoría pasó 24 minutos en el agua, que estaba a una temperatura que oscilaba entre los 10 y los 15 grados.
Los estudios que comparaban esta terapia con el descanso o ninguna intervención demostraban una significativa redución del dolor. Sin embargo, añaden los investigadores, "debemos ser prudentes en las conclusiones, sobre todo teniendo en cuenta que a los participantes no se les podía ocultar el tratamiento que recibían y sabían cuáles eran los posibles beneficios". Es decir, los resultados favorables pueden deberse a "un efecto placebo", advierte el principal autor de la revisión, Chris Bleakley, del departamento de Ciencias de Rehabilitación y Salud de la Universidad de Ulster (Irlanda del Norte).
Además, pocos trabajos observaban las ventajas de la crioterapia respecto a los baños de contraste, en agua templada (por encima de los 15 grados), masajes, estiramientos, vendajes de colores, etc. Dado que no hay suficiente evidencia, continúa Bleakley, no se puede descartar que pudiera haber "mejores resultados a la hora de reducir el dolor con otras terapias como la inmersión en agua caliente". Con los datos disponibles hasta el momento, "aún no podemos extraer conclusiones certeras sobre ninguna de las terapias".
Y lo más importante. Aparte de los "sesgos y la baja calidad de los estudios desarrollados" sobre la terapia de frío para el dolor muscular, hay que destacar que "ninguno incluye información sobre los efectos secundarios o daños que cualquiera de las estrategias pudiera producir".
-No recomendable para la población general
¿Significa esto que no se debería poner en práctica esta estrategia? Según los expertos del artículo, "tenemos que estar seguros de que no va a causar daños y para ello conviene realizar más estudios".
Por su parte, Alberto Capa, médico especialista en Rehabilitación del Hospital La Paz de Madrid, "puede que tenga algún efecto sobre un grupo determinado de atletas (deportistas de alto nivel), pero no se lo aconsejería a la población general. Podría entrañar riesgos para algunas personas con enfermedades reumatológicas, gente con insuficiencia arterial, problemas cardiacos, etc. Puede originar una subida de tensión que podría tener un efecto inesperado". Además, no se sabe cómo aplicarlo, "después de qué ejercicio es más recomendable, en qué dosis, con qué frecuencia, qué temperatura exacta...
-Realmente, lo mejor que se puede hacer es "mantener reposo".
Al fin y al cabo, las agujetas "son normales y naturales y en tres o cuatro días desaparecen", asegura el especialista español. Y añade: "El dolor muscular posterior a hacer ejercicio más intenso o fuera de lo común es la más leve de las consecuencias. Es un aviso de que algo hemos hecho mal o en exceso. El siguiente paso puede ser la rotura del músculo, que puede ser de muchos tipos y grados. De ahí que lo más razonable sea mantener reposo".
**Publicado en "EL MUNDO"
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