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02 August 2011

El uso de las nuevas tecnologías altera la forma de recordar y aprender

Los psicólogos lo llaman ya el efecto Google: la alteración en el proceso de aprendizaje y en el desarrollo que se produce cuando una persona -niños, jóvenes o adultos- tiene a golpe de clic las nuevas tecnologías. Si ya hubo que hacer un esfuerzo hace 40 años para explicar que saber multiplicar seguía siendo útil aunque existieran calculadoras, la memoria es la siguiente capacidad que se arriesga al desuso. Porque, ¿para qué aprenderse las capitales del mundo cuando Internet las da actualizadas en milésimas de segundo?

Esta nueva manera de enfrentarse a los conocimientos no es ni siquiera consciente. Cuatro experimentos publicados en la revista Science el 15 de julio demuestran que las personas están utilizando ya Internet como una extensión de la propia memoria. En los ensayos se pidió a los voluntarios (estudiantes de las universidades estadounidenses de Harvard, Columbia y Wisconsin-Madison) que prestaran atención a una serie de informaciones típicas de revistas de curiosidades, como que el ojo de las ostras es mayor que su cerebro. Al escucharlas, tenían la opción de teclearlas para incluirlas en un fichero del ordenador. Y ahí estaba el truco. En los distintos experimentos había varias posibilidades: que los datos se guardaran, o que el voluntario recibiera la información de que iban a ser borrados. También había casos en que los datos iban a un archivo fácilmente accesible, o a otro más complicado de encontrar. Luego se les preguntaba qué recordaban.
El resultado es contundente: los que creían que iban a poder consultar fácilmente el ordenador no se habían tomado la molestia de aprenderse los datos, y los que pensaban que la información se había borrado se acordaban mejor. En medio estaban los que pensaban que podrían acceder al contenido de la prueba, pero de una manera más trabajosa.
No hace falta ser estudiante para haber experimentado este cambio en el uso de la memoria. Hace 20 años, las personas memorizaban muchos más números de teléfonos que ahora, por ejemplo. Con las nuevas tecnologías, como los aparatos programables y otros adminículos, esa capacidad se ha perdido. "Los estudiantes usan Internet como una memoria externa", afirma Betsy Sparrow, una de las autoras del trabajo. "¿Pero es eso malo? Yo creo que no", añade Roddy Roediger, de la Universidad de Washington en San Luis (Misuri).
Bueno o malo, el cambio es patente. O, mejor, habría que decir que el impacto de Internet en nuestra manera de aprender es bueno y, a la vez, malo. La psicóloga clínica Beatriz Azagra lo explica así: "Las nuevas tecnologías sirven para desarrollar actitudes y que los alumnos se interesen por otras cosas. La tecnología se las presenta de una manera más atractiva que el Larousse", afirma esta profesora del máster de Psicoterapia Psicoanalítica de la Universidad Complutense de Madrid. "Pero a veces eso va en detrimento del esfuerzo", añade.
Y es que "las nuevas tecnologías pueden ayudar a conseguir objetivos, y son un buen soporte en el proceso del aprendizaje", admite Azagra, pero "no se puede sustituir la relación con el profesor". "Está bien que se use la memoria para otras cosas, y eso está ahí, pero luego vemos a los niños perdidos porque no saben cuál es la capital que están visitando".
Centrándose en los niños -un campo que Azagra ha trabajo ampliamente- "es difícil controlar el acceso" a las nuevas tecnologías, pero "a veces hay tantos estímulos que el niño se pierde", dice. "Su presencia es inevitable, pero tiene que estar de acuerdo con lo que el niño pueda asimilar". Y, sobre todo, apunta que "no se debe perder el valor de la palabra". "A veces los niños -y los que no lo son tanto- están tan acostumbrados a encontrar todo en Internet que a la hora de expresar un conflicto no saben hacerlo", afirma la psicóloga clínica.
Haya o no cambios funcionales, lo que está claro es que con las nuevas tecnologías se ven afectados aspectos del aprendizaje y el comportamiento. Por ejemplo, la psicóloga clínica Esther Legorgeu indica cuatro aspectos en los que ella cree que se está produciendo un perjuicio. "El interés por los textos escritos y la capacidad de comprensión están empeorando", afirma. También cree que la "capacidad de imaginación está disminuyendo, porque las nuevas tecnologías lo dan todo hecho. Más que inventar, lo que ahora se hace es planificar la búsqueda de la información. Al leer en un papel hay que hacer un esfuerzo para relacionar lo escrito con lo que se sabe. Ahora esas relaciones están ya en la pantalla", dice.
Esta situación implica una segunda merma: el decrecimiento del esfuerzo mental. "En todo proceso de aprendizaje hay dos tipos de memoria, la de trabajo, que se usa para obtener datos con los que razonar y obtener conclusiones, y otra a largo plazo, donde almacenamos conceptos por si en un futuro nos son útiles", dice la psicóloga. "Todo esto se ve afectado por las nuevas tecnologías -es precisamente lo estudiado por el efecto Google-, y almacenamos menos. Es parecido a lo que pasó con el cálculo mental cuando llegaron las calculadoras".

-Un tercer aspecto que se ve perjudicado es "la atención a lo verbal". "Acostumbrados a una información tan rica como la puede dar Internet, los alumnos encuentran una exposición oral menos interesante, menos atractiva, porque es menos interactiva", afirma Legorgeu. Esto tiene un impacto claro en la enseñanza: "Los profesores lo tienen más difícil, porque niños y adolescentes están sobreestimulados".
Pero no todo es negativo. La psicóloga cree que las nuevas tecnologías fomentan "el autoaprendizaje". "Cuando alguien está motivado, le cuesta menos profundizar", indica. En este sentido, afirma que se "aprovecha de una información más global, porque hay mucha más, y eso es bueno". Por último, hay otro aspecto claro: "Hay un desarrollo de la memoria visual".
El impacto del uso de las nuevas tecnologías es tan grande que incluso hay quien se plantea que pudiera llegar a afectar al cerebro, que se ha demostrado que es un órgano con una gran plasticidad que acaba de formarse en la adolescencia (por eso los menores que beben, por ejemplo, tienen más problemas de pérdida de memoria inmediata cuando son adultos y beben, de no recordar cómo acabó la borrachera). Aunque hay dudas, porque una cosa es que, debido al uso de nuevos aparatos o posibilidades, el cerebro actúe de una manera nueva, y otra, muy distinta, que haya cambios morfológicos. Eso es lo que opina el psicobiólogo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Ricardo Pellón. "No creo que haya un cambio, y si lo hay, va a ser muy lento. Es muy pronto que se pueda hablar de conexiones neurológicas específicas", afirma Pellón.
"Lo que sí que hay es una modificación de los comportamientos, de las prácticas. En la UNED, donde damos las clases virtualmente, las nuevas tecnologías nos han venido muy bien, pero al final los contenidos son los mismos. Al final, la estructura no es tan diferente", dice Pellón.
Lo que está claro es que la incorporación masiva de estas nuevas tecnologías supone una mejora, aunque también un esfuerzo de adaptación. "Piense en el teléfono o las calculadoras. Seguro que supusieron un salto tremendo, como toda la tecnología reciente puede suponer un cambio de hábitos, pero no en el ser de la persona. No creo que las técnicas de imagen reflejen todavía una modificación, me sorprendería", concluye el psicobiólogo.
Sin embargo, el cerebro tiene que adaptarse a manejar nuevos aparatos. Al disponer de nuevos recursos, para bien o, según los más pesimistas, para mal, el ser humano, vago por naturaleza, puede abandonar habilidades (el caso del cálculo mental hace unos años con las calculadoras o el de la memoria y este nuevo efecto Google ahora). Y eso tiene un reflejo en el cerebro.
La psicóloga clínica especialista en infanto-juvenil Esther Legorgeu ilustra este hecho con un ejemplo: "Se han hecho estudios con taxistas en Londres y se ha visto que después de un tiempo desarrollan el hipocampo, que es la zona que está relacionada con la orientación y la planificación".
Como explica el jefe de Neuroimagen de la Fundación Centro de Investigación en Enfermedades Neurológicas (CIEN), Juan Álvarez-Linera, la clave de todo este asunto está en la plasticidad del cerebro. "Siempre se había pensado que era un órgano muy estático, aunque ya Ramón y Cajal opinaba lo contrario. Ahora, con las técnicas de resonancia magnética funcional y magnetoencefalografía se ha visto que, por el contrario, es un órgano terriblemente plástico", afirma el neurorradiólogo.
Por eso Legorgeu cree que "como todos los cambios influyen en el cerebro, las nuevas tecnologías también, igual que en el desarrollo cognitivo". "Que sea más o menos depende del uso, claro", matiza. Aunque, de momento al menos, "solo se pueden demostrar cambios cuando hay un uso intensivo".
"El cerebro es como un ordenador muy sofisticado, que puede estar cambiando continuamente el software", afirma Álvarez-Linera. A nivel funcional esto se traduce en que cambian las conexiones neuronales. Pero "también hay cambios estructurales, que afectarían al hardware, a medida que se utiliza de una manera o de otra". De hecho, "con las técnicas de imagen funcional vemos que el cerebro está continuamente cambiando sus conexiones", explica el médico. "De alguna manera, en un entrenamiento intensivo es como si se estuvieran produciendo continuamente actualizaciones del software".
Al combinar esta capacidad de adaptación del cerebro con las nuevas tecnologías -que suponen un uso diferente de las capacidades cerebrales a las que se empleaban hasta ahora- se ve que "el entrenamiento y los hábitos producen cambios en el cerebro, y al revés". "Es el eterno debate: la función crea el órgano y también el órgano condiciona la función, las dos cosas son ciertas", señala el neurorradiólogo, quien también es jefe de Neuroimagen del Ruber Internacional. "A pequeña escala, esto se está probando ya con muchas habilidades", añade.
Uno de los campos que más se han estudiado es el de qué pasa en el cerebro mientras se está entrenando con un videojuego. "Estas actividades implican diferentes habilidades, entre ellas la memoria, y se ha visto que después de un entrenamiento intensivo hay cambios funcionales y estructurales". Esto quiere decir que "para que haya cambios, el entrenamiento es fundamental", afirma.
No se trata de un ejercicio teórico. Porque el efecto de la diferente estimulación que recibe el cerebro por Internet y otras innovaciones "lo estamos pudiendo probar con las nuevas tecnologías de imagen avanzada", añade el neurorradiólogo.
Un caso claro del efecto del uso del cerebro demostrado en la clínica es la llamada reserva cognitiva. Esta capacidad se ha visto que es importante en pacientes con enfermedad de alzhéimer, indica Álvarez-Linera. "Las personas sometidas a un entrenamiento cerebral prolongado, como el trabajo intelectual, tardan más tiempo en desarrollar el deterioro propio de la enfermedad. De alguna manera, tienen como un colchón, la enfermedad tarda más tiempo en dar la cara, ya que tienen más recursos para compensar esos déficits".
Todo esto tiene un impacto en la vida cotidiana. "Desde que llegaron los móviles ya nadie se acuerda del número de teléfono de nadie", pone el médico como ejemplo. "Y esa falta de entrenamiento específico tiene su efecto en la memoria, aunque no tiene por qué ser necesariamente negativo, porque esa pérdida de la capacidad para recordar números se compensa con la memoria para saber dónde y cómo los tenemos que ir a buscar", indica.
En el caso de los niños o los adolescentes el impacto es, si cabe, aún mayor. "Un chico de 15 años maneja mucha más información hoy día que uno de su misma edad de hace 50. Y para ello tiene que desarrollar otro tipo de habilidades que también implican a la memoria, como es la gestión de la información (más que saberlo todo, saber como acceder de forma rápida y eficiente a los datos)", explica Álvarez-Linera.
Y esta situación enlaza con el llamado efecto Google y el impacto que puede tener sobre la memoria el uso de las nuevas tecnologías. "Obviamente hay cosas que ganar y otras que perder". Lo que hay que hacer entonces es tomar medidas para que los beneficios sean superiores a los perjuicios. Para ello, la primera recomendación del neurorradiólogo es "mantener en forma el cerebro, pero no con ejercicios pasivos o repetitivos. No es bueno dedicarse a tareas monótonas, lo mejor es tener una actividad cerebral variada", afirma.
Esto incluye trabajar otros tipos de memoria, como la de procedimientos y no olvidar el ejercicio físico, que sabemos que contribuye a mejorar las conexiones cerebrales. "Hay actividades, como el golf o la música, que funcionan bien, porque aparte del ejercicio físico hay que acordarse de las posturas, los movimientos".
Al final, Álvarez-Linera resume que, independientemente del uso de las tecnologías o no, lo que hay que hacer es "darle vidilla al cerebro".

**Publicado en "EL PAIS"

Some exercise is better than none; more is better to reduce heart disease risk

Even small amounts of physical activity will help reduce heart disease risk, and the benefit increases as the amount of activity increases, according to a quantitative review reported in Circulation, journal of the American Heart Association. People who engaged in 150 minutes of moderate-intensity leisure activity had a 14 percent lower risk of coronary heart disease (CHD) compared to those who reported no exercise or physical activity. At higher levels of activity, the relative risk of CHD was progressively lower. Researchers found that even people who got below the United States guidelines for physical activity, which recommends 2 hours and 30 minutes of moderate exercise per week, had a lower risk of CHD than those who had no activity.
"The overall findings of the study corroborate federal guidelines - even a little bit of exercise is good, but more is better – 150 minutes of exercise per week is beneficial, 300 minutes per week will give even more benefits," said Jacob Sattelmair, ScD, of the Department of Epidemiology at the Harvard School of Public Health.
Sattelmair said this work differs from previous reviews of studies examining physical activity and heart disease risk because it included quantitative assessments of the amount of physical activity a person may need to reduce their risk as well as the magnitude of benefit. In a meta-analysis, researchers examined more than 3,000 studies of physical activity and heart disease, and included 33 of them in their analysis. Among those, nine measured leisure activity quantitatively.
"Early studies broke people into groups such as active and sedentary. More recent studies have begun to assess the actual amount of physical activity people are getting and how that relates to their risk of heart disease."
The study also notes a significant interaction by gender, as these results were stronger in women than in men.

**Source: American Heart Association

Dormir nueve o más horas puede aumentar el riesgo cardiovascular

"Si pudiera, me pasaría 22 horas al día durmiendo y las dos restantes produciendo", decía un exagerado Luis Buñuel seguramente al comprobar cómo sus sueños surrealistas eran un excelente reclamo en el cine. Pero ni las 22 horas con las que soñaba el cineasta... ni siquiera nueve. Y es que dormir más de la cuenta aumenta el riesgo de sufrir un problema cardiovascular.
Así lo asegura un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad West Virginia tras analizar las encuestas de más de 30.000 pacientes estadounidenses escogidos aleatoriamente para ver qué relación tienen los hábitos de descanso con la salud cardiovascular. Y si ya se sabía que dormir cinco o menos horas no era bueno para el rendimiento y sí muy perjudicial para la salud, este estudio también demuestra que el no despegarnos de las sábanas es igualmente perjudicial.
"Mientras que dormir cinco horas o menos presenta un riesgo dos veces mayor de desarrollar problemas cardiovasculares en comparación con los que duermen las horas recomendadas -alrededor de las siete-, también se observa que dormir nueve o más horas hace que aumente en 1,57 veces este riesgo", explican los autores de este estudio.

-Hoy no me puedo levantar
Este estudio se añade a otros análisis aparecidos en revistas como 'Sleep' que vienen a demostrar que el factor 'sueño' puede ser tan determinante en el desarrollo de una futura enfermedad cardiovascular como lo son otros tan conocidos como la obesidad o la hipertensión.
"En realidad todo está relacionado", explica el doctor José Luis Zamorano, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y director del Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. "Cuando se duerme demasiado suele ser indicador de que existe ya una enfermedad. En el caso de los problemas cardiovasculares, suelen tener un efecto bidireccional, es decir, una enfermedad conocida es la apnea del sueño que puede producir hipertensión u obesidad, entre otros factores, que también son claves para desarrollar problemas cardiovasculares. Pero, además, muchas de las personas que sufren estas enfermedades pueden tener apnea del sueño. En definitiva, es un círculo vicioso", comenta.
Para el doctor Lorenzo Silva, cardiólogo de la Unidad Coronaria del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, lo más importante de descubrir que se duerme demasiado "es que funciona como un buen marcador de que hay algo que no funciona bien, por lo que se puede encontrar más población en riesgo", explica, aunque para la mayoría de los cardiólogos, y en cuanto al dormir se refiere, son las pocas horas de sueño su verdadera pesadilla.
"Dormir poco puede llevar a desarrollar cardiopatías, ya que esta práctica altera hormonas como el cortisol, que muchos especialistas llaman apropiadamente 'la hormona del estrés'. Ésta cambia los ritmos cardiacos generando glucemia, más lípidos y un aumento del síndrome metabólico", señala el doctor Zamorano. "Todo ello hace que una persona tenga un perfil claro cardiopático, desde enfermedades coronarias, pasando por las cerebrovasculares y, de no poner remedio, se puede hablar hasta de muerte", añade Silva.
Por ello, y recordando aquello de que 'en el término medio está la justa medida', los especialistas recomiendan entre siete a ocho horas para dormir: "Da igual que estemos en verano o no porque la calidad del descanso no es proporcional a que se duerma más o menos. Si verdaderamente no te puedes levantar de la cama, es que puede haber un problema serio", explican.

**Publicado en "EL MUNDO"

La depresión postparto podría asociarse a problemas con la lactancia



La depresión postparto suele ser frecuente en las mujeres que acaban de tener un hijo. Sin embargo, no están muy claras sus causas. Ahora, un estudio de Obstetrics & Gynecology sugiere que las madres primerizas con dificultades para dar el pecho tendrían un mayor riesgo de desarrollar depresión postparto que el resto.
Sin embargo, advierten los autores del trabajo, ello no implica que el hecho de que haya problemas con la lactancia lactancia materna cause los síntomas de depresión. Pero los investigadores sugieren que las mujeres y los médicos deberían saber que ambos pueden ir unidos. Ahora bien, dice la autora del trabajo, Stephanie Watkins, desconocemos si la dificultad para dar el pecho es responsable de la depresión.
La depresión postparto leve, que se manifiesta con síntomas como ansiedad, tristeza o irritabilidad los días posteriores al parto, es muy común. En cambio, la verdadera depresión postparto no es tan frecuente y afecta al 10% de las nuevas madres, con síntomas como tristeza profunda, ansiedad o desaliento que no mejoran a la semana del parto e interfieren con las actividades cotidianas.






-Dolor mamario



La investigación, realizada por un equipo de la Universidad de Carolina, en Chapell Hill (EE.UU.), ha visto que de casi 2.600 madres que nunca habían amamantado, menos del 8% tuvieron un resultado positivo en un test de depresión mayor a los 2 meses del parto. Y ese riesgo fue mayor en las mujeres con dolor mamario grave o que en general «les disgustaba» la lactancia en las primeras semanas de vida del bebé.
El estudio ha analizado a 2.586 mujeres que habían participado en un estudio sobre prácticas de lactancia. Todas habían amamantado a sus bebés y respondieron cuestionarios sobre la experiencia en las primeras semanas. Cuando los bebés tenían 2 meses de edad, les realizaron controles para determinar si tenían depresión.En general, las mujeres con depresión eran más propensas a haber sentido dolor grave en las primeras semanas de la lactancia. El 35% afirmó que había sentido dolor en la primera semana, comparado con el 22% del grupo sin depresión.






-Primera semana



Tras considerar otros factores (edad, educación y etnia), el dolor de mama se relacionaba con la posibilidad de desarrollar depresión postparto. De hecho, los datos mostraban que aquellas mujeres a las que no les gustaba la lactancia en la primera semana de vida del bebé eran un 42% más propensas a sufrir depresión postparto que el grupo al que le gustó la experiencia.
No obstante, el trabajo presentan alguna limitaciones metodológicas, como es el hecho de que no había información sobre si las mujeres habían tenido depresión durante el embarazo y tampoco se han analizado factores hormonales que pueden haber influido en la relación entre los problemas de la lactancia y la depresión.
Ahora bien, las expertas subrayan que los problemas para iniciar la lactancia podrían actuar como una señal de alarma de la depresión postparto en algunas mujeres y que esto es algo que deberían considerar los profesionales sanitarios. Pero advierten que estos no significa que las mujeres a las que no les gusta dar el pecho estén destinadas a tener depresión.






**publicado en "ABC SALUD"

EEUU: Un tribunal avala el monopolio de una empresa farmacéutica sobre dos genes del cáncer de mama

Puede un gen humano ser patrimonio de alguien? ¿Es patentable algo que forma parte de la naturaleza? Estados Unidos y Europa lo permiten, pero con condiciones. La clave está en discernir si se trata de un descubrimiento o un invento. Es decir, el hallazgo de un gen, como el de una nueva galaxia, no se puede «premiar» con una patente. Pero si ese nuevo gen se aísla en un laboratorio para tratar o diagnosticar una enfermedad, entonces entra en la categoría de producto químico que sí se puede registrar. Estos argumentos no convencen a todos y se alerta de que puede entorpecer la investigación y encarecer la medicina personalizada.
El debate no es nuevo y se enreda con cada dictamen judicial. El último llega del Tribunal de Apelación del Circuito Federal de Estados Unidos, a quien había recurrido la farmacéutica Myriad Genetics. La Unión Americana por las Libertades Civiles junto con varias asociaciones médicas y de pacientes habían demandado al laboratorio por patentar los genes BRCA1 y BRCA2. Estos dos genes están relacionados con el mayor riesgo de padecer cáncer de mama y ovario. Su utilización en medicina preventiva es clave para predecir el riesgo de una mujer a desarrollar estos dos tumores.
Hace un año un tribunal de Nueva York invalidó las patentes de Myriad Genetics con el argumento de que los genes eran «producto de la naturaleza» y no eran patentables. Esa sentencia iba en contra de toda la jurisprudencia europea y americana y ponía patas arriba a las empresas de biotecnología. Las asociaciones civiles obtuvieron una victoria que les ha durado poco. La empresa recurrió y ahora el tribunal de apelación determina que el ADN aislado sí reúne los requisitos para ser patentado.
Para tomar esta decisión se han fijado en la estructura química del ADN aislado, ya que es diferente a la estructura del ADN que se puede encontrar en el cuerpo humano.
«La petición se refiere a moléculas que son distintivamente diferentes de las moléculas que existen en la naturaleza», afirmó el juez Alan D. Lourie en la sentencia. Esta opinión no fue compartida por todos los miembros del tribunal, compuesto por tres jueces. La opinión disidente la expresó el juez William C. Bryson al explicar que los genes no deberían patentarse porque nadie «inventa» genes.
En un comunicado publicado por Myriad Genetics el pasado viernes Peter Meldrum, presidente y director ejecutivo de la compañía, expresó su apoyo al tribunal. «Creemos que esta decisión beneficia los intereses de la agricultura, la biotecnología y la industria farmacéutica, así como a millones de personas cuyas vidas mejoran por los productos que estas industrias desarrollan», añadió.
A pesar de ello, la sentencia no le es del todo favorable a la compañía, ya que el Tribunal mantiene que el análisis de secuencias genéticas en busca de alteraciones no es algo patentable, como quería la empresa.

-Diagnósticos más baratos
La entelequia que ha permitido justificar estas patentes suscita las críticas de aquellos que creen que no es ético patentar lo que se puede encontrar en la naturaleza y de quienes opinan que si estos genes no se patentasen los exámenes médicos se abaratarían. La empresa Myriad Genetics, cobra más de 2.000 euros por el test para evaluar el riesgo de cáncer.
La pugna no ha concluido, ya que los demandantes pueden recurrir ahora al Tribunal Supremo. Las decisiones del Tribunal de Apelación solo pueden ser recurridas ante esta instancia. Esto solo prosperaría si el Supremo decidiera revisar el caso.
La sentencia es importante, a juicio de Carlos Romeo Casabona, director de la cátedra de Derecho y Genoma Humano porque vuelve a la situación inicial. «No cambia lo establecido por Europa». Desde la Sociedad Internacional de Bioética, su presidente Marcelo Palacios, defiende el genoma como patrimonio de la humanidad «y como tal no es patentable». No se objeta la fórmula elegida por Europa, la que permite registrar genes aislados fuera del organismo cuando va dirigida a diagnosticar o tratar una enfermedad. Aunque teme las patentes generalizadas. «Deben quedar claras las fronteras», reclama.
El catedrático de la Universidad Complutense y miembro del comité de bioética, César Nombela, considera que «no debería aceptarse la patente de un gen mutado para propósitos diagnósticos». Las patentes son importantes, «pero deben tener un mayor contenido inventivo que la simple descripción de un producto de la naturaleza».
La información genética que se está cosechando con las nuevas técnicas de secuenciación es abrumadora, advierte Carlos López-Otín, director de uno de los equipos españoles involucrados en el proyecto internacional Genoma del Cáncer. En este proyecto, todos los investigadores han renunciado a patentar cualquier hallazgo. La atención ya no se dirige a los genes porque su descripción no es tan innovadora para solicitar patentes. «El interés está en sus mutaciones o en sus interacciones con otros genes, y sobre todo en cómo estos cambios causan enfermedades. La situación respecto a las patentes anteriores a esta época genómica actual está en plena discusión y no será fácil tener una solución óptima para todos».

**Publicado en "ABC"

Crean un "cerebro artificial" a partir de ADN humano



Desde hace décadas que los científicos buscan crear una Inteligencia Artificial (IA) comparable a la humana. En general, la mayor parte de los intentos provienen del ámbito de la informática, implementando algoritmos y ordenadores que puedan reproducir en mayor o menor medida el comportamiento del cerebro humano. Pero un grupo de expertos del Instituto de Tecnología de California ha encarado del problema mediante la bioquímica, utilizando como “ladrillo básico” para su cerebro artificial moléculas de ADN. El prototipo, una red compuesta por el equivalente a cuatro neuronas, fue capaz de reconocer patrones de sucesos, formar recuerdos, tomar decisiones y realizar diferentes acciones. Te contamos los detalles de este increíble experimento.
Científicos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) pusieron a punto un “cerebro artificial” capaz de recuperar recuerdos a partir de patrones parciales, de una manera similar a como lo hace el cerebro humano. Si bien se han hecho -y se siguen haciendo- experimentos similares casi todos los meses, lo que convierte el trabajo de los expertos del Caltech en algo especial es que su Inteligencia Artificial (IA) no es un programa corriendo en un superordenador. En efecto, se trata de una red neuronal pequeña (compuesta por el equivalente de cuatro neuronas) connstruida a partir de moléculas de ADN. El nuevo “cerebro” se encuentra dentro de un tubo de ensayo, y se comunica con el mundo mediante señales químicas y marcadores fluorescentes
Para construir la red neuronal bioquímica, los científicos se basaron en un modelo de neurona sencillo denominado “función de umbral lineal”. Básicamente, el modelo predice que cuando la neurona recibe determinadas señales químicas en sus entradas, espera a que traspasen un umbral para “activarse” y producir determinadas señales en sus salidas. Los expertos de Caltech son especialistas en ciencias computacionales y bioingeniería, y para probar las habilidades de su IA la sometieron a un “juego de adivinación”. Los sorprendentes resultados obtenidos con tan solo cuatro neuronas permite suponer que si se elevase su número lo suficiente, podría ser tan “inteligente” como nosotros.
La pequeña red neuronal fue capaz de “recuperar recuerdos” a partir de patrones incompletos, de la misma forma que lo hace nuestro cerebro. Lulu Qian, investigadora del Caltech y principal autora del artículo que su equipo publicó en la revista Nature, dice que “este cerebro es increíble, capaz de reconocer patrones de sucesos, formar recuerdos, tomar decisiones y realizar acciones diferentes”. Al comienzo de su trabajo, los investigadores se preguntaron si un grupo de moléculas en interacción podría llegar a exhibir un comportamiento “ordenado e inteligente”, similar al de un cerebro. Según Qian, y luego de haber culminado el experimento, la respuesta es un rotundo “sí”. Cada una de las “neuronas” era un grupo de 112 hebras distintas de ADN, y la “red” estaba contenida en un tubo de ensayo.






-¿Reconoces a Ramón y Cajal?
Para probar sus habilidades se la sometió a un juego que consistía en identificar a un científico determinado. Las respuestas posibles eran “Rosalind Franklin”, “Claude Shannon”, “Santiago Ramón y Cajal” y “Alan Turing”, y el cerebro recibía datos del tipo “Nació en el Siglo XX” o “Era británico”. Una vez que se introdujeron los datos necesarios en la red, el equipo de científicos elegía un nombre al azar, y proporcionaba a la IA un conjunto incompleto de datos sobre él. Sorprendentemente, a partir de los datos proporcionados, la red neuronal artificial fue capaz de “adivinar” en cuál de los cuatro científicos habían pensado los investigadores utilizando 27 formas distintas de respuesta a las cuestiones. No falló siquiera una vez.
Las “preguntas” se introducían en el tubo mediante hebras de ADN y la red proporcionaba sus respuestas a través de señales fluorescentes. Seguimos estando lejos de conseguir una Inteligencia Artificial capaz de competir con la inteligencia natural, pero experimentos como este nos permiten especular con que dentro de no mucho tiempo lograremos una “entidad artificial” capaz de razonar lo suficientemente bien como para ser útil.



**Publicado en "NEOTEO"

01 August 2011

Libro "Remedios Naturales con Sales de Schussler", de Günther H. Heepen



Si quieres mejorar tu salud, aumentar tu bienestar, conocer los puntos débiles de tu cuerpo y la manera de prevenirlos, la terapia con Sales de Schüssler es lo que necesitas.

A través de esta pequeña guía podrás adquirir los conocimientos esenciales sobre la estructura del cuerpo humano, los diferentes tipos de constitución física y las diversas terapias bioquímicas adaptadas a la naturaleza de cada uno.

Este libro te ayudará a reconocer tu constitución a través de los signos faciales, características corporales y estado anímico. Cada aplicación viene descrita de manera sencilla y clara. La sencillez de los gráficos y cuadros permite encontrar fácilmente el remedio adecuado.

Libro a la venta (Edita: Integral (Grupo RBA). Primera edición: Septiembre 2007. ISBN: 9788479019310.




125 páginas.




PVP recom 17€) en la tienda on-line de Laboratorios DHU




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**Nota de DHU IBERICA

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