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07 October 2025

La Fundación IOR lanza un programa pionero de ejercicio físico para pacientes con cáncer ginecológico en tratamiento activo

                                    



La Fundación IOR (FIOR) pone en marcha a partir de octubre un programa pionero de ejercicio físico dirigido a pacientes con cáncer ginecológico - ovario, cérvix, endometrio y mama- que estén recibiendo tratamiento activo de quimioterapia o inmunoterapia. La iniciativa se desarrollará en el auditorio del Hospital Universitari Dexeus, en Barcelona, con el apoyo de GSK. El objetivo es enseñar a las pacientes distintos ejercicios de fuerza con la finalidad de mejorar la tolerancia a los tratamientos, reducir los efectos secundarios y promover hábitos de vida saludable durante y después del proceso oncológico. El programa ha arrancado el 3 de octubre y comienza con un grupo de 10 pacientes. 


Durante 2025 y 2026 se llevarán a cabo nuevas ediciones con otros grupos de pacientes, con la intención de darle continuidad y hacerlo crecer en los próximos años. El programa es gratuito para las participantes y representa una apuesta por una atención oncológica integral, que combina el tratamiento oncológico con herramientas, como el ejercicio físico, respaldado por la evidencia científica. “Queremos ofrecer a nuestras pacientes nuevas herramientas que mejoren su calidad de vida durante y después del tratamiento, contribuyendo a reducir síntomas como la astenia, la ansiedad o el insomnio, ya que se ha demostrado que el ejercicio físico regular mejora la tolerancia a los tratamientos, disminuye los efectos secundarios y aumenta la supervivencia en la mayoría de tumores”, explica la doctora Montse Velasco, oncóloga del IOR. 

 El diseño del programa de FIOR se basa en la evidencia científica internacional, que señala que la actividad física en pacientes oncológicos disminuye la toxicidad de los tratamientos más intensivos, como la quimioterapia, y ayuda a mejorar parámetros de salud a largo plazo, como por ejemplo la densidad ósea en mujeres que sufren menopausia precoz inducida por los tratamientos oncológicos. El ejercicio de fuerza y resistencia y aeróbico (caminar, nadar, ir en bicicleta) puede reducir hasta en un 30 % el riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo los de mama, colon, vejiga, endometrio, esófago y estómago; se asocia a una reducción de casi el 20 % en la mortalidad específica por cáncer. Los estudios más sólidos sobre supervivencia se centran en cáncer de mama y colorrectal, al ser estos los tumores más prevalentes, mostrando beneficios claros en la reducción de la mortalidad, según el Documento de posicionamiento sobre el ejercicio físico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). 

Las guías americanas y europeas y la propia SEOM instan a los profesionales, infraestructuras y organizaciones a implementar programas de entrenamiento físico, así como de nutrición, adecuados para pacientes con cáncer. Plan de trabajo personalizado En el programa de FIOR, cada paciente recibirá un plan de trabajo personalizado -en función de su condición física, posibles comorbilidades y tratamiento-. Un oncólogo del IOR, del Grupo Pangaea Oncology, conjuntamente con el entrenador personal, evalúa la condición física del paciente para identificar limitaciones que puedan influir en la elección de la serie de ejercicios. A continuación, el entrenador personal definirá el plan de trabajo, que incluye ejercicios de fuerza y resistencia con material sencillo, de modo que las participantes puedan continuar la práctica en casa. Además, se entregarán guías y rutinas en formato digital para fomentar la adherencia al programa. 

La práctica del ejercicio físico es segura antes, durante y tras el tratamiento oncológico. “Cada vez curamos a más pacientes y queremos que tengan una buena calidad de vida al finalizar el tratamiento. El cáncer es un paréntesis en las vidas de muchas mujeres, madres y jóvenes que luego vuelven a trabajar, a su vida familiar y que deben recuperar una rutina de vida normal, dentro de la cual debe figurar el ejercicio físico”, explica la Dra. Velasco. Perspectiva de futuro La FIOR aspira a consolidar este modelo y ampliarlo progresivamente, convirtiéndose en un centro de referencia en oncología integrativa. “Este programa es un primer paso. Nuestro objetivo es que el ejercicio físico forme parte del abordaje multidisciplinar del cáncer y que, en un futuro, pueda extenderse más allá del hospital, incluso a centros de salud y gimnasios, para que las pacientes lo integren como un hábito de vida”, añade la Dra. Velasco. 

 Por su parte, la compañía biofarmacéutica GSK, que respalda esta iniciativa, destaca que “cuando una mujer recibe la noticia de un cáncer ginecológico, comienza una etapa difícil, llena de incertidumbre y preguntas. En ese momento, la palabra Esperanza adquiere un significado profundo: es actitud, fortaleza e impulso para seguir adelante. Por ello, en GSK acompañamos a las pacientes en todo este camino, desde la prevención hasta la supervivencia, brindando apoyo también a sus familias y entorno”, explica Leticia de Luján, directora médica de Oncología de GSK.  

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