El aumento de las temperaturas durante los meses de verano lleva asociado el uso cada vez más extendido de los sistemas de climatización, en especial de las unidades de aire acondicionado, tanto en los hogares como en los edificios públicos, oficinas y automóviles. Si los componentes de los sistemas de aire acondicionado no cumplen unos requisitos mínimos de control e higiene, el ambiente húmedo y oscuro en el interior de estos sistemas se convierte en el entorno ideal para el crecimiento y propagación de hongos, bacterias y virus.
Hoy en día, los consumidores cada vez son más conscientes de los problemas de salud que conlleva un mal uso del aire acondicionado, lo que ha creado la necesidad de mejorar las condiciones higiénicas de los sistemas de ventilación y aire acondicionado.
Los organismos patógenos que crecen en los sistemas de climatización se propagan a través de conductos de aire en el interior de los edificios, empeorando la calidad del aire y causando con frecuencia graves enfermedades, como la legionelosis, la aspergilosis o la denominada fiebre del humidificador, y síntomas menos graves como dolores de cabeza, mareos, alergias, resfriados persistentes e irritaciones de piel y ojos clasificados como síndrome del edificio enfermo.
Pruebas en laboratorio han demostrado que el uso de superficies de cobre en los sistemas de climatización inhibe el crecimiento de microbios, lo que conduce a una mayor eficiencia energética y a la reducción de los malos olores que se asocian a menudo con las unidades de aire acondicionado tradicionales. Después de 24 horas de exposición a superficies de cobre, se observó una total extinción de varias especies comunes de moho, mientras que las superficies de aluminio no tuvieron ningún efecto en ninguno de estos hongos. De hecho, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU ha registrado recientemente al cobre como material que protege las superficies de los equipos de climatización frente a bacterias, moho y hongos.
Investigación en EEUU confirma la eficacia antimicrobiana del cobre
Ante los resultados obtenidos de las pruebas realizadas en laboratorio, el Departamento de Defensa de EEUU ha financiado una investigación, que se está llevando a cabo en los barracones militares de Fort Jackson en Carolina del Sur, para comparar el crecimiento de los microorganismos en unidades de aire acondicionado con intercambiadores de calor de cobre frente a otras unidades con intercambiadores de calor de aluminio. El resultado de las comparaciones realizadas demuestra que las unidades de aire acondicionado hechas con cobre evitan el crecimiento de bacterias, moho y hongos que causan olores y reducen la eficiencia energética del sistema.
Estas pruebas en condiciones reales de uso indican que reemplazar componentes habituales de los sistemas de aire acondicionado por otros de cobre puede ayudar a reducir la contaminación biológica que afecta a la calidad del aire.
Una combinación de propiedades únicas para los sistemas de climatización
Además de su eficacia antimicrobiana, el cobre presenta una serie de ventajas que lo convierten en un material esencial para una instalación de aire acondicionado. Frente a otros materiales como el aluminio, los tubos de cobre ofrecen una mayor conductividad térmica, un menor calor específico (se calientan y se enfrían más fácilmente) y un mantenimiento a largo plazo más sencillo gracias a su durabilidad y su resistencia a la corrosión.
Se trata de un material natural que es totalmente amigable con el medio ambiente ya que presenta un ciclo de vida energético muy favorable, es 100% reciclable sin perder ninguna de sus propiedades que lo hacen único y el coste energético cuando se produce cobre a partir de chatarra excepcionalmente bajo.
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02 August 2011
EQUILIBRIO, palabra clave del verano para no coger unos kilos de más
“No hay alimentos prohibidos o inadecuados, sino la ingesta incorrecta en frecuencia y cantidad de algunos de ellos lo que genera el problema del sobrepeso”, asegura el doctor Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). La palabra “equilibrio” según este experto debe estar presente siempre que se hable de una alimentación saludable. “No hay problema si uno se excede en la ingesta de verduras, pero sí si lo hace de forma continuada en la de alimentos con alta densidad energética, como dulces, helados, bebidas hipercalóricas, embutidos o alimentos ricos en grasas animales”, asegura. “Los alimentos ricos en fibra, las hortalizas, verduras, frutas, pescados o carnes blancas son más aconsejables, especialmente si se estos se cocinan de manera que no se añada más contenido calórico: a la plancha o al vapor, por poner algunos ejemplos”.
Cómo norma general la época estival tiende a ser un momento del año, junto con la Navidad, en la que los buenos hábitos nutricionales tienden a relajarse. “En los meses previos al verano se observa mayor sensibilidad para adoptar medidas preventivas o terapéuticas encaminadas a tratar el exceso de peso”, explica el doctor Salvador. Sin embargo, una vez inmersos en las vacaciones, esta actitud queda aparcada, cuando según el experto, “sería óptimo aprovechar los meses de verano para iniciar un cambio en los hábitos nutricionales y de estilo de vida que permita retomar un camino de salud para el resto del año”.
En la actualidad, la obesidad afecta a 150 millones de adultos, lo que supone un 20% de la población adulta. En España, se estima que más de la mitad de la población adulta tiene problemas de sobrepeso y que el 30-35% tiene obesidad abdominal. En cuanto a la obesidad mórbida, se estima que se da en el 2-3 % de la población, pero si consideramos a todas las personas con obesidad grave que presentan IMC > 35, las tasas son de entre el 7-10 %, con una mayor representatividad en la zona sur (Extremadura, Andalucía, Albacete, Murcia), Galicia y Canarias.
-Atención con los más pequeños de la casa
El 10% de la población infantil Europea es obesa, es decir, 15 millones de niños. Existen algunas publicaciones llevadas a cabo sobre población en edad escolar que sugieren que en el período estival se pueden producir mayores aumentos de peso y masa grasa respecto al período académico. En el verano, coincidiendo con las vacaciones, algunos niños y adolescentes ingieren mayor cantidad de calorías a expensas de alimentos de alta densidad energética como la “comida basura”, dulces o bebidas gaseosas. “Esta actitud provoca que se adquiera un esquema de alimentación desordenado basado en la ingesta de múltiples tomas y a horas muy distintas, incluyendo horas nocturnas que pueden llegar a alterar los patrones del sueño, lo que no siempre va acompañado de un incremento en la actividad física”, alerta este experto. Sin embargo, hay excepciones y muchos niños y adolescentes consiguen mejorar su composición y su peso corporal en el periodo vacacional ya que “se les permite realizar más actividad física y realizar una alimentación más ligera, rica en verduras y frutas y no tanto en alimentos con alto contenido en grasas”.
“En como se alimenten sus hijos tienen un papel fundamental los padres”, afirma el doctor Salvador. “En el período estival la convivencia familiar puede hacerse más frecuente y, por tanto, el impacto de la educación nutricional en ese ámbito sigue siendo extremadamente importante- y añade- muchos niños imitan lo que han visto y vivido en su familia, por lo que su salud nutricional se ve influida de forma prioritaria por el ambiente doméstico”.
-Eliminar esos kilos de más pasado el verano
Los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida y aquellos ricos en grasas, especialmente de origen animal, son los que más promueven el aumento de peso y grasa corporal, por lo que es necesario prescindir de este tipo de alimentos en su justa medida, lo que no quiere decir eliminarnos por completo de la dieta. “Plantearse llevar a cabo una dieta drástica es poco inteligente porque atenta contra la salud y no necesariamente mejora la situación de sobrepeso y obesidad. Hay que huir de la realización de dietas excesivamente hipocalóricas y carentes en uno o varios grupos de alimentos que puede hacer que uno pierda peso precisamente del compartimento que ha de mantenerse como la masa muscular, ósea o del agua del organismo”, asegura el doctor.
Especialmente sensibles a este tipo de dietas son aquellas personas con patologías asociadas como diabetes, hipertensión, trastornos hepáticos, renales o hiperuricemia, entre otros, ya que una alimentación inadecuada “puede tener repercusiones muy serias”. Es por este motivo, explica el doctor Salvador, por el cual “si existen dudas sobre el tipo de alimentación que uno debe hacer, y especialmente si existe algún tipo de enfermedad asociada, es conveniente consultar a los profesionales sanitarios especialistas en este terreno para obtener una información rigurosa y un consejo eficaz y seguro para su salud”.
En este sentido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se prevé que para el 2015 un total de 41 millones de personas fallecerán en el mundo de enfermedades crónicas a consecuencia de una alimentación inadecuada, consumo de tabaco y falta de actividad física. Se prevé, asimismo, que la obesidad será la primera causa de mortalidad y morbilidad en este siglo.
Cómo norma general la época estival tiende a ser un momento del año, junto con la Navidad, en la que los buenos hábitos nutricionales tienden a relajarse. “En los meses previos al verano se observa mayor sensibilidad para adoptar medidas preventivas o terapéuticas encaminadas a tratar el exceso de peso”, explica el doctor Salvador. Sin embargo, una vez inmersos en las vacaciones, esta actitud queda aparcada, cuando según el experto, “sería óptimo aprovechar los meses de verano para iniciar un cambio en los hábitos nutricionales y de estilo de vida que permita retomar un camino de salud para el resto del año”.
En la actualidad, la obesidad afecta a 150 millones de adultos, lo que supone un 20% de la población adulta. En España, se estima que más de la mitad de la población adulta tiene problemas de sobrepeso y que el 30-35% tiene obesidad abdominal. En cuanto a la obesidad mórbida, se estima que se da en el 2-3 % de la población, pero si consideramos a todas las personas con obesidad grave que presentan IMC > 35, las tasas son de entre el 7-10 %, con una mayor representatividad en la zona sur (Extremadura, Andalucía, Albacete, Murcia), Galicia y Canarias.
-Atención con los más pequeños de la casa
El 10% de la población infantil Europea es obesa, es decir, 15 millones de niños. Existen algunas publicaciones llevadas a cabo sobre población en edad escolar que sugieren que en el período estival se pueden producir mayores aumentos de peso y masa grasa respecto al período académico. En el verano, coincidiendo con las vacaciones, algunos niños y adolescentes ingieren mayor cantidad de calorías a expensas de alimentos de alta densidad energética como la “comida basura”, dulces o bebidas gaseosas. “Esta actitud provoca que se adquiera un esquema de alimentación desordenado basado en la ingesta de múltiples tomas y a horas muy distintas, incluyendo horas nocturnas que pueden llegar a alterar los patrones del sueño, lo que no siempre va acompañado de un incremento en la actividad física”, alerta este experto. Sin embargo, hay excepciones y muchos niños y adolescentes consiguen mejorar su composición y su peso corporal en el periodo vacacional ya que “se les permite realizar más actividad física y realizar una alimentación más ligera, rica en verduras y frutas y no tanto en alimentos con alto contenido en grasas”.
“En como se alimenten sus hijos tienen un papel fundamental los padres”, afirma el doctor Salvador. “En el período estival la convivencia familiar puede hacerse más frecuente y, por tanto, el impacto de la educación nutricional en ese ámbito sigue siendo extremadamente importante- y añade- muchos niños imitan lo que han visto y vivido en su familia, por lo que su salud nutricional se ve influida de forma prioritaria por el ambiente doméstico”.
-Eliminar esos kilos de más pasado el verano
Los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida y aquellos ricos en grasas, especialmente de origen animal, son los que más promueven el aumento de peso y grasa corporal, por lo que es necesario prescindir de este tipo de alimentos en su justa medida, lo que no quiere decir eliminarnos por completo de la dieta. “Plantearse llevar a cabo una dieta drástica es poco inteligente porque atenta contra la salud y no necesariamente mejora la situación de sobrepeso y obesidad. Hay que huir de la realización de dietas excesivamente hipocalóricas y carentes en uno o varios grupos de alimentos que puede hacer que uno pierda peso precisamente del compartimento que ha de mantenerse como la masa muscular, ósea o del agua del organismo”, asegura el doctor.
Especialmente sensibles a este tipo de dietas son aquellas personas con patologías asociadas como diabetes, hipertensión, trastornos hepáticos, renales o hiperuricemia, entre otros, ya que una alimentación inadecuada “puede tener repercusiones muy serias”. Es por este motivo, explica el doctor Salvador, por el cual “si existen dudas sobre el tipo de alimentación que uno debe hacer, y especialmente si existe algún tipo de enfermedad asociada, es conveniente consultar a los profesionales sanitarios especialistas en este terreno para obtener una información rigurosa y un consejo eficaz y seguro para su salud”.
En este sentido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se prevé que para el 2015 un total de 41 millones de personas fallecerán en el mundo de enfermedades crónicas a consecuencia de una alimentación inadecuada, consumo de tabaco y falta de actividad física. Se prevé, asimismo, que la obesidad será la primera causa de mortalidad y morbilidad en este siglo.
2.583 MÉDICOS DE FAMILIA ESPAÑOLES AUTOEVALÚAN SU ESTADO DE SALUD
2.583 médicos de Atención Primaria españoles han participado en el estudio CHABS (*1) que describe la salud cardiovascular autopercibida por estos profesionales y valora los factores sociosanitarios que les influyen. Los datos de la encuesta se presentaron en el último Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), celebrado en junio en Zaragoza.
Para el doctor José Ramón Banegas, coordinador del estudio y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, “conocer la salud de los médicos de AP y, en concreto, su perfil de riesgo cardiovascular es un hecho relevante debido a la falta de información previa en nuestro país. Adicionalmente, la salud cardiovascular de los médicos puede tener un impacto directo en la de sus pacientes, a través de distintas interacciones, puede influir por ejemplo en la intensidad y frecuencia con que se aplican las intervenciones preventivas en la práctica diaria. Como se pone de relieve en este estudio, a menudo nos vemos afectados por condiciones laborales y profesionales que pueden llevar a la frustración, agotamiento emocional y físico, distanciamiento de nuestra labor como médicos, e incluso pérdida de autoestima”.
La encuesta CHABS -Evaluación de la salud cardiovascular, entorno socio-sanitario y conductas preventivas de los médicos de AP de los centros de salud del SNS-, se ha realizado en una muestra de 2.583 médicos de AP de toda España, con una media de edad de 45 años. Cerca del 80% tenían más de 10 años de ejercicio profesional y el 53 % eran mujeres.
La presencia de factores de riesgo cardiovascular (RCV) es relativamente baja si se compara con la de la población general. La mayoría no presentaba ningún factor de RCV o sólo uno, siendo el más común el tener antecedentes familiares. Un 34.7% tenía sobrepeso y un 8.4% obesidad, cifras menores a la prevalencia de la población general. El 42.3% declaró no tener ningún hábito no saludable. El descanso insuficiente (23.8%) y el sedentarismo (22.6%) fueron los hábitos no saludables que más se registraron.
“En general”, apunta el doctor José Mª Lobos, coordinador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de semFYC “existe una percepción por parte de los médicos de llevar un estilo de vida más o menos saludable, en lo que influye mucho la personalidad, los propios conocimientos médicos, el nivel cultural y la formación. En menor medida también influye ver cada día pacientes en situaciones de riesgo”.
-Tabaquismo
Un 13.3 % de los médicos estudiados refirió ser fumador activo. Aunque esta cifra es claramente inferior a la población general comparable en España (35%), y también a la del propio colectivo médico 15 años atrás (más del doble que ahora), el dato obtenido es significativamente más alto que el de los médicos de otros países de nuestro entorno, lo que sugiere que hay aún camino por recorrer. Este hábito está más arraigado en médicos de más de 50 años. Por el contrario, las mujeres y sobre todo los jóvenes (menores de 41 años) son los que menos fuman o no han fumado nunca. La intensidad entre los que fuman es alta, ya que se registra una media de 12.7 cigarrillos/día y llevan un promedio de 28.3 años fumando. Por otra parte, es llamativo que solo un 46 % ha intentado dejarlo, y un 58% refiere que le resulta difícil o muy difícil abandonar este hábito.
-Autodiagnóstico y recomendaciones a los pacientes
En general, los médicos declararon no acudir a un colega cuando se encuentran enfermos, sobre todo en el caso de los más jóvenes. Los mayores de 50 años, por el contrario, consultan a un compañero con mayor frecuencia. El 56 % se auto diagnostica y se auto prescribe un tratamiento siempre o casi siempre.
La mayoría de los médicos de AP se considera coherente con lo que recomienda a sus pacientes y creen que esto se traduce en un mejor cumplimiento y adherencia a los tratamientos e intervenciones preventivas, incrementa la credibilidad del profesional y fomenta el trato y relación con los pacientes.
“Cuando el paciente percibe que existe coherencia entre las recomendaciones del médico y lo que él mismo practica en su vida diaria, confía más en el profesional, lo que redunda en un mayor cumplimiento de las recomendaciones preventivas y terapéuticas”, comenta el doctor Lobos.
-Factores condicionantes en su mala salud
El estrés o la carga asistencial influyen negativamente en la salud del médico, lo que repercute en la eficiencia de su trabajo y, en consecuencia, en la calidad asistencial que reciben los pacientes. “Esto se puede manifestar en el deterioro del trato personal y humano con los pacientes, en la falta de atención y concentración en la solución de los problemas clínicos, etc. En el estudio, el grado de estrés resultó ser significativamente mayor entre las mujeres y en las edades entre 41 y 51 años y en aquellos con más carga de trabajo y número de pacientes/día”, concluye este experto.
*1 Estudio CHABS. Evaluación de la salud cardiovascular, entorno socio-sanitario y conductas preventivas de los médicos de AP de centros de salud del SNS. Elaborado por semFYC, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), con el apoyo de Novartis.
Para el doctor José Ramón Banegas, coordinador del estudio y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, “conocer la salud de los médicos de AP y, en concreto, su perfil de riesgo cardiovascular es un hecho relevante debido a la falta de información previa en nuestro país. Adicionalmente, la salud cardiovascular de los médicos puede tener un impacto directo en la de sus pacientes, a través de distintas interacciones, puede influir por ejemplo en la intensidad y frecuencia con que se aplican las intervenciones preventivas en la práctica diaria. Como se pone de relieve en este estudio, a menudo nos vemos afectados por condiciones laborales y profesionales que pueden llevar a la frustración, agotamiento emocional y físico, distanciamiento de nuestra labor como médicos, e incluso pérdida de autoestima”.
La encuesta CHABS -Evaluación de la salud cardiovascular, entorno socio-sanitario y conductas preventivas de los médicos de AP de los centros de salud del SNS-, se ha realizado en una muestra de 2.583 médicos de AP de toda España, con una media de edad de 45 años. Cerca del 80% tenían más de 10 años de ejercicio profesional y el 53 % eran mujeres.
La presencia de factores de riesgo cardiovascular (RCV) es relativamente baja si se compara con la de la población general. La mayoría no presentaba ningún factor de RCV o sólo uno, siendo el más común el tener antecedentes familiares. Un 34.7% tenía sobrepeso y un 8.4% obesidad, cifras menores a la prevalencia de la población general. El 42.3% declaró no tener ningún hábito no saludable. El descanso insuficiente (23.8%) y el sedentarismo (22.6%) fueron los hábitos no saludables que más se registraron.
“En general”, apunta el doctor José Mª Lobos, coordinador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de semFYC “existe una percepción por parte de los médicos de llevar un estilo de vida más o menos saludable, en lo que influye mucho la personalidad, los propios conocimientos médicos, el nivel cultural y la formación. En menor medida también influye ver cada día pacientes en situaciones de riesgo”.
-Tabaquismo
Un 13.3 % de los médicos estudiados refirió ser fumador activo. Aunque esta cifra es claramente inferior a la población general comparable en España (35%), y también a la del propio colectivo médico 15 años atrás (más del doble que ahora), el dato obtenido es significativamente más alto que el de los médicos de otros países de nuestro entorno, lo que sugiere que hay aún camino por recorrer. Este hábito está más arraigado en médicos de más de 50 años. Por el contrario, las mujeres y sobre todo los jóvenes (menores de 41 años) son los que menos fuman o no han fumado nunca. La intensidad entre los que fuman es alta, ya que se registra una media de 12.7 cigarrillos/día y llevan un promedio de 28.3 años fumando. Por otra parte, es llamativo que solo un 46 % ha intentado dejarlo, y un 58% refiere que le resulta difícil o muy difícil abandonar este hábito.
-Autodiagnóstico y recomendaciones a los pacientes
En general, los médicos declararon no acudir a un colega cuando se encuentran enfermos, sobre todo en el caso de los más jóvenes. Los mayores de 50 años, por el contrario, consultan a un compañero con mayor frecuencia. El 56 % se auto diagnostica y se auto prescribe un tratamiento siempre o casi siempre.
La mayoría de los médicos de AP se considera coherente con lo que recomienda a sus pacientes y creen que esto se traduce en un mejor cumplimiento y adherencia a los tratamientos e intervenciones preventivas, incrementa la credibilidad del profesional y fomenta el trato y relación con los pacientes.
“Cuando el paciente percibe que existe coherencia entre las recomendaciones del médico y lo que él mismo practica en su vida diaria, confía más en el profesional, lo que redunda en un mayor cumplimiento de las recomendaciones preventivas y terapéuticas”, comenta el doctor Lobos.
-Factores condicionantes en su mala salud
El estrés o la carga asistencial influyen negativamente en la salud del médico, lo que repercute en la eficiencia de su trabajo y, en consecuencia, en la calidad asistencial que reciben los pacientes. “Esto se puede manifestar en el deterioro del trato personal y humano con los pacientes, en la falta de atención y concentración en la solución de los problemas clínicos, etc. En el estudio, el grado de estrés resultó ser significativamente mayor entre las mujeres y en las edades entre 41 y 51 años y en aquellos con más carga de trabajo y número de pacientes/día”, concluye este experto.
*1 Estudio CHABS. Evaluación de la salud cardiovascular, entorno socio-sanitario y conductas preventivas de los médicos de AP de centros de salud del SNS. Elaborado por semFYC, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), con el apoyo de Novartis.
Controlar la diabetes para disfrutar de las vacaciones
Con la llegada del mes de agosto, comienzan para muchas personas las ansiadas vacaciones de verano. Una fecha marcada en el calendario en la que se multiplican las celebraciones familiares, los compromisos sociales, las salidas nocturnas, las excursiones y campamentos infantiles y los viajes. Esta alteración de la rutina diaria nos incita a relajar la dieta y el cuidado de la salud. Sin embargo, “la evolución y estabilidad de enfermedades como la diabetes dependen en gran medida del control que se ejerza sobre aspectos clave como el tratamiento farmacológico, la actividad física y la alimentación”, explica la Dra. Clotilde Vázquez, jefa de la Unidad de Nutrición y Dietética del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
Por esta razón, los programas de concienciación son un elemento especialmente importante a la hora de reconocer las principales dificultades a las que se pueden enfrentar los pacientes en la época estival. En este sentido, Lilly desarrolla, en colaboración con otras entidades, como la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), diversas iniciativas formativas dirigidas a pacientes, especialistas médicos y educadoras, con el objetivo de mejorar la implicación individual en el manejo de la diabetes. Programas como Por fin es jueves o Conversaciones sobre diabetes emplean dinámicas de grupo entretenidas y constructivas que enseñan la importancia de que sean los propios pacientes quienes controlen su enfermedad y que incorporen hábitos saludables en su vida cotidiana, especialmente en los meses veraniegos.
“En verano, los pacientes tienen menor acceso a sus especialistas y educadoras/es. Por eso, es importantísimo disponer de iniciativas de concienciación que ayuden a los pacientes a recordar su compromiso con la enfermedad”, apunta la Dra. Vázquez. A través de estos programas también se busca que tanto las personas con diabetes como sus familiares dependan en menor medida de su especialista para atender las necesidades básicas cotidianas de su enfermedad.
En concreto, la adherencia a las pautas de ejercicio, alimentación y fármacos son fundamentales en vacaciones para mantener un control glucémico adecuado en los pacientes con diabetes. “En los últimos años, estamos notando que los diabéticos tipo 2 vienen con más frecuencia peor controlados y con algunos kilos de más, lo que puede ser muy perjudicial”, observa la endocrinóloga. Y probablemente esté vinculado a una nueva forma de vacaciones en hoteles: “yo insisto mucho a los pacientes en que en los hoteles controlen lo que llamo ‘síndrome del buffet’, ya que al tener tanta oferta de alimentos, a veces no se controlan las cantidades, ni se identifican bien las equivalencias con las raciones que ellos están habituados a ingerir en su vida cotidiana y dónde están los hidratos de carbono, tan necesarios para las personas con diabetes”, advierte Vázquez.
Aunque todas las personas deben ingerir más líquidos durante los meses de calor, la hidratación es otro aspecto especialmente importante en verano para los pacientes con diabetes. En palabras de la especialista, “los diabéticos tienen que controlar, si están sometidos a mucho calor que, aunque no tengan sed, es necesario estar bien hidratados” sobre todo, ante posibles situaciones de gastroenteritis o intoxicaciones alimentarias, comunes en el tiempo estival.
El verano, también trae cosas positivas para todos los pacientes con diabetes, como la posibilidad de dedicar más tiempo a hacer ejercicio. “Aparte de lo saludable que es el deporte en sí mismo y su capacidad para reducir el peso corporal, si el paciente está bien controlado, en muchos casos pude llegar a permitir reducir la dosis de medicación”, concreta la Dra. Vázquez.
En esta línea, el paciente también debe ser constante en su tratamiento farmacológico aunque, en ocasiones, la administración de medicamentos para la diabetes resulte incómoda debido a la necesidad de ajustar la dosis requerida a lo largo del día. Además, se deben tener en cuenta las necesidades que pueda tener el propio fármaco, como su posible condición de conservación en frío. “En verano, la palabra clave es ‘cambio’, cambio en las actividades diarias y en los hábitos. Por eso, es imprescindible hacerse muchos más controles de glucosa, para que las posibles variaciones glucémicas no impidan disfrutar de las alternativas festivas que ofrece el verano”, indica la especialista del Hospital Ramón y Cajal.
Por esta razón, los programas de concienciación son un elemento especialmente importante a la hora de reconocer las principales dificultades a las que se pueden enfrentar los pacientes en la época estival. En este sentido, Lilly desarrolla, en colaboración con otras entidades, como la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), diversas iniciativas formativas dirigidas a pacientes, especialistas médicos y educadoras, con el objetivo de mejorar la implicación individual en el manejo de la diabetes. Programas como Por fin es jueves o Conversaciones sobre diabetes emplean dinámicas de grupo entretenidas y constructivas que enseñan la importancia de que sean los propios pacientes quienes controlen su enfermedad y que incorporen hábitos saludables en su vida cotidiana, especialmente en los meses veraniegos.
“En verano, los pacientes tienen menor acceso a sus especialistas y educadoras/es. Por eso, es importantísimo disponer de iniciativas de concienciación que ayuden a los pacientes a recordar su compromiso con la enfermedad”, apunta la Dra. Vázquez. A través de estos programas también se busca que tanto las personas con diabetes como sus familiares dependan en menor medida de su especialista para atender las necesidades básicas cotidianas de su enfermedad.
En concreto, la adherencia a las pautas de ejercicio, alimentación y fármacos son fundamentales en vacaciones para mantener un control glucémico adecuado en los pacientes con diabetes. “En los últimos años, estamos notando que los diabéticos tipo 2 vienen con más frecuencia peor controlados y con algunos kilos de más, lo que puede ser muy perjudicial”, observa la endocrinóloga. Y probablemente esté vinculado a una nueva forma de vacaciones en hoteles: “yo insisto mucho a los pacientes en que en los hoteles controlen lo que llamo ‘síndrome del buffet’, ya que al tener tanta oferta de alimentos, a veces no se controlan las cantidades, ni se identifican bien las equivalencias con las raciones que ellos están habituados a ingerir en su vida cotidiana y dónde están los hidratos de carbono, tan necesarios para las personas con diabetes”, advierte Vázquez.
Aunque todas las personas deben ingerir más líquidos durante los meses de calor, la hidratación es otro aspecto especialmente importante en verano para los pacientes con diabetes. En palabras de la especialista, “los diabéticos tienen que controlar, si están sometidos a mucho calor que, aunque no tengan sed, es necesario estar bien hidratados” sobre todo, ante posibles situaciones de gastroenteritis o intoxicaciones alimentarias, comunes en el tiempo estival.
El verano, también trae cosas positivas para todos los pacientes con diabetes, como la posibilidad de dedicar más tiempo a hacer ejercicio. “Aparte de lo saludable que es el deporte en sí mismo y su capacidad para reducir el peso corporal, si el paciente está bien controlado, en muchos casos pude llegar a permitir reducir la dosis de medicación”, concreta la Dra. Vázquez.
En esta línea, el paciente también debe ser constante en su tratamiento farmacológico aunque, en ocasiones, la administración de medicamentos para la diabetes resulte incómoda debido a la necesidad de ajustar la dosis requerida a lo largo del día. Además, se deben tener en cuenta las necesidades que pueda tener el propio fármaco, como su posible condición de conservación en frío. “En verano, la palabra clave es ‘cambio’, cambio en las actividades diarias y en los hábitos. Por eso, es imprescindible hacerse muchos más controles de glucosa, para que las posibles variaciones glucémicas no impidan disfrutar de las alternativas festivas que ofrece el verano”, indica la especialista del Hospital Ramón y Cajal.
Leukemia drug reverses tamoxifen-resistance in breast cancer cells
Taking a leukemia chemotherapy drug may help breast cancer patients who don't respond to tamoxifen overcome resistance to the widely-used drug, new research from the Kimmel Cancer Center at Jefferson suggests. Interestingly, researchers found that taxoxifen combined with dasatinib, a protein-tyrosine kinase inhibitor, reverses the chemo-resistance caused by cancer-associated fibroblasts in the surrounding tissue by normalizing glucose intake and reducing mitochondrial oxidative stress, the process that fuels the cancer cells.
Previous animal studies have confirmed that combining tyrosine kinase inhibitors with anti-estrogen therapies, like tamoxifen, can prevent drug resistance, but none have suggested that the target of the inhibitors is the cancer-associated fibroblasts.
The researchers report their findings in the August 1 issue of Cell Cycle.
About 70 percent of women diagnosed with breast cancer will have estrogen receptor positive (ER(+)) disease, which indicates that the tumor may respond to tamoxifen. However, a large percentage of these tumors—up to 35 percent—have little to no response to the drug or eventually develop resistance to it.
In this study, researchers sought to better understand drug resistance by looking at the metabolic basis in an ER (+) cell line and cancer-associated fibroblasts. The researchers have previously established a relationship between the two, where cancer cells induce aerobic glycolysis by secreting hydrogen peroxide in adjacent fibroblasts via oxidative stress. In turn, these fibroblasts provide nutrients to the cancer cells to proliferate, a process that ultimately makes tumors grow.
Here, they investigated and then demonstrated that this interaction was also the basis of tamoxifen resistance.
In a sense, the drug combination had an "antioxidant effect" in these types of cancer cells, according to Michael P. Lisanti, M.D., Ph.D., Professor and Chair of Stem Cell Biology and Regenerative Medicine at Jefferson Medical College of Thomas Jefferson University and a member of the Kimmel Cancer Center.
"The fibroblasts are what make ER (+) cancer cells resistant to the tamoxifen," said Dr. Lisanti. "But the tamoxifen plus dasatinib maintained both fibroblasts and cancer cells in a 'glycolytic state,' with minimal oxidative stress and more cell death, most likely because of an absence of metabolic coupling. The supply between the two was cut."
"This suggests resistance to chemotherapeutic agents is a metabolic and stromal phenomenal," he added.
Researchers showed that ER (+) cancer cells alone responded to tamoxifen but when co-cultured with human fibroblasts had little to no effect. Similarly, dasatinib, a chemotherapy drug used to treat leukemia patients who can no longer benefit from other medications, had no effect on fibroblasts alone or cancer cells. Together, however, the drugs prevented the cancer cells co-cultured with the fibroblasts from using high-energy nutrients from the fibroblasts.
This combination resulted in nearly 80 percent cell death, the team reported—a two to three fold increase when compared with tamoxifen alone.
"The drugs have no effect when they are used alone—it's in unison when they effectively kill the cancer cells in the presence of fibroblasts," said Dr. Lisanti. "This opens up the door for possible new treatment strategies. This 'synthetic lethality' may help patients overcome resistance in the clinic."
**Source: Thomas Jefferson University
Previous animal studies have confirmed that combining tyrosine kinase inhibitors with anti-estrogen therapies, like tamoxifen, can prevent drug resistance, but none have suggested that the target of the inhibitors is the cancer-associated fibroblasts.
The researchers report their findings in the August 1 issue of Cell Cycle.
About 70 percent of women diagnosed with breast cancer will have estrogen receptor positive (ER(+)) disease, which indicates that the tumor may respond to tamoxifen. However, a large percentage of these tumors—up to 35 percent—have little to no response to the drug or eventually develop resistance to it.
In this study, researchers sought to better understand drug resistance by looking at the metabolic basis in an ER (+) cell line and cancer-associated fibroblasts. The researchers have previously established a relationship between the two, where cancer cells induce aerobic glycolysis by secreting hydrogen peroxide in adjacent fibroblasts via oxidative stress. In turn, these fibroblasts provide nutrients to the cancer cells to proliferate, a process that ultimately makes tumors grow.
Here, they investigated and then demonstrated that this interaction was also the basis of tamoxifen resistance.
In a sense, the drug combination had an "antioxidant effect" in these types of cancer cells, according to Michael P. Lisanti, M.D., Ph.D., Professor and Chair of Stem Cell Biology and Regenerative Medicine at Jefferson Medical College of Thomas Jefferson University and a member of the Kimmel Cancer Center.
"The fibroblasts are what make ER (+) cancer cells resistant to the tamoxifen," said Dr. Lisanti. "But the tamoxifen plus dasatinib maintained both fibroblasts and cancer cells in a 'glycolytic state,' with minimal oxidative stress and more cell death, most likely because of an absence of metabolic coupling. The supply between the two was cut."
"This suggests resistance to chemotherapeutic agents is a metabolic and stromal phenomenal," he added.
Researchers showed that ER (+) cancer cells alone responded to tamoxifen but when co-cultured with human fibroblasts had little to no effect. Similarly, dasatinib, a chemotherapy drug used to treat leukemia patients who can no longer benefit from other medications, had no effect on fibroblasts alone or cancer cells. Together, however, the drugs prevented the cancer cells co-cultured with the fibroblasts from using high-energy nutrients from the fibroblasts.
This combination resulted in nearly 80 percent cell death, the team reported—a two to three fold increase when compared with tamoxifen alone.
"The drugs have no effect when they are used alone—it's in unison when they effectively kill the cancer cells in the presence of fibroblasts," said Dr. Lisanti. "This opens up the door for possible new treatment strategies. This 'synthetic lethality' may help patients overcome resistance in the clinic."
**Source: Thomas Jefferson University
Un estudio muestra que el riesgo de padecer cáncer en la mujer aumenta un 16% con el incremento de 10 cms a partir del 1.53 metros
Un estudio americano afirma que las mujeres altas tienen un mayor riesgo a padecer cáncer. "Los resultados son muy generales y se pueden extrapolar también a los hombres. La clave es la altura, no el género", han subrayado desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Los investigadores, pertenecientes a la Universidad de Oxford (Reina Unido), han analizado a más de un millón de mujeres durante casi una década. Entre ellas, 97.000 sufrían o sufren esta enfermedad.
El estudio, publicado el pasado 21 de julio en la revista The Lancet , muestra que el riesgo de padecer cáncer aumenta un 16% con el incremento de altura de 10 centímetros a partir del 1.53 metros. Pero no hay que dramatizar, desde la SEOM afirman que: "La mayoría de la gente no es tan alta como para que el riesgo sea significativo".
El informe ha sometido a examen a unos 17 tipos de cáncer aunque el incremento de riesgo relativo ha sido significativo tan sólo en 10 de ellos. Los autores han sugerido que los niveles de crecimiento hormonal pueden estar implicados en el desarrollo del cáncer o que las personas sufran más mutaciones tan sólo por el hecho de que al ser más altos sus cuerpos pueden contener más células. Los investigadores además revisaron estudios anteriores, que mostraban una relación similar entre altura e incremento del cáncer, observados en Asia, Australia, Europa y América del Norte.
El interés fundamental de este estudio es dar una clave de cómo el cáncer se desarrolla", ha dicho Jane Green, el jefe del estudio y epidemiólogo en la Universidad de Oxford. "Es la similitud entre los distintos tipos de cáncer, en personas con diferentes riesgos (alcohol / tabaco) y de distintas poblaciones, esto nos hace pensar que tal vez este hallazgo sea fundamental en el desarrollo del cáncer", ha argumentado.
**Publicado en "EL PAIS"
El estudio, publicado el pasado 21 de julio en la revista The Lancet , muestra que el riesgo de padecer cáncer aumenta un 16% con el incremento de altura de 10 centímetros a partir del 1.53 metros. Pero no hay que dramatizar, desde la SEOM afirman que: "La mayoría de la gente no es tan alta como para que el riesgo sea significativo".
El informe ha sometido a examen a unos 17 tipos de cáncer aunque el incremento de riesgo relativo ha sido significativo tan sólo en 10 de ellos. Los autores han sugerido que los niveles de crecimiento hormonal pueden estar implicados en el desarrollo del cáncer o que las personas sufran más mutaciones tan sólo por el hecho de que al ser más altos sus cuerpos pueden contener más células. Los investigadores además revisaron estudios anteriores, que mostraban una relación similar entre altura e incremento del cáncer, observados en Asia, Australia, Europa y América del Norte.
El interés fundamental de este estudio es dar una clave de cómo el cáncer se desarrolla", ha dicho Jane Green, el jefe del estudio y epidemiólogo en la Universidad de Oxford. "Es la similitud entre los distintos tipos de cáncer, en personas con diferentes riesgos (alcohol / tabaco) y de distintas poblaciones, esto nos hace pensar que tal vez este hallazgo sea fundamental en el desarrollo del cáncer", ha argumentado.
**Publicado en "EL PAIS"
Don't suffer in silence with toe pain
While deformities of the lesser toes (all toes other than the big toe) can be very painful, there are numerous surgical and nonsurgical treatments for these conditions that are usually quite effective. A literature review published in the Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (JAAOS) shows that because lesser toe deformities are often treatable, and can be symptoms of other conditions, early assessment and treatment by an orthopaedic surgeon is important. "Toe pain can limit a person's quality of life," says Khalid Shirzad, MD, an orthopaedic surgeon at Northwest Orthopaedic Specialists, P.S., Spokane, Wash., and lead author of the review. "When it hurts to walk, that person will start decreasing time spent on activities they enjoy. If the initial problem is not treated, it may lead to further issues such as skin infections, deformities, and muscular problems."
Lesser toes are important in walking, especially when pushing off with the foot towards the next step, bearing the majority of the weighted pressure in support of the big toe and the ball of the foot. A variety of causes can lead to lesser toe deformities, such as:
Improper footwear, such as shoes with pointed toes or tight toe-boxes;
Injury;
Inflammatory arthritis;
Neuromuscular and metabolic diseases, such as cerebral palsy, multiple sclerosis, or rheumatoid arthritis; or
Genetics.
The most common lesser toe deformities include: hammer toes, claw toes, mallet toes, curly toes, crossover toes, and bunions. In all of these conditions, the toe is bent, curled, or misaligned in a way that makes normal walking painful. Symptoms, in addition to pain, also include redness, swelling, and sores or calluses where the bent toe rubs against the inside of a shoe.
Dr. Shirzad also notes that while diabetes isn't a direct cause of lesser toe deformities, diabetic patients with neuropathy may not notice when a toe has become painful. They, and others with reduced sensation in their extremities, should be especially aware of any injury or changes in their toes.
Lesser toe deformities can often be treated nonsurgically, but if the patient doesn't respond well to those treatments, surgery is also an effective option. Nonsurgical treatments can include pads or gel sleeves to reduce pressure on the toe joint; or wraps, tape, or shoe inserts designed to guide the toes into a proper alignment. Surgery may involve reconstruction of the soft tissues, bones, or a combination of both.
While some causes of lesser toe deformities are not preventable, one of the most common causes is footwear. Shoes that don't fit well are responsible for many toe deformities as well as other foot problems.
"The most important thing the public should take from this is to be conscious of your footwear," Dr. Shirzad says. "Well-fitted shoes that do not pinch the foot or constrict the toes can prevent many toe deformities."
**Source: American Academy of Orthopaedic Surgeons
Lesser toes are important in walking, especially when pushing off with the foot towards the next step, bearing the majority of the weighted pressure in support of the big toe and the ball of the foot. A variety of causes can lead to lesser toe deformities, such as:
Improper footwear, such as shoes with pointed toes or tight toe-boxes;
Injury;
Inflammatory arthritis;
Neuromuscular and metabolic diseases, such as cerebral palsy, multiple sclerosis, or rheumatoid arthritis; or
Genetics.
The most common lesser toe deformities include: hammer toes, claw toes, mallet toes, curly toes, crossover toes, and bunions. In all of these conditions, the toe is bent, curled, or misaligned in a way that makes normal walking painful. Symptoms, in addition to pain, also include redness, swelling, and sores or calluses where the bent toe rubs against the inside of a shoe.
Dr. Shirzad also notes that while diabetes isn't a direct cause of lesser toe deformities, diabetic patients with neuropathy may not notice when a toe has become painful. They, and others with reduced sensation in their extremities, should be especially aware of any injury or changes in their toes.
Lesser toe deformities can often be treated nonsurgically, but if the patient doesn't respond well to those treatments, surgery is also an effective option. Nonsurgical treatments can include pads or gel sleeves to reduce pressure on the toe joint; or wraps, tape, or shoe inserts designed to guide the toes into a proper alignment. Surgery may involve reconstruction of the soft tissues, bones, or a combination of both.
While some causes of lesser toe deformities are not preventable, one of the most common causes is footwear. Shoes that don't fit well are responsible for many toe deformities as well as other foot problems.
"The most important thing the public should take from this is to be conscious of your footwear," Dr. Shirzad says. "Well-fitted shoes that do not pinch the foot or constrict the toes can prevent many toe deformities."
**Source: American Academy of Orthopaedic Surgeons
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