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03 June 2013

LA PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL ES LA PRIMERA CAUSA DE DISCAPACIDAD EN LOS NIÑOS

 Tal y como asegura Javier Nieto, médico rehabilitador del Complejo Hospitalario de Salamanca, en el marco del 51º congreso nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), “la parálisis Cerebral Infantil (PCI) continúa siendo una patología frecuente en nuestro medio. No en vano, es la primera causa de discapacidad en la edad infantil, que conlleva una discapacidad tanto física, funcional como social, con su consiguiente elevado coste sociosanitario y económico. Al trastorno motor del movimiento y postura que causan limitaciones de la actividad ya de por sí, frecuentemente se asocian otros distintos trastornos”.



Su prevalencia oscila entre los 1-3 casos por cada 1000 nacidos vivos, según los distintos autores. Los avances en la asistencia obstétrica y perinatal han provocado un aumento de la prevalencia por la mayor supervivencia de neonatos de bajo peso, prematuros y el mayor número de gestaciones múltiples.



Explica el experto cómo “la PCI describe un grupo de trastornos del movimiento y la postura que causan limitaciones de la actividad. Ésta se atribuye a trastornos no progresivos que tienen lugar durante el desarrollo del cerebro fetal o infantil. Se trata por tanto de un problema sanitario de primer orden. Y su atención debe englobarse en un modelo de atención integral, basado en un conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil y su entorno, con el objetivo de responder a las necesidades de los niños con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos, tanto desde el punto de vista sanitario como del punto de vista psicológico y social, para tratar de alcanzar el máximo grado de autonomía personal y de integración familiar, escolar y social”.



Javier Nieto recuerda que “el grado de discapacidad varía en función de la severidad de la PCI, así como su manifestación, varía a lo largo del desarrollo o crecimiento del niño, al intentar compensar las dificultades posturales y del movimiento. La PCI presenta distintas deformaciones o alteraciones ortopédicas en los miembros inferiores, siendo las más frecuentes el pie equino y la subluxación de cadera. Su prevención y tratamiento precoz son fundamentales”.





Tratamiento conservador: farmacológico, rehabilitador, toxina botulínica y ortesis.



Observa Francisca Gimeno, jefa del Servicio de rehabilitación  del centro piloto Arcángel San Gabriel ASPACE, Barcelona, que “cualquier intervención terapéutica en la parálisis cerebral (PC) debe partir de un enfoque integral desde varios  puntos de vista, focalizado en la persona con todas sus características, considerando todos los problemas motrices y ortopédicos que presenta, para centrarse después en los problemas concretos analíticos de las extremidades inferiores (EEII). Una vez diagnosticados las diferentes alteraciones, hay qyue plantearse qué se puede hacer, qué tratar y cómo hacerlo, siempre buscando unos objetivos concretos, realistas y realizables. Integral, por último, en cuanto al abordaje terapéutico, haciendo uso de los diferentes métodos y formas de tratamiento que existen y están aceptados actualmente.



A nivel de tratamiento farmacológico, “existen varios fármacos relajantes musculares pero, en general, no es el método terapéutico más específico de la PC. Tiene limitaciones en cuanto a efectividad y efectos secundarios. Respecto al tratamiento fisioterápico, existen varios métodos y formas de abordar los problemas motrices, casi todos con un razonamiento hipotético detrás. Siguiendo las recomendaciones de la Academia Americana de Parálisis Cerebral (AACPDM) es preciso utilizar el/los métodos con los que uno está familiarizado, tenga experiencia y pueda aplicarlo. No existen apenas evidencias de que un método sea superior a otro en cuanto a eficacia”, puntualiza.



“No hay duda”, añade, “que con unos objetivos claros y concretos, con una buena elección de los músculos diana y una buena técnica de administración, la toxina botulínica (TB) se ha revelado como una de las intervenciones terapéuticas más eficaces para el tratamiento local de la hiperactividad muscular patológica (espasticidad, distonia). Su uso está condicionado a la búsqueda de unos objetivos concretos: funcional, prevenir deformidades,  confort,  analgésico, cuidado e higiene, postquirúrgico…”


Las personas físicamente activas pueden alargar su esperanza de vida entre 3,3 y 4,5 años

Las personas más activas pueden llegar a alargar su esperanza de vida entre 3,4 y 4,5 años, según una investigación realizada con datos provenientes de seis estudios incluidos en el Consorcio de Cohortes del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. La investigación, publicada en la revista científica ‘Plos Medicine’, analiza el IMC y la actividad física de una muestra cercana a los 640.000 individuos, mayores de 40 años.

El objetivo de este estudio, que publica el Newsletter sobre nutrición y actividad física de   Coca-Cola, fue determinar la relación entre la práctica de ejercicio físico en la edad adulta y el aumento de la esperanza de vida durante un periodo de seguimiento de diez años. Para llevar a cabo el análisis, se establecieron diferentes niveles de actividad física y los autores observaron una relación directa de los niveles de actividad física y los años de vida ganados.

Los resultados mostraron que la esperanza de vida se puede elevar hasta en 3,4 años en aquellos que realizan actividad física moderada, como puede ser caminar deprisa -en niveles iguales o ligeramente superiores al mínimo recomendado en las directrices de la Organización Mundial de la Salud-, y en 4,2 años para aquellos que superan en más del doble la recomendación de practicar ejercicio al menos durante 150 minutos a la semana.

Aunque varios análisis habían sugerido ya que la actividad física está relacionada con la ganancia de años de vida, hasta ahora nunca se había cuantificado la diferencia de esperanza de vida entre las personas con sobrepeso pero físicamente activas, frente a aquellas que presentan un peso normal pero son inactivas. Este ha sido otro de los aspectos analizados en el estudio: la influencia de la actividad física en la esperanza de vida según el peso de las personas. De esta manera, se observó que aquellas que presentaban un peso normal, y además eran activas, podían aumentar su esperanza de vida hasta en 7,2 años comparado con las que eran más inactivas y las más obesas (IMC> 35,0). Para llevar a cabo este análisis, los investigadores dividieron la muestra en cuatro grupos diferentes de personas, según presentaran normopeso, sobrepeso, obesidad clase I (IMC 30-34,9) y obesidad clase II (IMC mayor de 35).

Según se desprende del propio estudio, los datos extraídos podrían ser útiles a la hora de desarrollar un mensaje sencillo de salud pública que maximice las ventajas que ofrece la actividad física a la población.




Equilibrio energético

En 2012, otros autores publicaron en el ‘British Medical Journal’ un estudio elaborado por la Universidad de Durham (Inglaterra) a petición de la OMS, que investigó la relación existente entre la ingesta total de grasas y el peso corporal de adultos y niños. Con respecto a las implicaciones para la política de salud pública, los autores apuntaron que una “ingesta menor total de grasas conlleva reducciones pequeñas, pero estadísticamente significativas y clínicamente valiosas y sostenidas, en el peso corporal en adultos en estudios con una base de  ingesta de grasa de 28-43% de la ingesta de energía y una duración de entre seis meses y más de ocho años”. Los investigadores también apuntaron que las evidencias científicas muestran un efecto similar en niños y jóvenes. Mientras este estudio se centra concretamente en el consumo de grasa, lo cierto es que para lograr el equilibrio energético es necesario que la ingesta total de calorías -de cualquier fuente- no supere las calorías gastadas.



La actualización constante de los profesionales sanitarios de Atención Primaria, clave para lograr un correcto abordaje en el cuidado del paciente anciano

Novartis, con la colaboración de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), ha organizado las II Jornadas de Tutores y Mentores SEMERGEN, un encuentro dirigido a médicos docentes con el objetivo de facilitar a los asistentes un punto de encuentro para compartir experiencias, habilidades y competencias tanto desde el punto de vista clínico como docente.

En palabras de la Dra. Dolores Aicart, miembro de la Junta Directiva de SEMERGEN y coordinadora de la Jornada: “Estas jornadas se dirigen, en primer lugar, a los tutores de medicina familiar y comunitaria, que son los encargados de acompañar y guiar a los médicos en formación de esta especialidad. Y, en segundo lugar, al resto de profesionales sanitarios que se dedican a la docencia para mejorar su autoformación y autoevaluación”.

Por su parte, el Dr. José Luis Llisterri, presidente de SEMERGEN, afirma que “este tipo de jornadas sirven para cohesionar el equipo docente de la Sociedad y son una muy buena oportunidad para debatir aspectos de formación, de docencia y de investigación que afectan a los médicos de familia, siempre con el objetivo de mejorar la formación de los profesionales y, en definitiva, de mejorar la atención del paciente”.

En relación a los temas abordados en el encuentro, que ha reunido cerca de 120 profesionales, la Dra. Aicart afirma que “la jornada se ha dividido principalmente en tres bloques: el primero se centra en la presentación de una aplicación informática autoformativa de Desarrollo Profesional Continuo (DPC), llevada a cabo por SEMERGEN, que permite a todos los profesionales sanitarios docentes mejorar su formación. El segundo bloque, que consiste en distintos talleres prácticos, está dedicado íntegramente al manejo del paciente anciano en Atención Primaria. Por último, el tercer bloque, que es más específico, trata distintos aspectos de la metodología docente, como la responsabilidad del tutor y del residente en la consulta (implicaciones legales y tipos de responsabilidad), la importancia del tutor en la consulta de Atención Primaria y los distintos sistemas para evaluar cualitativamente a los residentes, entre otros”.

En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) el número de personas mayores de 65 años se acerca a los ocho millones, lo que indica un índice de envejecimiento su­perior al 17%. Por su parte, los mayores de 80 años ya superan los dos millones de personas y representan casi el 5% de la población total. Este envejecimiento notable de la población hace que, a día de hoy, el 24% de los mayores de 65 años y hasta el 32% de los mayores de 85 años padezcan cuatro o más enfermedades crónicas, hecho que supone una mayor necesidad de fármacos y atención social para tratar las con­secuencias de la comorbilidad.

“El envejecimiento de la población ha provocado un aumento de las enfermedades crónicas y de deterioro, dando lugar a un paciente pluripatológico que requiere una actualización constante por parte del médico de familia para poder tratar las enfermedades crónicas que afectan más a este tipo de pacientes como son la diabetes, la enfermedad de la EPOC, la hipertensión, el asma y la artrosis, entre otras”, afirma el Dr. Llisterri. En este sentido, asevera la Dra. Aicart, el paciente anciano presenta unas características muy específicas y una serie de particularidades que son determinantes a la hora de establecer un correcto abordaje de las enfermedades que presenta. Estas características giran en torno de los cambios fisiológicos, ligados al envejecimiento, un deterioro orgánico, un cierto grado de minusvalía, que hace que pierda autonomía, y cambios psicológicos, condicionados por el entorno, el ambiente en el que se encuentra, etc. Todos estos factores condicionan a la hora de manejar el paciente anciano y de tratar las distintas patologías que padece”.

Mañana, huelga solidaria en la Sanidad madrileña

Todos los sindicatos convocantes del ciclo de cinco jornadas de huelga en el transcurso de cinco semanas para exigir la retirada del plan del Gobierno regional de privatización de seis hospitales y 27 centros de salud y en defensa de la Sanidad pública, quieren informar y hacer partícipes a los profesionales y usuarios de la Sanidad madrileña de lo que se ha venido a llamar "HUELGA SOLIDARIA", prevista para mañana.

Así, coincidiendo con el último día de paros en la sanidad madrileña, el 4 de junio
queremos solidarizarnos y agradecer a la población de Madrid el apoyo que nos ha
demostrado. Para ello se recogerán alimentos en gran parte los hospitales y centros de
salud madrileños para los ciudadanos que lo necesiten de la Comunidad de Madrid.

1 TRABAJADOR = 1KILO= 1 MILLÓN DE GRACIAS

Porque JUNTOS PODEMOS, juntos una vez más por una sanidad universal, pública y
de calidad.

Participan:
AMYTS, AME, AFEM, CGT, FESITESS, SATSE, SIME, USAE, trabajadores/as de los
centros sanitarios, PATUSALUD, directores de atención primaria, CSIT, plataforma
15M, plataforma profesionales no sanitarios, otros sindicatos, asociaciones de vecinos,
plataforma hospital público de Móstoles en defensa de la sanidad pública...y
SEGUIMOS SUMANDO.

La Asociación Española de las Mucopolisacaridosis y Síndromes Relacionados (MPS España) denuncia la desatención que sufren dos hermanos en la Comunidad de Madrid

La Asociación Española de Mucopolisacaridosis y Síndromes relacionados (MPS España) denuncia la desatención de las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid ante la desesperada situación de la familia El Khadiri, en cuyo seno hay dos hermanos, un niño y una niña, afectados por Mucopolisacaridosis de tipo I, también conocida como Enfermedad de Hurler.
Esta patología genética está causada por una deficiencia de las enzimas que degradan los mucopolisacáridos, las moléculas encargadas de la formación del tejido conectivo del organismo. A causa de este error genético dichos compuestos acaban acumulándose en todas las células del cuerpo afectando a huesos, tendones, sistema cardiovascular, aparato respiratorio y cerebro además de órganos relacionados con la visión.
Los pacientes sufren, entre otros síntomas, opacidad corneal, cataratas, atrofia del nervio óptico, deformaciones óseas en todo el esqueleto, retraso del crecimiento, hernias, afecciones hepáticas, cardiopatías, alteraciones de la piel y problemas respiratorios derivados del engrosamiento de la mucosa traqueobronquial, la obstrucción de las vías aéreas e infecciones de repetición y afectación del sistema nervioso central muy grave.
El tratamiento de esta enfermedad minoritaria, que afecta a unas 50 personas en España, consiste en la inyección mensual de un fármaco biotecnológico que reemplaza la enzima deficitaria encargada de degradar los mucopolisacáridos. Si bien no cura la enfermedad, al menos detiene su evolución impidiendo el deterioro generalizado de los afectados, que pueden llegar a llevar una vida prácticamente normal.
"Entendemos que el trasfondo de la cuestión es meramente económico, ya que este tipo de fármacos es muy costoso. Por este motivo, su administración está regulada y autorizada por un comité de expertos, trámite que la familia ya ha superado. Sin embargo, está recibiendo largas desde hace tres años, que es cuando estaba previsto que comenzase la terapia. Ningún hospital quiere asumir el presupuesto y el resultado es ir de un lado para otro sin resultado", explica Jordi Cruz, presidente de MPS España.
A lo largo de todo este tiempo, los niños han sido sometidos a multitud de pruebas en el Hospital de La Paz para evaluar su evolución y su estado general de salud, pero la implantación de la terapia de reemplazo enzimático no se ha llegado a aplicar nunca, a pesar de los repetidos anuncios en positivo a este respecto. "La última vez que nos dijeron que ya empezábamos fue en septiembre de 2012; luego nos hablaron de un problema con el laboratorio y quedaron en llamarnos, pero nadie se ha puesto en contacto con nosotros", explica la madre de los niños.
En una de las últimas visitas les remitieron al Hospital Puerta de Hierro, por ser el que corresponde a la familia. En dicha entidad alegan que no conocen a especialistas para hacerse cargo de casos de enfermedades raras, ni para aplicar el tratamiento biológico ni para subsanar los efectos colaterales de la patología (intervenciones quirúrgicas, manejo de infecciones...).
Entre tanto, el estado de salud de los pequeños se ha ido agravando hasta el punto de que la niña, de tres años y medio, necesita una intervención quirúrgica para solucionar el bloqueo de uno de sus pulgares (las manos de estos pacientes tienden a deformarse en garra). A pesar de haberse sometido a las pruebas preoperatorias y tener fecha para ser intervenida tras esperar un año, en el último momento les remitieron de Puerta de Hierro de nuevo a La Paz, pero sin nueva fecha de intervención.
El niño, a punto de cumplir doce años, sufre un grave retraso en el crecimiento, no puede hacer deporte y ya necesita la ayuda de sus padres y hermanos (tiene dos completamente sanos) para asearse, vestirse, atarse los zapatos. Según relata su madre, también sufre dolores en las rodillas y problemas de movilidad en los dedos de las manos. "Está empezando a tener una conducta problemática en el colegio, ya que a pesar de que todo el mundo le adora y le ayuda él sufre mucho al ver que no puede seguir el ritmo de los demás", explica la madre del pequeño.
"El tiempo que se está perdiendo con estos niños es irremplazable porque el tratamiento es paliativo, no curativo, y el deterioro que ya se ha sufrido no desaparece. El futuro que les espera a estas criaturas es terrible si no se actúa ya", zanja Jordi Cruz.
Según MPS España, la familia se encuentra indefensa y desesperada ante la falta de noticias, la llegada de mensajes contradictorios y la falta de ayuda. "No sabemos a quién acudir ya. Llevamos tres años viajando mensualmente a Madrid desde Quijorna [a dos horas en transporte público] firmando papeles, repitiendo una y otra vez las mismas pruebas y vuelta a empezar, pero sin ningún resultado. Nos han dicho muchas veces que ya estaba todo listo, pero no es así", resume la madre.
MPS España sostiene que esta sucesión de retrasos supone un elevado peaje emocional para los niños y su familia, pero además está encareciendo la atención sanitaria que estos niños merecen. "Teniendo en cuenta que si seguimos así ambos necesitarán múltiples ingresos hospitalarios, intervenciones y terapias paliativas, creemos que la valoración en términos económicos no se está haciendo correctamente", valora Cruz.
Finalmente, la asociación que preside Cruz se ha puesto en contacto con SOS Racismo para valorar la posibilidad de que además del trasfondo económico exista una cuestión de discriminación por razón cultural, ya que la familia es de origen marroquí, aunque llevan afincados en España 24 años y los cuatro hijos han nacido en nuestro país.
"No queremos pensar en esos términos, pero lo cierto es que no tenemos conocimiento de un caso similar; y los datos están ahí", apostilla el presidente de la asociación.

LOS NIÑOS, ANCIANOS Y ENFERMOS, SON LAS PERSONAS QUE MÁS APORTE ENERGÉTICO NECESITAN

En el transcurso de la edad adulta las
necesidades de energía se mantienen relativamente constantes (en torno a
25/30kcl/kg/día), “valor que varía según el ejercicio físico”, ha asegurado
la doctora Dra. María Ángeles Valero Zanuy, médico adjunto de Endocrinología
del Hospital 12 de Octubre, Madrid, Progfesor Asociado de la Universidad
Complutense, Madrid, durante su intervención en el 55 Congreso de la
Sociedad Española de Endocrinología (SEEN),  celebrado recientemente en
Granada. “Durante la infancia debido al crecimiento y maduración del
organismo, el cuerpo necesita más energía para cubrir esta demanda,
especialmente durante la pubertad”, asegura esta experta.



“En las sociedades occidentales- explica Valero Zanuy- una buena parte de la
población ingiere más energía de la que necesita, motivado por una mayor
sedentarismo en los hábitos de vida, una dieta rica en calorías y un escaso
ejercicio físico.” Además, añade la doctora “los alimentos tiene más
densidad calórica y las porciones son más grandes”.  El incremento en el
número de horas que consumimos televisión, videojuegos y la falta de zonas
para realizar deporte, son también algunas de las razones por las cuales se
“gastan menos calorías en actividad física y por tanto, como resultado, se
gana peso”.



Por otro lado, explica el doctor Alfonso Vidal, Endocrinólogo del Complejo
Asistencial Universitario de León, “las personas mayores, pueden desarrollar
situaciones de fragilidad que se caracterizan por perder músculo y fuerza.
Aumentar el consumo de proteínas ayuda a conservar mejor estos parámetros”.
Sin embargo, según este experto, “con frecuencia, su consumo está reducido
por diversas causas como cambios en el apetito, problemas con la
masticación, alteraciones de la memoria, situaciones económicas
desfavorables que impiden el consumo de alimentos frescos, como la carne o
el pescado, que por norma  general son más caros”.



La enfermedad grave demanda más proteínas

Ambos expertos coinciden en destacar que durante los procesos de enfermedad
el individuo necesita un mayor aporte energético que “compense la demanda de
la enfermedad”, explica Valero Zanuy. “Para adaptarse a la enfermedad, el
cuerpo humano utiliza las proteínas como combustible para las defensas del
organismo y para fabricar señales que regulan la inflamación”, indica el
doctor Vidal, que añade, “si el aporte nutricional de proteínas es
insuficiente se utilizan las proteínas contenidas en el músculo, por lo que
el paciente puede perder una parte importante de su masa muscular durante
los periodos de enfermedad”.



Mientras que en los procesos de enfermedad leve no es necesario incrementar
el consumo de proteínas, sin embargo, en los procesos graves que requieren
hospitalización “es posible que el aporte de estas deba aumentarse entre un
20% y un 50%”, explica el doctor Vidal. “Un problema añadido es que en
situaciones de enfermedad se suele reducir el apetito, por lo que es más
difícil que el enfermo ingiera las cantidades de alimentos necesarias, por
lo que con frecuencia hay que llevar a cabo modificaciones de la dieta  o
pautar suplementos nutricionales”.



Una dieta se considera hiperproteica cuando las proteínas suponen más del
20% de las calorías totales que se consumen, mientras que las sociedades
científicas recomiendan consumir entre un 10% y un 15%. “Existen datos que
sugieren que el consumo de proteínas puede ayudar a reducir el apetito, a
aumentar el gasto energético del cuerpo y a aumentar la masa muscular en
personas sanas”, indica Vidal. Este tipo de dietas se han puesto de moda en
los últimos años para el tratamiento de la obesidad, “aunque no existe una
evidencia firme de que aporten alguna ventaja respecto a otro tipo de
dietas”, asegura el doctor.



Las legumbres, esas grandes olvidadas

“Incorporar lácteos en los desayunos y en los postres e intentar que no
falten alimentos como el huevo, la carne, los pescados y las legumbres,
ayuda a mantener el consumo adecuado de proteínas,” explica Vidal.



Las legumbres es un grupo de alimentos con un elevado contenido en proteínas
y un alto valor biológico, que destaca además por su alto contenido en fibra
y por contener una escasa cantidad de grasa. A pesar de estas
características tan saludables, su consumo ha ido disminuyendo en España a
lo largo de las últimas décadas, al verse sustituido por alientos de origen
animal. “Sería muy recomendable que la población general sustituyera parte
de sus raciones habituales de carne por legumbre, de modo que las lentejas,
alubias, garbanzos, guisantes, etcétera, estuvieran en nuestros platos entre
2 y 4 veces a la semana”, concluye el doctor Vidal.

Pfizer colabora con la AEDV para debatir los factores que determinan la eficacia de las terapias biológicas en psoriasis

Pfizer colabora en la 41 edición del Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), que tendrá lugar desde el próximo día 5 al 8 de junio en Valencia y que reunirá a 1.400 especialistas de toda España. En el taller organizado por Pfizer el día 7 de junio, los especialistas pondrán en común los avances experimentados en los últimos años en el conocimiento de los factores que determinan la respuesta de los tratamientos biológicos en psoriasis.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel, crónica, recurrente y no contagiosa que afecta a cerca de 1,2% de personas en toda España. El impacto de esta enfermedad puede afectar a la calidad de vida de los pacientes, pudiendo llegar a ser igual o, incluso, inferior a la que padecen otros pacientes con enfermedades crónicas como las cardiovasculares, EPOC o diabetes. Los pacientes con psoriasis pueden desarrollar patologías relacionadas como el aumento del riesgo de obesidad, diabetes, hipertensión y depresión clínica. Además, la psoriasis tiene importantes consecuencias psicológicas para el paciente, ya que pueden sentirse estigmatizados por su condición, y cuyas consecuencias pueden provocar el aislamiento y derivar en otras enfermedades como la ansiedad y la depresión.

El taller será moderado por la doctora Amparo Perez Ferriols, del Hospital General de Valencia, quién hará una breve introducción al mismo, y debatirá las últimas evidencias científicas sobre el uso racional del  tratamiento biológico en la psoriasis, así como las diversas estrategias de optimización de los tratamientos biológicos.

Durante el encuentro, tendrán lugar dos ponencias, la primera -Visión de las terapias biológicas en España: Informe de Experto- estará impartida por el doctor Pablo de la Cueva, del Hospital Infanta Leonor de Madrid. Los resultados de esta encuesta proporcionan una perspectiva inédita y actual de las características de una amplia muestra de dermatólogos españoles, especializados en el manejo de la psoriasis moderada-grave, así como de sus pautas habituales de tratamiento y la valoración de los diferentes biológicos disponibles.

La segunda ponencia del taller organizado por Pfizer, se centra en el impacto de la inmunogenicidad en el uso racional de las terapias biológicas en psoriasis, será expuesta por la doctora Raquel Rivera, del Hospital 12 de Octubre de Madrid. En esta ponencia se debatirá la relevancia de la inmunogenicidad a la hora de evaluar la eficacia clínica de las terapias biológicas en el tratamiento de la psoriasis.

La inmunogenicidad es una respuesta del sistema inmune y consiste en la producción de anticuerpos frente a agentes exógenos, entre los que se encuentran las terapias biológicas. La inmunogenicidad de un producto terapéutico puede tener consecuencias negativas en su seguridad y, de forma relevante, en su eficacia. El desarrollo de anticuerpos anti -fármaco  depende de diversos factores, como los propios de cada paciente, de la enfermedad, de los agentes inmunomoduladores asociados y del medicamento administrado.

En este sentido, es importante destacar la relevancia que puede tener en la práctica clínica el uso de aquellas terapias biológicas cuyos anticuerpos generados no sean neutralizantes y, por tanto, no afecten a su eficacia, posibilitando un tratamiento individualizad y flexible.

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