El verano trae consigo un cambio de hábitos: más horas en carretera, actividades al aire libre, paseos, partidos de vóley en la playa… Todo ello puede ser muy positivo, pero también puede suponer, en algunas ocasiones, una sobrecarga para la columna si no se toman ciertas precauciones. Y es que, durante la citada época estival, las lesiones de espalda y columna vertebral aumentan de forma significativa debido a cambios en los hábitos cotidianos. Según la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF) las consultas por dolores lumbares y cervicales pueden incrementarse hasta en un 20-30% durante el verano en comparación con otras épocas del año. De hecho, en comparación con el otoño o el invierno donde predominan las lesiones musculares por sedentarismo o malas posturas en el entorno laboral, en verano las lesiones son más agudas y traumáticas. Se observan con mayor frecuencia hernias discales, esguinces lumbares y lesiones cervicales debidas a zambullidas mal ejecutadas, caídas en zonas mojadas o el uso incorrecto de embarcaciones ligeras.
Para el doctor Álvaro Reyes, especialista en cirugía de la columna vertebral del Hospital Vithas Málaga, este incremento está directamente relacionado con actividades como los largos desplazamientos en coche (que suponen mantener posturas estáticas prolongadas sin descansos) y la práctica de deportes de alto impacto como el vóley playa, el pádel o actividades acuáticas que requieren giros bruscos o sobreesfuerzos musculares. “Durante los viajes largos en coche (especialmente en vehículos pequeños), es frecuente notar molestias en la zona lumbar e incluso cierta irradiación hacia la pierna. También pueden aparecer tensiones cervicales, sobre todo si la postura es rígida o el reposacabezas no está bien colocado. Para prevenir estas molestias -prosigue el especialista-, se recomienda realizar una parada cada hora y media o dos horas, caminar unos minutos, movilizar suavemente el cuello y la espalda, y reanudar el viaje con una postura más relajada”
El transporte de equipaje es otro factor a tener en cuenta. Maletas pesadas, mochilas mal distribuidas o bolsas de playa mal manejadas pueden generar molestias o lesiones si no se manejan correctamente. Lo aconsejable es no cargarse demasiado, pegar el peso al cuerpo, equilibrarlo entre ambos brazos, agacharse flexionando las rodillas y evitar flexión y giros bruscos del tronco.
En cuanto a los deportes típicos del verano, como el vóley playa, el Dr. Reyes recuerda que “muchos gestos, como los saques, remates y desplazamientos rápidos, implican saltos repetidos que generan cargas verticales sobre la columna, además de torsiones del tronco que requieren una buena estabilización. Todo esto, si se realiza sin una base física adecuada, puede acabar provocando molestias o sobrecargas”. Por eso, lo ideal es empezar poco a poco, adaptar el cuerpo a la actividad y no forzar desde el primer día. Un entrenamiento progresivo no solo reduce el riesgo de lesión, sino que mejora el control postural durante el esfuerzo.
Por otro lado, el ejercicio físico regular, como caminar o nadar, sigue siendo uno de los mejores aliados para la salud de la espalda. “Ambas actividades son muy eficaces para fortalecer la musculatura, mejorar la movilidad y tener menos dolor lumbar y cervical” concluye el especialista de Vithas Málaga.
Por último, es importante consultar al médico si el dolor lumbar o cervical persiste, no mejora con el reposo o interfiere con el sueño, o si se acompaña de irradiación, hormigueo, debilidad en brazos o piernas, pérdida de fuerza o alteraciones en el control de esfínteres.