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01 April 2015

Un antagonista de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) presenta una reducción relativa del 50% en el riesgo de fallo cardíaco y muerte en hombres con enfermedad cardiovascular preexistente en comparación con la terapia estándar

Los expertos reunidos en el 30 Congreso de la Asociación Europea de Urología, han revisado los datos de un estudio, realizado en un grupo de análisis de 2.328 hombres con cáncer de próstata incluidos en seis ensayos clínicos aleatorizados, que señala una reducción relativa del 50% en fallos cardíacos en enfermos de cáncer de próstata con enfermedades cardiovasculares preexistentes, al recibir tratamiento con un antagonista de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) (degarelix), en comparación con el tratamiento prescrito de manera habitual de agonistas de la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH).

Recientes estudios indican que las enfermedades cardiovasculares están entre las causas de muerte prematura más comunes en hombres con cáncer de próstata avanzado, y no el cáncer propiamente dicho, es por ello que los urólogos deben tener en cuenta el riesgo cardiovascular de sus pacientes al seleccionar las opciones de tratamiento, sobre todo en el caso de enfermedad cardiovascular previa, concluyen los especialistas.

Ø  Cáncer de próstata

El cáncer de próstata es la forma más común de cáncer masculino en el mundo occidental y la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en algunos países. Cada año se realizan en nuestro país entre 22.000 y 24.000 nuevos diagnósticos de cáncer de próstata; en Europa se diagnostican unos 240.000 casos nuevos cada año, con datos similares en EEUU, lo que sugiere que en todo el mundo entre 1.000.000 y 1.070.000 hombres serán diagnosticados con la enfermedad.

Hasta el 40% de los hombres a los que se les diagnostica cáncer de próstata acabarán desarrollando la enfermedad avanzada, y aunque la mayoría responde a la castración médica o quirúrgica inicial, es inevitable la progresión hasta el cáncer de próstata hormono-resistente en el que la supervivencia media de los pacientes es de dos a tres años.


Para el Dr. Rodríguez Antolín, Adjunto del Servicio de Urología del Hospital 12 de octubre y Vicepresidente de la Asociación Española de Urología, “el cáncer de próstata es la segunda causa de mortalidad oncológica en el varón después del de pulmón que es actualmente el tumor más letal. Es una enfermedad con un buen pronóstico, teniendo en cuenta que 9 de cada 10 nuevos casos se diagnostican en una fase localizada y son potencialmente curables, aunque no debe olvidarse que se trata de una neoplasia con elevada mortalidad. El paciente será expuesto a una serie de alternativas terapéuticas que incluye cirugía y radioterapia; hay determinados casos de vigilancia activa, que es cuando se sospecha que el potencial de agresividad del tumor es bajo y basta con un seguimiento susceptible de ser tratado si hay progresión de enfermedad. Las perspectivas en este caso son bastante buenas en comparación con otros canceres”.

Un 5% de los casos en España se diagnostican en una fase metastásica y a partir de ese momento la supervivencia a 5 años es menor pudiendo rondar un 40%. En este estadio el tratamiento suele ser la hormonoterapia, con privación de testosterona, siendo un tratamiento excelente aunque no curativo. La hormonoterapia mantiene a la enfermedad en reposo celular hasta que el paciente, alrededor de los dos años, deja de responder pues una serie de líneas celulares dejan de hacerlo, es lo que los expertos conocen como “resistencia a castración”. En España la edad de aparición de este tipo de cánceres avanzados supera los 65 años. Cuando se habla de enfermedad avanzada, en los pacientes jóvenes la causa de muerte suele ser el propio cáncer, pero en los pacientes mayores de 75 años el cáncer será sobrepasado por eventos cardiovasculares y el propio cáncer pasará a ser la segunda causa de mortalidad.


Ø  Terapias contra el cáncer de próstata

El cáncer de próstata depende de la testosterona, la hormona masculina por excelencia,  para su crecimiento, por lo que el objetivo de la terapia es reducir rápidamente los niveles de testosterona para ralentizar el crecimiento de las células cancerígenas. Las terapias de deprivación androgénica juegan un rol muy importante en el tratamiento de hombres con cáncer de próstata.

La supresión de testosterona y su derivado principal, la dihidrotestosterona, está sujeta a cierto tipo de alteraciones colaterales: el paciente gana algo de peso, suben los lípidos, el colesterol, los triglicéridos, gana tejido adiposo, se hace resistente a la insulina o padece hiperglucemia como alteraciones metabólicas; también sucede una pérdida de densidad ósea, osteoporosis, son efectos conocidos que se producen por la pérdida de la función sexual hormonal masculina, que pueden inducir a mayor riesgo cardiovascular.

El uso cada vez más extendido y por periodos de tiempo más largos de estas terapias, lleva a los expertos a analizar la forma de ayudar a sus pacientes más allá del propio tratamiento del cáncer. La salud cardiovascular de los pacientes de terapias de deprivación androgénica, en especial aquellos con enfermedades cardiovasculares preexistentes, es uno de los puntos clave en el abordaje de la enfermedad pues el eje actual de tratamiento pasa por la privación de testosterona y no hay posibilidad de cambio.

Se sabe que hay algunos fármacos que pueden incrementar el riesgo cardiovascular, “está demostrado que en general, el hecho de suprimir la testosterona a un varón se asocia con ciertas alteraciones cardiovasculares, pero hay muchos de los casos en los que el paciente ya tenía una enfermedad cardiovascular previa”, indica el Dr. Rodríguez Antolín, y continúa “según se ha demostrado en los 6 ensayos clínicos con más de dos mil pacientes, degarelix puede ser un fármaco interesante en la reducción de esos eventos cardiovasculares, es un antagonista de la hormona GnRH y la incidencia cardiovascular en estudios, comparado con el estándar de tratamiento que es el análogo, da menor riesgo de esos eventos cardiovasculares; son estudios que hay que mirar con cautela pero sí que parece en los resultados iniciales que hay una reducción relativa del riesgo de padecer un evento cardiovascular de hasta casi el 50%”.


Degarelix recibió la aprobación como tratamiento para el cáncer de próstata hormono-dependiente avanzado tanto en la UE como en EEUU en 2009. Hoy en día está disponible en alrededor de 40 países en todo el mundo; se espera que en España esté disponible a partir del mes de junio.


22 March 2015

Cost of dealing with incontinence after prostate operation averages €210 per year

Incontinence is a common side-effect in men after treatment for prostate cancer. Now a new study not only confirms the high rates of post-operation incontinence, but also for the first time details some of the significant economic costs facing men – on average €210 per year after surgery, in some cases rising to as much as €283 in the first year. This work is presented at the European Association of Urology conference in Madrid.
Prostate cancer is the most common cancer in men, with around 360,000 new cases every year in Europe – making it about as common as breast cancer is in women. Often the cancer can be removed by surgery, which takes out the whole prostate. But there are very common side effects, notable erectile dysfunction (impotence) and urinary incontinence. This is because the nerves which surround the prostate are often damaged during the operation, and these nerves control the ability to have an erection and to control incontinence
Now a team of doctors from the University of Nijmegen (Netherlands), in collaboration with researchers from a Dutch insurance company, have used health insurance data to reveal the extent of post-operative incontinence, and the costs of dealing with it. The team reviewed data from the Achmea Health Insurance Database, which contains information on 17% of Dutch men. With this database, they were able to review data for 2834 men who had been treated for prostate cancer. They were able to correlate the surgical procedure with post-operative incontinence, and also with the resultant insurance costs which the men claimed for incontinence material (incontinence pads/diapers).
The researchers found that on average each incontinent man spent €210 in absorbent pads, every year, with a range of €112 to €283. In the second year, the mean cost of continuing incontinence remained high, at €219 per person.
They also found that the percentage of men suffering from incontinence in the first year after a urology procedure or follow-up varied from 8% of those undergoing conservative treatment (‘watchful waiting/active surveillance’)  to 80% for those undergoing laproscopic surgery (removal of the prostate via keyhole surgery). The overall mean incontinence rate was 22.6%. In the second year after treatment, incontinence still persisted in 40% of those who had undergone a laproscopic prostatectomy.
As lead researcher Dr Maarten de Rooij said:
“It can be very distressing to suffer from incontinence, and erectile dysfunction, after a cancer operation. Our work shows that, on top of this, it can have real economic costs as well – an average of €210 per person in our study in the first year. These are continuing costs for many men whose incontinence doesn’t improve over time. In the Netherlands for example, this side-effect of prostate cancer treatment could cost up to €800,000 per year, for only the newly treated men, and we would guess that other countries would have similar costs in proportion to their population.
The work also confirms the extent of the problem of incontinence after prostate cancer treatment. Given the size of the problem, we need to attach increasing importance to making sure that patients are not treated unnecessarily, while at the same time missing as few real cancers as possible”.
Commenting for the EAU, Professor James N'Dow (University of Aberdeen), Chair of the Guidelines Office Board at the EAU said:
“The cost of incontinence after prostate cancer surgery is a neglected topic and therefore this study is important and timely as it brings back into the public domain the critical issue of the wider costs of treating prostate cancer.   The cost for incontinence quoted in this study however is an underestimate of the true cost to the patient, his family and society at large.  The MAPS study published in the Lancet confirmed that the 20 year additional cost of incontinence for a man after prostate surgery is closer to Euro € 50,000 each.  This has to change and we must do better.  The EAU is ideally placed to lead the way in doing something about this costly problem through unrivalled science, innovation and advocacy”. 

27 April 2010

La Asociación Española de Urología(AEU) recomienda un examen prostático a partir de los 45 años para la detección precoz de tumores


El cribado del cáncer de próstata reduce en un 20% la mortalidad por este tumor. Así lo demuestran los datos de un estudio europeo, en el que han participado 180.000 pacientes de diferentes países (Holanda, Francia, Alemania, España y Reino Unido), y que se ha presentado en el marco del XXV Congreso de la Asociación Europea de Urología (EAU) que se acaba de celebrar en Barcelona. Para el doctor Antonio Alcaraz, secretario general de la Asociación Española de Urología (AEU) y miembro del Comité Científico de este congreso, "los resultados de este estudio son muy importantes ya que ponen de relieve el impacto que tiene esta estrategia preventiva sobre la mortalidad por esta enfermedad, que actualmente es la tercera causa de muerte en los varones. Por lo que nuestra recomendación es que es que se realicen estas pruebas a los varones a partir de los 45 años de edad".
Las dos pruebas que ponen al urólogo sobre la pista de un posible tumor prostático son la palpación de la próstata a través del tacto rectal y la determinación del antígeno prostático en sangre, conocido como PSA, prueba que consiste en un sencillo análisis de sangre. Para el presidente de la AEU, el doctor Humberto Villavicencio, "no cabe cuestionarse la validez del diagnóstico precoz con el PSA porque es innegable que ha cambiado totalmente el pronóstico de este tumor. Hace 20 años la mayor parte de estos tumores no podrían curarse y en la actualidad es posible abordar con éxito la mayoría de ellos. Después de utilizar durante 20 años el PSA, aún no sabíamos si realmente tenía una repercusión sobre la mortalidad de este cáncer y este estudio lo ha confirmado".


--Screening masivo
Pese a que el PSA es una prueba útil para hacer un diagnóstico precoz del cáncer de próstata y ha demostrado disminuir el riesgo de muerte, los expertos no son partidarios de hacer un screening masivo. "Es importante", aclara el doctor Alcaraz, "hacer una racionalización de este tipo de análisis. No es preciso que se lleve a cabo anualmente a todos los pacientes, sino que hay que tener en cuenta los factores de riesgo y la determinación del primer PSA. Cuando a un paciente de 50 años se le realiza este análisis, los resultados nos van a predecir el riesgo tanto en el momento actual como en el futuro de desarrollar un cáncer de próstata. Y esto es lo que nos indicará la necesidad de hacer controles más frecuentes o más espaciados en el tiempo".
Los riesgos y beneficios de un cribado masivo para detectar precozmente el cáncer de próstata siempre ha sido un tema controvertido. "Lo que no cabe duda", subraya el doctor Villavicencio, "es que la realización de las pruebas de screening de una manera selectiva a los hombres mayores de 50 años ha conseguido disminuir la mortalidad por este tumor. En España, se viene haciendo de manera oportunista, es decir, en aquellos pacientes que acuden al urólogo o bien por recomendación del médico de atención primaria, pero no se trata de una práctica generalizada".


-Revisiones en el varón
El cáncer de próstata es un tumor que tiene una incidencia similar al de mama en la mujer. Uno de cada diez hombres van a ser diagnosticados de cáncer de próstata a lo largo de su vida. "Sin embargo, las pruebas de cribado no tienen la misma penetración en el varón que como ocurre con la mujer en el cáncer de mama o con los controles ginecológicos que siguen para descartar un cáncer de cuello de útero, un tumor con una incidencia muy inferior a la que representa el cáncer de próstata. Los expertos llevamos tiempo intentando que el varón sea consciente de la importancia de hacerse revisiones y de acudir al urólogo", subraya el doctor Alcaraz.
Prevención del cáncer de próstata
Durante el Congreso también se han presentado los datos del estudio REDUCE, que demuestra que una nueva molécula, dutasteride, es capaz de reducir en un 23% el cáncer de próstata. El estudio incluye pacientes con un PSA elevado y con una biopsia previa negativa de tumor. "Esto abre un nuevo escenario ante la posibilidad de administrar fármacos para prevenir el cáncer de próstata en pacientes asintomáticos con un riesgo elevado de sufrir esta patología", afirma el doctor Alcaraz.


-Participación española
Tal y como señala el doctor Alcaraz, la participación española ha sido muy importante en el Congreso europeo. Algunas de las intervenciones quirúrgicas y la reunión de la Sección de Tecnología de la EAU se ha llevado a cabo en la Fundación Puigvert de Barcelona. "Se han presentado diferentes estudios españoles, entre los que están los trabajos realizados sobre nuevos marcadores tumorales, los del Hospital Clínico de Barcelona en cáncer de vejiga, y los del Hospital Vall d’Hebron en cáncer de próstata", concluye el doctor Alcaraz.

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