Con el objetivo de debatir las últimas novedades respecto al tratamiento de los pacientes VIH+ infectados por el virus de la hepatitis C (VHC) y llegar a un acuerdo sobre cómo deben manejarse estos pacientes en el momento actual, expertos nacionales e internacionales se reunieron en el "Forum Coinfección" celebrado en Madrid el pasado sábado y patrocinado por Roche Farma.
El hígado de los pacientes coinfectados por el VHC y el VIH se deteriora más rápido que en los infectados sólo por el VHC, por lo que es esencial iniciar cuanto antes el tratamiento de la hepatitis C. A pesar de esta circunstancia, la mayoría de los pacientes coinfectados no han sido tratados, aunque existe una alternativa terapéutica (la combinación de interferon pegilado alfa-2a y ribavirina) que puede curar hasta la mitad de los enfermos..
De los 130.000 infectados por el VIH que viven en España, un tercio presentan también VHC. Sin embargo son pocos los coinfectados que reciben tratamiento. Sin embargo, en nuestro país, a diferencia de Estados Unidos, donde este colectivo pertenece mayoritariamente a estratos sociales bajos y con problemas como la drogadicción o el alcoholismo, "En España, la mayoría son personas de 45 años de media, que ya no son drogadictos y de las que controlamos su VIH pero no su hepatitis C", señala el Dr. Vicente Soriano, investigador del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III de Madrid y coordinador del ‘Forum Coinfección’.
La explicación a que más de la mitad de los pacientes coinfectados no reciban tratamiento está, a juicio de este experto, en que "el médico no lo considera importante o existen por parte del paciente problemas psiquiátricos, o comorbilidades asociadas". Lo que sí está claro es que "esa tendencia es necesario revertirla cuanto antes".
De hecho, el Dr. Soriano insistió en que los coinfectados también se pueden curar. "Lo que intentamos –indica- es controlar primero la infección por VIH con medicación antirretroviral y luego tratar la hepatitis C". A lo que añade "tenemos la suerte de que una proporción de los pacientes coinfectados, que puede ser de un 25 por ciento, tiene genotipo 3, lo que permite responder mejor al tratamiento en comparación con los infectados por los genotipos 1 y 4.".
--Últimos avances en coinfección
"En los últimos meses se ha producido una revolución en el campo del manejo de los pacientes VIH+ que padecen hepatitis C, gracias al tratamiento con interferon pegilado y ribavirina en 3.000 pacientes utilizando una metodología nueva, GWAS (Genome Wide Association Studies)", asegura el Dr. Vicente Soriano. "En este estudio se analizó todo el genoma humano y se identificó un gen frecuente sólo entre los enfermos que se curaron de la hepatitis C".
A partir de este descubrimiento y tras su publicación en ‘Nature’, comenzó a aplicarse en otros pacientes con hepatitis C. De hecho, el Hospital Carlos III colaboró con el grupo de expertos americanos que descubrieron esta nueva técnica con el análisis de 164 pacientes coinfectados. "Los pacientes que tienen el polimorfismo en la interleuquina 28B se curan hasta cuatro veces más que los que no lo tienen, con independencia del sexo, la edad, el genotipo, cirrosis…", ha indicado el investigador, tras hacerse públicos los resultados.
Asimismo, ha hecho hincapié en que en el ‘Forum Coinfección’ se ha llegado a la conclusión de que el "futuro en el tratamiento de estos pacientes reside en la combinación de interferon pegilado y ribavirina junto con los nuevos agentes antivirales que están en las últimas fases de desarrollo clínico, así como en la utilización de marcadores genéticos, entre los que destaca la interleuquina 28B".
"Todos los avances que se están produciendo y los que se esperan a corto o medio plazo obligan -en su opinión- a que el médico tenga la información lo más actualizada posible no sólo por el interés académico sino por su repercusión en los pacientes".
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08 March 2010
02 February 2010
Un test genético podría predecir la capacidad de curación de la Hepatitis C.
Mediante un test genético se puede predecir la capacidad de curación de la hepatitis C, tanto en pacientes monoinfectados como en coinfectados por VIH. Es una de las conclusiones del estudio llevado a cabo por Norma Ibón Rallón y un equipo de investigadores del Hospital Carlos III de Madrid.
El virus de la hepatitis C afecta a más de 170 millones de personas en todo el mundo, y se vuelve crónica en el 80% de los casos. En ellos, el tratamiento estándar, a base de interferón y ribavirina, tampoco logra curar a todos los pacientes: se estima que entre un 70 y un 80% de los infectados sólo por el virus de la hepatitis C se curan, mientras que tan sólo lo logran la mitad de los coinfectados por este virus más el del VIH –un grupo muy numeroso-.
Entre los factores que reducen las posibilidades de curación, además de la coinfección con VIH, se encuentran características individuales del paciente, como el sexo –responden mejor las mujeres al tratamiento-, la edad –siendo los más jóvenes los que tienen mejor pronóstico-, la raza –las personas africanas responden peor que los caucasianos- o las enfermedades subyacentes del hígado, que complican el proceso.
Además, en cuanto a los factores virales, el virus de la Hepatitis C tiene seis genotipos. De ellos, se sabe que los infectados con los genotipos 2 y 3 responden mejor al tratamiento, pero en España prevalece el subtipo 1 del virus, que tiene una respuesta peor.
Sin embargo, ninguno de estos datos permite a un médico tomar una decisión sobre la conveniencia de iniciar el tratamiento en un paciente determinado. Siempre se intentará. Si la carga viral disminuye, se le da una oportunidad a los fármacos, pero puede ocurrir que se suspenda el tratamiento, por falta de resultados, cuando el paciente lleva ya meses con él, y el enfermo habrá sufrido un tratamiento agresivo, costoso y que tiene efectos secundarios importantes.
Dado el dilema, un grupo de investigadores de Estados Unidos estudiaron hace unos meses la secuencia completa del genoma humano. Se encontró una característica en un gen -una serie de polimorfismos en una región cercana al gen de la interleucina 28-B-, que determinaba la curación: si un paciente tenía una de las formas del polimorfismo, el paciente se curaba con el tratamiento. Este estudio, realizado sobre pacientes monoinfectados con el virus de la hepatitis C, se validó por equipos científicos de EE.UU, Japón, Australia y Suiza, con sus poblaciones de pacientes.
Pero nunca antes se había probado su asociación con la respuesta al tratamiento en pacientes coinfectados con el VIH, lo que hace que este estudio sea pionero en el mundo, y que vaya a ser presentado en el próximo CROI 2010, en San Francisco.
-En el Hospital Carlos III de Madrid, el equipo de profesionales del servicio de Enfermedades Infecciosas, liderado por el doctor Vicente Soriano, se encuentra a diario con el problema del tratamiento de la hepatitis C a pacientes coinfectados con el VIH, la mayoría, además, con el genotipo 1, de peor pronóstico. Por eso, al estudiar a este grupo de población (con una muestra de 650 personas) se ha podido determinar la fuerte asociación entre la presencia del polimorfismo antes mencionado y la curación de la enfermedad hepática, y el Hospital ha encontrado una nueva herramienta para la toma de decisiones antes del inicio del tratamiento.
"Si se instaurara de rutina la evaluación de este polimorfismo, de esta característica del gen, esa información les daría a los médicos una herramienta útil para decidir comenzar con el tratamiento o no", explica la doctora Norma Rallón. "Si se combina esta evaluación genética con el resto de factores del paciente (el genotipo viral, edad, sexo, etcétera), se puede elaborar un modelo que sirva a los médicos para prever con mayor certeza si merece la pena someter a tratamiento a un paciente, sabiendo que tiene más posibilidades de curarse si tiene ese ‘genotipo protector’ ".
El virus de la hepatitis C afecta a más de 170 millones de personas en todo el mundo, y se vuelve crónica en el 80% de los casos. En ellos, el tratamiento estándar, a base de interferón y ribavirina, tampoco logra curar a todos los pacientes: se estima que entre un 70 y un 80% de los infectados sólo por el virus de la hepatitis C se curan, mientras que tan sólo lo logran la mitad de los coinfectados por este virus más el del VIH –un grupo muy numeroso-.
Entre los factores que reducen las posibilidades de curación, además de la coinfección con VIH, se encuentran características individuales del paciente, como el sexo –responden mejor las mujeres al tratamiento-, la edad –siendo los más jóvenes los que tienen mejor pronóstico-, la raza –las personas africanas responden peor que los caucasianos- o las enfermedades subyacentes del hígado, que complican el proceso.
Además, en cuanto a los factores virales, el virus de la Hepatitis C tiene seis genotipos. De ellos, se sabe que los infectados con los genotipos 2 y 3 responden mejor al tratamiento, pero en España prevalece el subtipo 1 del virus, que tiene una respuesta peor.
Sin embargo, ninguno de estos datos permite a un médico tomar una decisión sobre la conveniencia de iniciar el tratamiento en un paciente determinado. Siempre se intentará. Si la carga viral disminuye, se le da una oportunidad a los fármacos, pero puede ocurrir que se suspenda el tratamiento, por falta de resultados, cuando el paciente lleva ya meses con él, y el enfermo habrá sufrido un tratamiento agresivo, costoso y que tiene efectos secundarios importantes.
Dado el dilema, un grupo de investigadores de Estados Unidos estudiaron hace unos meses la secuencia completa del genoma humano. Se encontró una característica en un gen -una serie de polimorfismos en una región cercana al gen de la interleucina 28-B-, que determinaba la curación: si un paciente tenía una de las formas del polimorfismo, el paciente se curaba con el tratamiento. Este estudio, realizado sobre pacientes monoinfectados con el virus de la hepatitis C, se validó por equipos científicos de EE.UU, Japón, Australia y Suiza, con sus poblaciones de pacientes.
Pero nunca antes se había probado su asociación con la respuesta al tratamiento en pacientes coinfectados con el VIH, lo que hace que este estudio sea pionero en el mundo, y que vaya a ser presentado en el próximo CROI 2010, en San Francisco.
-En el Hospital Carlos III de Madrid, el equipo de profesionales del servicio de Enfermedades Infecciosas, liderado por el doctor Vicente Soriano, se encuentra a diario con el problema del tratamiento de la hepatitis C a pacientes coinfectados con el VIH, la mayoría, además, con el genotipo 1, de peor pronóstico. Por eso, al estudiar a este grupo de población (con una muestra de 650 personas) se ha podido determinar la fuerte asociación entre la presencia del polimorfismo antes mencionado y la curación de la enfermedad hepática, y el Hospital ha encontrado una nueva herramienta para la toma de decisiones antes del inicio del tratamiento.
"Si se instaurara de rutina la evaluación de este polimorfismo, de esta característica del gen, esa información les daría a los médicos una herramienta útil para decidir comenzar con el tratamiento o no", explica la doctora Norma Rallón. "Si se combina esta evaluación genética con el resto de factores del paciente (el genotipo viral, edad, sexo, etcétera), se puede elaborar un modelo que sirva a los médicos para prever con mayor certeza si merece la pena someter a tratamiento a un paciente, sabiendo que tiene más posibilidades de curarse si tiene ese ‘genotipo protector’ ".
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