Un nuevo sistema portátil que enfría el cerebro a través de la cavidad nasal podría mejorar la supervivencia después de un ataque cardíaco en comparación con los procedimientos de tratamiento estándar, sobre todo cuando la CPR y el enfriamiento se inician de forma primaria. Los resultados de un estudio reciente han demostrado que el sistema de enfriamiento intranasal RhinoChill(TM) permite que la temperatura del cerebro alcance el objetivo varias horas antes que los pacientes que se someten a enfriamiento en las salas de emergencia. Es ampliamente reconocido que cuanto antes se reduzca la temperatura del cerebro, mejores son las posibilidades de minimizar los daños a largo plazo.
El ensayo, publicado de forma online en la prestigiosa publicación Circulation, es el primero en evaluar el enfriamiento utilizando este sistema en un protocolo aleatorio realizado en el campo y durante el ataque. En el ensayo Pre-Resuscitation Intra-Nasal Cooling Effectiveness (PRINCE) se han visto implicados 200 pacientes que sufrieron paro cardíaco en 15 localizaciones de Bélgica, Alemania, Italia, República Checa y Suecia, donde se inició la resucitación cardiopulmonar (CPR) a los 20 minutos de producirse el ataque. Los pacientes fueron seleccionados de forma aleatoria para recibir enfriamiento intranasal con RhinoChill junto al tratamiento cardíaco de apoyo a la vida estándar avanzado (ACLS) o ACLS sólo hasta que fueron resucitados o llegaron al hospital, fase en la que los pacientes de ambos grupos fueron enfriados.
Los resultados han demostrado que la temperatura timpánica objetivo de 34 grados C, utilizada como aproximación de la temperatura cerebral, se alcanzó tres horas antes en el grupo de recepción de la refrigeración antes del hospital con RhinoChill. La temperatura objetivo central del cuerpo también se consiguió dos horas antes. Entre los pacientes que sobrevivieron al menos hasta su admisión en el hospital, el 47% de los pacientes que fueron enfriados sobrevivieron a la descarga, en comparación con sólo el 31% de los que no habían sido enfriados. Las tasas de supervivencia en el 75% de los pacientes que recibieron la CPR a los 10 minutos del ataque fueron del 59% y del 29%, respectivamente.
El 37% de los que fueron enfriados de forma intranasal durante el ataque sobrevivieron de forma neurológicamente intacta, en comparación con sólo el 21% de los que no fueron enfriados en el campo. Las tasas de supervivencia de forma neurológicamente intacta en pacientes que recibieron la CPR a los 10 minutos del ataque fueron del 46% y del 18%, respectivamente, una diferencia muy importante.
"En este ensayo, el enfriamiento primario del cerebro en combinación con la CPR primaria, afectan de forma favorable a los resultados, independientemente del ritmo", comentó el principal investigador de PRINCE, la doctora Maaret Castren, del Departamento de Ciencias Clínicas y Formación del Karolinska Institute de Estocolmo (Suecia), y del Departamento de Medicina de Emergencia de Sodersjukhuset. "Creemos que este estudio demuestra que hacer que cada intento de comenzar el enfriamiento tanto de la CPR como de intra-ataque tan pronto como sea posible debería adoptarse en el proceso de resucitación".
Como acompañamiento de la editorial del estudio PRINCE publicado en Circulation, el doctor Lance Becker, de la University of Pennsylvania, observó: 'A pesar de que los números son demasiado pequeños para llegar a la importancia, proporcionan unas cifras de enfriamiento tentadoras y tendencias de supervivencia que indican que los resultados mejorados del enfriamiento de intra-ataques nasales podría encontrarse en un ensayo clínico mayor'.
También comentó: 'Uno de los puntos fuertes de esta aproximación [RhinoChill] parece ser relativa a la no invasión y facilidad de administración. Podría demostrar ser un instrumento ideal para los casos de servicios de emergencia médica'.
El sistema de enfriamiento intranasal RhinoChill utiliza un catéter nasal no invasivo que pulveriza un líquido refrigerante de rápida evaporación en la cavidad nasal. Esta gran cavidad nasal es un intercambiador de calor y reside justo debajo del cerebro. La portabilidad del sistema y facilidad de uso suponen que el enfriamiento del Orebro se puede iniciar mucho antes tras el ataque cardíaco frente a los instrumentos tradicionales, que no se pueden utilizar hasta que el paciente llega al hospital.
El ataque cardíaco detiene el flujo de sangre hacia el cerebro, y el fallecimiento puede producirse entre 4 y 6 minutos en caso de que la circulación no se restaure de forma rápida. Los pacientes resucitados podrían sufrir heridas cerebrales debido a la falta e oxígeno, y debido a ello el flujo sanguíneo restaurado puede causar inflamación en los tejidos dañados. La refrigeración del cerebro es necesaria para el oxígeno, reduciendo el proceso de daños.
El sistema RhinoChill recibió la aprobación de la Marca CE para su comercialización en los países de la Unión Europea en diciembre de 2007. En la actualidad está previsto comenzar sus lanzamientos en los mercados europeos selectos desde octubre de 2010. El sistema RhinoChill no se puede vender en Estados Unidos.
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17 August 2010
16 March 2010
Científicos de la RECAVA descubren hasta qué punto la edad determina el pronóstico de la endocarditis infecciosa

Una investigación publicada en la revista científica Circulation y realizada por Científicos de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, ha determinado hasta qué punto la edad de los pacientes con endocarditis influye en las principales características de la enfermedad. Conocer este dato es vital para el futuro, pues como la endocarditis afecta más frecuentemente a personas de mayor edad y se está produciendo un envejecimiento progresivo de la población en los países desarrollados, investigaciones como esta ayudan a predecir cómo serán las endocarditis en el futuro.
Los científicos de la RECAVA, coordinados por el Dr Javier López, analizaron una población muy amplia de pacientes con endocarditis infecciosa que fueron tratados desde el año 1996 hasta 2008 en 3 centros sanitarios españoles, el Hospital Clínico de Valladolid, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Hospital de la Princesa de Madrid.
En total estudiaron a 680 pacientes, lo que constituye la serie de pacientes más grande analizada para este fin. Además, la originalidad de esta investigación es la manera en la que se estudiaron los pacientes. Hasta el momento, las investigaciones anteriores habían comparado las características de los pacientes mayores de cierta edad (60, 65, 70, 75 u 80 años) con el resto de los pacientes. Esos puntos de corte no respondían a ninguna cuestión clínica, sino que los establecían los investigadores de manera arbitraria. En el estudio de la RECAVA, los investigadores han evitado la arbitrariedad de otros trabajos que dividían la población en función de las preferencias del investigador, no atendiendo a criterios clínicos. De esta forma se han evitado sesgos que contenían anteriores investigaciones y que impedían obtener una información relevante.
Entre los principales hallazgos de la investigación de la RECAVA publicada por Circulation se encuentran que existen marcadas diferencias en las principales características de la enfermedad en función de la edad. A medida que los pacientes son mayores, aumenta la proporción de mujeres (24% en edades jóvenes, 51% en los mayores), los pacientes tienen más factores que les predisponen a padecer la enfermedad, como diabetes, que está presente en un tercio de los pacientes mayores o cáncer (en el 15%), también tienen más enfermedades cardiacas (hasta el 80% de los pacientes mayores tenían una cardiopatía predisponente) y predominan determinadas bacterias asociadas a procesos digestivos (Enterococos y Estreptococo bovis). Por el contrario, hay mayor destrucción valvular e infecciones provocadas por Estafilococo aureus (14% en los mayores, 26% en los jóvenes), que es una bacteria tremendamente agresiva, en pacientes jóvenes.
Finalmente, esta investigación ha permitido observar que los pacientes de mayor edad tienen un peor pronóstico hospitalario, principalmente porque la mortalidad durante la cirugía, que es precisa en aproximadamente el 50% de los pacientes con endocarditis, es muy superior a medida que aumenta la edad de los pacientes (35% en los pacientes de más edad y 18% en los más jóvenes).
Los científicos de la RECAVA, coordinados por el Dr Javier López, analizaron una población muy amplia de pacientes con endocarditis infecciosa que fueron tratados desde el año 1996 hasta 2008 en 3 centros sanitarios españoles, el Hospital Clínico de Valladolid, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Hospital de la Princesa de Madrid.
En total estudiaron a 680 pacientes, lo que constituye la serie de pacientes más grande analizada para este fin. Además, la originalidad de esta investigación es la manera en la que se estudiaron los pacientes. Hasta el momento, las investigaciones anteriores habían comparado las características de los pacientes mayores de cierta edad (60, 65, 70, 75 u 80 años) con el resto de los pacientes. Esos puntos de corte no respondían a ninguna cuestión clínica, sino que los establecían los investigadores de manera arbitraria. En el estudio de la RECAVA, los investigadores han evitado la arbitrariedad de otros trabajos que dividían la población en función de las preferencias del investigador, no atendiendo a criterios clínicos. De esta forma se han evitado sesgos que contenían anteriores investigaciones y que impedían obtener una información relevante.
Entre los principales hallazgos de la investigación de la RECAVA publicada por Circulation se encuentran que existen marcadas diferencias en las principales características de la enfermedad en función de la edad. A medida que los pacientes son mayores, aumenta la proporción de mujeres (24% en edades jóvenes, 51% en los mayores), los pacientes tienen más factores que les predisponen a padecer la enfermedad, como diabetes, que está presente en un tercio de los pacientes mayores o cáncer (en el 15%), también tienen más enfermedades cardiacas (hasta el 80% de los pacientes mayores tenían una cardiopatía predisponente) y predominan determinadas bacterias asociadas a procesos digestivos (Enterococos y Estreptococo bovis). Por el contrario, hay mayor destrucción valvular e infecciones provocadas por Estafilococo aureus (14% en los mayores, 26% en los jóvenes), que es una bacteria tremendamente agresiva, en pacientes jóvenes.
Finalmente, esta investigación ha permitido observar que los pacientes de mayor edad tienen un peor pronóstico hospitalario, principalmente porque la mortalidad durante la cirugía, que es precisa en aproximadamente el 50% de los pacientes con endocarditis, es muy superior a medida que aumenta la edad de los pacientes (35% en los pacientes de más edad y 18% en los más jóvenes).
***Pie de foto (de izquierda a derecha): Dr Javier López y Dr Alberto San Román, autores del estudio 
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