Recientes estudios asocian la alteración de estas glándulas -hipotiroidismo o hipertiroidismo-, con un mayor riesgo de arritmias y muerte cardiovascular. La tiroides es la glándula endocrina que está situada justo arriba de la tráquea y que produce las hormonas tiroideas -la tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3-, encargadas de regular todas las actividades que componen el metabolismo de nuestro cuerpo, incluyendo la velocidad con la que se queman calorías y el ritmo al que late el corazón.
Una tiroides demasiado activa produce más hormonas de las que el cuerpo necesita, proceso que se conoce como hipertiroidismo. En este caso, el exceso de hormona tiroidea puede causar pérdida de peso, aumento de la frecuencia cardiaca, sensibilidad al calor, sudoración excesiva, ansiedad, evacuaciones flojas, irritabilidad, cansancio, debilidad y trastornos en la menstruación. Además, se calcula que aproximadamente una de cada cien mujeres y uno de cada mil hombres desarrollan hipertiroidismo en algún momento de su vida.
Sufrir hipertiroidismo conlleva un mayor riesgo de desarrollar fibrilación auricular, FA, así lo indica una investigación llevada a cabo por investigadores del H.U. Gentofte en Hellerup, Dinamarca, y publicado en la revista British Medical Journal, BMJ. Se trata de un estudio realizado a 586.460 pacientes adultos de Atención Primaria de la ciudad de Copenhague, a los que se evaluó la función tiroidea por primera vez entre los años 2000-2010, y a los cuales no se les había diagnosticado ningún síntoma de enfermedad tiroidea ni de FA.
Hipertiroidismo subclínico
Los resultados mostraron que, después de cinco años y medio de seguimiento, las personas con hipertiroidismo subclínico tienen un aumento del riesgo relativo del 23% de desarrollar fibrilación auricular, FA, en comparación con los individuos con función tiroidea normal, y de hasta el 30% en aquellas personas que poseen hipertiroidismo manifiesto
Además, en comparación con los pacientes eutiroideos, el riesgo de FA en los pacientes con hipertiroidismo subclínico aumentó con la disminución de los niveles de TSH. Así, el trabajo revela que, en los pacientes con función tiroidea normal, el riesgo de FA aumentó un 11% con función tiroidea normal alta (0,2-0,4) y, en pacientes con hipotiroidismo subclínico, este riesgo se elevó a un 30% cuando se les redujo los niveles de TSH hasta <0 p="">
En conclusión, el estudio demuestra que el riesgo de padecer FA está estrechamente asociado con la actividad de la tiroides. Los resultados indican que los pacientes con hipotiroidismo manifiesto tienen un bajo riesgo de padecer una FA y, en cambio, los pacientes con hipertiroidismo tienen un elevado riesgo de presentarla. En el caso de la enfermedad tiroidea subclínica, los riesgos están asociados de forma variable y dependiente a los niveles de TSH, aumentando el riesgo de FA con el descenso de los niveles de la TSH.
La FA, la más común en los ancianos
En este sentido el Dr. Ángel Moya, presidente de la sección de arritmias y ritmo cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología, SEC, y miembro de la Fundación Española del Corazón, FEC, destaca que, "hasta el momento se conocía que el hipertiroidismo manifiesto estaba asociado con fibrilación auricular; ahora, gracias a investigaciones como esta, vemos que también el hipertiroidismo subclínico, es decir, la reducción de la TSH <0 arritmias="" asocia="" aumento="" cardiaca="" con="" concentraci="" de="" dentro="" elevada="" frecuencia="" las="" libre="" los="" n="" niveles="" p="" pero="" rangos="" referencia="" se="" tiroxina="" un="" y="">
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"La FA es la arritmia cardíaca más común en los ancianos. Se calcula que en España el 4,4% de la población mayor de 40 años padece esta enfermedad, la prevalencia de la cual se duplica a partir de los 70 años, y que se asocia a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, embolismo periférico y mortalidad", recuerda el Dr. Moya.
Por el contrario, una glándula tiroides que no sea lo suficientemente activa desarrolla hipotiroidismo, que puede provocar aumento de peso, fatiga, lentitud, dificultad para lidiar con las bajas temperaturas, debilidad, estreñimiento, depresión, sangrados menstruales abundantes o ronquera. Se calcula que afecta entre el 4% y 20% de la población y que, en ocasiones, puede trascurrir sin síntomas u ocasionar múltiples síndromes de diversa intensidad en el organismo.
Mayor riesgo
Recientemente se ha publicado un estudio observacional en el Journal of the American College of Cardiology (JACC), donde se demuestra la relación existente entre el hipotiroidismo subclínico y mortalidad cardiovascular. Los resultados evidenciaron que, durante el seguimiento, hubo 3.669 muertes, 680 de ellas relacionadas con la enfermedad cardiovascular. Al ajustar los datos según distintas variables como el sexo, edad o antecedentes, las diferencias más significativas entre ambos grupos se encontraron en los datos de mortalidad global a partir de los 5 años, la mortalidad global y cardiovascular en mayores de 65 años y en niveles de TSH entre 5 y 10 mlU/l.
La investigación concluye que la presencia de hipotiroidismo subclínico no supone ningún aumento de la mortalidad total, pero sí un aumento del riesgo en la mortalidad cardiovascular del 14% y a un aumento del riesgo de eventos cardiovasculares en un 18%.
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