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08 September 2010

Elizabeth Blackburn: "La pobreza puede alterar el mantenimiento del ADN"


Pobreza, alimentación deficiente, trabajo duro… Todas estas condiciones son limas que recortan los telómeros, las porciones de ADN que se hallan en las extremidades de los cromosomas. Su deterioro es una de las causas principales del envejecimiento y juega un papel en dolencias cardiovasculares e inmunológiacas, así como en cánceres.

La muestra de cómo las condiciones socioeconómicas pueden afectar a la salud es uno de los resultados más impactantes de las investigaciones de Elizabeth Blackburn en la Universidad de San Francisco. La apuesta de la premio Nobel de Medicina del 2009 por usar la razón científica en política le costó, bajo la presidencia de George W. Bush, la expulsión del comité de bioética de EEUU.
Blackburn (Hobart, Australia, 1948) visita Barcelona, donde ayer conversó con EL PERIÓDICO, para asistir al encuentro de la European Molecular Biology Organization.


-¿Qué relación hay entre telómeros y pobreza?
-Las condiciones socioeconómicas negativas, como la escasez de comida o un mal trabajo, pueden modificar el correcto mantenimiento de los telómeros. Hemos visto que esto suele traducirse en enfermedades cardiovasculares, cánceres, problemas del sistema inmune… Hay pruebas médicas de que una mejor salud suele estar relacionada con mayores ingresos, un mayor nivel educativo y con trabajos más enriquecedores.
-¿Cómo llega el entorno social a actuar en los genes?
-Desconocemos el mecanismo exacto. Pero creemos que la clave es el estrés psicológico crónico. Hemos visto que las hormonas del estrés obstaculizan el mecanismo de mantenimiento de los telómeros. Son estudios hechos con células en un laboratorio, pero es posible que las conclusiones se puedan extender a organismos reales.
-¿Entonces, la salud depende de los genes o del entorno?
-La medicina dio un gran paso adelante cuando descubrió las enfermedades infecciosas. Luego, descubrió que algunas enfermedades tienen una clara raíz genética. Sin embargo, suelen ser dolencias raras, que se dan por unas mutaciones específicas. En la biología molecular hay un secreto a voces: la influencia de los genes no es tan grande como se pensaba hace años. A menos que tengas una mutación genética, el papel de los genes es limitado. Por ejemplo, el estatus socioeconómico es una causa de problemas cardiovasculares mucho más determinante que la mayoría de los genes asociados a estas dolencias.
-¿Es decir, lo que cuenta es el estilo de vida de los individuos?
-No se trata solo de estilos de vida individuales, sino del contexto social. Nosotros hacemos estudios estadísticos: su traducción a nivel individual no es fácil. El colesterol es peligroso por encima de ciertos valores. Esto no quiere decir que un individuo que los supere enfermará seguro, sino que es muy probable que enferme.
-De modo que para mejorar la salud hay que cambiar el mundo…
-Seguramente una sociedad más justa revertiría en una mejor salud. Pero prefiero concentrarme en lo que puedo hacer como científica. Los programas de ayuda a la gente mayor tienen efectos positivos, incluso en un sistema de salud pública tan limitado como el de EEUU. Programas que mejoran la comida, reducen el estrés, proporcionan apoyo social, promueven ejercicio… Todo esto mejora la salud de los ciudadanos y, además, permite al Estado ahorrar dinero, ya que no tiene que solucionar los problemas cuando ya son graves, sino que puede trabajar antes en la prevención, lo que resulta más barato. La industria farmacéutica no tiene incentivos para fomentar la prevención: prefiere vender fármacos milagrosos que curen enfermedades. Esto está bien, pero los gobiernos sí que deberían tener ese incentivo, ya que la prevención les permite ahorrar.
-Usted fue expulsada del comité de bioética del Gobierno de Bush por defender la investigación con células estaminales embrionarias. ¿Cómo juzga la prohibición que se acaba de establecer en EEUU?
-Estoy preocupada. En el comité, manifesté que los informes que se redactaban presentaban la evidencia científica de manera sesgada, a favor de investigar sólo con células estaminales adultas. Ahora, un juez federal ha vuelto a prohibir la investigación con embrionarias. De nuevo no está claro que su pronunciamiento se base en motivaciones científicas. Además, ese juez tiene un historial con un claro matiz ideológico. Para mí, lo que cuenta es que se utilice la mejor evidencia científica disponible.


**Entrevista publicada hoy en "El Periódico de Cataluña"

Un experimento de la Universidad de Utah convierte las señales del cerebro en palabras


Un equipo de científicos de la Universidad de Utah ha dado un nuevo paso al demostrar la viabilidad de traducir las señales cerebrales correspondientes a palabras pensadas en palabras escritas en un ordenador. Han utilizado dos mallas de 16 microelectrodos implantados bajo el cráneo y encima del cerebro, sin penetrarlo. Es tan solo una promesa, el método es invasivo y necesitará muchas mejoras y ensayos clínicos antes de convertirse en un traductor para pacientes gravemente paralizados y sin capacidad de hablar (por infarto cerebral, trauma o esclerosis lateral amiotrófica), explica Bradley Greger, profesor adjunto de Bioingeniería de la citada universidad.
Los investigadores colocaron unos nuevos minúsculos electrodos -microECoG- sobre el centro cerebral del habla (en el área que controla los movimientos faciales y la gran desconocida área de Wernicke, ligada al lenguaje y comprensión de la lengua) de un voluntario con ataques epilépticos severos durante cuatro días.
Son una versión reducida de los grandes electrodos empleados en electrocorticografía, desarrollados hace medio siglo. Separados por un milímetro, no necesitan penetrar en el cerebro y se consideran seguros para colocarlos en el centro del habla. Hasta ahora, en experimentos para controlar ordenadores o brazos artificiales, los electrodos convencionales se tenían que implantar en el interior del cerebro, con la desventaja añadida de que registran demasiadas señales cerebrales para una correcta descodificación.
Mientras el paciente leía varias veces cada una de las 10 palabras que podrían ser útiles a una persona con parálisis (sí, no, caliente, frío, hambriento, sediento, hola, adiós, más y menos) se registraron débiles señales cerebrales generadas por unas pocas miles de neuronas. Los investigadores observaron las señales del cerebro que representaban cada una de las 10 palabras. Al comparar pares de palabras (sí y no) pudieron distinguir la señal empleada por cada una de las palabras entre el 76% y el 90% de ocasiones. Cuando se examinaron simultáneamente 10 patrones de las señales, los aciertos fueron de entre el 28% y el 40%, casi cuatro veces mejor que el azar. No son resultados "suficientemente buenos para que un dispositivo traduzca los pensamientos de una persona con parálisis", afirma Greger. Estos pacientes suelen comunicarse con leves movimientos de pestañas o dedos.
El trabajo se publica en la revista científica Journal of Neural Engineering. El equipo de Greger prepara nuevos experimentos con mallas de mayor tamaño y de 121 microelectrodos para obtener más datos y, por tanto, más palabras, así como mejor precisión.
**Foto de la Universidad de Utah

Ensayos clínicos determinan los efectos de los extremos de los cromosomas


Se puede ser rubio o moreno, alto o bajo y tener los telómeros cortos o largos, por decirlo de forma gráfica. Y saber cómo afecta a la salud de una persona la longitud de sus telómeros (los extremos de los cromosomas de cada célula), es algo que se está estudiando ahora en ensayos clínicos, en los que colabora Elizabeth Blackburn, reciente premio Nobel de Medicina, que dio lugar a todo esto al descubrir, junto a otros compañeros, el mecanismo de renovación de los telómeros, a través de la enzima telomerasa.
Blackburn ha sido uno de los 1.300 asistentes al congreso de la Sociedad Europea de Biología Molecular (EMBO), que se celebró hasta ayer en Barcelona y que ha contado, entre otros, con su discípula María Blasco (ahora en el CNIO) y otros prestigiosos especialistas españoles, como Mariano Barbacid y Eduard Battle.
A pesar de ser un área que tiene ya casi 30 años, el panorama de investigación en telómeros sigue siendo complicado. El estrés crónico se relaciona con el acortamiento de los telómeros y este acortamiento se relaciona con el envejecimiento, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer pero, sin embargo, no hay datos que relacionen el estrés directamente con el cáncer, explica Blackburn.
En cáncer, de hecho, se ha visto que telómeros cortos en células de la sangre precedieron a la aparición y el avance de la enfermedad. Sin embargo, las células tumorales en cánceres ya avanzados producen una alta cantidad de telomerasa y tienen, por tanto, telómeros largos. Y no existe la píldora mágica para alargar los telómeros, a pesar de lo que se pueda ver en Internet, advierte Blackburn.


**Publicado en "El Pais"

Ser obeso puede generar problemas de fertilidad

El exceso de peso no es bueno para la salud y tampoco para las opciones de tener descendencia, sobre todo en las mujeres. Aunque su correlación parece evidente, el porqué seguía siendo una incógnita. Un trabajo publicado en la revista 'Cell Metabolism' revela que el exceso de insulina es el actor principal, pero no de la manera esperada.
Una de las alteraciones que provoca en el organismo la obesidad es la aparición de resistencia a la insulina. Esto sucede cuando los tejidos típicamente estimulados por esta hormona (hígado, músculo) dejan de responder a sus señales. Esta situación, que marca el inicio de una pendiente que puede terminar en el desarrollo de diabetes, podría estar de algún modo relacionada con la disminución de la fertilidad. O al menos esa era la teoría.
"Nos daba la sensación de que la disfunción reproductiva se debía a la resistencia a la insulina", explica Andrew Wolfe, de la Universidad Johns Hopkins (EEUU), líder de la investigación. Sin embargo, lo que él y sus colegas descubrieron gracias a sus trabajos con ratones ha dado lugar "a un nuevo modelo".

-La clave está en el cerebro
El síndrome de ovarios poliquísticos (SOP) es una de las alteraciones metabólicas más estudiadas y comparte con la obesidad algunos rasgos, entre ellos la resistencia a la insulina y la infertilidad. En las mujeres que padecen SOP se han visto problemas con los niveles hormonales, especialmente de la hormona luteinizante (LH), sintetizada por la hipófisis, sugiriendo que el problema podría encontrarse en esta glándula situada en el encéfalo.
Precisamente, este pequeño órgano secretor contiene células con receptores para la insulina, de modo que la investigación parecía ir encaminada. Para evaluar directamente el papel de la insulina sobre la secreción de las hormonas sexuales y su relación con la fertilidad, los autores generaron un grupo de ratones modificados genéticamente para no tener receptores insulínicos en la hipófisis.
Al observar a estos roedores, y compararlos con otros 'normales', todo parecía ser normal hasta que los alimentaron a todos con una dieta hipercalórica. El aumento de peso tuvo un efecto dispar en estos dos grupos. Mientras que los ejemplares modificados en el laboratorio se reproducían de forma normal, los sanos lo hacían seis veces peor. Además, tenían los rasgos típicos del SOP: LH y testosterona elevadas, ciclos reproductivos irregulares, etc.
"Esto sugiere que las señales del receptor de insulina en la hipófisis son fundamentales para la desregulación de la secreción de LH asociada con la obesidad", explican los autores. Pero, en lugar de responder a este estado desarrollando resistencia, las células de esta glándula siguen siendo receptivas y se 'ahogan' cuando los niveles de esta hormona aumentan.
Por qué los receptores situados en la hipófisis no pierden su sensibilidad es una incógnita, pero el hallazgo realizado por Wolfe y sus colegas ayuda a entender un poco mejor los problemas de fertilidad de las mujeres obesas y, sobre todo, el síndrome de ovarios poliquísticos.

**Publicado en "El mundo"

Las autoridades de China insisten en la gimnasia masiva para mejorar la salud de la población


Gimnasia masiva. Esa es la actividad a la que nuevamente han sido 'invitados' los ciudadanos de Pekín por las autoridades chinas. Así, cada día, los trabajadores de la capital oriental deberán dedicar parte de su tiempo laboral a realizar ejercicio físico.
Suspendidos hace tres años, los ejercicios en masa en el lugar de trabajo, -originarios de la época maoista-, acaban de volver a ponerse en marcha. El objetivo, aseguran, es mantener en forma una población cada vez más sedentaria.
Cada semana, en un parque que linda con la Ciudad Prohibida, un grupo de instructores enseña las figuras de los ejercicios a varios voluntarios. Luego, estos se encargan de mostrárselas a los pekineses que deberán ejecutarlos dos veces al día al ritmo de la música de la radio estatal.
"Los jóvenes pican mucho y permanecen sentados toda la jornada delante del ordenador. No quieren hacer ejercicio", lamenta Liu, 28 años, empleada de de una agencia inmobiliaria cuyo propietario le ha pedido que aprenda los ejercicio para enseñárselos al resto de sus colegas.
"Este tipo de actividad es buena para el cuerpo y el espíritu", asegura, antes de de volver a dirigirse a un grupo que se mueve a golpe de sus instrucciones: "¡uno, dos tres, cuatro!".
Lanzada en 1951 por Mao Zedong, la gimnasia en masa ha evolucionado a lo largo de estas décadas, combinando ejercicios de disciplinas tradicionales chinas, como el Kung Fu, con otras actividades más modernas y actualizadas, como el aerobic.


-Una iniciativa recuperada
Estas actividades en grupo se habían suspendido en 2008 por dos razones: por un lado, la falta de entusiasmo de la población y, por otro, el inicio de los preparativos de los Juegos Olímpicos de Pekín. Sin embargo, han reaparecido justo después de que las autoridades hayan mostrado su preocupación por el aumento de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares entre los chinos.
La Federación de sindicatos de Pekín desea que los ocho minutos de deporte estén integrados en todas las empresas del estado en 2011 y que el 60% de los empleados pekineses participen e ellos.
Está previsto formar a 5.000 instructores que serán los encargados de enseñar los movimientos a los empleados de la capital. Zhang Zhenying, que enseña ejercicios cerca de la Ciudad Prohibida dos veces por semana, espera que los ciudadanos se entusiasmen con la iniciativa. Sin embargo, otros trabajadores muestran menos interés y se preguntan si esta práctica es útil en esta época, donde las jornadas laborales son muy largas y existe mucha presión.


**Foto de la Agencia France Presse

El abuso del tabaco en el hombre hace reducir la calidad de su esperma


El lema 'fumar puede dañar el esperma y reducir la fertilidad', uno de los que aparece en las cajetillas de tabaco, no es sólo una frase para asustar a los fumadores. No es una amenaza para animarles a dejar el hábito del tabaco, sino una realidad contrastada. Dos estudios recién publicados en 'Human Reproduction' aportan nuevas claves sobre cómo los cigarros disminuyen seriamente las posibilidades de concebir.
Las investigaciones recogen, en primer lugar, que cuando una mujer fuma durante el primer trimestre del embarazo está dañando la fertilidad que tendrá su bebé en el futuro. En concreto, reduce el número de células germinales (las encargadas de formar los óvulos en las mujeres y el semen en hombres) y de células somáticas (las responsables de formar otras partes del cuerpo).
Un equipo del Departamento de Fisiología Reproductiva del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca) analizó 24 embriones, obtenidos de mujeres que abortaron legalmente entre los días 37 y 68 de embarazo, tomó muestras de sangre y orina de la madre e investigó sobre los hábitos de la mujer en cuanto al tabaco y el alcohol.
Así, vieron que el número de células germinales se había reducido más del 55% en los embriones que procedían de chicas fumadoras y éstos también tenían un 37% menos células somáticas. La reducción de estas células era mayor cuanto más cigarrillos fumaba la embarazada y se notaba más en los niños que en las niñas.
"Dado que las células germinales forman los óvulos y el semen, es lógico que la disminución del número de dichas células tenga efecto en la fertilidad de la descendencia", explica Claus Yding Andersen, uno de los autores del estudio.
"El primer trimestre de embarazo es crucial para el desarrollo de los órganos sexuales del feto. Entre la semana seis y ocho de gestación se empiezan a diferenciar los testículos o los ovarios. Si algo va mal en este periodo, muy sensible a factores externos como el humo del tabaco, influirá en la funcionalidad de las gónadas a largo plazo", añade.
Sin embargo, el investigador deja un poco de esperanza al reconocer que "se desconoce si los hijos de madres fumadoras pueden recuperar estas células con el paso de los años".
Para los científicos, el tabaco es uno de los responsables de la pérdida de la fertilidad que las sociedades han experimentado en los últimos años. Una de cada ocho gestantes fuma, aunque la cifra se va reduciendo poco a poco.
Pero los hombres también tienen su parte de responsabilidad. El segundo trabajo, realizado en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Saarland (Alemania), señala que los varones fumadores tienen menos protaminas (proteínas que juegan un papel clave en la formación del semen) que los no fumadores.
Al comparar a 53 chicos que fumaban más de 20 cigarros al día con 63 que no tenían la adicción, los científicos vieron que las concentraciones de estas proteínas eran un 14% más bajas en los primeros que en los segundos y, por tanto, también era menor la calidad del esperma.

Un estudio rompe el dicho de mujer guapa=mujer tonta


El popular dicho de «la suerte de la fea, la guapa la desea» parece haber pasado a la historia. Según un estudio del Instituto de Ciencias del Comportamiento de la Universidad Radboug, en Nijimegen, los adolescentes más atractivos parten con ventaja en muchos aspectos.
Según la investigación, en la que participaron 230 estudiantes entre 13 y 15 años, los guapos tienen mejor salud, practican más deportes, son mejor aceptados por sus iguales y suelen tener mayores éxitos académicos. Pero no siempre ha sido así. Los menores juzgados como mas seductores tenían la autoestima más baja al inicio de la adolescencia pero, con los años, desarrollaban una mayor confianza.
El estudio también confirma que los atractivos tienen más desarrolladas las capacidades para las interacciones sociales y afectivas que los feos.

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