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24 March 2010

Fitoterapia combinada al servicio de la mujer


La fitoterapia combinada –trébol rojo y soja- se ha mostrado como un tratamiento alternativo para la combatir la sintomatología climatérica. Esta combinación reduce significativamente la frecuencia de sofocos en mujeres posmenopáusicas y menopáusicas. Además ayuda a la eliminación de sudoraciones y de la sintomatología tanto vegetativa como psíquica. Al mismo tiempo, tras 6 meses de tratamiento, se ha comprobado que mejora el perfil lipídico mediante la reducción de los niveles de colesterol total, c-LDL, e incrementa c-HDL.

La soja y el trébol rojo contienen fitoestrógenos. Numerosos estudios demuestran que este tipo de isoflavonas presenta funciones biológicas con propiedades agonistas y antagonistas, así como efectos beneficiosos sobre la salud y la mejora de la calidad de vida sobre todo en las mujeres posmenopáusicas.


En los últimos años, el interés por los fitoestrógenos ha crecido de forma importante al comprobarse que la THS (Terapia Hormonal Sustitutiva), la única medicación que se venía aplicando a las mujeres con sintomatología climatérica, no es tan segura y eficaz como había considerado, sino que genera una serie de problemas y reacciones adversas importantes, aumentando el riesgo de padecer cáncer de mama y endometrio, enfermedades cardiovasculares y la probabilidad de otras.

En la actualidad, el único medicamento comercializado en España con esta combinación es FITOGYN.

Presentada en Madrid la nueva guía sobre ‘Prevención Primaria de la Arteriosclerosis’


Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España. En conjunto, suponen más de un tercio de los fallecimientos registrados en nuestro país y algo más de cinco millones de estancias hospitalarias, con unas cifras totales de cerca de 20 millones de muertes anuales en todo el mundo.
El incremento de la obesidad y de la diabetes han hecho disparar las alarmas sobre la posible pandemia de enfermedad vascular para los próximos años, todo ello a pesar de una mayor concienciación de la importancia del estilo de vida y el descenso en el consumo de tabaco.
Como en la mayor parte de las enfermedades, la prevención primaria es la mejor forma de abordar globalmente los factores de riesgo cardiovascular. La arteriosclerosis es el principal agente de esta enfermedad. Así, la lucha frente a este síndrome se ha convertido en una prioridad médica de primer calibre. Por eso, la Agencia Pedro Laín Entralgo de la Comunidad de Madrid ha editado el libro ‘Prevención Primaria de la Arteriosclerosis", realizado con la colaboración de Pfizer, que presentó ayer, dirigida a todos los agentes implicados en el tratamiento de la arteriosclerosis: médicos de atención primaria, cardiólogos, endocrinos, nefrólogos, internistas, etc.
"Las enfermedades cardiovasculares y cardiometabólicas son la gran plaga del siglo XXI. Herramientas como este libro contribuyen a la formación de los facultativos, lo que repercute directamente en la mejora del tratamiento de la arteriosclerosis y, por tanto, en la salud cardiovascular del conjunto de la población", afirma Ana Sanz, Responsable de Relaciones con la Administración Sanitaria de Pfizer.
En la elaboración de esta publicación han participado un grupo de técnicos y profesionales que han revisado no sólo la patogenia de la enfermedad y los factores de riesgo cardiovascular, sino también la prevención primaria de la aterosclerosis en situaciones como la diabetes, dislipemias, hipertensión y tabaquismo. Los autores han utilizado casos clínicos comentados sobre estas situaciones en la práctica asistencial que ofrecen un enfoque práctico y un valor añadido al manual.
El resultado es una puesta al día de los principales factores de riesgo cardiovascular, su abordaje y tratamiento, lo que convierte a esta obra en referencia para todos los profesionales implicados en el manejo de estas enfermedades.
En definitiva, con el libro Prevención Primaria de la Arteriosclerosis se pretende poner al día el abordaje parcial y global de los principales factores de riesgo cardiovascular, con la finalidad de facilitar el trabajo de los médicos que tratan la principal causa de invalidez y de mortalidad en nuestro país, la arteriosclerosis, en sus diferentes manifestaciones clínicas.
"Pfizer, fiel a su compromiso con la mejora de la salud de los pacientes, considera la lucha contra estas dolencias uno de sus objetivos primordiales y de ahí el desarrollo de medicamentos que ayudarán a mejorar la salud de miles de personas", concluye Ana Sanz.
La arteriosclerosis se caracteriza por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas en las paredes de las arterias, lo que obstruye el flujo regular de sangre a órganos vitales como el corazón o el cerebro, privándolos de oxígeno y otros nutrientes vitales para funcionar normalmente.

Málaga albergará del 1 al 4 de junio el Congreso Nacional de la AEEM‏


Del 1 al 4 de junio el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga acogerá el XI Congreso de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) y Sección de Menopausia de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), un importante encuentro científico en el que por primera vez se darán cita, además de expertos ginecólogos, reumatólogos, oncólogos, médicos de familia y todos aquellos profesionales sanitarios relacionados con la salud de la mujer menopáusica y posmenopáusica, para desde una perspectiva integral y multidisciplinar mejorar aún más su calidad de vida durante esta etapa.
El Congreso, que estará presidido por el doctor Fernando Martín Malavé, como presidente del comité organizador, tendrá como lema Todo por la Mujer. Desde esta perspectiva, más de 1.000 especialistas abordarán los nuevos avances en el estudio y tratamiento de la mujer en su edad madura y analizarán los nuevos desafíos.
Actualmente, los cambios socioculturales han motivado una mayor demanda de mujeres con más de 40 años que desean, bien tener un hijo o, por el contrario, evitarlo. Ante esta realidad, en el Congreso se analizará la contracepción y reproducción asistida en la premenopausia. Además, se ofrecerán las claves para favorecer la prevención del cáncer de mama y la osteoporosis, el tratamiento hormonal antes y después de la menopausia, el conocimiento de la esfera psicosexual de la mujer, el manejo del suelo pélvico y de la incontinencia urinaria, etc.

Profesionales sanitarios abordan el tamoxifeno para mejorar el tratamiento en las pacientes de cáncer de mama

Una investigación publicada recientemente ha demostrado que algunas pacientes de cáncer de mama tratadas con tamoxifeno quizás no estén sacando el máximo beneficio del mismo porque también han estado tomando inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), unos fármacos que inhiben el efecto de una enzima importante en el metabolismo del tamoxifeno. En la VIIª Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama celebrada en Barcelona (EBCC7) hoy (miércoles) se anunciará que ahora, los investigadores han desarrollado una estrategia para superar este problema. El Sr. Sean Hopkins, farmacéutico clínico especializado en cáncer de mama del Centro de Cáncer del Hospital Regional de Ottawa, Canadá, presentará su investigación que demuestra que la modificación del tratamiento concomitante en pacientes con cáncer de mama en una fase temprana puede ayudar a que el tamoxifeno beneficie plenamente a las pacientes, y contribuir a la eficacia de su tratamiento.

El tamoxifeno se utiliza para prevenir el desarrollo del cáncer con receptores hormonales positivos, y también como terapia para prevenir su recurrencia. La ingesta de fármacos antidepresivos como la fluoxetina (Prozac) y la paroxetina (en algunas pacientes también utilizados contra los sofocos), y de bupropión (Zyban), un fármaco para dejar de fumar, puede inhibir la acción de la enzima CYP2D6, relacionada con el metabolismo del tamoxifeno y la respuesta al mismo.

El Sr. Hopkins y su equipo han investigado a cuántas pacientes que reciben terapia hormonal para el cáncer de mama se les había prescrito asimismo inhibidores de la CYP2D6. La investigación ha demostrado que hasta el 25% de las pacientes de cáncer de mama sufren trastornos depresivos, y que a muchas de ellas se les prescriben ISRS. Además, muchas pacientes de cáncer intentan dejar de fumar y pueden utilizar terapias sustitutivas sin nicotina, como el bupropión.

"El estudio, publicado recientemente por el Grupo de Toronto1, estudió la relación de los resultados con la ingestión simultánea de los fármacos," explica el Sr. Hopkins. "Nuestro estudio difiere en que hemos podido actuar en cuanto hemos descubierto que una paciente está tomando fármaco(s) que interactúan con la terapia hormonal, contactando con el médico que los ha prescrito para conseguir que los cambie por una medicación distinta, carente de efectos adversos sobre el metabolismo del tamoxifeno.”

La fertilidad en mujeres jóvenes con cáncer de mama


Ahora que cada vez más mujeres sobreviven al cáncer de mama, y al mismo tiempo se retrasa la edad de la maternidad, es importante tener en cuenta las necesidades y deseos de estas mujeres respecto a su futura fertilidad a la hora de decidir un tratamiento, se explicará hoy (miércoles) en la VIIª Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama (EBCC7). La Dra. Anne Armstrong, del Departamento de Oncología Médica de la Christie NHS Foundation Trust, Manchester, Reino Unido, explicará que aunque la supervivencia sigue siendo la máxima prioridad para la mayoría de las mujeres, a muchas de ellas les preocupa también poder tomar decisiones relativas a su fertilidad y a la posibilidad del embarazo.

El uso de la quimioterapia y tratamientos hormonales en mujeres jóvenes puede tener implicaciones importantes en su fertilidad. Estos tratamientos pueden detener la producción de óvulos en los ovarios, a veces temporalmente, pero también de forma permanente, induciendo con ello una menopausia precoz. Las opciones que permiten preservar la fertilidad son la congelación de óvulos o embriones, y también la congelación de tejido ovárico para su ulterior trasplante, aunque esta última es una técnica nueva y poco utilizada hasta ahora.



A consecuencia del incremento de las tasas de supervivencia del cáncer de mama y de la tendencia a retrasar la maternidad, el número de mujeres sin hijos confrontadas a dilemas de fertilidad aumenta. La Dra. Armstrong y su equipo decidieron investigar las respuestas de las mujeres cuando se les decía que los tratamientos afectarían a su fertilidad, así como sus actitudes ante las opciones de fertilidad.

Veinticuatro mujeres que tenían menos de 40 años cuando se les diagnosticó un cáncer de mama en fase temprana participaron en tres grupos focalizados. Siete de ellas habían acudido a consultas de fertilidad especializadas. Los investigadores comprobaron que éste era un tema importante para muchas de ellas. “A muchas les preocupaban las implicaciones de preservar la fertilidad para su supervivencia al cáncer de mama, los cambios de tratamiento para mejorar la fertilidad, y también el embarazo después del cáncer," dice la Dra. Armstrong. "También les preocupaba que la extracción de óvulos pudiera conllevar riesgos para su supervivencia. Descubrimos que muchas de ellas recibían información contradictoria de los diversos profesionales de la salud, lo cual aumentaba su ansiedad y confusión."

El reducido número de mujeres que había acudido a las consultas de fertilidad especializadas estaba mejor informado sobre sus opciones y sobre los riesgos potenciales del tratamiento de preservación de la fertilidad, y resultó ser una experiencia positiva para ayudarlas a afrontar mejor estos temas, dicen los investigadores. Éstos piensan emprender un estudio más amplio tanto de las pacientes como de los profesionales de la salud que se basará en un cuestionario que investigue dichos temas más a fondo.


"Esperamos que esto nos permita comprender mejor las necesidades de las pacientes y desarrollar servicios que las satisfagan eficazmente," dice la Dra. Armstrong. "Ahora que los tratamientos del cáncer de mama están mejorando y que permiten que un mayor número de mujeres lleven vidas normales, también tenemos que ayudarlas a asumir el control de su fertilidad en la medida de lo posible, e informarlas sobre las posibilidades de tener hijos si así lo desean."

¿Qué objetivo debería marcarse el tratamiento del cáncer de mama metastásico? Pacientes y médicos son de distinta opinión


Muchas pacientes de cáncer de mama metastásico creen que el objetivo principal de un nuevo tratamiento en términos de supervivencia debería ser prolongar la vida al menos un año con respecto a la supervivencia que cabría esperar con la utilización de las mejores terapias actuales, anunció un investigador hoy miércoles en Barcelona en la VIIª Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama. Este resultado contrasta con la percepción de los médicos de que una supervivencia adicional de cuatro a seis meses es suficientemente significativa para considerar que un nuevo tratamiento merece la pena.

El Dr. Amir Sheik-Yousouf, médico residente del Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Toronto, Canadá, que trabaja bajo la supervisión del Dr. Sunil Verma, Presidente del servicio de Oncología Médica de la Mama del Centro Oncológico Odette de Sunnybrook, Toronto, empezó a indagar cuáles eran, según los pacientes y médicos, los objetivos más importantes del tratamiento del cáncer de mama metastásico incurable, y qué grado de mejora en el tratamiento debería considerarse relevante. Según los investigadores, según su conocimiento, es la primera vez que se estudian las opiniones de esos dos grupos sobre una cuestión como esta.


“Hemos descubierto que pacientes y médicos tienen opiniones muy distintas,” dice el Dr. Sheik-Yousouf. “Nuestra investigación indica que es fundamental discutir a fondo los objetivos del tratamiento con los pacientes– esperan mucho de las nuevas terapias en desarrollo, pero también tienen que comprender que muchas de ellas sólo consiguen mejorar la supervivencia de forma marginal.”

Los investigadores entrevistaron a 28 oncólogos dedicados a cáncer de mama y a 52 pacientes con cáncer de mama metastásico. Un 52% de los médicos pensaba que la supervivencia global era el criterio más determinante en la elección de un tratamiento, y un 48% creía que el resultado más importante era la supervivencia sin avance de la enfermedad; el 48% pensaba que la mejora mínima en la supervivencia global tenía que ser de cuatro a seis meses para que mereciese la pena, y un 44% creía que prolongar la vida entre dos y cuatro meses ya merecía la pena.

El sesenta por ciento de los oncólogos entrevistados creía que sus pacientes también consideraban que el criterio más importante era una mejora de la supervivencia global. Los pacientes coincidían con ellos, pues un 88% entendía que el objetivo principal de su tratamiento consistía en prolongarles la vida. Sin embargo, por lo que se refiere a la extensión de ese periodo de supervivencia, afloraron importantes diferencias con los médicos, pues el 46% de los pacientes pensaban que sólo les merecía la pena someterse a un tratamiento si conseguían sobrevivir 12 meses más; el 17% pensaba que sería aceptable conseguir de 10 a 12 meses más, y sólo un 10% pensaba que uno o dos meses más de vida sería una mejora mínima aceptable.


El 63% de los pacientes creía asimismo que un objetivo del tratamiento era frenar el crecimiento del tumor; reducir la carga del tumor y mejorar la calidad de vida también era importante para el 62% de ellos; un 17% pensaba que el objetivo más importante del tratamiento era reducir el tamaño del tumor. El 50% estimaba que aliviar los síntomas y el dolor también eran objetivos terapéuticos importantes. Entre los médicos, el 36% creía que, después de la supervivencia global, la calidad de vida global sería el segundo factor más importante para los pacientes de cáncer de mama metastásico.

“No es más que un pequeño estudio, y habría que continuarlo a mayor escala,” asegura el Dr. Sheik-Yousouf. “No obstante, la encuesta pone de manifiesto grandes diferencias entre las expectativas de los oncólogos y de los pacientes con respecto al resultado del tratamiento del cáncer de mama metastásico. Tenemos que mejorar no sólo la manera en que discutimos las opciones de tratamiento con los pacientes, sino también garantizar que los ensayos clínicos de nuevos fármacos se diseñen para satisfacer las expectativas de pacientes y médicos por igual. Esperamos que el hecho de compartir los resultados de nuestro estudio con nuestros colegas, la industria y el gobierno les ayude a desarrollar mejor nuevos ensayos y a guiar sus esfuerzos en materia de aprobación y financiación de nuevos fármacos para el cáncer.”

Cáncer de mama y nivel socioeconómico: el diagnóstico tardío no es el único factor para que mujeres con un estatus más bajo obtengan peores resultados

El mayor estudio europeo que ha analizado la relación entre el estatus socioeconómico y la supervivencia tras un cáncer de mama ha descubierto que las mujeres de orígenes más humildes obtienen peores resultados y que esto sólo se explica en parte por un diagnóstico en estadio más avanzado de la enfermedad.

Aunque otros estudios habían identificado la relación entre un estatus socioeconómico más bajo y el hecho de que las mujeres consultaran a sus médicos más tardíamente cuando el cáncer está más avanzado, este es el primer estudio que demuestra la posibilidad de que existan otros factores debido a los cuales dichas mujeres sean más propensas a fallecer a causa de su enfermedad.

La Dra. Esther Bastiaannet, epidemióloga del Centro Médico de la Universidad de Leiden (Leiden, Países Bajos) explicó hoy miércoles)en la séptima Conferencia Europea sobre Cáncer de Mama (EBCC7) celebrada en Barcelona, que el estudio incluyó 127.599 mujeres a las que se les diagnosticó un cáncer de mama entre 1995 y 2005 en los Países Bajos. Los datos de esas mujeres se cruzaron con datos del Instituto de Investigación Social de los Países Bajos, que mantiene registros de la categoría socioeconómica según el código postal.

La Dra. Bastiaannet y sus colaboradores descubrieron que no sólo existe una correlación entre el tamaño del tumor en el momento del diagnóstico y la posición socioeconómica, sino que además, incluso después de corregir por factores como la edad, grado y estadío del tumor, año del diagnóstico y tratamiento, seguía existiendo una relación estadísticamente significativa entre la supervivencia y la posición socioeconómica. Las mujeres con un nivel socioeconómico más bajo tenían un 20% más de probabilidades de fallecer en los diez años siguientes al diagnóstico que las mujeres con un nivel más alto.

Tanto la supervivencia global (muerte por cualquier causa) como la supervivencia relativa (relación entre la supervivencia por cáncer de mama comparada con la supervivencia esperada en la población general) son más bajas en las mujeres con un estatus socioeconómico más bajo. A los diez años del diagnóstico, la supervivencia global era del 65% en las pacientes de mayor estatus socioeconómico, comparada con el 58% entre las pacientes de menor estatus socioeconómico; la supervivencia relativa en las pacientes de mayor estatus socioeconómico era del 79%, frente al 74% entre las más desfavorecidas.

“Un aumento del cinco por ciento en la supervivencia relativa [del 74 al 79%] puede parecer poco, pero estas diferencias son significativas en el pronóstico de las pacientes con cáncer de mama,” dice la Dra. Bastiaannet. “Las diferencias son estadísticamente significativas, incluso después de corregir por factores como la edad, año de diagnóstico, grado y estadío del tumor y tratamiento. El aumento del riesgo de muerte en el grupo de menor estatus socioeconómico es de un 20% más cuando se compara con el riesgo en el grupo de estatus socioeconómico más alto.

“Concluimos que las diferencias socioeconómicas en los Países Bajos guardan relación no sólo con el tamaño del tumor en el momento del diagnóstico, sino también con la supervivencia a largo plazo. El hecho de que el cáncer esté más avanzado en el momento del diagnóstico en las pacientes con menor estatus socioeconómico sólo explica parcialmente su menor supervivencia a los cinco y diez años. Creemos que hay que seguir investigando para identificar los motivos de estas diferencias, con la esperanza de poder suprimirlas en el futuro. Además, habría que considerar el estatus socioeconómico como factor pronóstico en las pacientes con cáncer de mama en los Países Bajos.”

La Dra. Bastiaannet dijo que éste es el mayor estudio en Europa que ha analizado la relación entre el estatus socioeconómico y la supervivencia, y el primero que ha descrito las disparidades a nivel nacional en los Países Bajos. “Creo que nuestros resultados se pueden extrapolar a otros países de Europa con sistemas de salud similares al de los Países Bajos, donde la atención sanitaria es de alto nivel y accesible para todo el mundo.”

Por el momento, no se sabe con certeza qué factores pueden estar contribuyendo a un mayor riesgo de muerte por cáncer de mama entre las mujeres de orígenes más humildes. “Factores relacionados con el estilo de vida como el tabaquismo, podrían estar desempeñando un papel,” dice la Dra. Bastiaannet. “Es posible que intervengan asimismo factores como el acceso a una detección precoz, la posible influencia de otros problemas de salud en el tratamiento, y otros factores todavía desconocidos.”

Los investigadores planean ampliar su investigación comparando el tratamiento en función del estadío del tumor y buscando los factores que pueden influir en la elección del tratamiento.

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