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08 September 2010

Uruguay se interesa por el funcionamiento de la Telemedicina en Madrid


El Subsecretario del Ministerio de Salud de Uruguay, Jorge Enrique Venegas, ha visitado los hospitales madrileños Clínico San Carlos y Fuenfría para conocer de primera mano la experiencia y los logros alcanzados en el área de la Telemedicina en ambos centros sanitarios.
El responsable uruguayo profundizó especialmente en el conocimiento de la tele-consulta y el tele-diagnóstico en el ámbito hospitalario, aspecto en el que los citados centros tienen una gran experiencia ya que desde hace varios años realizan periódicamente sesiones médicas y consultas asistenciales. Concretamente el Servicio de Traumatología del Clínico tiene incorporado en su agenda de consultas la telemedicina en conexión con el Hospital de la Fuenfría lo que genera un alto grado de satisfacción tanto para los propios pacientes como para los profesionales sanitarios.

El funcionamiento de la Unidad de Telemedicina del Clínico lo explicó el jefe de la misma, Juan González Armengol.

La delegación uruguaya inició su visita en el Clínico San Carlos donde fue recibida por el director general de Hospitales, Antonio Bargueño; el director gerente del Clínico, José Soto, acompañado por su equipo directivo y por la subdirectora general de Cooperación Sanitaria y Relaciones Institucionales de la Consejería de Sanidad, Cristina Pérez Arancón, quienes tras una visita por las instalaciones del centro, les explicaron la estructura organizativa del Hospital así como su organización asistencial. Tras la visita al Clínico San Carlos, la delegación se desplazó al Hospital de la Fuenfría donde los miembros de la misma conocieron la Unidad de Telemedicina y asistieron a una sesión de tele-diagnóstico.

El Clínico San Carlos inició las acciones de telemedicina en el año 2005 y desde entonces hasta la actualidad ha realizó múltiples conexiones. Así se han retransmitido distintas cirugías desde sus quirófanos tanto a puntos internos como a externos del propio centro; se han llevado a cabo cursos formativos de telemedicina, así como sesiones clínicas y asistenciales. Asimismo los profesionales de este Hospital han asesorado en el diagnóstico y toma de decisiones terapéuticas a los responsables sanitarios del hospital de Chinguetti, en Mauritania, en una sesión pionera que tuvo lugar en el año 2004 y en la que se presentaron varios enfermos con diferentes patologías. Por otra parte, el Servicio de Endocrinología y Nutrición que dirige el Dr. Alfonso Calle, ha llevado a cabo un estudio sobre el uso de la telemedicina en el seguimiento a distancia a través de telefonía móvil de mujeres diabéticas embarazadas.

Los mayores expertos en investigación de enfermedades tropicales y olvidadas se reúnen para analizar el control de las mismas en España

Los días 9 y 10 de septiembre se celebrará la Reunión Anual de la Red de Investigación en Enfermedades Tropicales (RICET). Este evento reúne a los mejores investigadores españoles en enfermedades tropicales, los cuales analizarán los programas y proyectos del plan estratégico de la RICET. Harán igualmente un balance sobre los avances conseguidos respecto a herramientas y protocolos desarrollados para prevenir y controlar la mayor parte de las enfermedades olvidadas, con especial relevancia a aquellas que tienen una alta incidencia como importadas.

El jueves 9 a las 10:00h estará presente en la Reunión el Dr Joaquín Arenas Barbero, Subdirector General de Redes y Centros de Investigación Cooperativa.

En esta Reunión Anual de la RICET se discutirá además el presente y futuro de la colaboración en red de acuerdo a los retos y los avances conseguidos para facilitar el control de enfermedades como la malaria, la leishmaniasis, la enfermedad del sueño, las arbovirosis emergentes, ciertas helmintiasis o la enfermedad de Chagas, que en nuestro país tiene especial relevancia en cuanto al número de casos, su cronicidad, la patología cardiaca que produce y su transmisión vertical en embarazadas infectadas.

La Reunión Anual de la RICET se celebrará en el Auditorio Ernest Lluch del Instituto de Salud Carlos III en el Pabellón 13 de su Campus de Chamartín. (C/ Sinesio Delgado, 6 (entrada por Avda. Monforte de Lemos, 5.) 28029 – Madrid.

Identifican la molécula que vincula el humo del tabaco a la EPOC


El humo de los cigarrillos promueve la inflamación pulmonar al mantener los pulmones llenos de un componente químico vinculado con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), según un estudio de la Universidad de Alabama en Birmingham en Estados Unidos que se publica en la revista Science. Aunque fumar es la causa más común de EPOC, respirar en ambientes con otras clases de irritantes, como polución, polvo o componentes químicos podría también contribuir a la enfermedad. La inflamación persistente que conduce al daño en los tejidos en la EPOC está dirigida en gran parte por los neutrófilos.

Los neutrófilos son atraídos por un componente químico llamado Pro-Gly-Pro, se dirigen hacia donde este componente está presente y allí se acumulan. Ahora, los investigadores revelan exactamente qué es lo que hace que los neutrófilos se acumulen en los pulmones.Los investigadores descubrieron una enzima que suele descomponer el Pro-Gly-Pro y descubrieron que su actividad se reducía de forma significativa por el humo del tabaco en los pulmones de los modelos experimentales objeto de estudio. En contraste, la enzima, conocida como 'leukotriene A4 hidrolasa', funcionaba con normalidad durante una infección de gripe, degradando de forma adecuada a Pro-Gly-Pro y curando la inflamación. Por ello, estos resultados apuntan a que el humo del tabaco es la principal causa de la acumulación de Pro-Gly-Pro en la EPOC, lo que podría mantener a los neutrófilos en los pulmones el tiempo suficiente para conducir la inflamación y el daño pulmonar.

New french research reveals the sun´s rays can penetrate glass to damage our skin


FACE it, we're all getting older - but the last thing we need is to be told that we are looking it too. But that's precisely the case, according to French researchers who have been squinting into the sunlight to see what it's doing to us.
They have concluded that UVA in sun rays, which can make lines worse and cause wrinkles, are able to penetrate glass and damage skin even while we are indoors.
The team from the University College Hospital, Besançon, found that workers who sit near windows can look ten years older than those who don't.
They also claimed that the side of the worker's face which has been facing the window, pictured left, would have aged more than the other side.
The research - which also revealed that eight out of ten women don't think about protecting their face from UVA rays unless they are on holiday - was backed by Boots, who are introducing UVA sun protection into a line of their No7 moisturisers.


**Published in "The Sun"

Elizabeth Blackburn: "La pobreza puede alterar el mantenimiento del ADN"


Pobreza, alimentación deficiente, trabajo duro… Todas estas condiciones son limas que recortan los telómeros, las porciones de ADN que se hallan en las extremidades de los cromosomas. Su deterioro es una de las causas principales del envejecimiento y juega un papel en dolencias cardiovasculares e inmunológiacas, así como en cánceres.

La muestra de cómo las condiciones socioeconómicas pueden afectar a la salud es uno de los resultados más impactantes de las investigaciones de Elizabeth Blackburn en la Universidad de San Francisco. La apuesta de la premio Nobel de Medicina del 2009 por usar la razón científica en política le costó, bajo la presidencia de George W. Bush, la expulsión del comité de bioética de EEUU.
Blackburn (Hobart, Australia, 1948) visita Barcelona, donde ayer conversó con EL PERIÓDICO, para asistir al encuentro de la European Molecular Biology Organization.


-¿Qué relación hay entre telómeros y pobreza?
-Las condiciones socioeconómicas negativas, como la escasez de comida o un mal trabajo, pueden modificar el correcto mantenimiento de los telómeros. Hemos visto que esto suele traducirse en enfermedades cardiovasculares, cánceres, problemas del sistema inmune… Hay pruebas médicas de que una mejor salud suele estar relacionada con mayores ingresos, un mayor nivel educativo y con trabajos más enriquecedores.
-¿Cómo llega el entorno social a actuar en los genes?
-Desconocemos el mecanismo exacto. Pero creemos que la clave es el estrés psicológico crónico. Hemos visto que las hormonas del estrés obstaculizan el mecanismo de mantenimiento de los telómeros. Son estudios hechos con células en un laboratorio, pero es posible que las conclusiones se puedan extender a organismos reales.
-¿Entonces, la salud depende de los genes o del entorno?
-La medicina dio un gran paso adelante cuando descubrió las enfermedades infecciosas. Luego, descubrió que algunas enfermedades tienen una clara raíz genética. Sin embargo, suelen ser dolencias raras, que se dan por unas mutaciones específicas. En la biología molecular hay un secreto a voces: la influencia de los genes no es tan grande como se pensaba hace años. A menos que tengas una mutación genética, el papel de los genes es limitado. Por ejemplo, el estatus socioeconómico es una causa de problemas cardiovasculares mucho más determinante que la mayoría de los genes asociados a estas dolencias.
-¿Es decir, lo que cuenta es el estilo de vida de los individuos?
-No se trata solo de estilos de vida individuales, sino del contexto social. Nosotros hacemos estudios estadísticos: su traducción a nivel individual no es fácil. El colesterol es peligroso por encima de ciertos valores. Esto no quiere decir que un individuo que los supere enfermará seguro, sino que es muy probable que enferme.
-De modo que para mejorar la salud hay que cambiar el mundo…
-Seguramente una sociedad más justa revertiría en una mejor salud. Pero prefiero concentrarme en lo que puedo hacer como científica. Los programas de ayuda a la gente mayor tienen efectos positivos, incluso en un sistema de salud pública tan limitado como el de EEUU. Programas que mejoran la comida, reducen el estrés, proporcionan apoyo social, promueven ejercicio… Todo esto mejora la salud de los ciudadanos y, además, permite al Estado ahorrar dinero, ya que no tiene que solucionar los problemas cuando ya son graves, sino que puede trabajar antes en la prevención, lo que resulta más barato. La industria farmacéutica no tiene incentivos para fomentar la prevención: prefiere vender fármacos milagrosos que curen enfermedades. Esto está bien, pero los gobiernos sí que deberían tener ese incentivo, ya que la prevención les permite ahorrar.
-Usted fue expulsada del comité de bioética del Gobierno de Bush por defender la investigación con células estaminales embrionarias. ¿Cómo juzga la prohibición que se acaba de establecer en EEUU?
-Estoy preocupada. En el comité, manifesté que los informes que se redactaban presentaban la evidencia científica de manera sesgada, a favor de investigar sólo con células estaminales adultas. Ahora, un juez federal ha vuelto a prohibir la investigación con embrionarias. De nuevo no está claro que su pronunciamiento se base en motivaciones científicas. Además, ese juez tiene un historial con un claro matiz ideológico. Para mí, lo que cuenta es que se utilice la mejor evidencia científica disponible.


**Entrevista publicada hoy en "El Periódico de Cataluña"

Un experimento de la Universidad de Utah convierte las señales del cerebro en palabras


Un equipo de científicos de la Universidad de Utah ha dado un nuevo paso al demostrar la viabilidad de traducir las señales cerebrales correspondientes a palabras pensadas en palabras escritas en un ordenador. Han utilizado dos mallas de 16 microelectrodos implantados bajo el cráneo y encima del cerebro, sin penetrarlo. Es tan solo una promesa, el método es invasivo y necesitará muchas mejoras y ensayos clínicos antes de convertirse en un traductor para pacientes gravemente paralizados y sin capacidad de hablar (por infarto cerebral, trauma o esclerosis lateral amiotrófica), explica Bradley Greger, profesor adjunto de Bioingeniería de la citada universidad.
Los investigadores colocaron unos nuevos minúsculos electrodos -microECoG- sobre el centro cerebral del habla (en el área que controla los movimientos faciales y la gran desconocida área de Wernicke, ligada al lenguaje y comprensión de la lengua) de un voluntario con ataques epilépticos severos durante cuatro días.
Son una versión reducida de los grandes electrodos empleados en electrocorticografía, desarrollados hace medio siglo. Separados por un milímetro, no necesitan penetrar en el cerebro y se consideran seguros para colocarlos en el centro del habla. Hasta ahora, en experimentos para controlar ordenadores o brazos artificiales, los electrodos convencionales se tenían que implantar en el interior del cerebro, con la desventaja añadida de que registran demasiadas señales cerebrales para una correcta descodificación.
Mientras el paciente leía varias veces cada una de las 10 palabras que podrían ser útiles a una persona con parálisis (sí, no, caliente, frío, hambriento, sediento, hola, adiós, más y menos) se registraron débiles señales cerebrales generadas por unas pocas miles de neuronas. Los investigadores observaron las señales del cerebro que representaban cada una de las 10 palabras. Al comparar pares de palabras (sí y no) pudieron distinguir la señal empleada por cada una de las palabras entre el 76% y el 90% de ocasiones. Cuando se examinaron simultáneamente 10 patrones de las señales, los aciertos fueron de entre el 28% y el 40%, casi cuatro veces mejor que el azar. No son resultados "suficientemente buenos para que un dispositivo traduzca los pensamientos de una persona con parálisis", afirma Greger. Estos pacientes suelen comunicarse con leves movimientos de pestañas o dedos.
El trabajo se publica en la revista científica Journal of Neural Engineering. El equipo de Greger prepara nuevos experimentos con mallas de mayor tamaño y de 121 microelectrodos para obtener más datos y, por tanto, más palabras, así como mejor precisión.
**Foto de la Universidad de Utah

Ensayos clínicos determinan los efectos de los extremos de los cromosomas


Se puede ser rubio o moreno, alto o bajo y tener los telómeros cortos o largos, por decirlo de forma gráfica. Y saber cómo afecta a la salud de una persona la longitud de sus telómeros (los extremos de los cromosomas de cada célula), es algo que se está estudiando ahora en ensayos clínicos, en los que colabora Elizabeth Blackburn, reciente premio Nobel de Medicina, que dio lugar a todo esto al descubrir, junto a otros compañeros, el mecanismo de renovación de los telómeros, a través de la enzima telomerasa.
Blackburn ha sido uno de los 1.300 asistentes al congreso de la Sociedad Europea de Biología Molecular (EMBO), que se celebró hasta ayer en Barcelona y que ha contado, entre otros, con su discípula María Blasco (ahora en el CNIO) y otros prestigiosos especialistas españoles, como Mariano Barbacid y Eduard Battle.
A pesar de ser un área que tiene ya casi 30 años, el panorama de investigación en telómeros sigue siendo complicado. El estrés crónico se relaciona con el acortamiento de los telómeros y este acortamiento se relaciona con el envejecimiento, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer pero, sin embargo, no hay datos que relacionen el estrés directamente con el cáncer, explica Blackburn.
En cáncer, de hecho, se ha visto que telómeros cortos en células de la sangre precedieron a la aparición y el avance de la enfermedad. Sin embargo, las células tumorales en cánceres ya avanzados producen una alta cantidad de telomerasa y tienen, por tanto, telómeros largos. Y no existe la píldora mágica para alargar los telómeros, a pesar de lo que se pueda ver en Internet, advierte Blackburn.


**Publicado en "El Pais"

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