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11 May 2015

La RICET analiza el peligro para los españoles de tres enfermedades olvidadas

Por primera vez en las epidemias de Ebola hace meses se tuvo la oportunidad de atender pacientes en hospitales del mundo desarrollado. Esta experiencia ha permitido mejorar el conocimiento sobre la clínica y las complicaciones de la Enfermedad por virus Ebola.
Científicos de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, se reunirán ahora para analizar conjuntamente todo el proceso de manejo clínico de los casos de ébola tratados en España, los dos casos importados y el autóctono. Un asunto capital a analizar será la carga viral de estos pacientes. También estudiarán el papel de los tratamientos utilizados, tanto los de mantenimiento como los sueros hiperinmunes de pacientes que habían resuelto la infección por ébola.
El virus Ebola es un agente de riesgo biológico 4 por la gravedad de la patología ocasionada, la posibilidad de dispersión del virus en la comunidad y la falta de tratamientos y vacunas eficaces. En este contexto, cualquier dato que se pueda obtener sobre el estado del paciente que pueda orientar al clínico en la toma de decisiones, es crucial. Uno de estos datos es la denominada "carga viral" que es la medida de la cantidad de virus presente en el organismo del paciente. En el Centro Nacional de Microbiología del instituto de Salud Carlos III se implementaron las medidas necesarias para, no sólo, poder hacer el diagnóstico microbiológico sino para poder cuantificar el nivel de viremia del paciente, es decir, la cantidad de virus presente en la sangre del paciente. Al parecer 101 días después de haber sido resuelta su infección por ébola, todavía se detectan trazas de carga viral en el esperma de ciertos pacientes. Esto significa que la posibilidad de reproducción de una infección después de casi tres meses “aparentemente curado” puede ser viable. Hasta ahora no se había comprobado que el virus del ébola pudiera permanecer tanto tiempo en el esperma. Esto abre muchas cuestiones medicocientíficas sobre por qué el sistema inmunológico no consigue terminar del todo con el virus en ese tiempo.
El Dr. José Ramón Arribas aportará además en esta reunión los últimos datos sobre vacunas para ébola y hará referencia a una investigación en primates con un 100% de efectividad que ya se está utilizando en África y será publicada próximamente en una revista científica.
Enfermedad silenciosa durante 30 años
Unas 80.000 personas en España padecen la enfermedad de Chagas (EC) causada por el parásito Trypanosoma cruzi, declarada como una de las 17 enfermedades olvidadas por la Organización Mundial de la Salud y padecida por 8-10 millones de personas en todo el mundo.
Muchas personas no saben que llevan hasta 25 años padeciendo Chagas porque sus síntomas son silenciosos. La enfermedad comienza con síntomas similares a los de una gripe y si no es tratada en esta primera fase los enfermos pasan durante 20 o 30 años por una fase crónica indeterminada en la que el parásito está dentro del organismo reproduciéndose y provocando “en silencio” daños en diferentes tejidos sin que afloren los síntomas hasta provocar la muerte.
Cuando se diagnostica a uno de estos pacientes el primer problema que se le plantea al médico es si tratarlo o no tratarlo, porque no saben hasta qué grado está afectada por la enfermedad cada persona. Además tampoco se sabe si los tejidos de la persona están siendo afectados o el parásito se encuentra latente pero si causar daños. Actualmente existen dos tratamientos, el benznidazol y el nifurtimox, que pese a haberse demostrado eficaces, son tratamientos muy antiguos, bastantes tóxicos y con efectos secundarios importantes.
La Dra. Mª Jesús Pinazo analizará los biomarcadores que descubiertos por investigadores de la RICET permiten conocer en cada caso cómo están siendo afectados los tejidos durante los 20-30 años en que la enfermedad es asintomática y la velocidad a la que progresa la enfermedad dependiendo de la capacidad de respuesta del sistema inmunológico de cada persona frente a la actividad del parásito.
De esta forma los médicos ya pueden decidir en cada caso sobre la conveniencia o no de tratar a un paciente, saber si el tratamiento está resultando eficaz o conocer si el paciente está tomando o no la medicación.
Plataforma de productos naturales
La leishmaniosis es una enfermedad olvidada que nos afecta en España y no termina de erradicarse porque la Leishmania se está haciendo resistente a los actuales tratamientos. Pero…¿por qué está sucediendo esto?.
La leishmaniosis es una enfermedad autóctona en nuestro país cuya mayor morbilidad y mortalidad se produce en el cuerno de Africa, en la India, Bangladesh y en Brasil. Causada por el protozoo parásito Leishmania, se transmite por la picadura de un mosquito permitiendo que el parásito entre en nuestro organismo y se multiplique. En pocas semanas se padecen infecciones recurrentes que hacen de la leishmaniasis una asesina silente.
La RICET  tiene en marcha varios grupos de investigación destinados a estudiar el por qué de las resistencias. Coordinados por el Dr. Francisco Gamaro, han estandarizado estudios de fallos terapéuticos de tratamientos de leishmaniosis, estudios desarrollados a partir de  muestras clínicas de pacientes tratados en hospitales españoles. Los resultados serán extrapolables a otras partes del mundo. Estos estudios se basan en un procedimiento de identificación de resistencias, es decir, lo que miden es el por qué se están fallando estos tratamientos, fallos terapéuticos desde el punto de vista molecular originados por la resistencia de la leishmania.
Los pacientes estudiados son de tres tipos diferentes:
  • Pacientes con VIH y leishmania que todavía quedan de cuando surgió el VIH, están en tratamiento y se ha visto el fallo terapéutico a la leishmania porque esta es un parasito oportunista.
  • Pacientes inmunodeprimidos con leishmania: estos son pacientes más susceptibles a la leishmania por la inmunodepresión.
  • Pacientes que sólo tienen leishmaniasis y son inmunocompetentes.
En los tres casos el mecanismo que está haciendo que se vuelva resistente la leishmania es el mismo y está basado en la mayor capacidad que tienen los parásitos en sus ciclos metabólicos para disminuir e imponerse al efecto antiprotozoario que tiene los medicamentos actuales.
Analizar el por qué de las resistencias de la Leishmnia permitirá desarrollar nuevos tratamientos antiprotozoarios combinados o nuevos tratamientos alternativos. En esto están trabajando los investigadores de la RICET que ya tienen diferentes modelos experimentales desarrollados. La RICET tiene una plataforma de alto rendimiento de productos naturales en la cual ya existen seleccionados 60 cabezas de serie con cierto grado de efectividad que pueden ser buenas dianas con vistas a generar nuevos tratamientos.

20 June 2012

Descubren cómo evitar que el parásito de la Leishmaniasis siga haciéndose cada vez más resistente al tratamiento más habitual


Descargar FOTO 1- INVESTIGADORES RICET.jpg (897,8 KB)Descargar FOTO 2- MILTEFOSINA-TAT.jpg (203,9 KB)


La Leishmaniasis es una enfermedad provocada por un parásito. El tratamiento más habitual es la quimioterapia con miltefosina, pero el parásito se está haciendo rápidamente resistente y por tanto, el tratamiento, cada vez más inservible. Ahora investigadores de la RICET han descubierto cómo anular la capacidad que estaba desarrollando el parásito de impedir que el medicamento entrara dentro de la célula, mecanismo que estaba permitiendo al parásito hacerse resistente al tratamiento.
La Leishmaniasis es una de las enfermedades considerada por la OMS como olvidada, con 2 millones de personas afectadas cada año entre 90 países. En España la incidencia humana es de unos 150 casos anuales que cursan con hospitalización, aunque la tasa de infección subclínica se sospecha supera ampliamente esas cifras. La presentación de la enfermedad es insidiosa y en pocas semanas se padecen infecciones recurrentes que hacen de la leishmaniasis una asesina silente. Los perros, que actúan como reservorio de la enfermedad, poseen una incidencia de infección  muy superior.
Hace tres años investigadores de la RICET descubrieron una vacuna contra la Leishmaniasis, pero ninguna empresa ha mostrado desde entonces interés por comercializarla. El único tratamiento disponible actualmente es la quimioterapia, basada en un número muy reducido de fármacos. No existen nuevos fármacos cuya aplicación real sea factible en los próximos años, debido al escaso beneficio económico que representaría para las empresas farmacéuticas, pues la mayor incidencia se ubica en países tropicales y subtropicales.
Ante esta situación, investigadores de la RICET se propusieron combatir la resistencia que ofrece cada día más el parásito al tratamiento de uso más habitual actualmente: la miltefosina. Este tratamiento supuso una revolución en su día al poder ser administrado extrahospitalariamente. Paradójicamente, que no exista una vigilancia estricta sobre el cumplimiento del tratamiento como sucede en los pacientes hospitalizados, se ha convertido en el mejor aliado para que el parásito pueda hacerse rápidamente resistente al tratamiento.
La entrada de un fármaco en una célula se puede realizar por dos mecanismos. Uno es simplemente atravesar la membrana de la célula, si esta es suficientemente permeable como para dejarse ser traspasada. El otro consiste en utilizar un “transportador” que está situado en la membrana de la célula y transporta el medicamento desde fuera hasta el interior de la célula.
La miltefosina no puede traspasar por sí misma la membrana. Necesita del transportador y por eso precisamente el mecanismo que el parásito de la Leishmaniasis había desarrollado para hacerse resistente, consistía en mutar ese transportador, convirtiéndolo en afuncional e impidiendo por tanto que la miltefosina fuera transportada al interior de la célula para combatir al parásito causante de la enfermedad.
El hallazgo de los científicos de la RICET, publicado en la revista Journal of Controlled Release, ha consistido en lograr que la miltefosina pueda atravesar la membrana de la célula sin necesidad de utilizar el transportador que tenía inutilizado el parásito.
Para eso los investigadores de la RICET han unido la miltefosina a un Tat. Un Tat  es un fragmento de la proteína del mismo nombre del virus VIH, capaz de atravesar la membrana de la célula interaccionando con los lípidos que forman esa membrana. De esta forma, el complejo miltefosina-Tat puede atravesar la membrana sin necesitar del transportador, una vez dentro de la célula se separan y la miltefosina actúa contra el parásito causante de la enfermedad.
¿Cómo visualizaron los científicos si el fármaco entraba en la célula y una vez dentro se liberaba del Tat? Simplemente marcándolos con diferentes colores. Añadieron grupos fluorescentes, rojo para el Tat y verde para la miltefosina. El complejo miltefosina-Tat presenta un color uniforme, pero si una vez dentro del parásito se separan, la miltefosina presenta color verde y el Tat color rojo.
Para realizar la unión miltefosina-Tat hay dos procedimientos, uno que permite la liberación de la miltefosina dentro de la célula y otro que obliga a que miltefosina-Tat permanezcan unidos. Pero este segundo se mostró un 20% menos activo que la anterior, motivo por el cual los científicos se decantaron por el primero de los procedimientos.
Los investigadores de la RICET han querido comprobar finalmente si esta estrategia es válida igualmente para otros parásitos que también alteran los transportadores para hacerse resistentes a los tratamientos. Lo han ensayado en tripanosomas africanos, causantes entre otras de la enfermedad del sueño, muy resistentes a la miltefosina pero que eran eliminados cuando está unida al fármaco.
Esta investigación es fruto del trabajo colaborativo entre varios grupos de investigación de la RICET, cada uno con diferente especialidad , como son los de  Luis Rivas (centro de Investigaciones Biológicas, CSIC), Miguel Navarro (Instituto de Parasitología y Biomedicina  López-Neyra, CSIC), ambos miembros de la RICET  y  de los Profs David Andreu ( Universitat Pompeu-Fabra-Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona) , de A.Ulises Acuña( Instituto de Química Física Rocasolano(CSIC) y de Francisco Amat (Instituto de Química Orgánica General, CSIC).
Entre las aplicaciones prácticas futuras de este descubrimiento destacan la posibilidad de combatir la resistencia de otros parásitos a otros fármacos, facilitar que determinados medicamentos alcancen zonas más profundas de los tejidos para ejercer su acción disminuyendo así la cantidad de medicamento necesaria para el tratamiento, los efectos secundarios y mejorando la relación coste/beneficio. También se podrán desarrollar vacunas más eficaces y dirigir fármacos hacia sitios más concretos de la célula donde su acción mejore la efectividad del tratamiento.

**Foto 1: INVESTIGADORES DE LA RICET (De Izq a Dcha): Daniela Saraiva , Mª Angeles Abengozar, Luis Rivas, Juan Román Luque-Ortega y Almudena López-Sánchez.
Foto 2: liberación de miltefosina (verde) de su péptido transportador Tat (rojo) en el interior del parásito resistente (azul)

09 September 2010

“Las enfermedades olvidadas también nos están afectando a los españoles”


“La sociedad española no tiene conciencia de que las enfermedades tropicales y olvidadas no son cosa de países en vías de desarrollo. Las enfermedades olvidadas también nos están afectando a los españoles. Por eso resulta fundamental investigar sobre ellas y la RICET es una institución pionera en este sentido” ha declarado Agustín Benito, Coordinador de la Red de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, con motivo de la reunión anual que se está celebrando los días 9 y 10 de septiembre y en la que se ha hecho balance de la actividad investigadora de esta red constituida por 18 Grupos de Investigación integrados en 10 instituciones nacionales pertenecientes a 10 comunidades autónomas.

Agustín Benito ha destacado la actividad de la plataforma de experimentación animal de la RICET, donde se aplican técnicas novedosas y sofisticadas como la bioluminiscencia o la monitorización telemétrica. Especialmente importante resulta el desarrollo de modelos únicos de infección murina de patógenos tropicales como Leishmania, Trypanosoma cruzi, Trypanosoma brucei y P.falciparum generando distintos parásitos con expresión de los principales antígenos y dianas relacionadas con la protección y con la respuesta terapéutica. Esta plataforma da servicio también a otras redes de investigación nacionales e internaciones y lleva realizados 20 experimentos con un total de 760 animales utilizados.

El Coordinador de la RICET ha señalado igualmente como principales hitos logrados hasta el momento dos modelos de vacunas contra la Leishmaniasis, un método de obtención de datos útiles para el diagnóstico diferencial de la enfermedad de Chagas y para evaluar la respuesta al tratamiento, así como el desarrollo de dos plataformas clínico epidemiológicas en dos países de baja renta como son Guinea Ecuatorial y Etiopia. Además la RICET ha participado en la discusión del documento consenso sobre La Enfermedad de Chagas Importada, coordinado por la Organización Mundial de la Salud, documento que fue presentado el Congreso Internacional de Medicina del Viajero.

Los proyectos colaborativos desarrollados por la RICET engloban temas como la aplicación de la proteómica al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas y de control frente a la leishmaniasis, el descubrimiento de nuevos agentes para el tratamiento de la malaria, la identificación de nuevos fármacos en la enfermedad del sueño, el desarrollo de moléculas candidatas a vacuna frente a la infección por Leishmania infantum y Trypanosoma cruzi o la determinación de marcadores inmunológicos de severidad y evolución del síndrome de Chagas.

Igualmente Agustin Benito ha contado a los asistentes además cómo han creado la red de investigación REDIVI, Red cooperativa para el estudio de enfermedades importadas por viajeros e inmigrantes.

08 September 2010

Los mayores expertos en investigación de enfermedades tropicales y olvidadas se reúnen para analizar el control de las mismas en España

Los días 9 y 10 de septiembre se celebrará la Reunión Anual de la Red de Investigación en Enfermedades Tropicales (RICET). Este evento reúne a los mejores investigadores españoles en enfermedades tropicales, los cuales analizarán los programas y proyectos del plan estratégico de la RICET. Harán igualmente un balance sobre los avances conseguidos respecto a herramientas y protocolos desarrollados para prevenir y controlar la mayor parte de las enfermedades olvidadas, con especial relevancia a aquellas que tienen una alta incidencia como importadas.

El jueves 9 a las 10:00h estará presente en la Reunión el Dr Joaquín Arenas Barbero, Subdirector General de Redes y Centros de Investigación Cooperativa.

En esta Reunión Anual de la RICET se discutirá además el presente y futuro de la colaboración en red de acuerdo a los retos y los avances conseguidos para facilitar el control de enfermedades como la malaria, la leishmaniasis, la enfermedad del sueño, las arbovirosis emergentes, ciertas helmintiasis o la enfermedad de Chagas, que en nuestro país tiene especial relevancia en cuanto al número de casos, su cronicidad, la patología cardiaca que produce y su transmisión vertical en embarazadas infectadas.

La Reunión Anual de la RICET se celebrará en el Auditorio Ernest Lluch del Instituto de Salud Carlos III en el Pabellón 13 de su Campus de Chamartín. (C/ Sinesio Delgado, 6 (entrada por Avda. Monforte de Lemos, 5.) 28029 – Madrid.

06 July 2010

Investigadores españoles de la RICET descubren un virus que podría proteger de manera natural a las personas frente al virus West Nile


La revista científica Emerging Infectious Diseases ha publicado una investigación realizada por científicos españoles que describen una nueva variante del virus West Nile, detectado en mosquitos Culex pipiens capturados en Palos de la Frontera (Huelva). Este virus podría estar infectando a las aves de la zona y protegiéndolas así de la entrada de otra variante más peligrosa del mismo virus. Como el virus West Nile se transmite de las aves a las personas a través de la picadura de un mosquito, los habitantes de la zona podrían estar quedando protegidos de forma natural.

El estudio científico ha sido realizado por investigadores de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, en colaboración con investigadores del Laboratorio Central de Veterinaria, del grupo de control de mosquitos de la Diputación Provincial de Huelva y de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).

La investigación se fundamentó en el estudio de 35.424 mosquitos capturados en las marismas del río Odiel y en la Estación Biológica de Doñana. Estos mosquitos se agruparon en 1.641 lotes, de los que el 11% demostraron contener virus. Sólo uno, sin embargo, contenía el virus que se describe en el artículo publicado en la revista científica. El resto de los virus detectados pertenecen a los denominados flavivirus de insecto, que no son capaces de infectar a aves ni a mamíferos.

West Nile es un virus que se transmite entre las aves por picaduras de mosquitos, pero puede ser muy peligroso si infecta a seres humanos, llegando a producir encefalitis, meningitis, parálisis flácida e incluso hepatitis fulminantes. Se mantiene en un ciclo natural en aves a través de mosquitos y el humano actúa como hospedador final, siendo posible también la transmisión a través de donaciones de sangre y de trasplantes de órganos y tejidos. De forma más infrecuente se ha descrito la transmisión durante la alimentación con leche materna.
En las proximidades de Sevilla y Huelva donde se realizó la investigación, se sabe que uno de cada 200 habitantes ha sido infectado alguna vez por este virus, pero hasta ahora sorprendentemente sólo se ha detectado un caso de enfermedad en humanos. Esto sugiere que esta nueva variante de virus West Nile descubierta por los científicos de la RICET podría realmente estar protegiendo a las personas de los efectos de la variante más peligrosa y devastadora del mismo virus. Algo similar pasa igualmente con los caballos de la zona: 1 de cada 15 se han infectado alguna vez por el virus West Nile, pero ninguno enfermó.
El virus West Nile es el virus transmitido por mosquitos más ampliamente distribuido en el mundo. Fue descubierto en el continente africano en el año 1937 y ha sido considerado un virus del Viejo Mundo hasta que en el año 1999 una variante altamente patogénica se introdujo en la ciudad de Nueva York; a partir de ahí el virus ha sido capaz de extenderse por todo el continente americano, causando una gran epidemia con más de mil muertos y cientos de miles de infectados.
Las cepas de este virus que circulan por Europa tienen distinta patogenicidad, y producen brotes autolimitados de la enfermedad. Fue a partir de la década de los años 90, cuando aumentó la frecuencia de los brotes, especialmente en la cuenca del Mediterráneo, incrementándose también el número de casos y la gravedad de la enfermedad, tanto en humanos como en equinos. En nuestro entorno geográfico más cercano, se ha podido detectar el virus West Nile en Portugal, Francia y Marruecos.

03 March 2010

Investigadores de la RICET presentan avances pioneros sobre enfermedades tropicales

Científicos de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, integrada por más de 180 investigadores de los 21 mejores grupos investigadores españoles en enfermedades tropicales olvidadas e importadas, presentan estos días avances pioneros en enfermedades tropicales con motivo de 7º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional que se está celebrando en Salamanca del 2 al 5 de marzo. El equipo del Prof Santiago Mas Coma, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia presenta en este Congreso cuatro investigaciones todas ellas relacionados con la Fascioliasis humana, una enfermedad causada por un parásito trematodo que afecta al hígado y que se transmite por caracoles de agua dulce de la familia de los Lymnaeidae y que está adquiriendo una amplia e importante distribución munidal. Los estudios se focalizan sobre la problemática de la enfermedad en Argentina.
El grupo de la RICET de Vicente Larraga ,del Centro de Investigaciones Biológicas, ha descubierto que mediante el uso de microarrays de ADN se puede determinar la expresión diferencial de grupos de genes activados e implicados, por una parte en la infección del parásito y por otra, en el desarrollo de la respuesta protectora comparando su presencia en animales enfermos con infección experimental y en aquellos que la superan. En esta enfermedad el mecanismo de entrada en las células presentadoras profesionales y el proceso de presentación de antígeno a las células CD4+ y CD8+ y su consiguiente activación, es esencial para el futuro que ha de seguir el parásito en el interior de huésped, bien desencadenando un proceso de contención con activación de la subpoblación Th 1 o de progreso de la infección con aparición de la enfermedad si es la subpoblación Th 2 la que predomina.
Carmen Thomas Carazo y Manuel Carlos López lideran un grupo de investigación dentro de la RICET, perteneciente al Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra de Granada, y han conseguido identificar nuevas proteínas específicas del parásito que causa la enfermedad de Chagas. En la progresión de esta enfermedad, son importantes tanto la capacidad de respuesta inmune del hospedador, como las características genéticas del parásito. Actualmente las estirpes o cepas de Trypanosoma cruzi se han dividido en dos grupos DTU I y DTU II. El primero se considera relativamente homogéneo, mientras el grupo DTU II se ha subdivido en cinco subgrupos (IIa-IIe). Estudios recientes del laboratorio han mostrado una cierta variabilidad genética, a nivel del miniexon, en cepas del grupo DTU I. Además, estas cepas muestran tener, en ensayos de infección experimental murina cronificada, un diferente tropismo tisular y desencadenar heterogéneos patrones de respuesta humoral.
Se ha demostrado que la respuesta T CD 8+ antiparasitaria es fundamental para el control de la enfermedad de Chagas. Sin embargo, se han reportado pocos epítopes CD8+ parasitarios reconocidos por enfermos de Chagas. Los investigadores de la RICET han aplicado un protocolo que lleva estudios bioinformáticos, celulares, de infección experimental en ratones transgénicos "humanizados" A2/Kb, y ha permitido identificar en proteínas específicas del parásito, varios epítopes T CD8+ inmunodominantes, que se procesan y presentan durante la enfermedad de Chagas. Estos linfocitos T antígeno-específicos, son detectados tanto en fase indeterminada como en crónica cardiaca de la enfermedad.
Anabel Negredo del Laboratorio de Arbovirus y Enfermedades Víricas Importadas del Centro Nacional de Microbiologia explicará cómo la circulación de los virus chikungunya y dengue en África Subsahariana y Asia es endémica y ambos producen una enfermedad febril asociada a dolor en las articulaciones, por lo que el diagnóstico del virus chikungunya suele estar subestimado. Con métodos de detección de genoma viral (PCR) se han detectado la circulación de 2 linajes del virus chikungunya en Guinea Ecuatorial a partir de muestras de sangre de niños con enfermedad febril recogidas en Guinea Ecuatorial en 2002 y a partir de viajeros procedentes de este país con diagnóstico de fiebre por el virus chikungunya en 2006
.Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la conveniencia de realizar un diagnostico diferencial en muestras de viajeros procedentes de estas áreas geográficas.El Doctor Sabino Puente, director de la unidad de Medicina Tropical del Hospital Carlos III de Madrid, presenta en este Congreso varios trabajos sobre las patologías importadas por las 5.064 personas, solo viajeros de ³16 años de edad, atendidos en Medicina Tropical del Hospital Carlos III, Madrid, desde enero de 2004 hasta diciembre de 2009: Rickettsiosis, Ectoparasitosis, Larva Migrans Cutánea (Lmc), Parasitosis Intestinales y Parasitosis Sistémicas, así como el análisis de la frecuencia en que hay eosinofilia, en los 1118 pacientes (³16 años de edad) diagnosticados de filariosis en Medicina Tropical del Hospital Carlos III, Madrid, de enero desde 1991 hasta junio de 2009, tanto nativos de zonas endémicas como viajeros a dichas zonas .

02 March 2010

Investigadores de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) presentan la patente de una vacuna y avances para enfermedades olvidadas

Científicos de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, integrada por más de 180 investigadores en enfermedades tropicales olvidadas e importadas, participarán en el VII Congreso de la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional que se celebrará del 2 al 5 de marzo en Salamanca.
La RICET presentará en este encuentro las actividades de investigación básica y aplicada que está manteniendo en los países de baja renta donde son endémicas estas patologías.

--En el Cuerno de Africa

La RICET está desarrollando dos proyectos de investigación colaborativos en red para luchar contra la leishmaniasis y otras enfermedades prevalentes en el Estado de Amhara, Etiopía, uno de los principales focos de Leishmaniosis en el Cuerno de África. En este contexto, la RICET conjuga la investigación básica con la aplicación clínica de sus investigaciones. Entre sus más destacados logros, haber desarrollado una patente de vacuna frente a la leishmaniosis, así como diferentes herramientas relacionadas con la búsqueda y desarrollo de antileishmanicidas, ante el pobre arsenal de medicamentos existente en la actualidad o técnicas diagnósticas para poder transferir tecnológicamente a los países endémicos.


--En África Central

La RICET además coordina el Centro de Referencia para el Control de Endemias de Guinea Ecuatorial donde se realiza la asistencia técnica y la investigación aplicada a la lucha de enfermedades como la malaria, la enfermedad del sueño, la oncocercosis y otras filariosis, las arbovirosis, asistiendo técnicamente a los Programas Nacionales de Control además de la lucha contra el VIH/SIDA y la Tuberculosis participando junto al Fondo Global de lucha contra estas endemias (www.crce-guinea.org ). La RICET también participa activamente dentro del programa RIDES de los Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa (PALOP). Además tres de los grupos son miembros activos en la Plataforma Ibérica de Malaria (PIM) con más de 30 grupos de investigación pertenecientes a España y Portugal.

--Enfermedad de Chagas Importada

Otro aspecto que se presentará es la actividad internacional de investigación en Enfermedad de Chagas, ejemplo donde se conjuga la investigación del Chagas importado como modelo para desarrollar herramientas que permitan controlar la enfermedad en su contesto autóctono latinoamericano.

-Consultores de la Organización Mundial de la Salud

Los investigadores de la RICET también están trabajando intensamente para combatir la fasciolosis y otras helmintiosis a nivel Mundial. Algunos de los grupos de investigación de la RICET son consultores de la Organización Nacional de la Salud (OMS) en dichas patologías.

--Enfermedades tropicales olvidadas e importadas

Las enfermedades infecciosas son la segunda causa de morbi-mortalidad en el mundo y la primera en los países menos avanzados. Además, estas enfermedades, conocidas como enfermedades tropicales, la mayoría parasitarias, son causa de pobreza y subdesarrollo en estos países.

El gasto mundial en investigación de salud se ha incrementado sustancialmente en los últimos años, pasando de los 30 billones de dólares americanos en 1986, a los 105,9 actuales. La paradoja está en que el 90% de este dinero se gasta en problemas de salud que afectan a menos de un 10% de la población mundial (Gap 10/90).

El Programa de Investigación en Enfermedades Tropicales (TDR) de la OMS tiene catalogadas ocho enfermedades prioritarias que carecen de interés para la industria farmacéutica, por lo que no invierten en su investigación: paludismo o malaria, tripanosomiasis (africana o Enfermedad del Sueño y americana o Enfermedad de Chagas), esquistosomiasis, leishmaniasis, filariosis, lepra y – desde el año 2000- tuberculosis y dengue.

10 November 2009

Investigadores españoles patentan una vacuna para la leishmaniasis, enfermedad con 2 millones de personas afectadas al año en más de 90 países


Organismos genéticamente modificados servirán para desarrollar vacunas frente a la leishmaniasis humana y canina. Este ha sido el importante hallazgo que acaban de dar a conocer varios grupos de investigación de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales (RICET) perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación. Hasta ahora no existía ningún tipo de vacuna y los tratamientos no tenían la eficacia deseada.
Las leishmaniasis son un grupo de enfermedades, causadas por diversas especies del género Leishmania, que producen cada año unos 2 millones de personas afectadas en más de 90 países. Alrededor de medio millón de estos casos son de leishmaniasis visceral, la forma más temible por ser la más mortal si no se trata a tiempo.


El protozoo parásito de la especie Leishmania es trasmitido por la picadura del mosquito hembra aparentemente inoccuo de las especies Phlebotomus (en el viejo mundo) y Lutzomyia (en América), permitiendo que el parásito entre en nuestro organismo y se multiplique. La presentación de la enfermedad es insidiosa y en pocas semanas se padecen infecciones recurrentes que hacen de la leishmaniasis una asesina silente. El perro es un reservorio importante del parásito para su transmisión al hombre. En los países de la cuenca mediterránea y Sudamérica, la leishmaniasis visceral canina es un grave problema veterinario.
Hasta el momento no se ha conseguido ninguna vacuna efectiva para impedir el desarrollo de la enfermedad en humanos. La única forma de prevenir la enfermedad ha sido la leishmanización, una práctica utilizada durante centurias en muchos países, que consiste en la inoculación de material procedente de lesiones activas en zonas ocultas del cuerpo, desarrollándose una inmunidad protectora que evita la aparición de lesiones desfigurantes en la cara y otras zonas expuestas del cuerpo. La nuevas técnicas de cultivo in vitro del parásito permitieron hacer vacunaciones masivas, pero la aparición de casos de leishmaniasis entre la población vacunada llevó a desaconsejar esta práctica.


El nuevo hallazgo de los investigadores de la Red de Enfermedades Tropicales se basa en que empleando técnicas de biología molecular es posible modificar genéticamente la Leishmania y crear mutantes que tengan muy comprometida su capacidad de desarrollar una infección activa in vivo. Esta investigación ha resultado de una estrecha colaboración entre los grupos de investigación de los Dres. Manuel Fresno y Jose María Requena, pertenecientes a la Universidad Autónoma de Madrid y que desarrollan su actividad investigadora en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”. Estos grupos vienen trabajando, en sus respectivos campos, inmunología y regulación de la expresión génica, desde hace más de 20 años enfocados al estudio de diversas enfermedades infecciosas como son la enfermedad de Chagas, causada por Trypanosoma cruzi, y la leishmaniasis visceral, causada por Leishmania infantum.
Los investigadores de la RICET han sido capaces de generar una línea de L. infantum que es deficiente en uno de los genes HSP70. La proteína HSP70, entre otras funciones, protege al parásito del cambio de temperatura asociada a su transmisión, desde la temperatura ambiente en el insecto vector hasta la temperatura corporal (37ºC, o mayores en estados febriles). La falta de producción de la proteína HSP70 disminuye enormemente la capacidad de multiplicación del parásito en animales de experimentación y por tanto los parásitos mutantes son menos virulentos.
Este hecho es el que llevó a los investigadores de la RICET a plantearse si el parásito modificado genéticamente podría servir para desarrollar una vacuna atenuada. Los resultados de sus investigaciones demuestran que efectivamente la vacunación con la cepa deficiente HPS70-II protege a animales de experimentación (ratones) del desarrollo de la leishmaniasis cuando los animales son posteriormente infectados con una cepa virulenta.
La cepa deficiente HPS70-II se ha convertido así en una patente de vacuna para inmunoprofilaxis frente a la leishmaniasis tanto en humanos como en perros. La supresión del gen en otras especies sería igualmente deletérea para el parásito, por lo que la vacuna podría ser eficaz para distintos tipos de leishmaniasis.
El objetivo inmediato de los investigadores de la Red de Investigación de Enfermedades Tropicales es convertir en realidad la llamada investigación traslacional, es decir, obtener el apoyo público y privado necesario para emprender el camino que les lleve a que la vacuna sea desarrollada, comercializada y aplicada en beneficio de los 2 millones de personas que cada año en 90 países la están esperando.

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