Pleno invierno y las temperaturas van a la baja. Aunque el frío en sí mismo no provoca
resfriados, es cierto que en esta época los catarros son protagonistas.
Es importante tomar algunas medidas higiénicas y de alimentación para contribuir así a estar
más sanos y fuertes en inviernos. Algunas de estas medidas son:
Higiene. Lávate las manos con más o menos frecuencia, especialmente después del contacto
con el niño. La higiene nasal del niño es una práctica recomendable; eliminará el exceso de
moco, descongestionando la nariz.
Agua, caldos y fruta. Es importante mantener una buena hidratación. El agua es la mejor
bebida que le puedes dar, y los caldos son un buen alimento.
Frutas y verduras frescas
aportarán las vitaminas que necesita su cuerpo.Un zumo de naranja es una buena opción a
media tarde o en el desayuno. En cambio, para el desayuno un lácteo, como por ejemplo un
yogur, puede ser una buena alternativa.
Mejor ventilación y menos abrigo. Conviene airear las estancias en las que suele estar el niño.
Por otro lado, no es aconsejable abrigar en exceso, ni siquiera si el niño debe salir a la calle. Es
preferible tapar orejas, manos y garganta pero reducir el grueso del abrigo para evitar que el
niño sude en exceso.
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