El 70 por ciento de los españoles con problemas
de salud intestinal ha notado una mejoría tras el uso de probióticos, así lo
confirma una encuesta realizada a 900 personas por Laboratorios Arkopharma con
la supervisión de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos
(SEMiPyP), que tenía como objetivo evaluar el estado de la salud intestinal de
la población española.
El 62
por ciento de los participantes declara padecer trastornos digestivos de forma
frecuente, que pueden solucionarse mediante un tratamiento a base de
probióticos. “Los probióticos son microrganismos vivos que, tras su ingesta,
consiguen beneficios para el organismo como la regulación de la microbiota
intestinal, lo que favorece la prevención de la diarrea y el estreñimiento”,
asegura Ascensión Marcos, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología
de los Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC) y miembro de la Sociedad Española de
Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP).
Además,
los resultados de la encuesta arrojan que uno de cada tres españoles no cuida
su microbiota intestinal, lo que pueden tener un impacto negativo en su estado
de salud general. “Los probióticos,
tanto de forma terapéutica como preventiva, son importantes para la salud, ya
que cuando un paciente está bajo un tratamiento antibiótico, los probióticos
contribuyen a mantener el equilibrio de su microbiota”, explica la profesora
Marcos. De hecho, más del 70 por ciento de los encuestados que toma probióticos
señala que la ingesta de este tipo terapias ha mejorado su salud intestinal.
Una temperatura óptima, necesaria para la calidad
del probiótico
Sin
embargo, para que esos beneficios se produzcan es necesario que estos productos
dispongan de una concentración adecuada y de unas condiciones de temperatura
específicas que garanticen la calidad del producto. Así, es necesario que los
probióticos se mantengan a unas temperaturas inferiores a los 23 grados desde
su fabricación, hasta su traslado, almacenaje y dispensación. “El gran problema
es que si las temperaturas son altas puede perjudicar la disponibilidad de los
probióticos, por lo que lo mejor es tenerlos a una temperatura inferior a
23-25º y, si los guardamos en nevera, siempre estarán bien conservados”,
detalla la investigadora del ICTAN-CSIC.
Otro
de los resultados de la encuesta muestra que los pacientes que adquieren los
productos probióticos lo hacen en la farmacia por encima de otros
establecimientos como herbolarios y supermercados. En este sentido, “el papel
del farmacéutico es clave porque es el profesional sanitario que facilita la
información entre el laboratorio que produce el probiótico y el paciente que lo
demanda o pregunta por algún tratamiento para su dolencia”, subraya la
profesora Marcos.
Desde
hace más de cinco años, la SEMiPyP organiza sesiones y jornadas para dar a
conocer la potencialidad como tratamiento de este tipo de productos, para que
el farmacéutico puede dar la información adecuada a los pacientes. “La toma de
probióticos es importante no solo a nivel terapéutico, también como posible
terapia preventiva para gente que tiene muchos problemas de infecciones e
incluso alergias”, concluye la investigadora del ICTAN-CSIC.
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