Cada vez son más las mujeres que se dedican profesionalmente al deporte en
España, lo que sin duda ha contribuido a dar una mayor visibilidad a estas
deportistas en la sociedad. A la hora de competir, estas mujeres se enfrentan a
situaciones como la menstruación o una posible maternidad, y conocer mejor cómo
pueden afectar estas circunstancias puede ser decisivo a la hora de tomar
decisiones sobre su futuro personal y profesional.
Y es que algunas de las consecuencias de una práctica deportiva intensa es
un bajo nivel de estrógenos o variaciones bruscas de peso que pueden derivar en
niveles muy bajos de grasa, a menudo acompañado de estrés que genera el
deporte de competición. A veces es por una
causa concreta o también se puede dar una combinación de ellas. Y entonces es
cuando aparece la amenorrea, ya que el cuerpo suprime o altera el ciclo
menstrual para compensar estas carencias que afectan al físico de las
deportistas.
Así lo explica la Dra. Anabel Salazar,
ginecóloga y directora de IVI
Málaga: “La amenorrea
es bastante frecuente en mujeres en edad reproductiva con una alta actividad
física, ya que hay un desequilibrio entre las calorías que se aportan con la
dieta y la energía que se consume. Por todo ello, las hormonas que regulan el
funcionamiento del ovario se ven afectadas. Si se da de manera puntual no tiene
por qué suponer un problema a largo plazo. Pero una amenorrea mantenida en un
periodo largo de tiempo puede provocar infertilidad, es decir, problemas para
quedar embarazada de manera natural”.
Ciclo
menstrual, entrenamiento y planificación familiar
Por todo ello, es fundamental que los equipos técnicos de las deportistas estén
familiarizados con las características fisiológicas femeninas, el
funcionamiento del sistema endocrino y cómo la liberación de hormonas influye
en su rendimiento, afectando a su fuerza, resistencia y flexibilidad. Además de
potenciar su productividad como deportistas, otro punto importante es cuidar la
alimentación.
“Si el ejercicio
físico de alta
intensidad no se acompaña con una buena alimentación basada en proteínas,
grasas de calidad e hidratos de carbono puede
producir trastornos hormonales, ya que son ingredientes clave para que el ciclo hormonal se mantenga
de forma regular. El bajo peso antes
mencionado en combinación con el déficit de macronutrientes y el ejercicio de
alta intensidad contribuye a un acortamiento de la fase lútea (período de
tiempo entre la ovulación y la menstruación), la alteración de la secreción de
hormonas y, en consecuencia, un descenso de los niveles de estrógenos. No
obstante, es importante recalcar que esta situación es reversible si no se
mantiene mucho tiempo”, comenta
la Dra. Salazar.
Con todo ello, si estas mujeres deciden dar el paso para ser madres será
más fácil que puedan planificar este momento de una manera más sencilla y que
su profesión no influya tanto a la hora de conseguirlo. “Buscar
asesoramiento médico para planificar una posible maternidad, incluso apostando
por preservar la fertilidad a una edad temprana no es incompatible con una
carrera deportiva exitosa. La vitrificación de óvulos, en este sentido, ofrece
a estas mujeres la posibilidad de conservar sus gametos con la edad y calidad
del momento en que se vitrifican y que permanezcan así el tiempo necesario
hasta que las deportistas culminen sus metas profesionales y/o decidan que es
el momento de cumplir su deseo maternal. Será entonces cuando puedan disponer
de sus óvulos con la misma calidad que en el momento de su vitrificación,
ofreciéndoles la posibilidad de ser madres con sus propios gametos”, concluye la Dra. Salazar.
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