La vacuna pentavalente frente a rotavirus, comercializada por Sanofi Pasteur MSD como RotaTeq®, ha mostrado una efectividad superior a la obtenida en los ensayos clínicos, ofreciendo un grado de protección mayor de lo que se esperaba en los niños que reciben esta inmunización, así como en el entorno, según los primeros datos obtenidos de la experiencia de los sistemas de vigilancia epidemiológica de Estados Unidos. “Tras esta investigación se observó un retraso de casi cuatro meses en el inicio de la estación de rotavirus y una disminución en el número de casos de más del 50%”, según ha puesto de manifiesto el doctor Federico Martinón, pediatra del Hospital Clínico de Santiago de Compostela (Galicia) en el marco del Congreso de la Asociación Española de Pediatría, que se celebra estos días en Zaragoza.
Este amplio estudio realizado por la red de Centros de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) evaluó la efectividad de RotaTeq® tras comparar la última temporada (de noviembre de 2007 hasta mayo de 2008), con los datos medios de vigilancia epidemiológica de la enfermedad desde el año 1991. “La principal conclusión ha sido que la vacunación sistemática favorece una disminución de la magnitud de la actividad de rotavirus y, al mismo tiempo, induce un efecto de inmunidad colectiva o de ‘rebaño’, es decir, de protección indirecta del entorno de los niños. La novedad es que los resultados, con datos obtenidos de la población real, son mejores de lo que cabía esperar”, indica el experto.
Los resultados de este trabajo coinciden con los obtenidos por otros centros y organismos. De hecho, “la mayoría de investigaciones reflejan que, desde la introducción de manera generalizada de esta vacuna en Norteamérica, se ha objetivado un descenso muy significativo en los ingresos hospitalarios de niños con una gastroenteritis por rotavirus, con cifras que oscilan entre el 75 y el 87% de reducción en las hospitalizaciones. Incluso en algún centro se ha llegado a observar un descenso del 100%”, advierte el doctor Martinón, que participa en el Simposium Interactivo ‘¿Crees que lo sabes todo sobre Rotavirus y Varicela?’, que se celebra esta tarde en el marco del Congreso de la Asociación Española de Pediatría.
Asimismo, añade, se han dado a conocer nuevos datos de eficacia clínica de la vacuna pentavalente en el grupo de los niños prematuros que han condicionado su inclusión en la ficha técnica de esta vacuna. En concreto, está indicada la vacunación frente a rotavirus en prematuros de, al menos, 25 semanas de edad gestacional, con una eficacia y seguridad comparable a la de los niños a término.
-Protección garantizada a los tres años
También se han vuelto a confirmar datos positivos en relación con la duración de la protección de esta vacuna. RotaTeq® es la única vacuna frente a rotavirus que ofrece eficacia frente a los cinco tipos principales de rotavirus (G1, G2, G3, G4 y G9) que ha demostrado una alta protección, específica de tipo, y sostenida hasta tres años después de la vacunación. Se cubre así el principal periodo de riesgo de infección por rotavirus, que abarca desde los 3 meses hasta los 3 años.
En esta línea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado reafirmando la seguridad de esta vacuna, mientras que “el Comité Asesor Vacunal de Estados Unidos ha ampliado los intervalos de edad en los que el niño puede ser vacunado, es decir, que ha liberalizado más la pauta de administración en base a su seguridad confirmada”, según el experto, quien indica que “posiblemente, con el tiempo, otros países se irán incorporando a esta medida”.
-Estudio en marcha en España
En España se está llevando a cabo un estudio en Galicia para valorar la efectividad de la vacuna en este país. “A falta de las conclusiones finales (que se conocerán después del verano), se puede determinar que se ha detectado un retraso en el inicio de la estación, aunque no se sabe aún si la magnitud de la enfermedad también ha disminuido”, precisa.
“En nuestro medio la enfermedad no supone mortalidad, pero sí costes importantes para el sistema y para las familias. Según un estudio, un episodio de gastroenteritis por rotavirus podría suponer un coste para los padres de unos 400 euros en términos de absentismo laboral, traslado al hospital, etc.”, asegura el pediatra.
RotaTeq® fue aprobado y recomendado por las autoridades sanitarias de Estados Unidos a principios de 2006 para la vacunación sistemática de los niños. En la actualidad, en este país, esta vacuna está reembolsada en gran parte, ya sea a través de los seguros médicos o del programa público de vacunación para los niños (VFC).
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06 June 2009
Incidencia entre separaciones matrimoniales y el inicio de los menores en drogas y alcohol
Cada año aumentan el número de separaciones y divorcios en nuestro país (en el año 2008, se produjeron más de 131.000 separaciones) y con ello la aparición de problemas médicos y psicológicos en los niños. Según los datos presentados por el doctor Paulino Castells, profesor de Psicología de la Universidad Abat Oliba CEU de Barcelona y autor del libro Los padres no se divorcian de sus hijos, en el marco del 58º Congreso de la Asociación Española de Pediatría que se está celebrando en Zaragoza, “uno de cada cuatro adolescentes de padres separados se inician en el alcohol y las drogas a edades más tempranas que otros jóvenes de su edad. En concreto a los 14 años, y a los 17 años más de la mitad consumen drogas y beben de forma habitual”.
“La separación es uno de los acontecimientos más estresantes que se pueden producir en la vida de un niño. En un primer momento –explica el doctor Castells- el niño sufre un shock que se acompaña de un sentimiento continuo de miedo, confusión y ansiedad. Así, la mitad de los niños experimenta temor a ser abandonados y se estima que un 34% reacciona con una depresión enmascarada”.
Sin embargo, las consecuencias de la separación dependen en gran medida de la edad del niño. “En los pequeños, el síntoma fundamental –indica Castells- es el temor a perder a sus padres lo que se traduce en ansiedad, pánico al salir fuera de casa, trastornos del sueño y miedos nocturnos. En adolescentes, la repercusión de la separación se transforma en la adopción de hábitos de vida de mayor riesgo con consumo de drogas e inclusive intentos de suicidio”.
-Información
En opinión del doctor Paulino Castells, no existen fórmulas mágicas para minimizar el impacto de una separación en el niño, “pero es cierto que existen ciertas medidas que se han demostrado beneficiosas, una de ellas es cuidar la forma y el momento en que se informa sobre la separación”. Según comenta el doctor Castells, “la información sobre la ruptura debe ser comunicada al hijo de forma conjunta por los padres en el mismo momento y debe tener lugar en un sitio neutral que permita hablar sin interrupciones. Tampoco es necesario decirles todo en un día sino que se pueden plantear varios encuentros de forma que el impacto no sea tan brusco”.
Respecto a la información que se debería facilitar, “los padres tiene que tener claro que van a transmitir a los hijos y previamente en la medida de posible haberlo acordado entre ambos. Asimismo, hay que comunicarles con claridad que se producirán cambios en su manera de vivir, aclararles cómo se sucederán estos cambios, en que consistirá su nueva rutina, dónde dormirán y, sobre todo, mostrarles que la familia no desaparece con la separación”. Por otro lado, el doctor Castells recomienda que se debería también informar sobre las causas de la separación “para evitar, por un lado, que cuando lo descubran se sientan traicionados y evitar, por otro lado, desembarazarse de ideas ficticias sobre posibles reconciliaciones”.
-Hijos padres
Otra de las situaciones que se suelen reproducir con frecuencia en las separaciones con niños adolescentes es que éstos tienden a asumir el papel de padres de sus propios padres debido al hundimiento en el que se quedan tras la separación. “En esta línea, una cuarta parte de los adolescentes suelen aliarse con un progenitor en contra del otro, muchas veces promovido por uno de los padres”.
“La separación es uno de los acontecimientos más estresantes que se pueden producir en la vida de un niño. En un primer momento –explica el doctor Castells- el niño sufre un shock que se acompaña de un sentimiento continuo de miedo, confusión y ansiedad. Así, la mitad de los niños experimenta temor a ser abandonados y se estima que un 34% reacciona con una depresión enmascarada”.
Sin embargo, las consecuencias de la separación dependen en gran medida de la edad del niño. “En los pequeños, el síntoma fundamental –indica Castells- es el temor a perder a sus padres lo que se traduce en ansiedad, pánico al salir fuera de casa, trastornos del sueño y miedos nocturnos. En adolescentes, la repercusión de la separación se transforma en la adopción de hábitos de vida de mayor riesgo con consumo de drogas e inclusive intentos de suicidio”.
-Información
En opinión del doctor Paulino Castells, no existen fórmulas mágicas para minimizar el impacto de una separación en el niño, “pero es cierto que existen ciertas medidas que se han demostrado beneficiosas, una de ellas es cuidar la forma y el momento en que se informa sobre la separación”. Según comenta el doctor Castells, “la información sobre la ruptura debe ser comunicada al hijo de forma conjunta por los padres en el mismo momento y debe tener lugar en un sitio neutral que permita hablar sin interrupciones. Tampoco es necesario decirles todo en un día sino que se pueden plantear varios encuentros de forma que el impacto no sea tan brusco”.
Respecto a la información que se debería facilitar, “los padres tiene que tener claro que van a transmitir a los hijos y previamente en la medida de posible haberlo acordado entre ambos. Asimismo, hay que comunicarles con claridad que se producirán cambios en su manera de vivir, aclararles cómo se sucederán estos cambios, en que consistirá su nueva rutina, dónde dormirán y, sobre todo, mostrarles que la familia no desaparece con la separación”. Por otro lado, el doctor Castells recomienda que se debería también informar sobre las causas de la separación “para evitar, por un lado, que cuando lo descubran se sientan traicionados y evitar, por otro lado, desembarazarse de ideas ficticias sobre posibles reconciliaciones”.
-Hijos padres
Otra de las situaciones que se suelen reproducir con frecuencia en las separaciones con niños adolescentes es que éstos tienden a asumir el papel de padres de sus propios padres debido al hundimiento en el que se quedan tras la separación. “En esta línea, una cuarta parte de los adolescentes suelen aliarse con un progenitor en contra del otro, muchas veces promovido por uno de los padres”.
Los pediatras desconocen muchos de los aspectos relativos a la Homeopatía

“Los pediatras desconocemos muchos de los aspectos relativos a la homeopatía y sería interesante que dispusiéramos de más información”. Así lo afirma el profesor Gabriel Galdó, catedrático de Pediatría (Pediatría Social y Adolescencia) de la Universidad de Granada, que modera hoy en el marco del 58º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP) una mesa de controversia sobre la homeopatía. Según precisa, “en los curricula de las facultades de medicina no se incluye ninguna información sobre las medicinas alternativas y homeopatía; y en la mayoría de las Sociedades Científicas tampoco figura como un aspecto importante de estudio la homeopatía cuando sería fundamental conocerlo sobre todo si pensamos que cerca del 35% de la población asegura utilizar medicamentos homeopáticos con mayor o menor frecuencia”.
La homeopatía se basa en la administración en pequeñas dosis de las sustancias que en grandes dosis son capaces de producir una enfermedad con el objetivo de que el propio sistema genere defensas frente a esa patología. En la actualidad, la homeopatía se utiliza en más de 80 países. En Estados Unidos, entre el 2 y 10% de los niños toman remedios homeopáticos, pero su aplicación no está exenta de controversias.
“Por un lado, sus defensores subrayan sus escasos efectos indeseables y la larga experiencia de su uso en niños y lactantes así como en el embarazo y lactancia. De hecho, las revisiones publicadas muestran resultados positivos de la homeopatía respecto al placebo. Sus detractores, por el contrario, destacan que los grandes avances de la medicina en este siglo, que han permitido disminuir la mortalidad y aumentar la esperanza de vida, están asociados a la medicina científica (convencional) y señalan que los tratamientos homeopáticos no se han demostrado científicamente eficaces en las patologías pediátricas analizadas, aunque en algunos estudios su efecto es superior al placebo”.
-Sustitución
Para determinados sectores, uno de los riesgos asociados a la homeopatía es su posible sustitución de los tratamientos convencionales que han demostrado su eficacia. “Según los datos que se presentan hoy de un estudio canadiense casi el 9% de los niños que acudían a una clínica naturópata no tenían ninguna dosis vacunal, pese a que la vacunación sistemática con el calendario vacunal obligatorio se ha mostrado una de las medidas más eficaces en la prevención de ciertas enfermedades”, comenta el doctor Galdó.
En esta línea, la Academia Americana de Pediatría señala que el pediatra puede recomendar o no un tratamiento de medicina alternativa (que incluye homeopatía) pero como complementario al científico. Los defensores destacan, en este sentido, “que la homeopatía es particularmente útil cuando no hay un tratamiento convencional eficaz, para completar esta medicación cuando el alivio es incompleto, ante contraindicaciones o para minimizar los posibles efectos adversos”, señala este especialista.
“Tanto la medicina alternativa como la científica deben estar basadas en el principio de beneficio para el paciente, en no hacer daño, ofrecer una información objetiva y justa sobre las posibilidades terapéuticas y respeto por la autonomía del paciente para decidir el tratamiento. El médico, en este sentido, debe disponer de información basada en la evidencia sobre la eficacia y seguridad de cada tratamiento”, destaca el profesor Galdó.
La homeopatía se basa en la administración en pequeñas dosis de las sustancias que en grandes dosis son capaces de producir una enfermedad con el objetivo de que el propio sistema genere defensas frente a esa patología. En la actualidad, la homeopatía se utiliza en más de 80 países. En Estados Unidos, entre el 2 y 10% de los niños toman remedios homeopáticos, pero su aplicación no está exenta de controversias.
“Por un lado, sus defensores subrayan sus escasos efectos indeseables y la larga experiencia de su uso en niños y lactantes así como en el embarazo y lactancia. De hecho, las revisiones publicadas muestran resultados positivos de la homeopatía respecto al placebo. Sus detractores, por el contrario, destacan que los grandes avances de la medicina en este siglo, que han permitido disminuir la mortalidad y aumentar la esperanza de vida, están asociados a la medicina científica (convencional) y señalan que los tratamientos homeopáticos no se han demostrado científicamente eficaces en las patologías pediátricas analizadas, aunque en algunos estudios su efecto es superior al placebo”.
-Sustitución
Para determinados sectores, uno de los riesgos asociados a la homeopatía es su posible sustitución de los tratamientos convencionales que han demostrado su eficacia. “Según los datos que se presentan hoy de un estudio canadiense casi el 9% de los niños que acudían a una clínica naturópata no tenían ninguna dosis vacunal, pese a que la vacunación sistemática con el calendario vacunal obligatorio se ha mostrado una de las medidas más eficaces en la prevención de ciertas enfermedades”, comenta el doctor Galdó.
En esta línea, la Academia Americana de Pediatría señala que el pediatra puede recomendar o no un tratamiento de medicina alternativa (que incluye homeopatía) pero como complementario al científico. Los defensores destacan, en este sentido, “que la homeopatía es particularmente útil cuando no hay un tratamiento convencional eficaz, para completar esta medicación cuando el alivio es incompleto, ante contraindicaciones o para minimizar los posibles efectos adversos”, señala este especialista.
“Tanto la medicina alternativa como la científica deben estar basadas en el principio de beneficio para el paciente, en no hacer daño, ofrecer una información objetiva y justa sobre las posibilidades terapéuticas y respeto por la autonomía del paciente para decidir el tratamiento. El médico, en este sentido, debe disponer de información basada en la evidencia sobre la eficacia y seguridad de cada tratamiento”, destaca el profesor Galdó.
España: cada año fallecen casi 100 lactantes por muerte súbita
Cada año fallecen en nuestro país cerca de 100 lactantes por muerte súbita, un fallecimiento que se produce de forma repentina e inesperada y al que no se encuentra una causa definida. En el 90% de los casos se produce entre el primer y sexto mes de vida, siendo en los países desarrollados, la principal causa de mortalidad en el primer año de vida.
En opinión del doctor Frederic Camarasa, coordinador del Grupo de Trabajo para el Estudio y la Prevención de la Muerte Súbita del Lactante de la Asociación Española de Pediatría (GEPMSL de la AEP), la muerte súbita del lactante está infra-diagnosticada en nuestro país “y seguramente el número de fallecimientos es mayor. En los países europeos –explica el Dr. Camarasa- se estima que cada año mueren por término medio 1 por cada 1.000 niños nacidos. De forma que si aplicamos esta cifra en nuestro país, fallecerían alrededor de 500 lactantes”. Según este experto, estas cifras contradictorias se deben fundamentalmente a que la falta de autopsias que permitirían definir la causa de la muerte.
En opinión del doctor Frederic Camarasa, coordinador del Grupo de Trabajo para el Estudio y la Prevención de la Muerte Súbita del Lactante de la Asociación Española de Pediatría (GEPMSL de la AEP), la muerte súbita del lactante está infra-diagnosticada en nuestro país “y seguramente el número de fallecimientos es mayor. En los países europeos –explica el Dr. Camarasa- se estima que cada año mueren por término medio 1 por cada 1.000 niños nacidos. De forma que si aplicamos esta cifra en nuestro país, fallecerían alrededor de 500 lactantes”. Según este experto, estas cifras contradictorias se deben fundamentalmente a que la falta de autopsias que permitirían definir la causa de la muerte.
-Posición al dormir
A pesar de estos datos, desde los años 90 se ha registrado una disminución importante en el número de casos que ha pasado de 2-3 casos por 1.000 nacidos a 1 por cada 1.000 nacidos debido fundamentalmente a la identificación de los principales factores de riesgo: dormir boca abajo, el tabaquismo materno y el sobrecalentamiento. “Diversas publicaciones han demostrado de manera inequívoca que la muerte súbita del lactante está asociada con la postura en prono para dormir (boca abajo). Así, se ha observado que hacer que los niños duerman boca arriba, ni boca abajo ni de lado, se acompaña de una disminución entre el 50 y 67% de la incidencia”.
En nuestro país, la Asociación Española de Pediatría ha desarrollado actividades divulgativas que han permitido concienciar a la población sobre la importancia de dormir boca arriba. De hecho, las actuaciones preventivas sobre este síndrome desarrolladas en el País Vasco y Navarra se han acompañado de una disminución en la tasa de mortalidad de entre el 50 y 75%. En opinión del coordinador del GEPMSL, “se debe seguir insistiendo en la posición para dormir en especial en los sectores más desfavorecidos de la población donde se registran un mayor número de casos por muerte súbita”.
Por otro lado, existen otros factores de riesgo todavía no controlados siendo el tabaquismo materno el principal. “Muchas mujeres no están concienciadas de los riesgos asociados al tabaquismo durante el embarazo y la lactancia. Cerca de un lactante nadie debería fumar. De igual forma, se debe evitar el sobrecalentamiento con habitaciones donde haya mucho calor o abrigar en exceso al niño. Además, se ha observado que los colchones blandos y dormir en la cama con los padres también se asocia a una mayor incidencia de la muerte súbita del lactante”. En opinión del doctor Camarasa, con la modificación de estos factores se podrían evitar gran parte de los casos.
A pesar de estos datos, desde los años 90 se ha registrado una disminución importante en el número de casos que ha pasado de 2-3 casos por 1.000 nacidos a 1 por cada 1.000 nacidos debido fundamentalmente a la identificación de los principales factores de riesgo: dormir boca abajo, el tabaquismo materno y el sobrecalentamiento. “Diversas publicaciones han demostrado de manera inequívoca que la muerte súbita del lactante está asociada con la postura en prono para dormir (boca abajo). Así, se ha observado que hacer que los niños duerman boca arriba, ni boca abajo ni de lado, se acompaña de una disminución entre el 50 y 67% de la incidencia”.
En nuestro país, la Asociación Española de Pediatría ha desarrollado actividades divulgativas que han permitido concienciar a la población sobre la importancia de dormir boca arriba. De hecho, las actuaciones preventivas sobre este síndrome desarrolladas en el País Vasco y Navarra se han acompañado de una disminución en la tasa de mortalidad de entre el 50 y 75%. En opinión del coordinador del GEPMSL, “se debe seguir insistiendo en la posición para dormir en especial en los sectores más desfavorecidos de la población donde se registran un mayor número de casos por muerte súbita”.
Por otro lado, existen otros factores de riesgo todavía no controlados siendo el tabaquismo materno el principal. “Muchas mujeres no están concienciadas de los riesgos asociados al tabaquismo durante el embarazo y la lactancia. Cerca de un lactante nadie debería fumar. De igual forma, se debe evitar el sobrecalentamiento con habitaciones donde haya mucho calor o abrigar en exceso al niño. Además, se ha observado que los colchones blandos y dormir en la cama con los padres también se asocia a una mayor incidencia de la muerte súbita del lactante”. En opinión del doctor Camarasa, con la modificación de estos factores se podrían evitar gran parte de los casos.
-Factores biológicos
Junto con los factores de riesgo conocidos y modificables, existen en este síndrome factores biológicos (metabólicos, genéticos, infecciosos, etc) que condicionan la presencia del mismo. “Estos factores biológicos están menos documentados y pueden incluir mutaciones en varios genes implicados en el metabolismo, en el sistema inmune, los transportadores de serotina y las canalopatías cardiacas que afectarían el control de los centros cardio-respiratorios ubicados en el tronco cerebral.. Ahora mismo, se está investigando los marcadores genéticos y en valorar la posible predisposición”.
Junto con los factores de riesgo conocidos y modificables, existen en este síndrome factores biológicos (metabólicos, genéticos, infecciosos, etc) que condicionan la presencia del mismo. “Estos factores biológicos están menos documentados y pueden incluir mutaciones en varios genes implicados en el metabolismo, en el sistema inmune, los transportadores de serotina y las canalopatías cardiacas que afectarían el control de los centros cardio-respiratorios ubicados en el tronco cerebral.. Ahora mismo, se está investigando los marcadores genéticos y en valorar la posible predisposición”.
03 June 2009
El consumo de productos enriquecidos y fortificados aumenta progresivamente en España
Entre los años 2000 y 2005 el consumo de productos enriquecidos y fortificados en España (a excepción de los batidos de yogur enriquecido) ha aumentado de forma progresiva (entre un 3,7% y un 153,7%, dependiendo del alimento), según un estudio realizado por el Ministerio de Medio Ambiente Medio Rural y Marino y la Fundación Española de la Nutrición que se publicará próximamente.
Pero, ¿puede llegar a ser perjudicial un consumo inadecuado de estos alimentos? Según explica la doctora Begoña Olmedilla, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), “la sociedad se enfrenta a multitud de nuevos alimentos en el mercado, que contienen componentes activos añadidos (o eliminados los identificados como perjudiciales, etc.) con el objetivo de producir efectos beneficiosos sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, en la mayoría de los casos todavía no hay estudios suficientes y consistentes que permitan realizar una declaración de propiedad saludable en relación con determinados componentes o alimentos.
Asimismo, los consumidores no tienen una información clara sobre qué son estos alimentos, qué pueden aportar o cómo diferenciarlos, “sería necesario proporcionarles información concisa sobre este tipo de productos”, subraya esta experta.
De hecho, en este tipo de alimentos, en los que se hacen alegaciones en relación con la salud, se deben haber valorado previamente los efectos beneficiosos y también los posibles efectos secundarios indeseables. El alimento funcional debe demostrar que es seguro y que cumple la legislación y tener presente al valorarlos, que este tipo de alimentos se integran en la dieta total, que debe ser variada y equilibrada.
En este sentido, tanto el estudio de la relación entre enfermedades crónicas y la nutrición, así como la comprobación del efecto de intervenciones nutricionales en humanos, exige la colaboración de profesionales de muy diversos ámbitos y entre ellos debería tener una participación más activa el especialista del laboratorio clínico, cuya labor se suele circunscribir a la obtención de resultados analíticos, pero que puede aportar el valor añadido de sus conocimientos metodológicos y bioquímicos.
Para la doctora Olmedilla, estos profesionales deberían tener mayor papel, tanto en el proceso de diseño de los alimentos, mediante la propuesta (y determinación) de biomarcadores de las funciones diana objetivo en cada caso, como en el de interpretación de los resultados, no olvidando los aspectos relacionados con las posibles interacciones, tanto sinérgicas como antagónicas, que se pueden producir en la absorción y metabolismo.
“El profesional del laboratorio puede tener un papel relevante en la correcta selección y utilización de biomarcadores identificados en el desarrollo de enfermedades y que puedan ser utilizados para monitorizar la posible modificación de un proceso mediante determinados alimentos o sus componentes”, resume.
-Información comprensible y fiable en el etiquetado
La forma de comunicar los beneficios de los alimentos funcionales al consumidor es mediante el etiquetado, que debe contener información comprensible y fiable. En el etiquetado, según el RE (CE) 1924/ 2006, se pueden considerar dos categorías: a) Mantener o mejorar una función (artículo 13); b) Reducir el riesgo de enfermedad (artículo 14). El mencionado Reglamento indica también, que solamente se autorizará el uso de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables si cabe esperar que el consumidor medio comprenda los efectos benéficos tal como se expresan en la declaración.
En este sentido, solamente se permitirán las declaraciones de propiedades saludables si en la información en el etiquetado se incluye, entre otras, unas advertencias adecuadas sobre la cantidad de alimento y el patrón de consumo requeridos para obtener el efecto benéfico declarado; en su caso, una declaración dirigida a las personas que deberían evitar el consumo del alimento; y una advertencia adecuada en relación con los productos que pueden suponer un riesgo para la salud si se consumen en exceso.
En la actualidad, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a petición de la Dirección General de Salud y Protección de Consumidores de la Comisión Europea, está valorando las solicitudes respecto a declaraciones de propiedades saludables en los alimentos. Las conclusiones serán tomadas en cuenta por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), encargada de velar por la seguridad alimentaria en nuestro país.
-Tipos de alimentos funcionales
Un alimento se podría considerar como alimento funcional -de acuerdo al consenso científico europeo (proyecto FUFOSE)- si se demuestra de forma satisfactoria que tiene efectos beneficiosos sobre una o más funciones dianas en el organismo, aparte de los efectos nutricionales adecuados, de forma que sea relevante tanto para mejorar el estado de salud y bienestar, como para la reducción de riesgo de enfermedad.
Los alimentos funcionales pueden ser de muy diversos tipos y en general, desde un punto de vista práctico, puede ser: a) natural, no modificado; b) el que uno de sus componentes ha sido mejorado (mediante condiciones de crecimiento especiales, de cultivo o por medios tecnológicos); c) al que se le ha añadido un componente que aporte beneficios; d) al que se le ha eliminado un componente (por medios tecnológicos o biotecnológicos de forma que el alimento aporte beneficios que de otra forma no aportaría); e) al que se la ha sustituido un componente por otro con propiedades favorables; f) aquel al que se le ha modificado un componente por medios enzimáticos, químicos o tecnológicos para aportar beneficios; g) cuando la biodisponibilidad de uno de sus componentes se ha modificado; h) una combinación de cualquiera de los anteriores.
Por tanto, muchos alimentos pueden considerarse como funcionales, pero para ello tiene que poderse demostrar dicha funcionalidad en funciones diana de diversos tipos (función cardiovascular, actividad física, función intestinal, salud y desarrollo mental, etc.). Actualmente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria está valorando numerosos protocolos en base a diferentes criterios, entre los que se encuentran la necesidad de tener datos en humanos, fundamentalmente a partir de estudios de intervención.
Pero, ¿puede llegar a ser perjudicial un consumo inadecuado de estos alimentos? Según explica la doctora Begoña Olmedilla, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), “la sociedad se enfrenta a multitud de nuevos alimentos en el mercado, que contienen componentes activos añadidos (o eliminados los identificados como perjudiciales, etc.) con el objetivo de producir efectos beneficiosos sobre la salud, tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, en la mayoría de los casos todavía no hay estudios suficientes y consistentes que permitan realizar una declaración de propiedad saludable en relación con determinados componentes o alimentos.
Asimismo, los consumidores no tienen una información clara sobre qué son estos alimentos, qué pueden aportar o cómo diferenciarlos, “sería necesario proporcionarles información concisa sobre este tipo de productos”, subraya esta experta.
De hecho, en este tipo de alimentos, en los que se hacen alegaciones en relación con la salud, se deben haber valorado previamente los efectos beneficiosos y también los posibles efectos secundarios indeseables. El alimento funcional debe demostrar que es seguro y que cumple la legislación y tener presente al valorarlos, que este tipo de alimentos se integran en la dieta total, que debe ser variada y equilibrada.
En este sentido, tanto el estudio de la relación entre enfermedades crónicas y la nutrición, así como la comprobación del efecto de intervenciones nutricionales en humanos, exige la colaboración de profesionales de muy diversos ámbitos y entre ellos debería tener una participación más activa el especialista del laboratorio clínico, cuya labor se suele circunscribir a la obtención de resultados analíticos, pero que puede aportar el valor añadido de sus conocimientos metodológicos y bioquímicos.
Para la doctora Olmedilla, estos profesionales deberían tener mayor papel, tanto en el proceso de diseño de los alimentos, mediante la propuesta (y determinación) de biomarcadores de las funciones diana objetivo en cada caso, como en el de interpretación de los resultados, no olvidando los aspectos relacionados con las posibles interacciones, tanto sinérgicas como antagónicas, que se pueden producir en la absorción y metabolismo.
“El profesional del laboratorio puede tener un papel relevante en la correcta selección y utilización de biomarcadores identificados en el desarrollo de enfermedades y que puedan ser utilizados para monitorizar la posible modificación de un proceso mediante determinados alimentos o sus componentes”, resume.
-Información comprensible y fiable en el etiquetado
La forma de comunicar los beneficios de los alimentos funcionales al consumidor es mediante el etiquetado, que debe contener información comprensible y fiable. En el etiquetado, según el RE (CE) 1924/ 2006, se pueden considerar dos categorías: a) Mantener o mejorar una función (artículo 13); b) Reducir el riesgo de enfermedad (artículo 14). El mencionado Reglamento indica también, que solamente se autorizará el uso de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables si cabe esperar que el consumidor medio comprenda los efectos benéficos tal como se expresan en la declaración.
En este sentido, solamente se permitirán las declaraciones de propiedades saludables si en la información en el etiquetado se incluye, entre otras, unas advertencias adecuadas sobre la cantidad de alimento y el patrón de consumo requeridos para obtener el efecto benéfico declarado; en su caso, una declaración dirigida a las personas que deberían evitar el consumo del alimento; y una advertencia adecuada en relación con los productos que pueden suponer un riesgo para la salud si se consumen en exceso.
En la actualidad, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), a petición de la Dirección General de Salud y Protección de Consumidores de la Comisión Europea, está valorando las solicitudes respecto a declaraciones de propiedades saludables en los alimentos. Las conclusiones serán tomadas en cuenta por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), encargada de velar por la seguridad alimentaria en nuestro país.
-Tipos de alimentos funcionales
Un alimento se podría considerar como alimento funcional -de acuerdo al consenso científico europeo (proyecto FUFOSE)- si se demuestra de forma satisfactoria que tiene efectos beneficiosos sobre una o más funciones dianas en el organismo, aparte de los efectos nutricionales adecuados, de forma que sea relevante tanto para mejorar el estado de salud y bienestar, como para la reducción de riesgo de enfermedad.
Los alimentos funcionales pueden ser de muy diversos tipos y en general, desde un punto de vista práctico, puede ser: a) natural, no modificado; b) el que uno de sus componentes ha sido mejorado (mediante condiciones de crecimiento especiales, de cultivo o por medios tecnológicos); c) al que se le ha añadido un componente que aporte beneficios; d) al que se le ha eliminado un componente (por medios tecnológicos o biotecnológicos de forma que el alimento aporte beneficios que de otra forma no aportaría); e) al que se la ha sustituido un componente por otro con propiedades favorables; f) aquel al que se le ha modificado un componente por medios enzimáticos, químicos o tecnológicos para aportar beneficios; g) cuando la biodisponibilidad de uno de sus componentes se ha modificado; h) una combinación de cualquiera de los anteriores.
Por tanto, muchos alimentos pueden considerarse como funcionales, pero para ello tiene que poderse demostrar dicha funcionalidad en funciones diana de diversos tipos (función cardiovascular, actividad física, función intestinal, salud y desarrollo mental, etc.). Actualmente la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria está valorando numerosos protocolos en base a diferentes criterios, entre los que se encuentran la necesidad de tener datos en humanos, fundamentalmente a partir de estudios de intervención.
La mortalidad a causa de la gripe A(H1N1) está por debajo del 1%
En función de los datos con los que se cuenta en la actualidad, la mortalidad a causa de la gripe A (H1N1) está por debajo de 1% de los que la padecen, lo que representa una situación relativamente similar a la generada por la gripe estacional, si bien es necesario seguir vigilando estrechamente la evolución de la epidemia durante los próximos meses” ha asegurado Luis Buzón, profesor de la Universidad Europea de Madrid (UEM) y experto en enfermedades infecciosas, durante el III Seminario sobre Medicina del Trabajo, una jornada organizada por la Cátedra FREMAP de I+D de Medicina del Trabajo de la Universidad Europea de Madrid que en esta edición tiene como principal objetivo actualizar y desarrollar herramientas de predicción de la Gripe A.
A pesar del perfil más benevolente del virus H1N1 del inicialmente esperado, el doctor Antonio Moreno, coordinador del área científico-médica de la Clínica Universitaria de la Sociedad de Prevención de Fremap, asegura que es necesario prevenir su posible propagación en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el de la empresa, al tiempo que señala la importancia de adoptar medidas que permitan contener la posible difusión del virus. “Ahora más que nunca, es necesario anticiparse a cualquier eventual pandemia también desde el ámbito empresarial”, subraya en esta misma línea Luis Buzón.
-Higiene personal rigurosa
En concreto, el doctor Moreno destaca la necesidad del mantenimiento de la higiene personal de los empleados, que, a modo de prevención y entre otras cosas, deben lavarse las manos con agua templada y jabón durante más de 20 segundos. Asimismo, apunta que la empresa debe instar a los trabajadores a que en caso de tos se cubran la boca con un pañuelo desechable.
En el supuesto de que se produjera la pandemia, es necesario evitar que los empleados compartan toallas y utensilios de aseo personal y alimentos. También debe evitarse el contacto directo entre personas y cualquier hacinamiento en espacios reducidos para reunirse. En el caso de que la pandemia evolucionara en sus diferentes niveles, “se debería incluir en la empresa el uso de mascarillas o de antivirales si fuera necesario”.
De forma paralela, Luis Buzón señala, por su parte, que las compañías deben seguir las indicaciones que las autoridades sanitarias facilitan a medida que puede evolucionar la pandemia. “Hay que seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, de las comunidades autónomas, en el ámbito local, y de la OMS en el mundial”, advierte, al tiempo que explica que “está todo muy protocolizado y organizado”.
Finalmente, el doctor Moreno apunta que desde el Area de Prevención de Fremap se ha puesto en marcha una Unidad de Gestión de Crisis “en la que pretendemos poner a disposición de las entidades las estrategias de prevención y actuación ante una posible pandemia como la de la Gripe A”.
-La gripe A
El brote de gripe H1N1 de 2009 en humanos aparentemente no es provocado por un virus exclusivo de gripe porcina. Su causa es una nueva cepa de virus de gripe A (H1N1) que contiene material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviaria y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.
Aunque los orígenes de esta nueva cepa son desconocidos, se transmite con facilidad entre seres humanos debido a una mutación del virus aún por identificar. Lo hace a través de la saliva, por vía aérea, por el contacto estrecho entre mucosas o mediante la transmisión mano-boca debido a manos contaminadas.
A pesar del perfil más benevolente del virus H1N1 del inicialmente esperado, el doctor Antonio Moreno, coordinador del área científico-médica de la Clínica Universitaria de la Sociedad de Prevención de Fremap, asegura que es necesario prevenir su posible propagación en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el de la empresa, al tiempo que señala la importancia de adoptar medidas que permitan contener la posible difusión del virus. “Ahora más que nunca, es necesario anticiparse a cualquier eventual pandemia también desde el ámbito empresarial”, subraya en esta misma línea Luis Buzón.
-Higiene personal rigurosa
En concreto, el doctor Moreno destaca la necesidad del mantenimiento de la higiene personal de los empleados, que, a modo de prevención y entre otras cosas, deben lavarse las manos con agua templada y jabón durante más de 20 segundos. Asimismo, apunta que la empresa debe instar a los trabajadores a que en caso de tos se cubran la boca con un pañuelo desechable.
En el supuesto de que se produjera la pandemia, es necesario evitar que los empleados compartan toallas y utensilios de aseo personal y alimentos. También debe evitarse el contacto directo entre personas y cualquier hacinamiento en espacios reducidos para reunirse. En el caso de que la pandemia evolucionara en sus diferentes niveles, “se debería incluir en la empresa el uso de mascarillas o de antivirales si fuera necesario”.
De forma paralela, Luis Buzón señala, por su parte, que las compañías deben seguir las indicaciones que las autoridades sanitarias facilitan a medida que puede evolucionar la pandemia. “Hay que seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, de las comunidades autónomas, en el ámbito local, y de la OMS en el mundial”, advierte, al tiempo que explica que “está todo muy protocolizado y organizado”.
Finalmente, el doctor Moreno apunta que desde el Area de Prevención de Fremap se ha puesto en marcha una Unidad de Gestión de Crisis “en la que pretendemos poner a disposición de las entidades las estrategias de prevención y actuación ante una posible pandemia como la de la Gripe A”.
-La gripe A
El brote de gripe H1N1 de 2009 en humanos aparentemente no es provocado por un virus exclusivo de gripe porcina. Su causa es una nueva cepa de virus de gripe A (H1N1) que contiene material genético combinado de una cepa de virus de gripe humana, una cepa de virus de gripe aviaria y dos cepas separadas de virus de gripe porcina.
Aunque los orígenes de esta nueva cepa son desconocidos, se transmite con facilidad entre seres humanos debido a una mutación del virus aún por identificar. Lo hace a través de la saliva, por vía aérea, por el contacto estrecho entre mucosas o mediante la transmisión mano-boca debido a manos contaminadas.
La enfermedad crónica del anciano es la mayor víctima de un sistema sanitario que no está preparado para dar respuesta
"El tratamiento de las enfermedades crónicas en las personas de edad avanzada del País Vasco carece de continuidad y requiere nuevos recursos por parte de la Administración Sanitaria”. La reflexión del presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología (Zahartzaroa), Juan José Calvo, no obedece, tan sólo, a una percepción propia sino que es la principal deducción del documento “Análisis de situación y propuestas de mejora en la atención geriátrica y gerontológica en la Comunidad Autónoma Vasca” realizado por el Instituto Catalán del Envejecimiento. “La atención sanitaria en estos casos está anclada en el pasado y es necesario fomentar el concepto de la continuidad de los cuidados”.
Una de las particularidades de la Sanidad vasca que más llama la atención en el informe es “la falta de articulación entre los servicios de Atención sanitaria, en manos del Gobierno vasco, y la Atención Social, en manos de la Diputación. Hay que esperar que la nueva Ley de Servicios Sociales que tiene previsto elaborar el Ejecutivo vasco corrija esta situación y permita articular ambos de servicios para que vayan de la mano. En el caso del anciano, sobre todo en lo que se refiere a personas mayores dependientes y con enfermedades crónicas, resulta esencial”.
Juan José Calvo asume que “la cronicidad es la mayor víctima de un sistema sanitario que no está preparado para dar respuesta a algo así. El informe refleja que se produce una buena atención al paciente cuando surge momentos de crisis, pero una vez que éste supera la fase aguda y la hospitalización, la atención disminuye una barbaridad”.
No es un asunto menor. El informe refleja que el 15 por ciento de las personas mayores de 65 años en Euskadi tienen diversos niveles de dependencia. Y que por encima de los ochenta años, el nivel supera el 50 por ciento. “Estas cifras”, subraya Juan José Calvo, “permiten realizar un diagnóstico claro en torno al consumo de recursos sanitarios. Los ancianos dependientes generan un consumo de recursos muy importantes y éstos están mal distribuidos; no hay que centrarse tanto en los gastos de hospitalización como en la continuidad de atenciones al enfermo crónico. A la larga ahí se ahorraría en gasto sanitario. No se puede resolver el problema en el Hospital y devolver al anciano a la jungla”.
Entiende el experto que “resolver esa situación por parte de la sociedad es bastante complicado. Es una tierra de nadie y desconocemos de quién es la responsabilidad o incluso si estamos ante un problema de salud o social. En la actualidad, incluso muchas residencias no están bien dotadas como para poder atender a una persona que sale del hospital, que ya ha superado el problema agudo, pero tiene un grado de dependencia importante -sondas, oxígeno o incluso lesiones cutáneas, tan comunes entre las personas mayores por sus problemas de movilidad- que requiere una atención continuada”.
El presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología (Zahartzaroa), Juan José Calvo, recuerda que el informe recoge “algunas fórmulas de mejora. El papel de la enfermería domiciliaria o la formación de cuidadores profesionales son dos recursos que están poco explotados por la Administración. Eso, por no incidir en la denuncia, largo tiempo cursada, de la falta del reconocimiento de la especialidad de geriatría en el País Vasco”.
Una de las particularidades de la Sanidad vasca que más llama la atención en el informe es “la falta de articulación entre los servicios de Atención sanitaria, en manos del Gobierno vasco, y la Atención Social, en manos de la Diputación. Hay que esperar que la nueva Ley de Servicios Sociales que tiene previsto elaborar el Ejecutivo vasco corrija esta situación y permita articular ambos de servicios para que vayan de la mano. En el caso del anciano, sobre todo en lo que se refiere a personas mayores dependientes y con enfermedades crónicas, resulta esencial”.
Juan José Calvo asume que “la cronicidad es la mayor víctima de un sistema sanitario que no está preparado para dar respuesta a algo así. El informe refleja que se produce una buena atención al paciente cuando surge momentos de crisis, pero una vez que éste supera la fase aguda y la hospitalización, la atención disminuye una barbaridad”.
No es un asunto menor. El informe refleja que el 15 por ciento de las personas mayores de 65 años en Euskadi tienen diversos niveles de dependencia. Y que por encima de los ochenta años, el nivel supera el 50 por ciento. “Estas cifras”, subraya Juan José Calvo, “permiten realizar un diagnóstico claro en torno al consumo de recursos sanitarios. Los ancianos dependientes generan un consumo de recursos muy importantes y éstos están mal distribuidos; no hay que centrarse tanto en los gastos de hospitalización como en la continuidad de atenciones al enfermo crónico. A la larga ahí se ahorraría en gasto sanitario. No se puede resolver el problema en el Hospital y devolver al anciano a la jungla”.
Entiende el experto que “resolver esa situación por parte de la sociedad es bastante complicado. Es una tierra de nadie y desconocemos de quién es la responsabilidad o incluso si estamos ante un problema de salud o social. En la actualidad, incluso muchas residencias no están bien dotadas como para poder atender a una persona que sale del hospital, que ya ha superado el problema agudo, pero tiene un grado de dependencia importante -sondas, oxígeno o incluso lesiones cutáneas, tan comunes entre las personas mayores por sus problemas de movilidad- que requiere una atención continuada”.
El presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología (Zahartzaroa), Juan José Calvo, recuerda que el informe recoge “algunas fórmulas de mejora. El papel de la enfermería domiciliaria o la formación de cuidadores profesionales son dos recursos que están poco explotados por la Administración. Eso, por no incidir en la denuncia, largo tiempo cursada, de la falta del reconocimiento de la especialidad de geriatría en el País Vasco”.
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