La Sociedad
Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) previene a los
ciudadanos españoles ante las posibles ofertas en Cirugía Estética que puedan
encontrar ésta y las próximas semanas con motivo del denominado “Black Friday”,
previsto para este viernes 24 de noviembre.
En concreto,
recomienda a las personas que estén valorando someterse a una intervención
quirúrgico-estética que recelen de descuentos con fecha límite, bonos, 2x1 y
promociones similares, consideradas “faltas muy grave” en el ejercicio de la
Cirugía Plástica por los estatutos de la SECPRE en su artículo 26.1.m.
Por su
planteamiento mercantilista, las ofertas de este tipo tratan las intervenciones
quirúrgicas como meros productos de consumo, cuando se trata de servicios de
salud en los que la seguridad del paciente debe ser siempre la primera
prioridad, junto con la excelencia en la calidad del resultado.
Seguridad y
calidad pueden ponerse en riesgo cuando “las cuentas no cuadran”, es decir,
cuando la suma de los costes de todos los recursos humanos y técnicos que
participan -o deberían participar- en una intervención de Cirugía Estética es
superior al precio ofertado.
Estos costes y
recursos son los siguientes:
- Honorarios del/los
profesional/es médico/s a cargo de la intervención, que tiene/n que contar
con la titulación de “Médico Especialista en Cirugía Plástica, Estética y
Reparadora”, la única oficial y homologada en España para la práctica de
esta especialidad.
- Honorarios del/los
profesional/es de Enfermería, que interviene/n en todo el proceso.
- Honorarios del
profesional anestesista.
- Honorarios del
centro sanitario en el que se realiza la intervención: costes de alquiler
del quirófano, sala de postoperatorio, hospitalización si es precisa,
etc., pues toda intervención quirúrgica debe efectuarse siempre en una
clínica u hospital.
- Costes de los
materiales protésicos, en caso de que sean necesarios; por ejemplo, los
implantes mamarios para las intervenciones de aumento de mamas.
Como es lógico,
estos costes varían de unas ciudades a otras e incluso dentro de ellas, pero
hay unos mínimos cuyo ahorro sólo puede deberse a la reducción de las garantías
de seguridad y/o calidad, sea por la implicación de menos facultativos, la no
cualificación de estos, la no presencia del anestesista durante la operación,
el uso de instalaciones inadecuadas, la inferior calidad de los materiales, un
postoperatorio y un seguimiento posterior del paciente insuficientes, etc.
Igualmente, la
capacidad de reacción de los cirujanos se limita enormemente si aparecen
complicaciones durante una intervención, como una reacción anafiláctica o un
sangrado abundante, y no tienen a su disposición los elementos adecuados para
atajarla, incluyendo otros profesionales sanitarios o la equipación necesaria.
Por tanto, la
actitud ante ofertas y promociones como las mencionadas ha de ser, como mínimo,
“crítica”, lo que implica leer cuidadosa y atentamente la letra pequeña, tanto
de los anuncios como de los consentimientos informados que firman los pacientes
antes de cualquier intervención quirúrgica, y asegurarse de que el profesional
a cargo de ella tiene la titulación de “Médico Especialista en Cirugía
Plástica, Estética y Reparadora”. Este título se obtiene después de al menos 11
años de formación (seis de licenciatura en medicina y cinco de especialización
vía MIR), si bien los cirujanos plásticos continúan formándose durante toda su
trayectoria profesional.
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