Las estadísticas indican que está aumentando cada vez más la preocupación de los padres por el crecimiento y desarrollo físico de los niños y adolescentes. Un tema que tiene que estar controlado por especialistas en Endocrinología y Pediatría. Y uno de los puntos que más atrae atención en este apartado es el uso de las hormonas del crecimiento . Lo principal es explicar en qué consiste este tratamiento.
La hormona de crecimiento humana recombinante es una hormona
proteica producida generalmente por la hipófisis para ayudar a un niño a ir creciendo
de estatura. Lo habitual es administrarla en forma de inyección al día. Es creada
en el laboratorio para ser idéntica a la hormona del crecimiento humana. Este
tipo de tratamiento general es habitual desde el año 1950, pero en los últimos
tiempos se considera más segura la rGH al no contener esta tejido humano ni
animal.
La clave es determinar la dosis de la hormona del
crecimiento. Es el endocrinólogo pediátrico quien calcula la dosis inicial en función
del peso y el problema que se trate. Esta irá cambiando dependiendo del efecto
deseado y la etapa de la pubertad. La lógica pregunta de los padres es el
tiempo de duración de este tratamiento y que dependerá de cómo vaya aumentando la
estatura del niño.
Otra de las cuestiones de duda que surgen entre familiares y
especialistas alcanza a conocer si existen efectos secundarios em este tipo de
tratamientos. Los datos estadísticos a nivel internacional determinan que son en
un escaso número de niños y no pasando de dolor de cabeza y alguna erupción en el
punto del cuerpo donde se aplica la inyección. Por ello son generales los consejos
de los médicos en ir cambiando el lugar donde se va aplicando la inyección. Así
es aconsejable alternar los glúteos, los brazos, las piernas y el abdomen. Se
suele recomendar que la inyección se aplique en horario nocturno, lo que posibilita
que durante la fase de sueños se introduzca en los vasos sanguíneos y se
extienda por el cuerpo.
Un factor que mucha
gente ignora es que la hormona de crecimiento va aumentando en nuestros
cuerpos. Habitualmente se produce mientras se duermen, por lo que los especialistas
estiman que es necesario establecer un patrón pauta para dormir, evitando lo que
pueda interferir en la calidad del sueño. Al igual que resulta muy positivo la práctica
habitual de ejercicio físico. Esto sirve para activar las fibras y para la producción
del necesario ácido láctico.
Algunos estudios científicos indican que al iniciar el
tratamiento entre los 7 y los 8 años de edad la ganancia de talla adulta es
de+2DE. En cambio, no es tan notable ( sólo de +0,6DE) si el comienzo se sitúa
en el período comprendido de edad entre
los 10 y 12 años.
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