La Asociación Española de Pediatría (AEP) celebra estos
días el Iº Encuentro Digital de la Especialidad, un congreso online
que ya cuenta con cerca de 1.000 inscritos y que, bajo
el título ‘¿COVID-19 cómo acelerador de la innovación en Pediatría?’,
pone de manifiesto el papel que la Pediatría ha tenido durante la pandemia por
SARS-COV-2 en nuestro país, donde se ha estimado alrededor de 1.400 niños
diagnosticados con cuadros agudos. En este sentido, la presidente de la
Asociación Española de Pediatría, la doctora María José Mellado, ha
destacado el “importantísimo esfuerzo, profesional y personal, que esta
pandemia ha supuesto para los sanitarios españoles, quienes han trabajado sin
descanso para sacar adelante a los miles de afectados por esta infección en nuestro
país. Cabe subrayar cómo la Pediatría ha trabajado unida por atender en los
centros hospitalarios a los niños que lo han precisado, para mantener a la
población infanto-juvenil lo más alejada posible de los focos de contagio e
informando y educando a familias y a los menores en las medidas de prevención
más eficaces. Los pediatras han ofrecido asistencia telemática los siete días
de la semana, las 24 horas del día y han volcado todos sus esfuerzos por evitar
el contagio. Este nuevo coronavirus sabemos, que es poco frecuente y cursa de
forma leve en la mayoría de los niños, comparados con la población adulta; pero
también que tenemos que seguir estudiando e investigando para apuntalar
científicamente esta teoría”.
Pediatría en tiempos de la COVID-19
“La COVID-19 ha afectado a nivel pediátrico a menos del
uno por ciento del total de los casos diagnosticados en nuestro país, es decir,
alrededor de unos 1.400 niños en España, de los cuales algo más de la cuarta
parte han precisado ingreso hospitalario”, asegura la doctora
Cristina Calvo, pediatra experta en COVID-19 y portavoz de la AEP en esta
epidemia. Durante el desarrollo de esta pandemia son muchas las teorías
surgidas en torno a las innumerables publicaciones realizadas sobre el
SARS-COV-2, sin embargo, todo proceso científico lleva su tiempo y aun es
pronto para poder realizar afirmaciones cien por cien seguras. “Creo que la comunidad médico-científica
ha aprendido mucho sobre este virus, sin embargo, aún se necesita analizar con
detalle la cantidad ingente de datos que manejamos con objeto de seguir
aprendiendo y encontrarnos más preparados de cara a posibles nuevos brotes
epidémicos”, explica la
doctora Calvo.
A este respecto, esta experta pone de manifiesto que el otoño
será sin duda un nuevo reto asistencial, ya que es posible que “nos
encontremos con la suma de infecciones habituales de los niños como el virus
respiratorio sincitial o la gripe, que habitualmente saturan los recursos
sanitarios, junto a la COVID-19, por lo que será necesario redoblar
esfuerzos. Creo que desde ya y, me consta que es así, tenemos que prepararnos
para afrontar un posible rebrote, con todo lo que llevamos ya en nuestras
mochilas aprendido”, subraya la doctora Calvo.
Haciendo un pequeño balance, la doctora
Calvo explica que la infección por la COVID-19 parece que afecta en general a
niños sanos, sin que haya grandes alteraciones inmunológicas en los casos
vistos hasta ahora. “Los pacientes inmunodeprimidos no se han afectado de
manera importante o grave. Sin embargo, se están realizando todavía detalladas
investigaciones de las que pronto obtendremos nuevos resultados”, asegura. En lo que respecta al tratamiento, “en Pediatría se ha realizado, sobre
todo, tratamiento conservador sintomático. En algunos niños más graves,
hospitalizados, se han empleado antivirales, -remdesivir y también
hidroxicloroquina-. No se han registrado efectos adversos y se intenta siempre
que todos los tratamientos se hagan en el contexto de ensayos clínicos pediátricos,
que son por ahora muy escasos pero que continúan abiertos, por si
hubiese más casos, y que podamos tener evidencias de calidad”, subraya la doctora Calvo.
El tratamiento de los niños con
patología crónica ha sido muy similar al de los niños sanos. “Se han
hospitalizado cuando ha sido necesario, en general en pocas ocasiones, y han
recibido tratamientos al igual que el resto de niños. Quizás al principio
fuimos más temerosos con estos pacientes y se hospitalizaron con más
frecuencia, pero con la evolución de la pandemia hemos aprendido que muchos
casos se pueden atender también de forma ambulatoria”. Este es otro de los
aspectos a destacar durante la pandemia, “la excelente coordinación y
colaboración entre la Pediatría de Atención Primaria y la Pediatría
Hospitalaria, que ha permitido una atención excelente y segura de los niños de
nuestro país, como ya estamos habituados, y como no podía ser de otra forma en
una situación de alerta sanitaria de esta magnitud” asegura la doctora
Mellado.
Las especialidades pediátricas
Todas las especialidades pediátricas
implicadas han colaborado, sin excepción, en la creación de protocolos y
documentos de consenso, participando en grupos de trabajo, sumando
conocimientos, procurando investigaciones siempre basadas en la evidencia
científica, con un único objetivo: ofrecer una atención sanitaria de calidad,
adaptando el modelo pediátrico español, que tan buenos resultados ha
demostrado, a la situación actual de pandemia. “Estoy convencida-
asegura la presidente de la AEP- que sin la existencia de estos
profesionales tan altamente cualificados y especializados el resultado no
habría sido el mismo. El conocimiento detallado y exhaustivo de las patologías
pediátricas, sumado a la estrecha relación existente entre el pediatra y las
familias, han dado como resultado una modelo asistencial eficiente, que ha
ofrecido seguridad y tranquilidad a los padres y que ha contribuido, en gran
medida, a evitar numerosos contagios”. En opinión de la doctora
Mellado, “muchos aspectos importantes se han puesto en evidencia durante
toda esta pandemia, la necesidad de las especialidades pediátricas para una
mejor atención a los niños es una de ellas y esto, nos da fuerzas renovadas
para seguir luchando por el reconocimiento de las Áreas de Capacitación
Específica (ACE) en Pediatría”.
La Atención Primaria Pediátrica ha sido
una de las especialidades que más se ha visto afectada en su labor diaria. El
contacto directo y casi semanal de estos profesionales con las familias se ha
visto profundamente alterado con la llegada de COVID-19. “Ya nada volverá a
ser igual”, asegura la secretaria de la AEP y pediatra de Atención Primaria
(AP), la doctora María García-Onieva. “Lejos quedan ya las
consultas masificadas de las áreas de pediatría de los centros de salud. Desde
AP se ha realizado un considerable esfuerzo por atender todas las demandas de
las familias, vía telemática y llegado el caso necesario, de manera presencial.
Durante este tiempo hemos intercambiado con las familias llamadas telefónicas,
videoconferencias, fotos, etc., con objeto de hacer un seguimiento estrecho de
aquellos niños cuyas patologías así lo requerían o de aquellas nuevas consultas
motivadas por las dudas e inquietudes de los padres”, explica la doctora
García-Onieva, quien no deja pasar la oportunidad de felicitar a los padres por
su “comportamiento responsable”.
En relación a los calendario vacunales,
destacamos que las coberturas han experimentado una bajada en los últimos
meses, indefectiblemente por esta situación anómala, la doctora García –Onieva
asegura que “se ha seguido manteniendo la vacunación en los menos de 15
meses, si bien, al principio de la pandemia, los padres
experimentaron cierto miedo a acudir con los niños a los centros de
salud”. Esto se ha evidenciado y ya se está trabajando para retomar la
vacunación no solo en los más pequeños, sino también en los niños y
adolescentes. “Estoy convencida de que en un margen de tiempo prudencial,
recuperaremos las coberturas vacunales excelentes que teníamos en España, antes
del SARS-COV-2”, concluye la secretaria de la AEP.
Retos de la Pediatría en tiempos de la COVID-19
Son numerosas las investigaciones que se están llevando a
cabo en busca de una vacuna que devuelva la normalidad a nuestro día a día y
más de 10 o 12 prototipos ya se están estudiando en humanos, “pero el
desarrollo de una vacuna es complejo, no se pueden saltar pasos
obligados por la seguridad y no es previsible que tengamos una
vacuna este año”, recuerda la doctora Calvo. Hasta que no contemos con esta
prevención eficaz, es factible que no podamos volver a la práctica de la
atención Pediátrica tal y como la conocemos hasta ahora. Sin embargo, la
doctora Mellado asegura que “tenemos ahora la oportunidad de aprovechar y
aplicar todo lo que hemos aprendido durante estos meses, tanto a nivel
científico como asistencial y posiblemente esta nueva forma de hacer
la pediatría nos haya enseñado que la tecnología es un arma valiosa para las
salud”.
Los retos a los que se enfrenta por tanto los pediatras a
corto plazo pasan por retomar y asegurar el cumplimiento riguroso de los
calendarios vacunales y las consultas del niño sano en Atención Primaria,
ofreciendo garantías de seguridad y prevención de nuevos contagios. En la
pediatría hospitalaria estos retos podrían centrarse en mantener el altísimo
nivel asistencial actual sin dejar que interfiera la COVID-19 en el abordaje de
las patologías agudas, atención especializada a las patologías crónicas y, sin
descuidar el diagnóstico precoz de nuevos casos de COVID-19. En relación con la
investigación en Pediatría, ordenar la gran cantidad de datos obtenidos,
ponerlos en contexto para aplicarlos a la clínica y adaptar la
posible vacuna frente al SARS-COV-2 a nivel pediátrico con los mismos
estándares de calidad y seguridad, podrían ser los retos marcados por los
expertos.
La AEP comprometida con la formación de los profesionales
sanitarios
La AEP consiente de la necesidad de la comunidad médica de
compartir sus conocimientos ha realizado en los últimos dos
meses multitud de intervenciones en medios de prensa e informativos;
un total de 4 encuentros digitales de formación e información, tanto para
profesionales como para familias, con un éxito que abarca las 5.000 conexiones
de media a dichos encuentros; participa en grupos de trabajo asesorando al
Ministerio de Sanidad, relacionados con el proceso de desconfinamiento de los
más pequeños o la posible vuelta a las aulas o el uso de las mascarillas en
niños; ha elaborado diferentes materiales de consenso relacionados con la
actividad física, la higiene del sueño, el cuidado psicológico de niños y
adolescentes, o las rutinas necesarias para su correcto desarrollo en
situaciones de confinamiento por la pandemia y tras la salida gradual. Ha
contribuido al desarrollo y difusión de protocolos de actuación en el manejo
del niño hospitalizado, en la atención en la Urgencia Pediátrica, y en las
áreas específicas de Infectología, Neonatología y madres lactantes, Cuidados
Intensivos y Atención Primaria en población infantil con
COVID-19. Una satisfacción y un orgullo para la AEP que no hubiese
sido posible sin la excelencia de sus profesionales y la estrecha colaboración
entre todos.