La teleconsulta ha sustituido a la consulta presencial para la mayoría de
las cirugías faciales desde la aparición de la pandemia por Covid-19,
según los datos recogidos por Icifacial en la 1ª “Guía de
recomendaciones para la teleconsulta en cirugía facial”. En este
documento dirigido a los pacientes se incluyen tanto consejos prácticos
para la realización de teleconsultas con el experto, como el
posicionamiento de los cirujanos faciales a nivel internacional frente a
esta práctica en alza.
Como punto de partida,
tanto la Academia
Europea de Cirugía Plástica
como el Colegio
Americano de Cirujanos
recomiendan la teleconsulta para la evaluación preoperatoria y el
seguimiento de los pacientes como medida de prevención del contagio. Por
su parte, el artículo Impact of COVID-19 on maxillofacial surgery
practice: a worldwide survey recientemente publicado en International Journal of Oral and Maxillofacial Surgery, y que incluye encuestas
a cirujanos maxilofaciales de todo el mundo, refleja que muchas consultas
de evaluación previas a la cirugía se hacen ya de modo online debido al
coronavirus.
“La teleconsulta era muy
habitual para el seguimiento posquirúrgico. Lo que ha cambiado por la
pandemia es su consolidación para hacer evaluaciones prequirúrgicas en la
mayoría de los pacientes”, destaca el doctor Germán Macía, director de
Icifacial y Facifem. A su juicio, “si a través de vídeos o fotografías
podemos evaluar la fisonomía del paciente y sus necesidades, hemos notado
que, por seguridad y comodidad, suele preferir no tener que desplazarse a
la clínica hasta el día de la cirugía, aunque se encuentre en la misma
ciudad”.
Consideraciones
clínicas
Según un trabajo
publicado en la revista Facial Plastic
Surgery & Aesthetic Medicine,
la teleconsulta está indicada sobre todo para las consultas iniciales de
valoración y de postoperatorio, como un método seguro de continuar
facilitando asistencia médica a los pacientes ante la propagación del
Covid-19. Según la experiencia del Dr. Macía “en las consultas de
valoración, el cirujano puede analizar bien las estructuras óseas y
blandas de cada persona y realizar una aproximación a la cirugía
necesaria. Suele ser más complicado con personas que ya han sido operadas
y requieren una nueva intervención, como en el caso de una rinoplastia
secundaria.” Pero, en general, se obtiene la misma información que en una
consulta presencial, como se refleja en la guía.
La Academia Europa de
Cirugía Plástica también recomienda la teleconsulta en su último documento de
consenso
sobre la vuelta a la actividad en rinoplastia, para mantener la
seguridad de los pacientes. Aunque los autores reconocen que no
proporciona las mismas posibilidades que la consulta presencial,
“presenta algunas ventajas desde la perspectiva de la conveniencia del
paciente, sobre todo durante el periodo de convalecencia posquirúrgica”.
También aseguran que, “incluso en la era posCovid-19, prevemos que la
telemedicina tendrá un papel muy valioso en la práctica del cirujano
facial”.
Consejos
para los pacientes durante la teleconsulta
A la hora de mantener una
consulta online con el cirujano facial es importante que los pacientes
comprueben si cumplen con todos los requisitos técnicos necesarios.
Principalmente, contar con una conexión a Internet con un buen ancho de
banda y disponer de equipos dotados de micrófono y cámara con resolución
Full HD para la transmisión de imágenes de 1920 x 1080 píxeles de
resolución.
Además de cumplir con
estos requisitos técnicos el Dr. Macía aconseja en la “Guía de
recomendaciones para la teleconsulta en cirugía facial”: estar acompañado
por un familiar o amigo que ayudará al paciente a resolver dudas, grabar
la teleconsulta para repasarla más tarde y situarse en un espacio cómodo
y bien iluminado.
En Icifacial, durante la
teleconsulta previa a la intervención también se realiza una simulación
del resultado quirúrgico a partir de una foto del paciente. Si la persona
está satisfecha con los resultados esperados tras la simulación, será un
buen candidato para la cirugía. Para poder llevarla a cabo, la foto
enviada debe ser:
·
Una foto tomada por otra
persona. No puede ser un selfie.
El paciente se colocará a una distancia aproximada de 1 metro. La cámara
o smartpone se colocará a la altura de la nariz.
·
Con el paciente en posición de
perfil con un fondo de un solo color, como por ejemplo una pared blanca.
·
Con el rostro bien iluminado
con luz suave, que permita observar todas las singularidades de la cara.
Los smartphones más
recientes permiten incluso aportar ayudas adicionales a la teleconsulta,
como medidores de distancia o cámaras con información de la profundidad
de campo.
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