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31 March 2011

Un fármaco da esperanza a los pacientes con hepatitis C

Los más de 170 millones de personas que sufren en el mundo hepatitis C crónica sólo cuentan, por el momento, con una opción terapéutica: una combinación de los fármacos interferón y ribavirina. Sin embargo, menos del 50% de los pacientes responde bien a esta terapia y el porcentaje es aún menor en el caso de quienes tienen el genotipo 1 del virus (la forma más común y difícil de tratar, que afecta a entre el 2% y el 4% de la población española). Para ellos llega un nuevo medicamento que ha dado buenos resultados en la fase III de la investigación, según confirman dos estudios publicados en 'The New England Journal of Medicine'. La esperanza se llama Boceprevir y es un inhibidor de la proteasa. Tanto los pacientes que no se habían tratado nunca, como aquellos que ya habían recibido terapia previamente lograron, al añadir este fármaco, una respuesta virológica sostenida -cuando los niveles de virus en sangre son indetectables 24 semanas después de iniciar el tratamiento-. "La llegada de estos inhibidores representa un gran avance en el manejo de la hepatitis C. La terapia del futuro será más compleja pero más eficaz, ya que duplica la tasa de éxito en aquellos pacientes que habían fracasado con un tratamiento anterior y llega al 70% de eficacia en quienes no se habían medicado nunca", explica en un editorial Donald M. Jensen, del Centro de Enfermedades del Hígado de la Universidad de Chicago (EEUU). Los trabajos que han evaluado la eficacia y la seguridad del producto son el SPRINT-2 -en personas no medicadas- y el HCV RESPOND-2 -en pacientes tratados antes- han seguido la misma metodología. Los participantes, en ambos casos, se dividieron en tres grupos. Todos ellos recibieron interferón y ribavirina durante cuatro semanas. Luego, en el grupo 1 (de control) siguieron con este cóctel más un placebo durante 44 semanas. El grupo 2 tomó el interferón, la ribavirina y el boceprevir -en administración oral- durante 32 semanas y los pacientes que tenían carga viral indetectable a las semanas ocho y 12 continuaron con un placebo hasta la semana 36; mientras que quienes aún tenían presencia del virus continuaron 12 semanas más de terapia. Por último, los del grupo 3 recibieron interferón-ribavirina y boceprevir durante 44 semanas. -Menos virus, más efectos En el estudio con personas previamente tratadas participaron 403 individuos. La tasa de éxito fue superior en los dos grupos que tomaron el nuevo inhibidor de la proteasa -un 59% en el grupo 2 y un 66% en el grupo 3- que en los controles (21%). Sin embargo, los efectos adversos también fueron superiores. Experimentaron mayor incidencia de anemia y un 41% y un 46% de los pacientes de los grupos 2 y 3 respectivamente, necesitaron eritropoyetina para tratarla. Otros efectos secundarios, los más comunes, eran síntomas similares a los de la gripe. Los resultados de este trabajo fueron analizados por el laboratorio que desarrolla el fármaco, Merck, junto a un grupo de académicos independientes. La otra investigación, con pacientes sin tratar de raza negra y blanca, también tuvo buenos resultados. El 40% de las personas en el grupo 1 logró una respuesta virológica sostenida, frente al 67% y 68% de los grupos 2 y 3. Los individuos de raza negra respondieron un poco peor al nuevo fármaco. Al igual que en el caso anterior, los efectos adversos -entre ellos la anemia- fue mayor. Aunque se trata de una buena noticia, tampoco es la panacea. "Primero, el fármaco sólo funciona para el genotipo 1 del virus, no para el resto. En segundo lugar, si se utiliza solo favorece la aparición rápida de resistencias, por lo que hay que tomarlo siempre con interferón y ribavirina. Y, por último, la presencia de cirrosis tiene un impacto negativo sobre la efectividad del producto", matiza el doctor Jensen. **Publicado en "El Mundo"

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