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10 August 2015

Lentes de calidad, protegerse de la radiación ultravioleta y consultar a un especialista, claves para cuidar tus ojos del sol

Resulta fundamental protegerse del sol, muy especialmente en los días de verano en los que aumenta el tiempo de exposición y la intensidad de las radiaciones. Para prevenir consecuencias indeseadas, es necesario cuidar tanto la piel, como los ojos. Con el objetivo de informar sobre realidades y mitos de la salud ocular y el sol, la Universidad Europea ha elaborado unos consejos para protegerse de las radiaciones solares.

El Dr. Javier Alcocer, profesor titular de Óptica Fisiológica de la Universidad Europea, señala varios puntos a tener en cuenta a la hora de proteger la vista de las radiaciones solares, “las gafas de moda no aseguran calidad, si es cuestión de protección, lo que nos importa son las lentes y no tanto la estética”. En esta línea, el especialista explica que “lo más seguro es comprar las gafas solares en una óptica para asegurarse de que la calidad de la lente es buena y – añade- si el cristal es malo, el problema se convierte en grave, ya que las gafas oscuras hacen que la pupila se dilate y que entre más radiación dañina en el ojo”.

En cambio, en relación a la lente, es mejor que esta sea oscura para evitar que entre gran parte de la luz visible y el sol resulte menos molesto. Aun así el doctor Alcocer advierte que “hay que tener cuidado, los filtros con categoría 4 no se permiten para la conducción diaria ya que absorben demasiada radiación visible”.

A pesar de que en ocasiones la falta de sol nos haga pensar que no son necesarias las gafas, el profesional aclara que lo importante es protegerse de la radiación ultravioleta. “La luz visible no hace daño fisiológico, sólo puede deslumbrar o molestar, es la radiación invisible, la ultravioleta la que hace daño”, explica el doctor Alcocer, quien clarifica que “aunque haya nubes o la temperatura sea más baja, es igual de importante protegerse de la radiación ultravioleta que nos sigue llegando”.

Otro de los puntos a tener en cuenta es que hay que mantener la precaución tanto en la playa como en la montaña. “La montaña es un lugar de riesgo ya que, al estar a mayor altura, la atmósfera filtra menos los rayos y éstos llegan con más fuerza a nuestros ojos. Por su parte, en el la playa, aunque la atmósfera proteja más, existen superficies como la arena y el agua que reflejan la radiación y la aumentan”, destaca el doctor.

Según el especialista es igual de necesario aclarar los mitos derivados de la protección solar. En este sentido asegura que “los cristales polarizados no protegen más, simplemente eliminan reflejos producidos por la reflexión de la luz del sol en los charcos, cristales, metales de los coches, etc., haciendo que la visión sea más confortable” y añade que “no es cierto que cuanto más cara sea la gafa, mejor será la protección, es posible encontrar gafas de sol a un precio asequible con lentes de calidad”.

Por último, el especialista recomienda visitar al óptico optometrista tanto para pedir consejo a la hora de adquirir unas gafas de sol, como para resolver problemas visuales derivados de la radiación; y resalta la idea de que “la protección no es solo para verano” y explica que “la exposición prolongada al sol sin protección puede provocar efectos adversos en el día a día. Sin embargo, la acumulación durante años de radiación ultravioleta también puede acelerar procesos de envejecimiento como las cataratas”.

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